Histórica relación del Reyno de Chile/Libro V

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Histórica relación del Reyno de Chile: Y de las misiones, y ministerios que ejercita en él la Compañía de Jesús (1646)
de Alonso de Ovalle
LIBRO V

LIBRO QVINTO
Dela conquiſta, y fundacion del Reyno de CHILE.


CAPITVLO I.
Entra en Chile el Gouernador Pedro de Valdiuiam conquiſta, y funda aquel Reyno, y entra lo primero haſta Mapochò.

Q

VANTO mas me acerco ala fundaciõ del Reyno de Chile, para tratar de ſu conquiſta, de ſu primer gouernador, delos primeros Capitanes, y conquiſtadores, que le fundaron, y reduxeron al conocimiento de Dios, y aſu obediencia, y ala de nueſtro catholico Rey; tanto mas hecho menos los papeles, y noticias, neceſſarias por hallarme tan lexos de donde pudiera hauerlas, para eſcreuir lo particular delos ſucceſſos (que fueron muy memorables) los que acontencieron en aquella primera entrada delos Eſpañoles, y los que deſpues ſe han ido continuando en tan prolixa guerra, como la que tantos años ha, han ſuſtentado aquellos Indios) Valdreme delo que hallo ſembrado, o derramado en varias partes delas hiſtorias generales de aquellos tiempos, y delas del Perù, y otros autores, que tratando de varios aſumptos, tocan algo delo ſuccedido en aquel Reyno; por contener ſucceſſos muy ſeñalados, y dignos de hiſtoria; y eſto meſmo deſpertarà la memoria delas coſas, que yo he viſto, o ſabido, de que me irè ayudando, para dar alguna noticia de eſta materia, aunque ſiempre ſera muy eſcaſa, y corta, y que no me atreuiera a eſtamparla, menos que haziendo al letor eſta proteſta, y rogandole, que por aora ſe contente con eſte raſguño, mientras ſalen las hiſtorias de aquel Reyno, en que quedauan empleados, quando yo ſali del, dos Varones doctos, y eminentes en los empleos de ſu profeſſion.

Hauiendo el Adelantado Almagro bueltoſe de Chile al Cuzco el año de 1537. pidiò el Maeſe de campo Pedro de Valdiuia al Adelantado Don Franciſco Pizarro, que pues tenia del Rey comiſſion, paraque ſe proſiguieſſe la conquiſta de Chile, que el ſe offrecia a ella con animo de no voluer el pie atras haſta ſugetar aquel Reyno, y ponerle de baxo dela obediencia de Dios, y de ſu Rey. El Adelantado, que hauia dias le daua mucho cuydado eſta conquiſta, por la conveniencia, que en ella hauia, y por las riquezas de oro, que en aquella tierra ſe hauian deſcubierto, poniendo los ojos en eſte cauallero (que fue delos mas inſignes Capitanes que paſſaron alas Indias) y en el valor con que ſe offrecia a eſta jornada, y en la buena cuenta, que hauia dado de ſu perſona y delo, que hauia eſtado a ſu cargo, aſſi en las guerras de Ytalia, como en las del Perù, donde hauia ſido ſu maeſſe de campo; le eligio para eſta empreſſa el año de 1539, ordenandole, que ſe fueſſe diſponiendo, y teniendolo todo apunto, para ſalir a ella el ſiguiente año de 1540, como lo hizo.

No digo nada delo particular de ſu viaje, dela gente, que lleuò, del tiempo que le coſtò el hazerla haſta llegar con ella a Chile, porque no eſtoy en lugar donde pueda informarme de eſto por menor; ſolo digo en lo que conuienen todos, y es, que con la fama, y opinion y que hauia ya dela riqueza de aquel Reyno, y como que los indios del Perù contauan del gran theſoro, que le traian ſiempre al Ynga dela parte, que en el le reconocia; ſe mouieron muchos a conſeguir eſta empreſſa, y con la buena maña, que ſe dio el Gouernador Pedro de Valdiuia, juntò vn buen exercito, aſſi de Eſpañoles, como de Indios amigos, con que ſe partio del Perù, y ſi bien eſtuuieron para perecer de frios, y hambre en el viaje; llegaron en fin, y començaron ſu conquiſta, al principio con menos difficultad: però mientras mas ſe empeñauan la tierra adentro, era ſiempre mayor. Llegaron lo primero al Valle de Copiapò, que ſignifica ſementera de turqueſas, por vn cerro, que ay alli, donde dize Antonio de Herrera que ay tantas, que la abundancia les ha quitado la eſtima ſon eſtas piedras de color azul, y de muy buena viſta ſegun refieren los que eſcriuen de ellas. Y pues entramos ya a eſte Reyno, con otro pie, que el Adelantado Almagro; pues de eſta vez le hemos de ver conquiſtado, Y fundado; ſera bien, que vamos apuntando lo proprio delos Valles, y lugares, por donde ſe van fundando las ciudades, y poblaciones, que oy ſe ven, para no hallarnos deſpues obligados a voluer atras a hablardelo que podria parecer canſada repeticion.

Es pues el Valle del Copiapò el primero delos q̃ tiene oy poblados el Reyno de Chile, aunque el pueblo es de Indios con pocos Eſpañoles; delos quales es vno el corregidor, y eſte, como todos los demas, los provee el preſidente, y gouernador de Chile. la tierra es de ſuyo fertiliſſima, a que le ayuda vn alegre Rio, que antes de deſembocar al mar en vna baìa, que le ſirue de puerto; la viene regando por eſpacio de veinte leguas, q̃ habra dela coſta del mar ala cordillera; y por eſto ſe dà aqui todo genero de frutas, legumbres; y ſemillas, aſſi de a tierra, como de Europa con grande abundancia, y el maiz acude amas de trecientas fanegas por vna, cuyas cañas crecen muy altas, y ay maçorcas de media bara ſegun lo refieren Herrera, y los autores citados. Llegando aqui el Gouernador Pedro de Valdiuia, aunque no tengo noticia delo particular, que le ſuccediò, y del modo como le reciuieron los Indios, ſupongo que ſeria con menos contradicion, y reſiſtencia, que la que hallò mas adelante, porque eſta gente eſtaua, ya hecha a tener ſobre ſi el yugo del Ynga, y hauian viſto, ya Eſpañoles, y receuidolos bien, por reſpeto del Inga Paullo, que acompañò en ſu entrada al Adelantado Almagro, el qual les reſtituyò ſu principe como vimos en ſu lugar. Lo meſmo ſe puede dezir del Valle del Guaſco (que eſta veinte y cinco, o treinta leguas del de Copiapò) y del de Coquimbo, Limari, y los demas haſta Quillota donde començaron los caſtellanos a ſentir mas reſiſtencia en los Indios, los quales ſe les opuſieron, y tomaron las armas, defendiendo quanto podian la entrada en ſus tierras alos que venian de fuera a conquiſtarlas; venian cada dia alas manos, y aunque con grande rieſgo, y perdidas de vidas, penetrò el Gouernador haſta el Valle de Mapochò, que hallò poblado de infinita jente por ſer tan anchuroſo, tan capaz, y apacible, y regarſe caſi todo el con el Rio de ſu nombre, tan liberal, y prodigo con la tierra, que deſangrandoſe por varias partes, por regarla, y fertilizarla, ſe deſuſtancia, y des haze de manera, que a pocas leguas deſaparece, no para hundirſe del todo; ſino para repararſe, y ſalir mas pujante, y caudaloſo, como ſale, dos, o tres leguas mas adelante, y mejorado en ſus aguas, porque trayendolas de ordinario turbias de ſu nacimiento, en ſu renaciminto ſale claro, y puro, como vn chriſtal.

CAPITVLO II.
Fundaſe la ciudad de Santiago en Mapochò, trataſe de ſu ſitio, y planta.

H

Aze muro a eſte feraciſſimo valle de Mapochò por la parte del Oriente, la cordillera neuada (que ſe vè toda blanca de nieue en el hiuierno, y amanchas en el verano) y al Poniente la cueſta y aſperas montañas de Poangue Caren, y Lampa (cuyo pie podemos dezir, que calça oro fino, por ſer de tan ſubidos quilates el que ſe halla en las ricas minas, que ay en todo el; de que ſe ſacò mucho, quando ſe labrauan) ni eſtà deſmantelado por los lados, porque por las vandas del Norte, y Sur le rodean otras montañas, que aunque no ſon tan leuantadas, como la cordillera, ſon lo que baſtan, para la correſpondencia, que por todas partes cerca eſte Valle, el qual cria en varias partes de ſus quebradas frequentes minas de oro: tiene de diametro contando de leſte, o eſte, que es, dela cordillera ala cueſta de Poangue, y Caren, cinco, o ſeis buenas leguas; y de ſeptentrion a medio dia, que es, deſde el Rio de Colina, haſta el de Maipo, otras ſiete, o ocho leguas con que ſu circunferencia vendra a ſer de veinte y ſeis, a veinte y ocho leguas, y mas, ſinos dexamos baxar baxar haſta S. Franciſco del monte, que es vn lugar de eſpeſiſſimos, y ameniſſimos boſques, de donde ſe corta la madera para la fabrica delas caſas.

En eſte Valle, dos leguas dela cordillera, ala orilla del Rio Mapochò, crio Dios vn cerro, de viſtoſa proporcion, y hechura, que ſirue como de Atalaya, de donde, a vna viſta ſe ve todo el llano como la palma dela mano, hermoſeado con alegres vegas, y viſtoſos prados en vnas partes, y en otras de eſpeſos montes de eſpibales, de donde ſe corta la leña para el comun vſo dela vida humana. A pie de eſte cerro (que es de moderada altura, tendrà de circuito poco mas, o menos de dos millas) hallaron los caſtellanos poblados gran ſuma de Indios, que ſegun refieren algunos delos autores, que tengo citados, llegauan a ochenta mil, y pareciendo al Gouernador Pedro de Valdiuia, que ſupueſto, que los naturales dela tierra hauian poblado en eſte lugar, ſeria ſin duda el mejor de todo el Valle, le eligio para fundar, como lo hizo, la ciudad de Santiago, a veinte y quatro de Febrero de 1541 la qual eſta en treinta y quatro grados de altura, y danle de longitud ſetenta y ſiete, diſtante del meridiano de Toledo 1980 leguas.

La planta de eſta ciudad no reconoce ventaja a ninguna otra, y la haze a muchas delas ciudades antiguas, que he viſto en Europa, porque eſtà hecha a compas, y cordel, en forma de vn juego de agedrez, y lo que en eſte llamamos caſas, que ſon los quadrados blancos, y negros: llamamos alli quadras, que correſponden alo meſmo, que dezimos en Europa Yslas; con eſta diferencia, que eſtas ſon vnas mayores, que otras, vnas triangulares, otras ouadas o redondas, pero las quadras, ſon todas de vna meſma hechura, y tamaño, de ſuerte que no ay vna maior, que la otra, y ſon perfectamente quadradas; de donde ſe ſigue, que de qualquiera eſquina, en que vn hombre ſe ponga ve quatro calles vna al Oriente; otra al Occidente, y las otras dos, a ſeprentrion, y a medio dia; y por qualquiera de ellas tiene la viſta libre ſin impedimento haſta ſalir al campo: cada vna de eſtas quadras ſe diuide en quatro ſolares iguales, delos quales ſe repartieron, vno a cada vezino delos primeros fundadores, y a algunos les cupo a dos; pero con el tiempo, y la ſucceſſion delos herederos, ſe han ido diuidiendo en menores, y menores, de manera que ſe ven ya oy en cada quadra muchas caſas, y cada dia ſe: hazen nueuas diuiſiones.

Por la vanda del Norte baña a eſta ciudad vn alegre, y apacible Rio, que lo es, mientras no ſe enoja, como lo haze algunos años quando el hiuierno es muy riguroſo, y llueue, como ſuele porfiadamente, quatro, ocho, y tal vez doce, y trece dias, ſin ceſſar; que en eſtas occaſiones ha acontecido ſalir por la ciudad, y hazer en ella muy grande daño, lleuandoſe muchas caſas, de que aun ſe ven oy las ruinas en algunas partes. para eſto han fabricado por aquella vanda vna fuerte muralla, o tajamar, donde quebrando ſu furia el Rio; hecha por otro lado, y dexa libre la ciudad.

De eſte Rio ſe ſangra por la parte del Oriente vn braço, o arroyo, el qual diuidido en otros tantos, quantas ſon las quadras, que ſe cuentan de Norte a Sur, entra Por todas ellas de manera, q̃ a cada quadra correſponde vna azequia, la qual entrãdo por cada vna delas Oriẽtales, va atraueſando por todas las que ſe le ſiguen ala hila, y cõſiguientemente por todas las calles tranſverſales, teniendo en eſtas ſus puentes, paraque puedan entrar, y ſalir las carretas, que traen la prouiſion ala ciudad; con que no viene a hauer en toda la quadra, ni caſa, por donde no paſſe vn braço de agua muy copioſo, que barre, y lleua toda la baſura, e immudicias del lugar, dejandolo muy limpio; de que tambien ſe ſigue vna gran facilidad en regar las calles, quando es neceſſario, ſin que ſean meneſter los carros, y otros inſtrumentos, que ſe vſan en otras partes, porque no teienen ſino ſangrar la azequia por la calle lo que baſta paraque ſalga vn arroyuelo, que la riega, y alegra en el verano con gran comodidad, ſin ningun gaſto. Todas eſtas azequias de ſaguan al Poniente, y ſalen a regar mucha cantidad de huertas, y viñas que eſtan plantadas por aquella parte, y la agua, que ſobra, paſſa a regar los ſembrados, o buele ala madre; que es vna gran commodidad para todos: no beben de eſta agua, que paſſa por las caſas; ſino los cauallos, y de mas animales domeſticos porque aunque de ſuyo es muy buena, como paſſa por tantas partes, no va yà de prouecho para la gente, y aſſi la traen para eſto, del Rio, o delos poços, que la dan muy buena, y muy freſca, y los que quieren beberla mas regalada, ſe proveen delos manantiales, y fuentes, que ay muchas en la vezindad, y comarca, regaladiſſimas, y ſuauiſſimas.

Las calles de eſta ciudad ſon todas de vna meſma grandeza, y medida, y tan anchas, que caben muy olgadas en ellas, tres carrozas juntas: tienen todas dela vna vanda, y dela otra, ſus calçadas de piedra, y el eſpacio intermedio, queda libre para el tragin delas carretas. Vna calle ſola ay muy ancha, que tendra de eſpacio tanto como quatro o cinco delas ordinarias, y podran caber juntas vnas doce o quince carrozas. Eſta quedo al lado del Sur, y corre de Oriente a Poniente, deſde el principio haſta el fin dela ciudad, de manera, que entrambas ſalidas las tiene al campo, y aſſi es muy larga; llamaſe eſta la cañada; y aunque al principio no paſſaua de alli la ciudad, ni ſe eſtendia mas adelãte; ha ido creciendo eſta de manera, q̃ ſe ve oy eſta cañada cercada de huertas, y edificios del vno, y otro lado; y la Ygleſia de S. Lazaro; que eſta en ella y me acuerdo yo, quando ſe via fuera ya dela ciudad; la cogen oy dentro muchas quadras, que ſe han fabricado mas adelante. de manera que viene a eſtar ya en buen paraje. Es eſta cañada abſolutamente el mejor ſitio del lugar, donde corre ſiempre vn ayre tan freſco, y apacible, que en la maior fuerça del Verano, ſalen los vezinos, que alli viuen, tomar el freſco alas ventanas, y puertas dela calle: a que ſe añade la alegre viſta, que de alli ſe goça, aſſi por el gran tragin, y gente, que perpetuamente paſſa; como por las ſalidas, que ay a vna, y otra parte, y vna hermoſa alameda de ſauces, con vn arroyo, que corre, al pie delos arboles, deſde el principio haſta el fin dela calle: y el famoſo conuento de S. Franciſco que eſta illuſtrando, y ſantificando aquel ſitio, con vna famoſa Igleſia de piedra blanca hechas de ſilleria, y vna torre a vn lado delo meſmo, tan alta; que de muy lejos ſe da ala viſta, alos que entran de fuera: es de tres cuerpos con ſus corredores, y remata el vltimo en forma de piramide: es muy airoſa, y delo alto de ella, ſe goça por todos lados de belliſſimas viſtas, que ſon de grandiſſimo recreo, y alegria.

CAPITVLO III.
Delas plazas, edificios, y templos dela Ciudad de Santiago.

T

Iene eſta ciudad fuera de eſta calle (que llamamos cañada, que por ſer tan eſpacioſa, podemos llamar plaça, o plaças; pues ſe pudieran hazer de ella muchas, y muy cumplidas) otra tambien muy grande en ſan Saturnino, que por vn lado viene a continuarſe con ella. Tambien tiene la de ſanta Ana (donde ſe ha fabricado poco ha la Ygleſia de ſu nombre, dedicada a eſta glorioſiſſima ſanta) y otra, que llaman la placeta dela Compañia de Ieſus, a donde ſale la puerta principal de ſu Ygleſia, y ſirue para la proceſſion del corpus; cada religion tiene aſſi meſmo ſu modo de placeta proporcionada delante delas puertas de ſus Ygleſias; pero ſobre todas, es la plaça principal, donde

eſtà el maior commercio delos negociantes, mercaderes, y pleiteantes. Los dos lienços, que caen al Oriente, y al Sur, eſtan todavia alo antiguo, aunque ſe han hecho en ellos de nueuo muy buenos balcones, y todos los altos con buen ventanaje, para ver los toros, y demas fieſtas, que alli ſe hazen. El lienço que cae al Norte, eſtà todo de ſoportales, y arcos de ladrillo, de baxo delos quales eſtan los officios de eſcribanos, y ſecretarias dela audiencia, y cabildo; y en los altos eſtan al principio las caſas Reales con corredores ala plaça, y las ſalas del cabildo, y regimiento; y en medio eſtan las ſalas dela Real chancilleria, con otras pertenecientes a ellas, con ſus corredores, aſſi meſmo ala plaça y por remate, las caſas Reales donde viuen los miniſtros del Rey, y eſtan las ſalas dela contaduria, y theſoreria Real, y ſus officiales.

El lienço, que cae al Occidente, le ocupà lo primero la Ygleſia cathedral, (que es de tres naues, fuera delas capillas, que tiene ala vna y otra vanda; es toda de piedra blanca, fundada la naue principal de en medio ſobre hermoſos arcos, y pilares todos aſſi meſmo de piedra de muy airoſa, y galana arquitectura) En lo reſtante de eſte lienço haſta la eſquina, y aun voluiendo la calle haſta media quadra, ſe han labrado, poco ha, las famoſas caſas epiſcopales con vn curioſo jardin, y muy alegres pieças y quartos altos, y bajos, y ſoportales de ladrillo, con corredores ala plaça, que ſi como hermanan con el lienço ſeptentrional y tuuieran igual correſpondencia por la parte del Sur, y del Oriente; fuera vnas delas mas galanas, y viſtoſas plaças que ay, porque es muy grande, y perfectamente quadrada, como lo pide la proporcion dela planta conforme la qual, ni pudo ſer mas larga, ni mas ancha, que lo que comprehende el ſitio de vna quadra entera con ſus quatro calles. no dudo, que con el tiempo ſe habran de derribar los dos lienços viejos, y edificarlos ala moderna, con ſus ſoportales, y corredores, en proporcion delos otros dos, aunque el Oriental no ha meneſter para eſto derribarle, que ſufficiente fundamento tiene para ello, con añadirle los ſoportales, y corredoress, harà correſpondencia alos otros.

Los edificios, fuera delos cimientos, que ſon dela piedra toſca, pero duriſſima, que dà el cerro de ſanta Lucia (que es el, que diximos arriba, eſtà ya dentro delas ciudad) y fuera de algunas portadas, y ventanaje que ay de molduras de piedra blanca o ladrillo (que lo ordinario ſon de madera) lo demas, es de adoues, de que ſe hazen las caſas tan fuertes y de tanta dura, que he viſto abrir boquerones muy grandes, para enſamblar en ellos otras portadas hechas alo moderno, y no hazer ſentimiento la pared, aunque muy alta, y caſi tan antigua como la meſma ciudad, porque el barro de que lo hazen, ſe endurece de manera con la paja, que ſe mezcla, que ſuele caer vn adobe de muy alto, y no quebrarſe, con ſer muy grandes, y de tanto peſo, que no carga vn hombre mas de vno: labranſe aora mejores caſas, mas altas, y mas autorizas, y lucidas que alos principios, porque los antiguos, y primeros conquiſtadores, cuydauan mas de ſacar oro, gaſtarlo en ſoberbios banquetes, en liberalidades, y gaſtos ſuperfluos, que en edificar como pudieran, hauer hecho entonces, palacios y caſas de viuienda del mucha eſtima, por tener la comodidad dela piedra tan cerca, y tener entonces tanta gente. En eſta materia de edificios, puede eſta ciudad como tambien las demas delas Indias, gloriarſe de vna coſa digna de ponderacion, y es de hauer imitado en eſto a Salomon, el qual començo por el templo, y caſa de Dios antes que trataſſe de edificar ſus Reales palacios. aſſi lo han hecho los Eſpañoles en aquel nueuo mundo, heredando eſta cotumbre de ſus antepaſſados, que poblaron, o reedificaron los lugares, y pueblos de Eſpaña, los quales no ſolamente cuydaron de edificar primero la caſa de Dios, que las ſuyas; pero parece, que en algunas partes tuuieron atencion ſolo alo primero. es coſa marauilloſa la que ponderè en eſta parte, andando por caſi toda Caſtilla, y otros lugares de aquellos Reynos, y es, que no ay ninguno, por pequeño que ſea, que por lo menos, no tenga buena Ygleſia; algunos vi que parecian las caſas delos vezinos palomares, y llegado ala Ygleſia, la via, que era de piedra, con ſu torre muy bien labrada, que me causò harto conſuelo, y edificacion, conſiderando la piedad delos fieles que en eſto reſplandecia.

A eſte modo los Eſpañoles, conquiſtadores delas Indias, cuydando tanpoco de ſus caſas, y viviendas, començaron luego deſde el principio las fabricas delas Ygleſias con tan grande aplicacion, y cuydado, que las que oy ſe ven, no parecen edificios hechos, como lo ſon, de cien años a eſta parte, ſino heredados, como en otras partes, delos Gentiles, o fabricados de mucho mas tiempo atras, ſiendo aſſi que no ay ninguna Ygleſia, que no la ayan sacado de ſus cimientos los conquiſtadores de aquella tierra. y hablando delas de Santiago, fuera dela Cathedral (de que hemos dicho algo, y ſe pudiera dezir mucho mas, de ſu fortaleza, belleza, y hermoſura, y del ornato delos altares, y ſacriſtia) ſon tambien las de mas muy buenas. La de ſanto Domingo, aunque no es de piedra, eſtà fundada en arcos de ladrillo que hazen fachada alas muchas, y muy curioſas capillas, que tiene alos lados dela vna, y otra vanda, y ſobre todas la de nueſtra Señora del Roſario, que eſta toda de pincel, y dorado, y es vn ſantuario de mucha deuocion y piedad, y no ay otro ninguno mas frequentado, por el aſſeo y puntualidad con que aquellos padres ſe eſmeran, particularmente en eſto, y en las fieſtas de eſta gran Señora. la techumbre dela Ygleſia, es de madera de muy curioſa hechura, y mas excelente la del coro, que eſta pintado, y dorado, y con hermoſos laços, y labores. Tiene la ſacriſtia ricos ornamentos de brocado, telas de oro, y plata, y recamados delo meſmo, mucha plata para el ſeruicio delos altares, y en el maior ſe ve vn ſagrario, y retablo dorado de admirable primor, y traça. pero todo eſto, aunque tangrande, calle con el clauſtro, que eſtarà ya acauado, de altos, y baxos, de pilares, y arcos de ladrillo, de muy viſtoſa arquitectura, y en lo mas baxo, por donde anda la proceſſion, ſe ven riquiſſimas Imagenes de pincel, en quatro altares, que eſtan en las quatro eſquinas, aquien hazen cielo los entreſuelos delos corredores, que les correſponden, y eſtan hechos vnas aſquas de oro; de que no deſdize el receuimiento dela porteria, que es muy mageſtuoſo y con famoſos quadros de pincel de ſantos dela orden.

El convento de ſan Franciſco podemos dezir que es vna ciudad, ſegun es de grande. tiene dos clauſtros para las proceſſiones, e menor que es el primeto, de arcos de Ladrillo, y el ſegundo, que es muy capaz, de muy deuota pintura dela vida del glorioſo ſanto, careada con los paſſos dela de ſu dechado Chriſto ſeñor nueſtro; ay ſobre eſta hiſtoria todos los ſantos de ſu orden; y quatro grandes quadros en las eſquinas, que ſiruen de altares, para las fieſtas. la viuienda muy religioſa, y acomodada con alegriſſimas viſtas, que tienen las celdas altas ala cañada. la porteria que han hecho nueua, mageſtuoſa, la ſacriſtia pintada toda, y muy ayroſa, y con ricos ornamentos. La Ygleſia, que es de pie dra muy bien labrada, ſe va llenando por todos los lados de grandes retablos dorados, y las capillas ſon delas mejores, y mas adornadas del lugar. pero todo eſto no llega ala ſilleria del coro, que es vna de las mejores piezas, que he viſto; es toda de cipres, con que ſiempre ay buen olor, y el primer orden de ſillas, que eſtà arrimado ala pared, llega con ſu coronacion junto al techo, todo de admirables lagos, y reliebes, de viſtoſas molduras y galana proporcion.

La Ygleſa de nueſtra Señora delas Mercedes, eſtà tambien fundada en arcos de Ladrillo, que hazen diuiſion de vnas capillas, a otras; la mayor, es coſa inſigne, aſſi por lo fuerte de ſu muralla, por ſer aſſi meſmo de ladrillo, y muy grueſſa, como por la belleza del techo, que es todo de cipres a manera de media naranja de admirable labor, y artificio, en q̃ ſobreſalen diſpueſtos en buena proporcion los arteſones, laços y pendientes, de que ſe compone. El clauſtro interior, por donde andan las proceſſiones, ſe començò con ſus pilares y arcos de tan grande primor, y hechura, que ſera bien meneſter el animo, y buen talento delos que al preſente gouiernan aquella caſa para acabarle. El ſitio de eſte conuento, es el mejor, y mas grande de todas las demas religiones fuera de ſan Franciſco: goça delas primeras aguas, y es tanta la que entra en el convento, y con tan buena corriente, que han podido hazer dos famoſos molinos dentro de ſu cerca, que le dan pan abaſto para los religioſos, y ſobra para las limoſna.

El convento de S. Auguſtin ha menos, que començò, y aſſi eſtà oy mas alos principios; pero la Ygleſia (que eſtarà ya acauada, y es toda de piedra blanca, y de ſilleria, y mampoſteria, y de tres naues) ſera mejor que las referidas. es el ſitio delos mejores del lugar, y no ay ninguno, q̃ eſtè mas en medio del comercio.

La ſagrada Religion del B. Iuan de Dios ha pocos años que la lleuò Dios a aquel Reyno; pero en poco tiempo han hecho mucho ſus religioſos, porque hauiendoles entregado los hoſpitales Reales, los han reformado: y compueſto, no ſolo en lo formal, del cuydado, limpieza, y aſseo, con que ſiruen, y aſſiſten alos enfermos, pero en lo material delas fabricas: y edificios; y ayuda grandemente aſſi a eſto, como al buen credito de ſu religioſa caridad, y ſanto exemplo, la deuocion, que todos tienen a ſu gran patriarca, aquien acude el pueblo con grande frequencia, y fee apedir el remedio de ſus trabajos, y neceſſidades, y no les ſale en vano ſu confiança, porque experimentan muy particulares fauores por ſu interceſſion.

El Collegio dela Compañia de Ieſus, no ha podido fabricar lo interior de la caſa, porque deſde que ſe fundò no ha atendido a otra coſa, que a la fabrica de la famoſa Ygleſia, que tiene, ya acauada, y fuera dela catredral, es ſin controueſia la mejor de todas las demas, es toda de piedra blanca, y la fachada dela puerta principal, muy lucida, y ayroſa, cõ ſus pilaſtras, molduras, y piramides, y en medio va Ieſus de relieue ſobre la cornija principal, todo de admirable arquitectura, como tambien lo es el cruzero dela capilla maior, con ſu cupula, y lanterna, hecho todo de curioſos, y bien labrados florones laços, y arteſones, de dos ſuertes de madera, blanca, y colorada, que hazen muy alegre viſta. las pichinas, y las capillas del altar mayor, y colaterales, ſon tambien de artesones, pero todas de differente labor, cuya vniforme variedad haze vna muy agradable, y proporcionada harmonia.

Eſtà cubierto el techo del cuerpo dela Ygleſia, de madera de Cipres a cinco paños, y aunque los quatro colaterales ſon de primoroſa laceria, pero el quinto de en medio eſtà tan curioſamente labrado, con tantas labores, tanta variedad de encuentros, triangulos, puntas, eſquinas, quadrados, y diuerſidad de figuras, que parece aquien lo mira de abaxo, vn entrincado laberinto, eſtan pendientes atrechos hermoſas piñas, que todo junto con el encornijamento que corte por el muro, haze vna viſtoſa, y agradable proſpectiua.

El retablo del altar mayor, y el tabernaculo del ſantiſſimo Sacramento, ſe aprecian en gran cantidad de dinero, por ſu arquitectura, grandeza, y proporcion, ſube haſta el techo; y porque, aunque tan alto, no pudo, conforme al arte, ſer tan ancho que cogieſſe de pared apared; para llenar los blancos delos dos lados; ſe hizieron quatro ſoberbios relicarios, dos por vanda, tan hermoſos, y grandes, que leuantandoſe ſobre ſu pie del ſuelo, empareja la coronacion del vltimo con la concha, que haze techo al altar maior, con que viene a eſtar todo el teſtero tan cubierto, y lleno, que ala primer vita, quando ſe entra por la puerta dela Ygleſia, parece todo el vna lamina de oro.

CAPITVLO IV.
Del gouierno civil, ecleſiaſtico, y ſecular dela ciudad de Santiago y delas propriedades de ſus naturales.

E

S el gouierno el alma dela republica, y aſſi luego, que ſe fundò la ciudad de Santiago, ſe formò el cabildo, y regimiento, para adminiſtrar la juſticia, ſin la qual ninguna ſe puede conſeruar: conſta eſte cabildo de dos alcaldes ordinarios, el Alferez Real, vn Alguacil maior, vn depoſitario general, ſeis regidores, que ſe eligen cada año, y ſon la mitad en comenderos, y la mitad moradores, y los demas, proprietarios, que tienen comprada la bara para ſi, y ſus decendientes. delos dos alcaldes, tiene el primer voto, y lugar, el encomendero, y el ſegundo el morador, y los demas reparten los meſes del año entreſi: Preſide al cabildo el corregidor, que es juntamente teniente de Capitan General, y es vn oficio muy honrroſo, y aunque es demas coſta, que prouecho, por el lucimiento, que ninguno puede ya eſcuſar en eſte pueſto; nunca le falta dueño, por ſer de mucha autoridad, credito, y eſtima. Eligenſe cada año juntamente cò los dos alcaldes ordinarios, otros dos dela ſanta hermandad, para fuera delos terminos dela ciudad, como ſe vſa en otras partes.

Habra mas de treinta años, que ſe fundò en eſta ciudad la Real chancilleria, que conſta de vn preſidente, quatro oidores, y dos fiſcales, vno que es el ordinario, y otro, q̃ ſe ha añadido de quatro años a eſta parte, tambien con garnacha, y aſſiento de bajo de doſel, aquien toca la proteccion delos Indios, y las materias, dela ſanta cruzada, deſpues delos quales ſe ſigue el Alguacil mayor de corte, que aſſi meſmo tiene aſiento de baxo dedoſel deſpues delas garnachas: el Chanciller ſecretario, relator, y demas miniſtros, como en otras partes. No ay appelacion dela ſentencia de reuiſta que ſe dà en eſte Real acuerdo, ſino para el Real conſejo de Indias; y aun eſto, no en todos los pleitos, ſino en los, que ſe litiga de cierta cantidad conſiderable, que eſtà ya determinada. No ſe puede negar ſino que la Mageſtad de eſte tribunal ha dado muy grande luſtre a eſta ciudad, ſi bien no falta quien llore, q̃ la ha atraſado en la riqueza, a que huuiera llagado, ſi ſus vezinos huuieran proſeguido paſſando con la llaneza, que antes acoſtumbrauan, viſtiendoſe delos paños, que ſe texian en la tierra, y ahorrando de tantas libreas, y galas ſuperfluas, como las que oy vſan, porque los que antes ſalian muy honrrados ala plaça veſtidos con la templanças que vſauan los mas principales y la gente mas noble; no pueden oy parecer en publico, ſino con veſtidos de ſeda, o paño de caſtilla, que aun ſuele coſtar mas, por que vna bara vale de doce a veinte Reales de aocho. Ni puede parecer decentemente quien tiene opinion de algun caudal, menos que con criados veſtidos de libreas, mas, o menos, conforme tiene cada vno el poſſible, y de algunos años a eſta parte, han dado en vſar Quitaſoles de mucho precio, y ſi bien al principio començaron por la gente de prima claſſe; oy dexa de vſarlos ſolamente quien no puede, y aunque parecen bien, y ſon de mucha autoridad, y maior comodidad, y prouecho, para la ſalud; pero en fin es maior carga, y gaſto, y aumenta los forçoſos, que trae conſigo el viuir en corte.

Por eſta, y otras cauſas han juzgado algunos, que le eſtaua mejor a eſta ciudad y Reyno, gouernarſe ſin la audiencia Real, como lo haxia antiguamente; pero verdaderamente, no tienen raçon, porque lo primero ay muchas ciudades en las Indias, donde ſin eſta ocaſſion de corte, he viſto tan entablada la vanidad de galas, y gaſtos ſuperfluos, como en qualquiera otra parte. Lo ſegundo porque abſtrayendo de particulares affectos de paſſiones, y proprios intereſſes, a que comunmente eſtan expueſtos los hombres, y ſon los que pueden corromper la entereza, y ſinceridad dela juſticia, y raçon; no ſe puede negar, ſino que la ſumma autoridad de eſte tribunal, es de grande momento, para mantener en paz vn Reyno, adminiſtrando juſticia, y deshaziendo agrauios, y amparando alos deſualidos, no permitiendo, que el ſoberano poder, y licencia, que algunos ſe toman, o por raçon de ſus officios, y pueſtos, o por ſus riquezas, valimientos, y buena maña, ahogue la raçon, oprima la inocencia, y quieras lleuarſe por delante alos menos entremetidos, que no curſaron las eſcuelas dela liſonja, piſando ſus fueros, y atropeleando por los derechos de ſu juſticia.

De eſta manera es vna Real audiencia en vn Reyno freno delos vicios, premio dela virtud, amparo de pobres, y fiel valança dela raçon, y derecho de cada vno; y eſte es el intento de nueſtro catolico Monarca, y por eſte ſin fundò eſta Real audiencia en eſte Reyno; que aun alli viene a ſer mas neceſſaria, por eſtar tan remoto, y apartado de ſu Real viſta, a cuya cauſa es tan difficultoſo, que lleguen a ſus Reales oidos los clamores delos pobres, las quexas, injurias, y agravios de ſus leales, y fieles vaſallos; y ſi talvez llegan, llegan ya tan canſados, q̃ apenas ſe dexan ſentir, y por eſta meſma cauſa les corre mas apretada obligacion alos que interuienen en el proveimiento, y elecion delos Reales miniſtros, que ſe embian a partes tan remotas, y diſtantes, a poner los ojos en perſonas chriſtianas, y de buena intencion (que es lo principal) y que ſean doctos, y inclinados ala piedad chriſtiana, como los ha havido, y ay en aquel Reyno, y es neceſſario, para dilatar, y confirmar aquella nueua chriſtiandad.

Tambien ſirue la Real audiencia, de que paſſe a Chile con ſus miniſtros mucha nobleza, y como ſe van ſuccediendo vnos a otros, y le van acimentando en aquella tierra; ayudan a ſu poblacion, y aumento, con que ſe continua la trauaçon, y correſpondencia con Eſpaña, que alos vnos, y alos otros eſtà empre muy bien, y no ſe puede negar; que aunque acceſſorio, es de mucho luſtre para la ciudad la autoridad, que dà ſus fieſtas, y actos publicos, la aſiſtencia de vn tribunal de tanta veneracion, y reſpeto, con que demas deſto ſe honrran los acttos literarios, y ſe patrocinan las letras, y los que ſe dan a eſte tan vtil, y honeſto exercicio, ſe alientan a trabajar con la eſperança del premio, con que ven laureados los desvelos delos que por el meſmo camino, llegaron alos pueſtos de auogados, relatores, fiſcales, y oidores, que en las Indias ſon todas eſtas plaças de muy grande honrra, y prouecho, y las de Chile hazen ventaja a muchas otras, porque demas de ſer maior el ſalario, que en algunas otras partes es la tierra tan apacible, y ſemejante ala de Eſpaña, como hemos viſto, y tan barata la comida, que ſe puede a horrar buena parte de la renta, para otros efectos. Fuera de eſtos tribunales, ay otro, que es el ordinario, que ay en otras partes, de contadores, y theſoreros, para el manejo, y adminiſtracion dela hazienda, y caxa Real; toca a eſtos miniſtros la viſita delos nauios, que entran, y ſalen de Valparaiſo, y ſon officios de mucha honra, y eſtima, y no de poco prouecho, y es merced, que haze el Rey, como la de todos los demas miniſtros, y officiales dela Real audiencia: A eſta toca ſolamente adminiſtrar juſticia en las materias tocantes ala republica, que las dela guerra, y gracia, partenecen al gouernador, y a ſus miniſtros, de que hablaremos en ſu lugar. Del gouierno eccleſiaſtico es dueño abſoluto el Señor obiſpo, y aunque el obiſpado de Santiago no es delos mas ricos delas Indias, por valer alli tan baratos los frutos de la tierra, y conſiguientemente los diezmos, lo ſuple la bondad del pais, y aun eſſa meſma abundancia, y valer tan barata la comida, viene aſer, parte de riqueza, pues con menos gaſto puede ſuſtentar la familia, y caſa epiſcopal, mas numeroſa, que en otras partes, con que a horrandoſe buena parte de la renta, viene a enparejar, y aun aventajarſe a muchos otros obiſpados, que por mucho que valgan, es caſi todo neceſſario para mantener la autoridad Epiſcopal con la debida decencia. La de eſte obiſpado puede carearſe con las mayores delas Indias, porque la clerecia es muy lucida, y numeroſa; y aſſi lo ſuelen ſer los acõpañamientos, con q̃ ſale de caſa el ſeñor Obiſpo algunos dias mas ſeñalados, y el q̃ le hazen, quando ſe reciue en ſu Ygleſia es muy celebre, porq̃ ſale parte dela audiencia, los cabildos, la caualleria, la milicia, y demas pueblo, y ſuele ſer vn dia de mucho lucimiento. El cabildo eccleſiaſtico es muy graue, y autorizado en cuyo proeimiento no tiene parte otro, que el Rey, el qual en virtud del patronazgo Real, y conceſſion delos ſummos Pontifices, prouee todas las preuendas, conongias, y dignidades delas Indias, y aſſi no ay como en Eſpaña el mes del Obiſpo, o del Papa, porque todas las vacantes corren por ſu cuenta, y no ſolo las delas dignidades, y prevendas, ſino tambien delos Curatoz; aunque differentemente. porque aquellas las provee immediatamente por ſi, deſde Eſpaña, por conſulta, que el Real conſejo de Indias haze a ſu Mageſtad delos benemeritos, y ma sdignos; pero la prouiſion delos Curatos, y dotrinas, la haze por ſu gouernador, y preſidente, fijandoſe primero los editos, paraque los opoſitores al beneficio, que ha vacado, ſe opongan al examen: delos quales preſenta el Señor obiſpo tres al gouernador, paraque en nombre del Rey elija el que mas conviene conforme ala graduacion, en que va propueſto. El ſanto tribunal dela inquiſicion, que eſta en la corte de Lima, ſirue para todos los Reynos, y Prouincias dela auſtral America, y aſſi no ay en Chile, ſino vn comiſario con ſus officiales, y familiares, que en los actos publicos le acompañan, y hazen forma de tribunal repreſentando muy grande autoridad; otro commiſſario ay tambien dela ſanta cruzada, que es tambien vn pueſto de muy grande veneracion, y el dia, que ſe publica, y paſſea la bula, acuden por obligacion todos los vezinos, y moradores del lugar a cauallo, y deſpues ala proceſſion todas las religiones, que ſon dias de muy gran lucimiento, y aſſi el officio es de mucha eſtima, y de grande autoridad.

Concluyamos eſte Capitulol con dezir algo delos naturales que nacen en eſta ciudad, pues ſon la principal parte de ellas; ſon eſtos por lo general de buenos ingenios y habilidades, aſſi para las letras, en que ſe ſeñalan mucho los que ſedan a ellas, como para otros empleos. Son naturalmente mas inclinados alas guerra, que a otros, y aſſi ay muy pocos que ſe apliquen ala mercancia, y los que no ſe dedicaron deſde niños alo eſtudios, o aplicandolos ſus padres aellos, no ſe inclinaron, y començaron con tibieza, o deſgana eſte exercicio, facilmente les dan de mano; y enſonando la caxa, o la trompeta, ſe inquietan de manera que no paran haſta aſentar plaça de ſoldados, porque les agrada mas la libertad dela milicia, que la ſugecion y diſciplina de las eſcuelas.

Son notablemente inclinados a andar a cauallo, y he viſto muchas veces que para acallar a vn niño, que a penas comiença a andar, no ay medio como ponerle ſobre vn cauallo, y aſſi ſalen famoſos ginetes, y muy dieſtros, fuertes, y ſueltos en ambas ſillas; y es comun opinion, y experiencia conocida, que en la guerra, vale mas para la caualleria vno dela tierra, que quatro que vengan de fuera, han probado bien eſta verdad, en el diſcurſo de tantos años como ha que dura la de aquel Reyno, como ſe verà en los hechos particulares, y hazañas que referiran la hiſtorias de Chile quando ſalgan aluz, a que me remito.

Son Naturalmente liberales, compaſſiuos, y amigos de hazer bien a todos, y los que les ſaben obligar honorandolos y tratandolos con la corteſia y reſpecto debido, ſon dueños de ſus voluntades, y los muchachos lleuados por bien, ſon muy dociles, y faciles de perſuadir, pero ſi quieren lleuar los por mal, muerden la manta, y lo hazen peor, y aſſi tenemos hecha experiencia en nueſtros eſtudios y eſcuelas, que ſe obligan mas a eſtudiar procurandolos lleuar por motiuos de honrra, y ſuauidad, que por via de rigor y aſpereza.

CAPITVLO V.
Dela riqueza, Milicia, estudios generales y aumentos dela ciudad de Santiago.

E

S eſta ciudad (aquien dio el Rey titulo dela muy noble y leal) la cabeza del Reyno, y vna delas mejores delas Indias, excepto la delos Reyes, y Mexico, que ſon mas ricas, de mas ſumptuoſos edificios, y templos, de mas gente, y de maior commercio, por ſer mas antiguas, mas vezinas a Eſpaña, y mas al paſſaje dela gente que va de Europa; y ſobre todo, libres delos tumultos dela guerra, que es la polilla, que en pocos años ſuele deshazer ciudades muy grandes, y aun Reynos enteros; y no es poca prueba dela fuerza, que tienen, los que ſuſtentandola, ſe mantienen y conſeruan. Ciento y quatro años ha que ſe fundò eſta ciudad, y otros tantos ha, que tiene ſobre ſi la peſada carga de tan prolixa, y porfiada guerra, como la que los Indios han hecho, y hazen alos Eſpañoles, como veremos adelante, acudiendo a ella con ſus haziendas, con ſus hijos, y vezinos, ſin que aya hauido tiempo, en que, o no eſtè con las armas en la mano, o ſocorriendo al Real exercito con dineros, cauallos, comida, y gente; calamidad que fuera mucho hauerla dado lugar a conſeruarſe en aquellos primeros principios de ſu fundacion; quanto mas hauerſe aumentado, y pueſtoſe en la altura que oy eſtà.

Ni es de poca conſideracion la otra ocaſion y comodidad que han tenido del crecer otras ciudades delas Indias que por eſtar al paſſaje de otras, ſe han avezindado en ellas muchos, que por ventura lleuauan la mira a otra parte, o al menos iuan indifferentes alo que ſalieſſe mas a propoſito a ſu comodidad; lo qual paſſa muy al contrario ala ciudad de Santiago, porque como aquel Reyno eſtà tan remoto, y apartado, y viene aſer lo vltimo dela America, ninguno va a el, para paſſar a otra parte, porque aquella del Sur viene a ſer el non plus vltra del mundo, y aſſi nova alla nadie, que no ſea de induſtria, y intento particular de algun interes proprio, que tenga alli, y de eſta manera es fuerça, que ſean menos los que de Europa paſſan ordinariamente a aquella tierra.

Pero ella es de tanto jugo, y tan acomodada para paſſar la vida, que ſin envargo de eſtas dos circunſtancias, y ſobrehueſſos, que pudieran hazer tanta opoſicion a ſus aumentos; ha crecido tanto, que admira: y ay muy pocas Ciudades en las Indias, que la igualen en las galas, y luſtre de ſus hauitadores, particularmente, alas mugeres (pluguieſſe a Dios no fueſſe tanto; que otro gallo les cantara, porque como todo eſto va de Europa vale alla cariſſimo, y aſſi cauſa eſto grandes empeños) quien viere la plaça de Santiago y viere la de Madrid, no harà differencia, en quanto a eſto, dela vna ala otra, porque no ſalen mas de corte los ciudadanos, mercaderes, y caualleros a eſta, que a aquella; y ſi hablamos del aſſeo, y riqueza delas mugeres, en ſus adornos, y veſtidos, aun es mucho mas y mas vniuerſal, porque como las Eſpañolas no ſiruen alla de ordinario; todas quieren ſer Señoras, y parecerlo, ſegun ſu poſſible, y la competencia de vnas con otras ſobre aventajarſe en galas, joyas, perlas, y preſſeas para ſu adorno, y libreas de ſus criadas (que ſuelen ſer muchas las, que lleuan de tras deſi) es tal, que por ricos, que ſean los maridos, han meneſter todo lo que tienen, particularmente ſi es gente noble, para poder ſatisfacer ala obligacion, y decencia de ſu eſtado ſegun eſta ya receuido.

En quanto ala milicia de eſta ciudad ay en ella fuera dela Compañia delos vezinos en comenderos y capitanes reformados (que es la mas principal, y no tiene otro Capitan, que el meſmo Gouernador, o ſu teniente general) otras del numero, dos, o tres de acauallo, y otras tres, o quatro de infanteria Eſpañola, eſtos ſalen frequentemente por ſus turnos los dias de fieſta, a exercitarſe en el vſo delas armas, marchando por la ciudad, y algunasveces entre año ay ſuiças, y alardes Generales, en que ſalen todas, y va paſſando mueſtra cada compañia, regiſtrando cada qual ſus armas, delante delos oydores, y officiales reales, que los van eſcriuiendo en los libros, para ſaber, que gente, y armas ay para la ocaſion, que ſe puede ofrecer, y multar o alos que faltan, o no tienen ſus armas, y cauallos con el aſſeo, y curioſidad propria de ſu profeſſion. Con eſta preuencion, y diligencia, eſtà la gente exercitada, y ſe halla bien diſciplinada, para la ocaſſion, y de camino ſirue eſte exercicio de vna honeſta recreacion, y entretenimiento, y no da poco luſtre ala ciudad, porque en algunas fieſtas, y proceſſiones, ſuelen ſalir vna, o dos compañias de guarda, poniendoſe ala hila por donde paſſan, para hazerles la ſalua con la moſqueteria, que diſparan, y la ſemana ſanta, ſale ſiempre vna Compañia de cauallos, y otra de infanteria a coger las bocas delas calles, por donde paſſan las proceſſiones de ſangre, y dela paſſion, para maior quietud, y ſeguro delos diſciplinantes, y cofrades, porque en eſtos tiempos dela ſemana ſanta ſe ſolian temer algunos alborotos delos Indios contra los Eſpañoles, por andar eſtos aquellos dias ocupados en los officios de deuocion y aſſi para que pudieſſen acudir con mas ſeguridad, y quietud a ellos ſe entablo eſta coſtumbre, que dura haſta aora.

Los dias mas celebres, en que luces mas eſta milicia, ſon los delos receuimientos delos Señores obiſpos Y gouernadores, porque las compañias delos Soldados, ocupan muy grande eſpacio, y llegando ala plaça forman ſu eſquadron donde ſuele ſer el concurſo tan grande q̃ con ſer las calles bien anchas, y la plaça muy capaz, no cabe la gente en ella: y ya que hemos tocado eſte punto, no dexemos de dezir lo que en eſta parte es de grande admiracion en eſta ciudad (y lo meſmo debe ſer en otras delas Indias) y es ver lo que ha crecido, y aumentadoſe de Eſpañoles de quarenta años a eſta parte, ſin embargo dela perpetua ſaca, que ay para la guerra, donde ſe conſumen, y perecen muchos delos que van; y bueluen muy pocos: acuerdome hauer oydo cortar de aquellos tiempos, que aſomandoſe a nueſtra porteria vno delos nueſtros, que acauaua de llegar de Europa, viendo andar tan poca gente por la calle, y plaça, dixo aquellas palabras del poeta aparent rari nantes ingurgite vasto, con que declarò bien la improporcion dela gente con el ſitio, por donde andaua: pero oy ſe ve eſta calle tan frequẽtada de gẽtes q̃ a qualquier hora del dia, y aun a muchas dela noche, ſe halla ſiempre mucha, porque ſe han fabricado tiendas de mercaderes dela vna, y otra vanda dela calle, por hauer crecido el comercio, y lo meſmo es en otras de officiales, y diuerſas ſuertes de moradores.

A menos differencia de tiempo, puedo yo dezir la que reconoci en el aumento de eſta ciudad, aſſi en gente como en templos, edificios, y luſtre de todo eſto; porque hauiendo faltado cerca de ocho años de eſte Reyno, cofieſſo, que quando volui a el, no conoci eſte lugar, ſegun lo halle aumentado en todo, porque muchos ſolares, donde no hauia ni vna caſa, los hallè edificados; y los que lo eſtauan; mejorados en altos, y mas quartos, y viuienda, con que los patios, que ſolian ſer muy grandes, los hallè ya mas eſtrechos, porque al paſſo, que ſe ha ido multiplicando la gente, ha ſido neceſſario eſtrechar los ſitios, y no baſtando eſto: hallè que la ciudad ſe hauia eſtendido de manera, que eſtando plantada ala falda del cerro que diximos, ala parte Occidental del; le hallè ya todo rodeado de caſas, y con buen fondo de edificios hacia las parte Oriental, y lo meſmo proporcionalmente por los otros lados; y por la vanda del Rio, y dela cañada ſe va eſtendiendo cada dia mas, y mas. Debia de hauer quando hize la auſencia, que digo, haſta doce tiendas de mercaderes; y haziendo reflexion ſobre las que hallè, quando volui, eran ya mas de cinquenta, y lo meſmo proporcionalmente en quanto alas officinas, y tiendas de çapateros, ſaſtres, plateros, carpinteros, herreros, y otras artes. y no ſolo han crecido eſtas en el numero, ſino en la qualidad, porque ſe haze oy todo mas curioſo, y perfecto, que antiguamente; porque como ſe han aumentado los maeſtros, y officiales ha crecido la emulacion; y aſſi ſe hazen ya hechuras muy curioſas, y de mucho valor de oro, plata, y madera, dorados, y pinturas, que juntamente, con las que cada dia entran de fuera, ſe han adornado las Ygleſias, y caſas de manera, que ay oy en algunas tanto, como hauia antiguamente en toda la ciudad.

Alguuos ſe lamentan de que no ay ya, hombres tan ricos, y poderoſos, como hauia al principio; y en parte es verdad; pero la concluſſion de eſto, no es que la tierra aya ido a menos, antes es argumento delo mucho que va creciendo; porque las tierras, y poſſeſſiones, que eſtan oy repartidas en diez familias, eran antiguamente de vno; con cuya muerte ſe fueron diuidiendo conforme al numero delos herederos, que han ido ſuccediendo, y aſſi aquella hazienda, que tenia antiguamente vno ſolo, y le hazia poderoſo, y rico, le hiziera oy quatro tanto mas, ſi voluiera toda al tronco, porque quando algunos delos q̃ han heredado no ayan ſido para tanto, como ſus antepaſſados, otros lo han ſido, y aun para mas, de manera, que tal vez ay alguno que ha ſalido de tan buen talento, que abſolutamente llega a tener mas hazienda, que ninguno de ſus aſcendientes, y por lo menos es cierto, que la de todos los herederos juntos, es mas ſin comparacion, que fue en ſu origen, y principio; de donde ſe ve que dado caſo, que huuieſſe antiguamente vno, o otro mas rico, no lo era la tierra tanto, como es aora, y eſto es manifieſto aquien conſidera los edificios, poſſeſſiones, y heredades, que ſe han aumentado que es de manera, que podemos dezir, que, ya no cabe la gente, donde antes, no ſe hallaua para ocupar tanto eſpacio como hauia aſſi en el ſitio dela ciudad, como en los campos vezinos; y aun tambien en los mas apartados, y remotos, los quales ſe pudieran comprar, como dizen, agueuo en aquellos tiempos, y en los preſentes han ſubido tanto de precio, que vna eſtancia, por moderada que ſea, no ſe hallarà ſino amillares de dineros, y es tanta la hambre, y codicia, que ay de tierras, que caſi no ay otros pleitos en la Real audiencia, ſino ſobre los derechos, y, poſſeſſiones de ellas, porgue con tomarla, los antiguos de vn rincon de vn valle, de que tenian titulo, les parecia, que era todo ſuyo, y como los que llegaron deſpues, procuraron tambien acomodarſe, y buſcaron nueuos titulos, y tomaron nueuas poſſeſſiones, que han ſido la cauſa de tantos pleitos.

No ay vniuerſidad formada en eſta ciudad, porque la del Perù ſeruia para irſe agraduar a ella de todas las demas partes, y Reynos comarcanos: pero viendo quanto iuan eſtos creciendo, y que no baſtaua ya la vniuerſidad de Lima para honrrar a tantos, y tan grandes ſugetos como iuan ſaliendo cada dia en otras partes, y la incomodidad, que ſe les ſeguia de hazer caminos tan largos, que eran de a trecientas, a quinientas leguas, ſe alcançaron bulas del ſumo Pontifice, en fauor delas dos eſclarecidas religiones de ſanto Domingo, y nueſtra Compañía de Ieſus, para dar los grados de bachiler, licenciado, Maeſtro, y dotor en artes, y Theolugia, en los Reynos de Chile, de granada, Quito, Chuquizaca, Tucuman, y Paraguay. Y ha moſtrado bien el efecto quan importante ha ſido eſta gracia, y priuilegio, porque con el eſtimulo dela honrra, ſe han aplicado mas en todas partes al eſtudio; con que los ſacerdotes, y curas ſon ya doctos, y acuden mejor al empleo delas almas, y los que ſe hazen religioſos, entran mas aptos para ſeruir, y honrrar a ſus Religiones: y los que en ellas hauian eſtudiado, han alcãçado cõ el grado, el premio digno de ſus letras; y no ayuda poco para ſu mayor eſtimacion el aparato, y ſolemnidad, con que ſe dan los grados en todas partes, y aunque no he viſto darlos en ſanta fee de Gobota, en Quico, y Chiquizaca, ſupongo del gran luſtre de eſtas muy nobles ciudades, que ſe harà con el aparato proporcionado aſu grandeza, como lo cuentan los que lo han viſto. En Cordoua de Tucuman vi que ſe hazia con toda la poſſible, y enquanto al rigor delos examenes, y pruebas para obtener el grado; en ninguna parte mas exactas, ni con mas rigor, por eſtar aquellos eſtudios muy bien entablados. Hablando de nueſtro Santiago, no pienſo, que queda, en nada inferior a otras partes, en todas las ceremonias, y ſolemnidades, que ſe vſan en las mas floridas, y luſtroſas vniuerſidades, porque lo primero, ſe hazen los actos publicos, y las lecciones de hora con grande concurſo, ſolemnidad, y aparato, acudiendo, fuera delas Religiones, delo mejor dela ciudad, y tal vez el Señor obiſpo, o el preſidente, o la Real audiencia, o los cabildos eccleſiaſtico, o ſecular, aquien ſe dedican: los puntos para la leccion de hora, dentro delas veinte, y quatro, que diſpone la conſtitucion, ſe dan con grande fidelidad, abriendo el texto por tres partes, como ſe acoſtumbra, publicamente en preſencia de vn gran concurſo; ni es diſpenſable con ninguno el rigor dela ley, aſſi en eſto, como en todos los demas actos, examenes, y pruebas, que preceden para dar al graduando el grado que pretende; el qual ſe le dà el ſeñor obiſpo, en virtud dela aprobacion que lleua del padre Rector, y Maeſtros, conforme ala bula. ſegun la qual, no ay obligacion de dar propinas, pero, para que acudan los doctores con mas guſto, y la coſa ſe haga con mas ſolemnidad, ſe han entablado algunas moderadas, fuera delos guantes, en lugar dela colacion, que ſe daua, aunque algunos dan lo vno, y lo otro, para hazer mas oſtentacion. Lo mas que ay de ver en eſtos grados, es el aparato, concurſo, y ſolemnidad, con que ſe dan, porque fuera del acompañamiento ordinario delos doctores, y Maeſtros, con ſus capirotes, y borlas, y todo lo demas, que ſe vſa en las vniuerſidades; eſtà ya receuido combidar ala caualleria dela ciudad, la qual como es tan lucida, y numeroſa, haze mas luſtroſo, y tanto mas crecido el acompañamiento, que dudo ſe le aventaje en eſto ninguno otro, y habrà pocos, q̃ ſe le igualen, porque como es alli tan facil el ſuſtentar caualleriças de cauallos derua, ſalen todos con mucho guſto, por ſer naturalmente honrradores, particularmente delos que ſe aplican al exercicio dela virtud, y letras.

CAPITVLO VI.
Del culto diuino, y ecclaſiaſticos dela ciudad de Santiago.

S

I huuieramos de hazer juizio delo que es eſta ciudad, a proporcion del eſtado eccleſiaſtico, de que ſe compone, y del culto diuino, en que tanto ſe eſmera; la juzgaramos por mucho mayor delo que es, y pocas pudieran parecerlo tanto; porque la grandeza, aſſeo, y curioſidad, con que ſe celebran las fieſtas, los gaſtos, que ſe hazen en muſicas, olores, y cera, ſon muy grandes; digamos algo en particular, de donde ſe podra colegir lo demas. Y començando por la cathedral, comienço juntamente a alabar la piedad de aquellos ſeñores el iluſtriſſimo ſeñor obiſpo, Preſidente, y oidores dela Real audiencia, y demas miniſtros, los quales tienen repartidos entreſi los ocho dias del octauario del corpus Chriſti, haziendo cada vno el dia, que le toca, todo el gaſto, que es muy grande, porque la cera vale mucho, por lleuarſe de Europa, y los olores tambien, porque la maior parte de ellos les viene tambien de fuera. Haze crecer eſtos gaſtos; y conſiguientemente el lucimiento de eſtas fieſtas, la ſanta emulacion, y competencia, con que ſe procuran aventajar los vnos alos otros; y aſſi eſtà todos eſtos ocho dias hecha la Ygleſia vna poma de olor; cuya fragancia ſe ſiente a mucha diſtancia, antes de llegar aella. las proceſſiones del dia, y del octauario, corren por cuenta dela Ygleſia, y el colgar las calles, y hazer en ellas los altares (que ſe hazen para maior adorno) por la delos moradores, por donde paſſa la proceſſion; concurren a eſta todas las Religiones, y cofradias con la ſolemnidad, que ſe vſa en otras partes, y todos los officios mecanicos con ſus eſtandartes, y pendones, de manera que viene a coger muy grande trecho. Deſpues dela proceſſion dela cathedral ſe ſiguen las delas religiones, y monaſterios de monjas, con que vienen a durar todas mas de vn mes, procurando cada qual que ſalga mejor la ſuya, con mayor oſtentacion de cera, y adorno de andas, y altares, los quales ſuelen hazerlos muy ricos, y viſtoſos, de curioſas tramoyas, y artificios; a todas eſtas proceſſiones acuden los Indios de la comarca, que eſtan en las chacras (que ſon como aldeas, a vna, y dos leguas dela ciudad) y trae cada parcialidad ſu pendon, para el qual eligen algunos dias antes el alferez; y eſte tiene obligacion de hazer fieſta el dia dela proceſſion alos demas de ſu ahillo: es tan grande el numero de eſta gente, y tal el ruido, que hazen con ſus flautas, y con la voceria de ſu canto, que es meneſter hecharlos todos por delante, para que ſe pueda lograr la muſica de los ecleſiaſticos, y cantores, y podernos entender, para el gouierno dela proceſſion.

Las demas fieſtas, que hazen las Ygleſias, y religiones entre año, van a eſta proporcion, porque no ay ninguna, que no tenga ſus deuotos, que ſe las ayudan a coſtear, en particular ſe ſeñalan en las delos patriarcas, y en las delas cofradias, y congregaciones, aſſi de Eſpañoles como de Indios, y negros, en las quales comulgan todos los congregados, y cofrades en la miſſa maior a viſta de todo el pueblo, con hachas encendidas, como ſe ve la mañana dela Reſurecion, en la cathedral. En ſanto Domingo, el dia del Roſario: y el dela Concepcion, en S. Franciſco: en la Merced, el de S. Lorenço: y el dela cruz de mayo, en la capilla dela vera cruz: en S. Auguſtin el dela Candelaria: y otros en que eſtas ſagradas Religiones celebran las fieſtas de ſus cofradias, que tienen en ſus conventos, todas muy lucidas, y ricas de cera, y varios adornos. La Compañia tiene tambien quatro de eſtos dias al año, en que los congregantes, y cofrades no quedan atras en la piedad de eſta deuocion, y ſanta coſtumbre: mas adelante diremos lo particular en que ſe eſmeran quando tratemos de nueſtros miniſterios. Digamos aora algo de la proceſſion, y fieſta, que podemos dezir, es la Reyna de todas las que en aquel lugar ſe celebran, y es la del tranſito de nueſtra Señora, que haze todos los años el convento del glorioſo patriarca ſanto Domingo, o por dezir mejor, vno de ſus verdaderos hijos, de no menor nobleza, que religion, que parece no pienſa en todo el año en otra coſa, que en aumentar, y adelantar en los fieles la deuocion de eſta gran Señora, y con efecto paſſa aſſi, porque no ay año, que eſte dia dela Aſſumpcion, no ſe vea algun aumento en eſta fieſta, para la qual ſe leuanta en medio dela capilla mayor vn tumulo tan grande, y tan alto, que empareja con lo mas ſupremo del techo; pedia ſu arquitectura vna larga deſcripcion, para pintar dignamẽte la ꝓporcion delos cuerpos de que cõpone, haſta el vltimo, ſobre el qual ſe ve en lo mas alto vna corona de oro, y volando ſobre ella vna paloma, ſimbolo del Eſpiritu Santo, y todo viene a ſerlo dela ſoberana Reyna, cuya coronacion en la gloria repreſenta eſte ſumptuoſo ſepulcro; no ſe ve en todo el, ſino oro, y plata, ricas telas, y brocados, primores del pincel, y muchiſſimas luces, todas de cera blanca, con que parece el mauſoleo vna perpetua llama de fuego, por los reflexos que hazen las luzes en lo dorado delos nichos, y molduras, en los pedeſtales, Vaſas, Columnas, Pilaſtras, Capiteles, Arquitrabes, Friſos, Cornijas, Arcos, Piramides, y Frontiſpicios de eſte mageſtuoſo monumento; cubre la vrna, que viene a eſtar en medio, vn rico paño: entre los balauſtres, que van rodeando haſta lo alto todo este tumulo, eſtan repartidos muchos blandones de plata, muchos angeles, y otros adornos que hermoſean eſta maquina mas de lo que ſe puede dezir. La proceſſion ſe compone de todos los miſterios, y paſſos dela vida dela ſoberana Virgen, cada vno delos quales lleua vn ſacerdote en medio de ſus diaconos, que le alumbran, y van todos reueſtidos; y vltimamente va el ſanto ſepulcro, el qual pudiera por ſi ſolo hazer fieſta a parte, ſegun va de rico, y hermoſo, va la proceſſion ala cathedral, eſtando las cales adornadas de tapicerias, altares, y hermoſos arcos, hazele la ſalua la infanteria, diſparanſe muchos fuegos, vltimamente ſe da fin ala fieſta, con vna repreſentacion, que ſe haze, para reciuir el ſanto ſepulcro corriendo vnas cortinas, y cantando con gran deuocion, y ternura.

Aunque en las fieſtas, y culto diuino de eſta ciudad ſe eſmeran tanto los religioſos de todas ordenes, pero quien ſe lleua abſolutamente la gala, ſon los monaſterios de religioſas, que ſon tantas, que ſolo el de S. Auguſtin cuenta delas puertas a dentro quinientas perſonas, las trecientas que ſon monjas de velo, y las demas ſargentas, que ſon religioſas legas, y gente de ſeruicio, y como por no caber mas en eſte monaſterio, no ſe reciuen, ſino muy pocas, y con gran difficultad; ſe van reciuiendo cada dia tantas en el de ſanta Clara, que dentro de poco le podra competir en el numero, como lo ha començado ya a hazer en el aſſeo, y curioſidad de ſus fiestas. Lo que en eſto ſe eſmeran eſtos Angeles dela tierra (que bien merecen eſte nombre las que con tan grande edificacion, y exemplo, y con tan grande virtud ſiruen a aquella ciudad de muro de ſu defenſa para con Dios) no ſe puede ſufficientemente explicar con palabras, porque la curioſidad, limpieça, y riqueza delos altares; y ornamentos ſacros, no puede mejorarſe: que dire delos olores, flores artificiales, pomas, caçoletas, pebetes, y pebeteros? he viſto eſtos algunas veces en la capilla mayor tan grandes, y hermoſos, que admiran, por la materia de que los hazen, que es de açucar blanco como la nieue, ya en forma de caſtillo, ya de candelero o piramide, todo de admirable, y exquiſita manifatura.

Ni ſe contentan con ſolo eſto. he viſto muchas veces cubierta la reja del coro, y los eſtantes, y Vigas dela Ygleſia de curioſiſſimas pieças de alcorças en forma de ſoles, laminas de medio reliebe Angeles, y ſeraphines, y de otras mil invenciones, y figuras, que fuera nunca a cauar referirlo por menor: ſolo digo que la liberalidad, y grandeza de aquellas Señoras, es tal, que con coſto lo que ponen de todo eſto en cada fieſta muchos ducados, no lo guardan, como pudieran, de vna para otra, ſino que en acabando la miſſa, he viſto repartir lo que eſtà mas amano, entre los que ſe han hallado en la Ygleſia; y no ſolamente ponen dentro de ella eſtas coſtoſas curioſidades, pero aun los altares, que hazen fuera en los clauſtros, y en la calle, para las proceſſiones, los he viſto muchiſſimas veces cubiertos de eſtas pieças, en cuya hechura ſon tan primoroſas, como en las frutas contrahechas, que hazen de eſta meſma materia, con tan gran perfecion, y ſemejança, que parecen recien cogidas delos arboles. Los conuentos de religioſos no ſon tan numeroſos como los de las monjas, ſi bien ay algunos de a cien ſugetos, y otros de ſeſenta, y ſetenta, y el numero dela clerecia, es tambien muy grande, y de ſugetos de mucha virtud, y grande exemplo: deſpues que yo ſali de aquel lugar, ſe habra fundado vn monaſterio de veinte y quatro, o treinta monjas, las quales no tendran neceſſedad de dote, porque vn cauallero, que murio alli, que fue el Capitan Alonſo del Campo Iantadilla, Alguacil mayor de aquella ciudad, dexò ſu hazienda para eſta fundacion, que ſera de gran ſeruicio de Nueſtro Señor, para ayudar al remedio de doncellas, que no le tuuieran por otro camino.

CAPITVLO VII.
En que ſe trata de las proceſſiones dela ſemana ſanta en la ciudad de Santiago.

C

Oncluyamos eſta materia de piedad, y deuocion chriſtiana con dezir algo delo mas inſigne de eſta ciudad en eſte genero, y es la grandeza con que celebra las proceſſiones dela ſemana ſanta, en lo qual verdaderamene ſe excede aſi meſma, y quantos van de fuera, quedan admirados, diziendo que nunca tal creveran, ſino lo vieran. comiençan eſtas proceſſiones el martes ſanto, y da principio la cofradia de los morenos, que eſta fundada en el collegio del nueſtra Compañia (de que hablaremos quando lleguemos a tratar de ſus miniſterios como tambien dela que haze la cofradia delos Indios la mañana dela reſurreccion). Sigueſe a eſta proceſſion la que ſale del inſigne conuento de San Auguſtin, en que eſta fundada la cofradia delos mulatos. Van todos con ſus tunicas negras, y ſacan muchos, y muy deuotos paſſos dela paſſion, acompañados con mucha cera, y la muſica es delas mejores del lugar. El miercoles ſale la proceſſion dela famoſa cofradia delos Nazarenos, que ſe compone de Eſpañoles maeſtros, y officiales de varias artes, y eſtà fundada en el Real conuento de Nueſtra Señora dela Merced, y es de las mas ricas, y mas bien ſeruidas, que ay. Sale eſta proceſſion, o por mejor dezir tres proceſſiones (porque cada vno delos tres troços, en que ſe diuide, pudiera por ſi ſolo hazer vna muy buena, y bien cumplida, como en efecto lo es) lleuando la primera la Beronica ala cathedral, dõde eſpera, para ſalir de alli al encuentro ala otra, en que viene al redemptor dela vida con la cruz acueſtas a rodillando, con ſu peſo.

Quando eſta ſegunda, que es la maior, llega ala plaça, ſale la que eſtaua eſperando en la catedral al encuentro, y a cierta diſtancia, a viſta de inumerable pueblo, llega la Beronica, y hincando la rodilla ala imagen de Chriſto (que es inſigne) haze la repreſentacion de limpiarle el roſtro, y moſtrar al pueblo la imagen, que en el quedò eſtampada; y començando a marchar, aparece la tercera proceſſion, en que viene San Iuan moſtrando ala Virgen ſantiſſima aquel doloroſo eſpectaculo, con que ſe viene formar vna proceſſion muy grande con muchas hachas, que lleuan los cofrades veſtidos todos con ſus tunicas coloradas con gran ſilencio, y deuocion. No es menor la que cauſa otra repreſentacion que aſſi en eſte conuento, como en el de ſanto Franciſco, ſe haze, del deſpedimiẽto de Chriſto, y ſu madre, que ſuele cauſar gran mocion, y lagrimas, por la propriedad, y perfecion, con que ſe repreſenta. el jueues ſanto ſe hazen muy curioſos monumentos, y ſe dan muchas limoſnas; y aunque en las proceſſiones antecedentes, y en los viernes, y otros dias dela quareſma ſuele hauer algunos diſciplinantes, y ſe ven varias ſuertes de penitencias, que cada vno haze conforme a ſu deuocion: pero las proceſſiones, que por antonomaſia ſe llaman de ſangre, ſon las de eſta noche: ſale la vna dela capilla dela vera Cruz, que eſtà en el convento de nueſtra Señora dela merced, y es ſolo delos vezinos encomenderos, y delos caualleros, que van todos veſtidos de tunicas negras, y el que ſaca el Chriſto tiene obligacion, fuera dela colacion, que embia al predicador y cantores (que ſuele ſer muy grande, y de mucho gaſto) de prover quien vaya diſcurriendo por todas las proceſſiones para ſocorrer alos penitentes, que ſe deſangran, y ſuelen deſmayarſe, con algun refreſco, y otros tienen cuydado de ir cortando delas diſciplinas algunas roſetas, porque ſuelen poner tantas, que ſe matan, y algunos he viſto, que lleuados de ſu indiſcreto feruor, vſan de vnos botones, o abrojos ſueltos, tan aſperos, y agudos, que ſe abren las carnes, y ſino huuiera prouidencia de irles ala mano, dudo que pudieſſen algunos a cabar la proceſſion. delante de eſta van tambien otras dos, aſſi miſmo de ſangre, vna que ſale de S. Franciſco, y es de Indios, y la mas numeroſa de diſciplinantes, de todas las demas. la otra ſale de ſanto Domingo, y es de morenos, y la vna, y la otra lleuan ſus inſignias muy deuotas, y todas con muy buena muſica, grande orden, y concierto, y ſon tan largas, que gaſtan muchiſſimo tiem po en paſſar por las Iglefias, donde ſalen las comunidades con luces en las manos, y con la muſica de ſus caſas a receuirlas, y fuera dela gente, que va en ellas, es innumerable la que las acompaña, y eſta repartida por los templos, y calles.

El viernes ſanto ſalen otras dos proceſſiones delos dos conuentos de ſanto Domingo, y S. Franciſco, y ſon entrambas de Eſpañoles. La de ſanto Domingo ſe intitula dela piedad, y ha poco, que ſe entablò, pero ha ſido tan grande en ſus principios, que emperejan con otras mas, antiguas, ſacan en eſta las inſignias dela paſſion tantos Angeles quantos ſon ellas adereçados todos con grande riqueza, y perfecion, y alumbran a cada vno dos de los cofrades con ſus cirios, y tunicas moradas. La otra proceſſion, que es dela ſoledad, y ſale de S. Franciſco, es delas mas antiguas, y abſolutamente ha ſido ſiempre la mejor. alabaſe en eſta ſobre todo, el gran ſilencio, concierto, y deuocion, con que todos van, ſin que ſe ſienta, ni vna palabra, deſde que ſale haſta que buelue a ſu caſa. antes de ſalir ſe haze el decendimiento dela cruz delante de vn innumerable pueblo, que concurre ala Ygleſia bien capaz, y con todo eſſo no cabe la gente de pies: ha ſido ſiempre eſta vna accion de grande ternura, y deuocion, por el gran ſilencio, y atencion, con que eſta el pueblo a eſta repreſentacion ſin que ſe oyga otra coſa, que los golpes del martillo, que dan los que la hazen, y los delos pechos, con que la acompañan los fieles. Van ſaliendo por ſu orden las inſignias, y quando buelue la proceſſion, ſe haze en la cañada otra repreſentacion de gran ternura, para la qual ſe ve alli enarbolada vna cruz muy alta, y enemparejando la imagen dela Virgen con ella, leuanta los ojos, y como quien hecha menos el ſummo bien, que de ella pendia. Deſemboluiendo vn delicado lienço, que lleua en las manos, le aplica al roſtro, como quien llora, y luego abriendo los braços, los enlaça en la cruz, y arrodillandoſe a ſu pie, la beſa vna, y otra vez, y buelue a abraçarla, y hazer otras demonſtraciones de dolor, y ſentimiento, y todo eſto con tan gran primor, y deſtreza, que parece vna perſona viua, y como acompaña eſta accion la muſica, que ſe canta a propoſito del miſterio, no es decible la mocion que cauſa en los fieles, que no cauen, y vnos encima de otros eſtan a ver eſte paſſo.

El ſabado deſpues dela media noche, y la mañana de Paſqua, ſe hazen otras quatro proceſſiones. la principal ſale de ſanto Domingo y es delos caualleros, y encomenderos, los quales ſe viſten para ella de vnas tunicas blancas de tela rica de plata, o de raſo, o otro genero de ſeda ricamente adereçadas, y para eſte dia ſe ponen todos las cadenas, y joyas mas precioſas, y los adereços, y galas mas lucidas. hazeſe el paſſo dela reſurreccion de noche en el clauſtro, y para eſto ſe encienden en todo el tantas luces, que parece caſi de dia; ſale la proceſſion muy ſolemnne, y lucida, ay en ella muchos fuegos, muſica, danças, y otras alegrias, las calles todas por donde paſſa eſtan con arcos triumfales, y colgaduras y mientras eſta ſe detiene en la cathedral en celebrar la miſſa, y comuniones delos cofrades, que ſe haze con gran ſolemnidad, llega ala plaça, para encontrarſe con eſta proceſſion, otra, que ſale dela Compañia de Ieſus, la qual es dela cofradia delos Indios, que es la mas antigua de aquel lugar, y ſale muy lucida, con muchiſſimas hachas de cera blanca, con que van alumbrando los Indios, y Indias al niño Ieſus veſtido a ſu vſança (que cauſa gran ternura, y deuocion) y otras inſignias, andas, y variedad de pendenes, todo muy rica, y curioſamente adereçado. Al meſmo tiempo ſalen otras dos proceſſiones aſſi meſmo de Indios delos conuentos de S. Franciſco, y de nuestra Señora dela Merced, y otra de morenos del conuento de ſanto Domingo, y todas con muy grande aparato de luces, inſignias, pendones, danças, muſica, caxas, y clarines, que hazen aquella mañana muy alegre, y para que lo ſea al reſucitado; voluiendo cada proceſſion a ſu caſa, aſſiſten alas miſſas cantadas, y ſermones, y comulgan todos los cofrades, y cofradas, lleuando en las manos ſus hachas encendidas, y con eſto dan a ſu diuina Mageſtad las buenas paſquas, y juntamente a todo el cielo, aquien no puede la tierra darſelas mas alegres, que con la conuerſion, y penitencia delos pecadores, y mas de eſtos nueuos Chriſtianos, cuyos aſcendientes adorauan ayer ſus Idolos, y oy ſe ven doblando la rodilla, y reconociendo al verdadero Dios, y aun ſentados con el aſu meſa, hechos grandes de ſu corte, los que poco antes eran eſclauos del demonio.

CAPITVLO VIII.
Delas fiestas, y regocijos de la ciudad de Santiago.

V

Na delas coſas, en que ſale, y campea mas el luſtre, y grandeza de vna ciudad, es, en las fieſtas, y regocijos, que hazen en las ocaſſiones, que ſe offrecen. Tocaremos aqui algo delo que en eſto ſe eſmera la ciudad de Santiago; y hablando delas fieſtas, que ſe celebran con regocijos ſeglares de Toros, Cañas, Sortijas, Torneos, Alcancias, Hachaços, Carrera, y otras alegrias, delas que ſe vſan en otras partes, es muy de ver lo que en eſto ſe eſmera, particularmente en fieſtas vniverſales de canonizaciones, nacimiento, coronacion, y bodas de ſu Principe, y Rey, o en las que ſu Mageſtad ordena ſe hagan por algun particular motiuo, como el que tuuo aora treinta años, moſtrando ſu gran piedad, y deuocion con la ſoberana Reyna delos Angeles, y con el miſterio de ſu puriſſima Concepcion, mandando, que en todos los Reynos de ſu Real corona ſe hizieſſen vniuerſales fieſtas, aſſi por parte delos eccleſiaſticos, como delos ſeglares, los quales en eſta materia no han meneſter eſtimulos defuera, quando ſe tiene cada vno por mas obligado alas demonſtraciones del reconocimiento, que debe a eſta ſoberana Señora, y muy en particular el Reyno de Chile, por la ſingular protecciõ, con que le ha fauorecido ſiempre deſde ſus principios, como ſe verà deſpues en ſu lugar. digamos aora algo delo que en eſta ocaſion hizo eſta ciudad de Santiago; para que por vna parte ſe vea el affecto con que correſponde alo que debe a eſta eſclarecida Reyna del Cielo, y por otra ſirua de argumento de lo que en eſta materia de fieſtas haze en otras ocaſſiones; y dexando a parte lo comun que hizieron todas las ſagradas Religiones, repartiendo entreſi el octauario, que celebraron a eſte intento, dando principio a el la cathedral, y ſiguiendo ſe los demas conuentos por ſu orden con las ſolemnidades acoſtumbradas de muſica, olores, fuegos, ſus altares, y adornos, con que celebraron ſus miſſas, y ſermones; vengo alo particular, a que dieron principio tres certamenes poeticos, que aporfia, y competencia, ſe publicaron, con ſolemniſſimos acompañamientos de acauallo; en que ſalieron los cabildos, y la nobleza, ſin que nadie ſe eſcuſaſſe; coſteò el primero la cathedral, el ſegundo el celebre monaſterio dela Concepcion, y el tercero la congregacion de eſtudiantes, que con eſte titulo eſta fundada en el collegio de nueſtra Compañia. en todos tres ſe propuſieron premios de mucha eſtima, los quales ſe repartieron alos poetas con gran ſolemnidad, y concurſo, haziendo ſus repreſentaciones, acompañadas de regocijos, y varios entretenimientos, como alli ſe vſa.

Y pues hablamos delo particular de eſtas fieſtas, digamos lo que en ellas lo fue, y tanto, que dudo, ſe pudieſſe hazer otra coſa, que lo fueſſe mas. El dia, que tocò a nueſtro collegio hazer ſu fieſta, predicò ala miſſa el Padre Prouincial, que entonces lo era de aquella Prouincia, y en el fin del fermon ſe ſintio tan mouido del affecto de amor, y deuocion dela ſoberana Virgen, que con extraordinario feruor combidò al pueblo, a que vinieſſe deſpues de comer ala proceſſion, que ſalia de nueſtra Ygleſia, para cantar por las calles delante dela Imagen aquellas coplas, que fueron en quellos tiempos tan celebres, y repetidas, y eran gloſſa de eſta;

Todo el mundo en general
A voces Reyna eſcogida,
Diga que ſois conceuida.
Sin pecado original:

Edificoſe el auditorio dela piedad, y deuocion del predicador, pero rioſe juntamente dela propueſta, como de vna coſa impracticable, e impoſſible. Sin embargo acudieron todos a ſu hora, los mas por curioſidad de ver en lo que paraua vna coſa tan nueua, que aun ſolo propueſta parecio digna de riſa; tomaron todos ſus ramos de oliua en las manos, y començando a ſalir la proceſſion, y a entonar los nueſtros las coplas; fue coſa marauilloſa, que el meſmo Señor que inſpirò al predicador, que propuſieſſe vna coſa tan nueua, y extraordinaria, mouio juntamente a ſu pueblo, y a toda aquella noble ciudad, ſino a bailar, y tañer, como a otro Dauid en preſencia del arca de ſu ley; a cantar delante del arca de ſu theſoro, y gloria: y de eſta manera cantando por las calles lleuaron la Imagen ala cathedral, donde ſaliendo a receuirla el cabildo eccleſiaſtico en forma de proceſſion, cantando ſus himnos fue tal la voceria del pueblo cantando ſus coplas, que obligaron alos canonigos a dexar ſu canto, y acompañarles en ſu deuocion cantando todos como niños. Mirauanſe los vnos alos otros alas caras, admirados delo que hazian, que parece no lo podian creer, y es aſſi, que ſi yo no lo huuiera viſto, conociendo por otra parte el natural, y porte de la gente, lo tuuiera por impoſſible, pero todo lo puede la interior fuerça dela deuocion, quando el dueño delos coraçones de los hombres quiere ſeruirſe de ellos para credito dela pureza immaculada de ſu madre.

Las fieſtas de regocijos exteriores, que ſe hizieron a eſte intento duraron muchos dias, tocò vno de ellos ala congregacion de Eſpañoles, que eſta fundada en nueſtra Compañia, la qua qual hizo vna muy coſtoſa, y concertada maſcara en que concurrian todas las naciones del mundo con ſus Reyes, y principes todos veſtidos a ſu vſança, con grandes acompañamientos, y de tras de todos el Papa, aquien llegaua cada nacion con ſu Rey a ſuplicarle fauorecieſſe eſte miſterio: fuera delos gaſtos de libreas, diuerſos trajes, y carro triumphal de grande maquina en que ſe repreſentaua la Igleſia; fue muy grande el dela cera por valer alli muy cara, y hauerſe hecho de noche eſta fieſta. Los demas dias ſe repartieron entre los negros, Indios, y Eſpañoles de todas artes, y procurando con vna pia emulacion avẽtajarſe los vnos alos otros; hizieron invenciones, y disfraces muy de ver, y de mucho gaſto; pero los que en eſto excedieron entre los demas, fueron los mercaderes, particularmente en vn torneo; y juſtas, que jugaron en la plaça, donde ſalian los aventureros, fingiendo cada qual ſu papel, como quien ſale del mar, o del boſque, o del lugar del encanto, repreſentando muy propriamente el perſonaje de ſu particular invencion, corrieron ſus lanças, y ganaron los premios que fueron de mucho valor. Los caualleros, y la ciudad coronaren eſtas fieſtas con ſus acoſtumbrados regozijos dela carrera, cañas, y toros, a que de ordinario ſalen alcoſo veinte, o treinta hombres de acauallo a rejonearlos, fuera del que dà la lançada. Tambien ſuelen ſer de mucho regozijo las alcançias, y hachaços, que acoſtumbran correr de noche entre año, en las fieſtas, y ocaſſiones, que ſe offrecen, y en eſta, que digo, fue muy extraordinario lo que en eſto ſe aventajaron, haziendo ricas, y viſtoſas libreas, y otros gaſtos forçoſos para mayor celebridad dela fieſta.

Los regocijos ordinarios, y anuales, que ſe hazen en las fieſtas de ſan Iuan, y Santiago, dela Natiuidad de nueſtra Señora, y otras, ſon tambien, muy de ver. la Viſpera, y dia de Santiago, que es el patron dela Ciudad, ſaca el Alferez Real el Eſtandarte dela conquiſta con las armas reales, con vn lucidiſſimo, y muy numeroſo acompañamiento, porque tienen todos obligacion de ſalir a eſta accion como ſe haze en otras partes. A eſtas fieſtas generales ſe añaden en tre año algunas particulares, que ſe hazen en caſamientos, y baptiſmos dela gente mas principal, y poderoſa, en que cada vno gaſta conforme a ſu caudal (y no ſe, ſi dire mexor, ſobre lo que pueden lleuar ſus fuerças, aunque veo que es eſte vn acha que tan ordinario, y comun en el mundo, que no ay para que prohijarle a ninguno en particular) en las fieſtas de toros, que ſe hazen a eſtos particulares fines, ſuelen los que las hazen dar colacion ala Real audiencia alos cabildos, y otras perſonas de ſu obligacion en que ſe ſuelen hazer muy grandes gaſtos los q̃ ſe hazen en los deſpoſorios, ſon mucho maiores, porque de mas de las galas, y libreas; han dado en hazer ricos preſentes alas nouias alas primeras viſtas deſpues de hechas las capitulaciones, yo los he viſto hazer de mucho valor, como ſon de eſclauas, veſtidos, eſtrados, y eſcritorios llenos de preſſeas, y joyas de oro, y piedras precioſas perlas, y otras curioſidades, y regalos de mucha eſtima, que apreciadas valen muchos ducados; ni ſon menos los que ſe gaſtan en los banquetes, y comidas, particularmente de algunos años a eſta parte, en que han dado en contra hazer las frutas naturales y las alajas, que ſiruen en los aparadores, de manera que admira; y aſſi no ſale ayroſo del combite el que le haze, ſi tiene poſſible, contentandoſe con dar ala meſſa todo genero de aves, y peces, y los dulces ordinarios, ſino añade a todo ello los ſobrepueſtos de alcorças, que ſe hazen de Hermoſos laços, y figuras, y las frutas, y demas coſas contra hechas delo natural; todo tan perfecta mente acabado, con tanta curioſidad, primores, y galanterias, que admira alos que mas han viſto: ſiembran las meſas de algunas de eſtas frutas contrahechas, y la alaxan de aguamaniles, jarros, taças, alcarrazas, ſaleros, platos, cuchillos, cucharas, y tenedores, todo hecho de alcorça, ſalpitado de oro, y plata, y la primera accion, que hazen, enfentandoſe ala meſſa, es, deſpejarla de eſtas alajas, preſentandolas los combidados, aquien guſtan, porque las que ſiruen en el banquete ſon todas de plata.

Cueſta rodo eſto muchiſſimo, porque la açucar viene del Perù, y la manifatura de todas eſtas curioſidades es muy cara, los combidados muchos, y fuera de la comida, q̃ ſe da el dia delas bodas, dan otra los padrinos el dia ſiguiente, ſino mejor, en nada inferior. Eſto es lo que no puede eſcuſar ninguna de las perſonas de importancia, que tiene algun caudal; que ſi quiere vno ſobre ſalir entre los demas, haziendo fieſtas publicas, como ſuelen; viſto eſta quanto crecerà el gaſto; antiguamente oi dezir, que hauia quien en ſemejantes fieſtas, hazia la coſta a todos los aventureros del juego dela fſortija, y que les daua a todos libreas de tercio pelo, que aun en aquellos tiempos valia doblado mas que aora, y ſin los preſentes; no hazen eſto, hazen otros gaſtos equivanlentes, en colaciones, fuegos, y otras coſas de lucimiento, porque para q̃ vna ocaſion de eſtas nadie ſe tiene por menos rico, que es la perdicion delas republicas, porque como ninguno ſe tiene por menos que otro, aunque lo ſea ſu caudal, hazen reputacion, que no debieran, de quedar atras, y inferiores alos que mas pueden: y con eſto dexemos ya a Santiago, que nos ha detenido mas de lo acoſtumbrado, por ſatisfacer al deſſo q̃ han moſtrado muchos de ſaber los aumentos de las ciudades, y poblaciones de aquel nueuo mundo, y el modo con que ſe ha entablado en el la policia, vſos y coſtumbres chriſtianas, de que ſe ha tocado algo, paraque de ai ſe haga algun juizio delo de mas; otros ſatisfaran mas de propoſito; que yo paſſo al que lleuo de dezir algo dela conquiſta de eſte Reyno para dar noticia de la propagacion dela fee, que en el ſe ha fundado, y la gran capacidad, y eſperanças, que ay de ſu propagacion, y maiores aumentos; y porque algunos curioſos deſſean ſaber lo particular delas nueuas poblaciones de aquel nueuo mundo, y no dexarà de tener guſto el curioſo letor de ver el modo, y forma, con que ſus conquiſtadores fundaron las ciudades, que ſe han ido aumentando y ſe ven oy tan adelantadas, como hemos apuntado; me parecio poner aqui el ſitio, y planta de eſta ciudad de Santiago, con todas ſus calles, quadras, ſolares, y plaças, apuntando en particular los ſitios, y lugares, que correſponden alas Igleſias, conventos, y monaſterios, por ſer la principal parte de vna rupublica chriſtiana; con lo qual ſe podra facilmente entender el modo con que eſtan fabricadas las demas, aſſi de eſte Reyno como de otros, porque lo ordinario, eſtan todas fundadas con la proporcion de calles, y quadras que aqui ſe ve; y paraque tambien ſe haga algun juizio de las fabricas, y edificios, va pueſta ſobre la planta la proſpectiua de eſta ciudad, ſegun ſe da ala viſta, alos que vendo del Perù, entran por la cañada, aunque mucho antes deſde algunas leguas atras, ſe ven el diſtintamente la cupula de la Compañia, la Ygleſia, y torre de S. Franciſco, y los otros edificios mas altos.

Prospectiua y planta de la ciudad de Santiago

CAPITVLO IX.
Proſigue el gouernador Pedro de Valdiuia ſu conquiſta. Començanſe alabrar las minas de oro, embia las mueſtras de ſu riqueza al Perù. de donde el General Iuan Baptiſta Paſtene le lleua el primer ſocorro.

D

Eſpues de hauer fundado el gouernador Pedro de Valdiuia la ciudad de Santiago, tratò de fortificarſe en ella, para defenderſe dela braueza, y furor delos Indios, conquienes cadadia venia alas manos, muriendo ſiempre mucha gente dela vna, y otra parte, con que los ſoldados ſe hallauan en gran trabajo; y aſſi començaron a inquietarſe, y tratar de voluerſe al Perù, como lo hauia hecho Almagro; porque aunque vian la riqueza dela tierra, les parecia muy cara, no pudiendo hauerla menos que con tan manifieſtos peligros, y rieſgos dela vida, que les parecia traer vendida, con tantos encuentros, y refriegas, como cada momento tenian con el enemigo: bien reconocia aſſi meſmo el gouernador Valdiuia la difficultad dela empreſſa començada, y lo que hauia de coſtar; pero alentado dela eſperança del fruto, que de ella ſe prometja; ſe reſoluio a morir, antes, que dexarla; y como tan experimentado, que era, en las coſas dela guerra, por lo bien que hauia aprendido la facultad en las de Europa, y reconociendo el gran valor de la gente, con quien combatia, hizo vn fuerte en la ciudad, para abrigo, y defenſa delos ſuyos; y aunque ſupo de cierta junta, y conſpiracion, que traçauan los Indios; ſin embargo imbio ſeſenta hombres a correr el Rio de Cachapoal, con que goçando los Indios dela ocaſſion de eſta auſencia, dieron en el fuerte; y le huuieran ſin duda ganado, ſi el grande esfuerço, y valentia delos Eſpañoles, que le defendian, no les huuiera reſiſtido haſta que ſe voluieron a encorporar todos, con lo qual fiualmente ſalieron vencedores.

Fue cobrando el gouernador cada dia maior credito con los Indios, y haziendoſe mas poderoſo, con que pudo ſoſegar ſus ſoldados, y començar a tratar de labrar las minas de Quillota, que eran de gran fama, como lo hizo, y ſalieron tan ricas, y ſacauan tanto oro, que le parecio hazer alli vn fuerte, para el ſeguro de la tierra; y hallandoſe con falta de gente, por la que el enemigo le hauia muerto, tratò de embiar por ſocorro al Perù, como lo hizo, auiſando dela riqueza, y bondad dela tierra, para mouerlos a ir a ella: y porque lo que ſe ve ſuele ſer mas poderoſo a perſuadir, que lo que ſe oye; hizo que ſeis hombres, que para eſte fin deſpachò por tierra en compañia de otros treinta, lleuaſſen mucho oro, y para ſeñal dela riqueza delas minas, hizo que los eſtriuos dela gineta, que lleuauan, que eran muy anchos, y grandes, fueſſen tambien de oro maziço, con mas las cinchas, evillas, caueçadas, y demas yerros de los cauallos. Pero todo eſto lo deſbaratò la deſgraciada ſuerte de eſtos valeroſos Capitanes, y ſoldados, los quales començando ſu viaje, hechos vnos ſoles, cubiertos de oro, ellos, y los cauallos, en que iuan; llegando al valle de Copiapò, les ſalieron los Indios, y acometiendoles, los mataron; eſcapando ſolos los dos Capitanes Pedro de Miranda, y Monrroy, huyendo mal heridos por los montes. pero ſiguiendolos vn Capitan, llamado Coteo, con ſu compañia de cien flecheros, los cogieron, por hauerſeles canſado los cauallos, y lleuando los preſos, atadas las manos hacia tras, los preſentò al Cacique mas principal, el qual tratò luego de matarlos.

Eſtaua eſte Cacique, y Señor de aquella tierra caſado con la heredera, y ſeñora de todo el valle (porque alli ſe hereda por las madres, para mas ſeguridad dela legitima ſucceſſion) y quando ya eſtauan para de gollar a eſtos dos triſtes priſioneros, que por momentos eſperauan ſobre ſu cuello el golpe del cuchillo; fue Nueſtro Señor ſeruido, de mouer a compaſſion el piadoſo pecho dela Cacica, y leuantandoſe de ſu aſſiento, fue en perſona, y con ſus meſmas manos deſatò las ſuyas, y mandò lauar, y curar les las heridas, y que los regalaſſen haziendoles de ſus bebidas, y para maior agaſajo, y fauor, les dio a beber de ellas de ſu meſma mano, haziendoles la ſalua con beber primero, como lo acoſtumbran; y les dixo, que no temieſſen, que no hauian de morir. conque viendoſe aquellos pobres cautiuos como reſucitados de muerte a vida, arrojandoſe a ſus pies, ſe la offrecieron a ſu ſeruicio, dedicandoſe por ſus eſclauos voluntarios, pues por ſu gracia, ſe vian libres dela forçoſa muerte, que tenian ya tragada. El Capitan, que los hauia preſſo viendo el fauor, que les hazia ſu princeſſa, ſe llegò a ellos, y poniendoſe a ſu lado, les aſſegurò las vidas, diziendoles, que deſpidieſſen deſi todo temor, porque hauiendo mandado la ſeñora de todos, que no los mataſſen, no abria quien ſe atreuieſſe a mirarlos para eſto ala cara; ſeis meſes durò eſte cautiuerio, y aunque era tan ſuaue, por el fauor, y gracia, que hauian hallado en los ojos de ſu Señora, y Reyna; ſin embargo el natural amor dela libertad era vna centella, que labraua en ſu coraçon, y no los dexaua repoſar, y mas ſoplando el deſſeo de verſe ya fuera de gentiles, y entre los ſuyos.

Na die ſe tenga por ſeguro teniendo el enemigo delas puertas adentro, ni ſe aſegure tanto del priſionero rendido, que quiera fiarſe de el, como de amigo; porque en fin por bien que ſe halle, ſiendo de otro; ninguna dicha iguala ala deſer ſuyo, y goçar de ſu libertad: eſte penſamiento eſcaruaua los coraçones de eſtos dos Capitanes; y aſſi trazaron, y diſpuſieron eſcaparſe de aquel cautiuerio del mejor modo que pudieron. Sintieron en el Principe aficion alos cauallos, que tan nueuos eran en aquella tierra; y aſſi le perſuadieron, que aprendieſſe a andar en ellos, y hazer les mal: guſtò de ello, y comenzoſe a exercitar en eſte honeſto, y vtil entretenimiento, lleuando ſiempre ſu guardia de flecheros, con vn Indio delante con vna lança al hombro, y otro detras con vna eſpada deſnuda en las manos, mas por grandeza que por temor de ningun accidente, que no recelaua: la traça pues que tomaron fue, quitar la vida al Principe con la ocaſſion, y mano, que tenian de enſeñarle a andar a cauallo: ſalio vn dia al campo a eſte efecto, y el Capitan Monrroy, con no imitable oſadia, y valor ſin tener atencion al peligro dela guardia, embiſtio a el, y el Capitan Miranda alos demas, tan de hecho, y con tal reſolucion, que quitando el vno la lanza, y elotro la eſpada alos que las lleuauan, hizieron campo, y hiriendo a vnos, y otros, y al principe tan mal, que dentro de quatro meſes murio; ganando los cauallos, huyeron en ellos; y como no huuo quien ſiguieſſe el alcançe, ſe eſcaparon, y con buena maña, y diligencia, venciendo las difficultades del deſpoblado, y otras muchas de tan largo camino, llegaron al Perù, donde al preſente gouernaua el licenciado Vaca de Caſtro.

Eran eſtos dos Capitanes muy grandes Caualleros, como lo aſſeguran bien las nobiliſſimas familias de ſu apellido; la delos Mirandas en Chile, es delas demas acendrada nobleza de aquel Reyno, y la delos Monrroyes, es tan conocida en Salamanca, y otras partes de Eſpaña, que es ocioſo, y eſcuſado encarecer lo que de ſuyo es a todos tan manifiesto; fueron muy ben receuidos de ſu excellencia, por las buenas nueuas, que lleuauan de aquella conquiſta, dela amenidad dela tierra, y riqueza de ſus minas; con que dize Antonio de Herrera, y otros autores que ſe reſoluio a poner el hombro a aquella conquiſta, que era de tanta importancia; y eſcoger para ella delo mejor, y perſonas de mas confiança, que tenia, y que embio con vn ſocorro, de gente y armas, y alguna ropa para los ſoldados, que eſtauan deſnudos, y otras coſas neceſſarias, para el Real exercito, al Capitan Iuan Baptiſta Paſtene Cauallero dela antiquiſſima, y muy illuſtre caſa de los Paſtenes de Genoua, de q̃ no ay ya en aquella Republica mas memoria (por hauerſe muerto todos los de eſta familia) que la que ſe halla en ſus Archiuos, donde ſe ven muchos de ſus antepaſſados, no ſolo eſcritos en los libros de la nobleza, ſino entre los Senadores, y Ancianos, que en aquellos tiempos correſpondian ala Regia dignidad del que aora preſide en el Senado, paſsò alas conquiſtas de aquel nueuo mundo con el deſſeo que otros dela gloria, yumentos de ſu caſa, y hallandoſe en el Perù en la ocaſion referida, quiſo el Virrey valerſe de ſu perſona, y hazienda, para hazer eſte ſeruicio al Rey, como lo hizo, y llegò a Chile con el ſocorro de gente y de mas coſas, de que eſtaua el Reyno tan neceſſitado.

Fue receuido con la alegria y contento, que facilmente ſe dexa entender por hauer ſido eſte ſoccorro tan a los principios, quando los ſoldados eſtauan tan trabajados delos continuos aſaltos del enemigo, ſin tener otro reparo ni defenſa, que el fuerte, que hauian hecho en Santiago, donde hazian harto en defenderſe de ſu fiereza, pero con la llegada de eſte ſocorro, cobrò brios la ſoldadeſca, y aumentandoſe con los nueuos compañeros, ſe alentaron todos a proſeguir con la empreſſa començada. Para tener maior acierto en ella, queriendo el Gouernador prevenir los lances que ſe podian offrecer por la mar, para impedirla, o adelantarla, embio al dicho Capitan Iuan Baptiſta Paſtene con titulo de Teniente General, a que en ſu meſmo nauio deſcubrieſſe las coſtas, y puertos del mar haſta el eſtrecho de Magallanes como lo hizo, de que las Mageſtades de Philip. 2 y Philipe 3. ſe dieron por tambien ſeruidos, como parece por ſus Reales cedulas.

En eſte tiempo, eſtandoſe labrando las minas de Quillota con gran fruto, y prouecho, y por Gouernador de ellas el Capitan Gonzalo delos Rios, le lleuaron los Indios vna holla de grueſſos granos de oro por mueſtra delo mucho que dixeron hauian hallado en cierta parte (dexauan alli vna emboſcada de muchos enemigos para quitar la vida alos que vinieſſen ciegos del deſſeo, y codicia ſin temor del ſucceſſo a buſcar la riqueza del oro, que pretendian) aſſi les acontecio, porque con la buena nueua que ſe oyò de tan rico theſoro, no quedò hombre que no ſalieſſe; ni ay arma viua, q̃ aſſi alborote, y deſpierte al mas dormido, como en eſta ocaſſion deſperto a todos el deſſeo de enriquezer de vna vez como cada vno ſe prometia, pero ſalioles muy al reues, porque donde penſauan hallar oro, hallaron como dizen el lloro, en las pũtas delas lanças del enemigo, que ſaliendolos a receuir dela emboſcada, donde los eſperauan eſcondidos, los mataron a todos, menos el Capitan Gonçalo delos Rios, y vn negro que a vña de cauallo en cerro eſcaparon, con que quedaron los Indios victorioſos, y para maior triunpho quemaron vna fragata, que tenian ya los Eſpañoles caſi acauada, para tener mas facil el commercio con el Perù.

CAPITVLO X.
Pueblaſe la Ciudad dela Serena. va el General Iuan Baptiſta Paſtene por nueuo ſocorro al Perù, y de alli buelue a Chile, de donde voluio al Perù con el Gouernador Valdiuia, y otros Capitanes al ſocorro del Real exercito contra Pizarro.

C

On eſte ſocorro, que el Gouernador Valdiuia tuuo del Perù, dize Herrera, que proſiguio con ſu conquiſta, por los promocaes, y q̃ fue deſcubriendo grandes tierras, y reconociendo, que era verdad, lo que la fama publicaua de aquel Reyno, y que le ſalieron muchos Indios del valle de Quilacura, y que los reſiſtio, y vencio valeroſamente, aunque con perdida de algunos cauallos, que valian entonces a mil peſos, y que enterado de las grandes poblaciones de aquella tierra, ſe voluio a Santiago.] Muy de paſſo debio de hazer eſta entrada el gouernador, pues ſe voluio tan preſto, ſin hauer hecho ningun fuerte, ni poblacion. Debio deſer por eſta vez ſu intento ſolamente, explorar la tierra, reconocer ſus fuerças, para proporcionar con ellas las de ſu exercito, y entrar deſpues mas de propoſito. Para eſto hauiendo buelto ya el general Iuan Baptiſta Paſtene del deſcubrimiento, que hizo, por las coſtas del mar, le embio al Perù, paraque pues hauia traido de alla el primer ſocorro de gente, y armas; traxeſſe el ſegundo a aquel Reyno, para ir adelante con ſu conquiſta, engroſando ſu exercito, como era neceſſario, para ſugetar tan poderoſas fuerças, como hauian començado a moſtrarſe las Chilenas. Y juzgando que no era ya tiempo de dexar alas eſpaldas coſa alguna, que no quedaſſe muy ſegura, y fortificada, fundò en el valle de Coquimbo la ciudad, que generalmente llaman de eſte nombre, y el la llamò dela Serena; para que ſiruieſſe como de eſcala para paſſar la gente del Perù a Chile, que es delo que mas neceſſitaua; y aſſi procuraua todos los medios, que podia para facilitar el paſſo, y atraer mas, y mas pobladores, para ir aſſegurando con ellos lo que fueſſe conquiſtando; porque de otra manera por mucho que ſe ganaſſe, no ſeruiria de otra coſa, que de tener mas que perder, como paſsò de hecho, y ſe verà en ſu lugar.

Fundoſe la ciudad dela Serena, que fue la ſegunda de Chile el año de 1544 en vn muy ameno, y apacible valle, que baña va Rio, ſino grande, muy alegre, y de lindas aguas, con que ſe riegan ſus campos, y ſe fertilizan de manera, que no tiene toda aquella comarca neceſſidad que le venga de fuera caſi ninguna coſa para la vida humana, porque tiene de coſecha pan, vino, carne, todo genero de legumbres, y frutas, y aun mas que en Santiago, porque fuera delas de Europa, y otras proprias dela tierra, tiene dos muy buenas, la primera es vn genero de pepinos muy dulces, y que no ſe mondan, porque la caſcara o tela de encima es muy ſutil, liſa, y delicada de color entre blanco, y amarillo, liſtado todo de vetas de vn fino morado la otra fruta es la que llaman Lucumas, que tambien la he viſto en el Perù, y es muy ſana, y de muy buen ſabor, y el gueſo de dentro muy liſo de color morado. el aceite de eſta tierra es el mejor abſolutamente del Reyno, claro, y limpio, como los ojos, de buen ſabor, y olor, y ay mucha abundancia, de manera, que no ſolo baſta para el ſuſtento de todo aquella ciudad, pero ſe ſaca fuera para vender, y preſentar de regalo: hazenſe buenas ſementeras, y ſe crian muchos ganados, aunque no tantos como en la comarca de Santiago, porque llueue menos, y aſſi no ſon los paſtos tan pingues.

Lo mas particular, y de mas eſtima de eſta tierra es la abundancia de metales, de oro, cobre, y plomo, de manera que aunque el oro ſe ha dejado de ſacar en otras partes de Chile, por ſer de mas prouecho otras grangerias; en eſte lugar ſe ha ſacado, y ſaca ſiempre en maior, o menor copia conforme es lluuioſo el hiuierno; porque ſi llueue bien, ſe derrumban los montes, y ſe deſentraña la tierra, y aſſi ſe halla con mas facilidad el oro: el cobre, que alli ſe funde, ſirue para todo el Reyno: y para los demas del Perù. El temple de eſta Ciudad es abſolutamente el mas apacible, y ſuaue de todo el Reyno, porque el hiuierno, que en otras partes de el, es muy riguroſo, y mas, mientras mas ſe avezina al polo; es aqui tan templado, que caſi no ſe ſiente, por eſtar del tropico ſolos ſeis, o ſiete grados; y aſſi por eſtar apartado dela linea equinocial, mas de veinte y nueue, y del polo, mas de ſeſenta, viene a goçar de vn medio templado y libre, aſſi delos frios de eſte, como del calor, o fuego de aquella. ſu dia maior es de catorce horas, y es a once de Deziembre, y ſu maior noche otras tantas a once de Iunio.

Ayuda mucho ala apacibilidad del temple, el ſitio, en que eſta Ciudad eſta fundada, que es muy ameno, y alegre, no alto, ni baxo, del qual haſta el mar ay dos leguas, dela mas agradable, y viſtoſa vega, que ſe conoce, toda llena de mirtos, y arrayanes, como ſi de propoſito los huuieran alli plantado: va toda cueſta abaxo de manera, que no impide la viſta al mar, donde remata en vna bien proporcionada Baia regaladiſſima de mil ſuertes de peces, y mariſco, y aſſi no ay en toda la tierra mejor paſſadia en vienes, y quareſma, porque vale muy barato el peſcado; ni es inferior la de tiempo de carne, porque demas dela del carnero, que es muy ſuſtancial, y de buen ſabor, ay mucha abundancia de Gallinas Pauos, y Perdices, y buena caça. Començò eſta ciudad con mucha nobleza, porque ſus fundadores fueron dela primera, que paſsò a fundar aquel Reyno, y ſiempre ſe han mantenido en ella ſus decendientes, conſeruando el luſtre de ſus caſas. Provee el corregimiento el gouernador y es delos demas prouecho, que ay, por las minas, que en el ſe labran; pero ſin embargo; y delas demas buenas calidades que hemos dicho de eſte lugar, no crece tan aprieſſa como el de Santiago, porque eſte parece que es como el arbol del clauo, que chupa paraſi todo el jugo dela tierra, y caſi no dexa nada para los vezinos. propriedad, que es muy comun a otras ciudades, caueças delos Reynos, como ſe ve en otros muchos.

Llegò por eſte tiempo el general Iuan Baptiſta Paſtene al Perù por el ſegundo ſocorro, que de nueuo pedia el gouernado Pedro de Valdiuia, para lleuar adelante ſu conquiſta; pero hallò la tierra tan rebuelta, y turbada, por la pertinaz inobediencia de Gonçalo Pizarro (como ſe podra ver en los hiſtoriadores que tratan muy ala larga eſta materia) que tenia mas neceſſidad de ſer ſocorrida, que poder, y fuerça para ayudar a otras; y aſſi fue, porque el meſmo General Iuan Baptiſta Paſtene, que hauia ido al Perù por ſocorro, fue neceſſario que voluieſſe a Chile a lleuarle de alla para ayudar al Real exercito: debio de llegar a noticia del tirano eſta determinacion, y aſſi tuuo poder, y maña para prender al dicho general Paſtene, y ẽbargarle ſu nauio, como lo hizo, pero aunque eſtuuo muy apretado por no hauer querido ſeguir ſu partido, ſino el de ſu Rey, como fiel vaſallo, que ſe profeſſaua ſuyo, hauiendo ſido tentada ſu conſtancia, por notables, y eſquiſitos medios de promeſſas, y amenaças, por reconocer el traidor lo mucho que le podia ayudar, teniendole a ſu lado, y el gran daño, que le podia hazer, ſiendo ſu contrario; ſin embargo de todo eſto, tuuo traça, y maña de eſcaparſe de ſus manos, como lo hizo: ni le faltò para librar ſu nauio, y apreſtarlo con todo lo neceſſario, para dar la buelta a Chile, y traer de alla algunos delos Capitanes mas experimentados para dar mayor calor al Real exercito (que ſe eſtaua apreſtando para dar la batalla al tirano, que eſtaua poderoſo y hauia dado la muerte al Virrey Blaſco Nuñez vela) y aunque con grande rieſgo de ſu vida, partio del Perù, y llego a Chile, donde le eſperauan, prometiendoſe con ſu venida el ſocorro, y ayuda que la primera vez pero quando vieron lo contrario, les dio mucha pena por hallarſe obligados a ſuſpender por lo menos por entonces la conquiſta, por ir a ſocorrer la parte mas flaca, de que dependia ſu conſeruacion, y la de todos aquellos Reynos.

Luego, que el gouernador Pedro de Valdiuia entendio lo que paſſaua en el Perù; ſe reſoluio de ir en perſona con algunos delos Capitanes, y ſoldados de mas valor, a ſocorrer, y ayudar ala parte de ſu Rey: dexò por ſu Teniente general al Capitan Franciſco de Villagra, cauallero de gran valor, y talento; para que en ſu auſencia gouernaſſe lo que en aquel Reyno teniamos ya ganado; cõtentãdoſe por entonces de conſeruarlo, pues noſe podia paſſar adelante, haſta que mejoraſſen los tiempos, y huuieſſe maior fuerça: juntò el oro, que pudo, y en el meſmo nauio, ſe embarcò con ſus ſoldados, y el meſmo general Paſtene, que les lleuò: llegaron al Perù, y causò en el Real exercito grande animo, y aliento la llegada delos Capitanes, y ſoldados Chilenos, y el buen ſocorro de oro, que el gouernador lleuaua, y fue tan a tiempo; y de tanta importancia el valor de ſus perſonas, y la experiencia militar, con que ſe portaron en la batalla; que mediante el fauor del cielo (que no permitio, que prevalecieſſe la parte del traidor) le desbarataron, y vencieron, en el valle de Quiraguana, donde fue preſſo, y caſtigados los culpados, como lo merecia ſu loca pretenſion, y deslealtad; valiendoſe ſiempre el preſidente Gaſca del conſejo del gouernador Valdiuia, aquien eligio entre otros ſiete para las conſultas ſecretas delo que mas importaua, haziendo la eſtima, que debia de ſu acertado parecer, y experimentado conſejo, y del valor de ſus compañeros.

Conſeguida eſta victoria voluio el gouernador a Chile, con vn buen ſocorro, de gente, y armas, con el qual, y voluiendo aſſi miſmo los Capitanes, y ſoldados, que hauia lleuado conſigo, y ayudado de otros ſocorros, que entraron deſpues, como veremos en el capitulo ſiguiẽte; pudo proſeguir con ſu empreſſa, y lleuarla tan adelante, como ſe verà, y todo fue bien meneſter, y aun no baſtò, porque la reſiſtencia delos Indios, no ſolo les impedia el paſſo para ir adelante, pero los ponia en tal aprieto, que en ſeis años; que duro lo mas viuo de ſu porfia, y primera reſiſtencia, padecieron indezibles trabajos, y deſnudez, y tanta hambre, que ſe hallaron obligados a ſuſtentarſe con raices de yeruas, y comer ratones, y otras coſas ſemejantes, y ſi el gran coraçon, y valor del gouernador Valdiuia, no fuera tan grande, huuiera ſido impoſſible conquiſtar eſte Reyno.

CAPITVLO XI.
Lo que ſuccedio en Chile en la auſencial del gouernador Pedro de Valdiuia y deſpues que boluio y los ſocorros de gente que tuuo.

P

Edro Sanchez de Hoz fue vn Capitan, aquien el Rey Nueſtro Señor hizo merced del deſcubrimiento, y conquiſtas de ciertas tierras, deſpues delas dela juridicion del Marques D. Franciſco Piçarro; y pretendiendo comprehenderſe en ellas parte del Reyno de Chile, ſe opuſo al gouernador Pedro de Valdiuia, quando ſupo que el Marques por comiſſion Real, que para ello tenia, le hauia hecho merced de eſta conquiſta. pero el Marques le hizo, que ſe contentaſſe con ir a Chile en compañia del meſmo gouernador aquien encomendo ſu perſona, paraque lo honrraſſe, y dieſſe de lo mejor de la tierra, como lo hizo, dandole delas mejores encomiendas de Indios, que hauia; pero la ambicion de mandar es mal contentadiſa, y ſiempre eſta quejumbroſa, y ladrando, mientras no empuña el baſton, y alcança el buen bocado del mando que pretende. Moſtrò eſto Pedro Sanchez de Hoz en la auſencia, que hizo de Chile el gouernador Valdiuia, porque ſentido, de que no le huuieſſe dexado a el en ſu lugar: tratò para ponerſe en el, de quitar la vida al teniente general Franciſco de Vil ſagra, a cuyo cargo hauia quedado el gouierno; el qual hauiendolo entendido, prendio al dicho Pedro Sanchez de Hoz, y le cortò la cabeza, con que aſegurò la ſuya, y el gouernador lo dio por bien hecho, quando lo ſupo, porque era amigo dela raçon, y juſticia, y tambien porque nunca le peſa al emulado, que ſus emulos, y competidores ſean menos.

En eſte tiempo los Indios de Copiapò (que hauian començado ya a hazer el pulſo a matar Eſpañoles) por vengar la muerte de ſu Principe, aquien los Capitanes Monrroy, y Miranda hauian quitado la vida, como ſe dixo en el capitulo 9, ſe la quitaron ellos a Iuan Boncon mas otros quarenta ſoldados de vnas quadrillas, que hauian llegado del Perù, y caminauan por aquella tierra, a cuyo exemplo, (ſi ya no fueron los meſmos) los Coquimbenſes ſe leuantaron contra los vezinos, y ſoldados, que eſtauan en la ciudad dela Serena, y ſin eſcapar ninguno, los mataron a todos, y la puſieron fuego, y la deſtruyeron, ſin dexar piedra ſobre piedra. Lo qual entendido por el gouernador, quando voluio del Perù, embio a ſu reparo al Capitan Franciſco de Aguirre con buen numero de gente, con la qual, y mucho mas con ſu grande valor, generoſo animo y buena dicha (porque como dize Herrera anotenerla, era muy poca la gente, para tan grande empreſſa) llegò a Copiapò, y venciendo en reñidas batallas alos Indios, y vltimamente alos de Coquimbo, reedificò la ciudad de la Serena, en el ſitio, y lugar que oy ſe ve; por lo qual eſte cauallero fue ſiempre tenido por padre de ella, y ſus decendientes, que ſon delo mas noble del Reyno, han continuado eſta poſſeſion, ſiendo delos primeros en la republica, o por dezir mexor los dueños de ella, porque han ſido ſiempre, y ſon tantos, y tan poderoſos, que ſe han hecho lugar entre los mejores, ſin reconocer primeros, ni quien ſe les adelante en la reputacion, y eſtima de todos.

Vengamos aora a tratar delo que no es raçon ſe heche en oluido, que es delos Capitanes que en aquellos primeros principios entraron en Chile con ſocorro de gente, para ayudar a ſu conquiſta, pues es tan juſto, que ſu memoria viua immortalmente en la de todos los que goçan oy del ſaçonado fruto de ſus trabajos; ſiendo dueños delo que ellos les ganaron con ſu ſudor, y ſangre, y aun con ſus meſmas vidas, pues todos las expuſieron a tan grandes peligros de perderlas en tantas batallas, y encuentros como los que tuuieron con el enemigo. Solo ſiento no poder hablar de todos diziendo lo particular de ſus calidades, y nobleza, ſus hazañas, y grandes meritos; por hallarme donde me faltan las noticias, que quiſiera tener por menor para alabar tan iluſtres perſonas, y hablar de ellas con mayor acierto. dirè lo que he podido hallar en las hiſtorias generales, aunque verdaderamente es tan poco lo que tocan del Reyno de Chile, que viene a ſer caſi nada, muy por maior: no me eſpanto, que eſtà muy remoto, y apartado; y ſus conquiſtadores, y los demas, que les han ſuccedido, han gaſtado ſus vidas en menear en el, no la pluma, ſino la eſpada; ni la prieſſa, que el enemigo les ha dado perpetuamente, les ha permitido el ocio, que pide la hiſtoria, y relaciones de ſus hazañas. Suponiendo en primer lugar al gouernador Pedro de Valdiuia, que fue el primero, que con efecto de formada conquiſta, entrò gente en eſte Reyno, como queda referido, y la que lleuò deſpues el general Iuan Baptiſta Paſtene con el ſocorro del veſtuario y armas para los ſoldados, como tambien ſe ha dicho: fue de ſumma importancia el ſocorro de gente, que , ſegun Herrera, lleuò el Capitan Monrroy, de ſeſenta hombres, que en aquel tiempo eran como al preſente ſeiſcientos, los quales conduxò en el Perù ayudandole el Virrey, y dando gran calor a ello, por las buenas noticias que el, y el Capitan Pedro de miranda le dieron de la riqueza, y grandes poblaciones de aquel Reyno, como queda referido.

No ſe ſi antes de eſta, o deſpues, fue el oportuno ſocorro tambien de gente, que lleuò el Capitan Chriſtobal de Eſcouar Villarroel, que fue de ſumma importancia, y no veo memoria del en ninguno delos hiſtoriadores, que aqui he leido; pero en Chile, eſtà muy viua, y no es para oluidarſe jamas, no ſolo por la ocaſſion, en que entrò, quando hauia tan extrema neceſſidad del, ſino por la circunſtancia de hauer eſte iluſtre Capitan conducido eſta Compañia (que alo que me acuerdo fue ſetenta hombres) aſu coſta, y hechoſela por tierra, haſta Chile, por los deſpoblados de Atacama, o por la cordillera, que coſtaria gran ſumma de ducados, porque ſon mas de quiniẽtas leguas de camino. Eſta accion ſola baſtaua para calificacion dela nobleza de eſte cauallero, quando no fuera tan conocida la de ſu illuſtre ſangre en Eſpaña; y aſſi conforme a ella no contentandoſe con tan ſingular ſeruicio, como hizo en eſto aſu Rey, le ſiruio deſpues con ſu perſona, y la de ſu hijo el Capitan Alonſo de Eſcobar Villarro el, que hauia traido conſigo de Eſpaña, y lo lleuò en eſta ocaſion a eſte Reyno, para continuar en el los ſeruicios de ſus antepaſſados, y dar modelo a ſus decendientes dela fineza con que hauian de ſeruir a ſu Mageſtad, como lo han hecho, no cediendo en eſto alos mejores, y aventajandoſe a muchas otras familias en el numero delos ſugetos, que ha dado la de eſtos caualleros, aſſi para la guerra, como para honrrar la republica en la paz.

Haziendo reflexion delos, que he conocido decendientes de eſte famoſo caudillo, y conquiſtador; hallo, que entre hijos, nietos, y viſnietos, que he conocido, llegan a ochenta y ſiete, fuera de otros, que no me acuerdo, o murieron niños, y quando no fueran tantos; baſtauan para honrrar eſta nobleza, ſiete, o ocho hijos, que tuuo el general Luis delas Cucuas, nietos de eſte cauallero, con los quales (quitado vno, a otro de menos edad) armados todos de punta en blanco, ſe preſentò eſte cauallero al Real exercito, en el qual ſiruieron a ſu Mageſtad muchos años a ſu coſta, porque en aquel tiempo no tenian otra paga los vezinos encomenderos, y ſus hijos, que la lealtad, y gloria de ſeruir a ſu Rey.

Antonio de Herrera haze mencion de otro ſocorro de ciento, y ochenta hombres, que lleuò el Capitan Franciſco de Villagra, gouernador, que fue deſpues de Chile, y aquien debe aquel Reyno en gran parte ſu ſer, por lo mucho, que ſe arreſgò en ſu conquiſta, haziendo valeroſos hechos, dignos dela immortalidad, como ſe verà adelante, y muchos mas en la hiſtoria general de Chile, a que a pelo. Fue ſiempre muy notoria, y conocida la nobleza de ſu ſangre, como lo han moſtrado deſpues los caualleros de ſu apellido, y linaje, en los grandes ſeruicios, que han hecho, y hazen a ſu Mageſtad, dignos de toda renumeracion, y premio. Deſpues en tiẽpo del Virrey D. Antonio Hurtado de Mendoça, Marques de Cañete, ſegun Herrera, embio ſu excelencia al Capitan D. Martin de Auendaño por tierra con vn buen ſocorro de gente, y trecientos y cinquenta cauallos, y yeguas, que importaron para la guerra, tanto como los miſmos ſoldados. la noble decendencia de este cauallero ha continuado ſiempre, y lleuado adelante el valor de ſu illuſtre ſangre tan conocida es Salamãca, y otros partes. Yo conocid os Hermanos que baſtaran por si ſolos a conſeruar, y aumentar el luſtre de ſu linaje: fue el vno, el maeſſe de campo D. Antonio de Auendaño, que lo fue del tercio del eſtado de Arauco, donde en muchas batallas, ſe ſe nalo, haziendo demonſtracion de ſu grande animo, y valentia, particularmente en vna rota, que tuuo nueſtro campo, donde por no perder la reputacion ganada a tanta coſta de peligros, y valeroſas hazañas, perdio la vida acribillado de lançadas, y hecho pedaços a manos del enemigo: el ſegundo fue el Maeſſe de campo D. Franciſco de Avendaño, que vino a Eſpaña, y en premio de ſus grandes ſeruicios, y de ſus antepaſſados, le hizo ſu Mageſtad merced, de vn habito de Santiago, y el gouierno de Tucuman, donde eſperando maiores aſcenſos, que tenia ya muy adelante, murio; dexando nos el deſengaño, de que no ay acierto como poner los ojos en ſolos los dela eternidad.

No hago mencion de aquellas quadrillas, de las quales diximos arriba, que paſſando por Copiapò fueron muertos quarenta ſoldados, con Iuan Bon, porque Herrera, que refiere eſto, no dize quien iua por cauo de eſta gente, dela qual no tengo mas noticia, dela q̃ dà eſte autor; como ni tanpoco de otra, que entraſſe antes, o deſpues de ella: pudo ſer que huuieſſe otros Capitanes, que en aquellos primeros ſeis años entraſſen en Chile con otros ſocorros; y yo me holgara harto hallarme en parte, donde pudieſſe tener noticia de ellos, para hazerles eſte pequeño honor de darlos ala eſtampa; paraque alo menos tuuieſſen eſta gloria los decendientes de aquellos cuyas hazañas merecian eſculpirſe en bronce. Tan poco refiero aquel famoſo ſocorro, con que entro en Chile ſu ſegundo Gouernador D. Garcia Hurtado de Mendoça, Marques de Cañete, porque eſte tiene ſu proprio lugar deſpues de la muerte del gouernador Pedro de Valdiuia, y con el daremos fin alos que entraron por el Perù, porque aunque deſpues aca han entrado otros ſocorros, y cada año va alguno con el ſituado; no han ſido tan ſeñalados, por no hauer ſido en los principios, y por hauer hallado ya el Reyno fundado, y con mas fuerças, y fuera neceſſario alargarme demasſiado a referirlos todos pero añadirè los q̃ han entrado de Eſpaña por Buenos ayres, aſſi por hauer ſido mas numeroſos de gente (pues fueron algunos de a 500. y mil hombres) como por hauer llegado en tiempos apretados, quando eſtaua para perderſe el Reyno, por ſer muy alos principios, y por eſtar ſitiados del enemigo, paraque quede memoria de can inſignes benefactores, que podemos llamar, Padres comuues de la Patria: haràſe eſto al fin de eſte libro, en tratado a parte, donde juntamente con la memoria, que ſe harà de eſtos Capitanes, y delos gouernadores que ha tenido aquel Reyno, ſe pondran ſus imagenes con la maior propriedad, que diere lugar la antigua memoria del tiempo, que ha que murieron, paraque ſus decendientes, y todos los que goçan oy en aquel Reyno del fruto delos rieſgos, y trabajos, que paſſaron en fundarle conſeruen la memoria delos que merecieron eternizarla por ſus heroicos hechos, y ſingulares hazañas.

CAPITVLO XII.
Proſigue el Gouernador Pedro de Valdiuia ſu conquiſta, y puebla la ciudad de la Concepcion, donde estuuo para perderſe en vna batalla.

V

Iendoſe el gouernador Pedro de Valdiuia con buen numero de gente, engañandole ſu grande animo, y pareciendole que tenia la que baſtaua para dar fin ala empreſſa començada de ſu conquiſta, dize Herrera, que embio ala otra vanda dela Cordillera, deſde Santiago, al Capitan Franciſco de Aguirre, con raçonable numero de gente, con la qual paſsò aquellos aſperiſſimos caminos de aquellos alpes, y fundò en los diaguitas, y juries]. no dize mas Herrera, ni yo tengo mas indiuiduales, noticias delos lugares, y ciudades que fundò, y aſſi dexo eſto, y paſſo con el gouernador Valdiuia ſiguiendo ſu exercito. El qual ſalio muy poderoſo de Santiago, y paſſando los furioſos Rios de Maypo, Cachapoal, Tinguiririca, Peteroa, Teno, y Mataquito, conquiſtò los promocaes, gente muy belicoſa, en cuyos arnezes ſe embotaron los aceros de Almagro, y mucho antes los del poderoſo exercito de cinquenta mil hombres, con que los embiſtio el Inga, quando pretendio conquiſtar eſta tierra; pero la buena dicha, y gran valor del gouernador Valdiuia, y ſus Valentiſſimos Capitanes, y ſoldados, pudieron ſolos hazerſe ſuperiores a ſus invencibles fuerças: aunque tengo por cierto, no les ſaldria de valde eſta gloria, ſino que les coſtaria ſudor, y ſangre: remitome alas hiſtorias de Chile, que diran lo particular delos encuentros, y batallas, y las victorias de vna, y otra parte.

Paſsò el exercito el caudaloſo Maule, y el eſpacioſo Rio Ytata, y llegando al de Andalien, ſe aquartelò ala ribera del mar, y por las conveniencias del ſitio, ſe fundò alli la ciudad dela Concepcion, el año de 1559; pero la gente dela tierra, admirados y rabioſos del atreuiento delos eſtrangeros, que vian entrarſe por ſus paiſes, como ſi fueran proprios, ſe convocaron; y vino vna poderoſa junta de gente muy granada ſobre nueſtro exercito, y preſentandole la batalla, le dieron tanta prieſſa, que ya dieran por bien los nueſtros no hauerſe empeñado en ella, derramoſe mucha ſangre dela vna, y otra parte; y aunque eſtuuo la nueſtra muy apique de perderſe. Dios Nueſtro Señor que guiaua las coſas para lograr los frutos dela ſuya en los predeſtinados, que tenia entre aquellos gentiles, por medio del Evangelio, que ſe hauia de predicar, alcançando victoria los Eſpañoles; ſela dio finalmente, y muy glorioſa, quedando preſſo, y cautiuo el famoſo Aynabillo principal caudillo de los pencones, que y tan valeroſa ſe hauia moſtrado en la pelea.

El ſitio dela ciudad dela Concepcion, es vna playa, que en figura de media luna forma vna hermoſiſſima baia. aquien naturaleza preuino vn proporcionado muelle de vna grande Ysla, a cuyo abrigo ſe raparan del Norte los nauios, que dan fondo en aquel puerto. por la parte dela tierra, que es la del Oriente, la ciñen vnas lomas, o colinas leuantadas, que por partes friſan con montes, cuyas laderas eſtan todas plantadas de viñas, y arboledas, de manera, que deſde qualquiera parte dela ciudad, que leuante vno los ojos, ve hermoſiſſimas tablas de planteles, y variedad de arboles, o por dezir mejor, vn verde ſemicirculo leuantado, que dando caſi con ſus puntas en la mar, ſirue de muralla, y alegres viſtas ala ciudad. Entra por dentro de ella ala vanda del Norte vn pequeño Rio, que baxa de vnos montes, de que hizimos ya mencion en ſu lugar, hablando delos Rios de eſta tierra; y por la del Sur, la baña otro maior, y mas profundo, que llaman de Andalien, ninguno de eſtos dos Rios haze a eſta ciudad el beneficio, que el de Mapochò ala de Santiago de entrarſe por ſus caſas para ſu mayor limpieza, y commodidades, pero ſuplen eſta falta alegres fuentes de chriſtalinas, y delicadas aguas, que rodean eſte ſitio, y nacen muy cerca del, y n particular vna muy copioſa, que truxo ala plaça el general Don Diego Gonçalez Montero, ſiendo corregidor de eſta ciudad, y gouernandola con el buen acierto, y luſtre, que gouerno deſpues la de Santiago, ſiendo ſu corregidor, y teniente de Capitan general.

Eſtà fudada eſta ciudad en treinta y tres grados, y quarẽta y cĩco minutos de altura al polo antartico, y aſſi por eſto, como por la eminencia, y eleuacion dela tierra, es el ayre tan templado, q̃ nunca haze calor, q̃ ofenda, y en la fuerça del verano, es meneſter hechar en la cama caſi la meſma ropa, que en el hiuierno, porque eſte tan poco es riguroſo de frios acaufa de que alli nunca nieua, aunque llueue muchiſſimo. Para mayor ſeguridad dela fũdacion, ſe hizo en eſta ciudad vn buen fuerte, para recogerſe la gente en las ocaſſiones delos aprietos, en que les ponian muy frequentemente los aſaltos, que les dauan los Indios, de que ſe defendian los Eſpañoles valeroſamente, ſin dexar vn punto las armas delas manos, ſaliendo a todas horas a ſu defenſa; porque el enemigo impaciente de verſe de baxo de otros, no penſaua en otra coſa, que en hucharlos desi, y verſe libre dela opreſſion, que temian. Sin embargo de eſte cuydado, y preuencion, ſe perdio deſpues eſta ciudad como ſe verà en ſu lugar, porque la fuerça del enemigo fue tan grande, que no fue baſtante la nueſtra a reſiſtirle, aunque andando el tiempo ſe reedificò de nueuo, ſibien, por hauer eſtado ſiempre en frontera dela guerra, no ha podido crecer tanto como la de Santiago; però va ya entrando en mucho luſtre, y haziendoſe poderoſos, y ricos ſus vezinos; porque van entablando ya ſus matanzas de ganados, y curtidurias, que es la mayor riqueza de Chile, y fuera de eſto, tienen ſus coſechas de harinas, con que ſe prouee el Real exercito y los vinos, que ſe hazen en aquella comarca, ſon generalmente mejores, que los de Santiago, ſi bien las cepas no ſon tan grueſas, y leuantadas, antes maduran las vbas tendidas en el ſuelo, como en algunas partes, de Europa No tienen la abundancia, que en otras partes de Chile, de almendra, aceite, naranjas, limas, agi, legumbres, y frutas ſecas, por ſer ſu verano mas corto, y tener menos fuerça el Sol.

Los hijos de Eſpañoles naturales de eſta tierra ſon muy dociles, de muy noble condicion, amoroſos, y apacibles, y en los exercicios de letras prueban muy bien, ſon hombres de verdad, y muy fieles, y leales, muy amigos de ſus amigos, y por ſu defenſa, y honrra arrieſgan facilmente hazienda, y vidas; ſon de buenas inclinaciones, y aſſi ſe aplican facilmente ala virtud, y los que hechan por la via de las armas, ſe hazen muy ſeñalados en ellas. criaſe aqui la juuentud con mas ſencillez, por eſtar lejos del olor dela corte, que ſuele hazerla mas malicioſa, y libre. El obiſpado de eſta ciudad eſpobre, que apenas tendra dos o tres mil peſos de renta, porque aunque la tierra es delas mas ricas del Reyno, y donde ay mas minas de oro; ſon cortos los diezmos, por las continuas, y prolixas guerras, que tantos años ha ſuſtentado, deſde ſus principios, que podemos dezir con raçon, que los primeros pañales, y cuna, en que le crio, y la leche, y alimentos, con que ha crecido, y ſuſtentadoſe; ſon las armas, que no ha dexado delas manos en nouenta y cinco años, que ha, que ſe fundò eſta ciudad, que no ha ſido poca prueba de ſus buenas calidades, y delo que ſera en adelante, viendoſe ſin eſte ſobrehueſſo: es tambien cauſa dela menos renta de eſte obiſpado, la perdida de ſiete ciudades, que le partenecian, y eran algunas de ellas delas mas ricas del Reyno.

El año de 1567. ſe fundò en eſta ciudad la Real chancilleria, que durò en ella haſta el de ſetenta y quatro, y hauiendoſe deshecho, y faltado deſpues algunos años; vltimamente ſe fundò de nueuo en la ciudad de Santiago, donde eſta oy como queda referido en ſu lugar; y aunque ſu juriſdicion alcança haſta eſta ciudad, por ſer para todo el Reyno, tiene menos que hazer en ella, porque los gouernadores aſſiſten aqui de ordinario, para eſtar mas cerca de los preſidios, y eſtar mas promptos para aſiſtir, y dar calor al Real exercito, y alas ocaſſiones delas malocas, y encuentros, que ſe offrecen continuamente con el enemigo. Es muy lucido el preſidio, y ſoldadeſca, que eſtà de guarnicion en eſta ciudad, donde todos los dias entran, y ſalen las compañias de guardia, conforme al vſo, y practica delas jerras, que ſon de guerra, y fuera delos officios de Alferez, Capitanes, Sargentos mayores, y maeſſes de campo, que eſtan a diſpoſicion del Capitan general, provee el Rey otros officios, que ſon el de cõtador, y theſorero, y el de veedor general que esta ſegunda perſona deſpues del gouernador, y ſon pueſtos de grande eſtima, conſideracion, y no de poco prouecho en aquel Reyno; y paſſa por ſus manos el deſpacho de trecientos mil peſos del Real ſituado, que todos los años ſe reparte, y diſtribuye entre los ſoldados, y officiales que tienen plaça viua, paſſada por los Reales libros dela veeduria general.

Eſtan fundadas en eſta ciudad las ſagradas Religiones de ſanto Domingo, ſan Franciſco, ſan Auguſtin, Nueſtra Señora dela Merced, y la Compañia de Ieſus, y la delos Hermanos del B. Iuan de Dios, a cuyo cargo eſta el hoſpital Real, en que ſe curan principalmente los ſoldados, aquien acuden, y aſſiſten con grande Vigilancia, aſſeo, y curioſidad; y los conuentos, y Ygleſias delas religiones, el culto diuino, y cofradias van cada dia mejorandoſe, y compitiendo en muchas coſas con las de Santiago. Es ſobre todo inſigne en milagros, y deuocion del pueblo la deuotiſſima imagen de Nueſtra Señora delas nieues, que eſtà en la Ygleſia mayor de eſta ciudad, donde al preſente, ſe le va labrando vna ſumptuoſa capilla, con las limoſnas, que para ello da el pueblo, con gran deuocion, y los nauegantes, y gente dela mar, que la ha tomado por patrona, y avogada, por las marauillas, y miſericordias, que vſa con ellos en aquellos mares, que ſuelen ſer muy tempeſtuoſos, y de gran peligro, ſi cogen los nauios tocando algo en el hiuierno y aſſi en las tormentas la invocan, y hazen votos a clamando ſu fauor y quando por ſu interceſion llegan a tierra, ſuelen ir en proceſſion deſcalços a ſu Igleſia, a offrecerla ſus limoſnas y cumplir ſus votos.

Fue eſta Imagen del Illuſtriſſimo Señor Don Fray Antonio de San Miguel, aquien el Emperador Carlos V. embio por obiſpo dela Ymperial, juntamente con don Fray Pedro Medellin, que lo fue de Santiago; y fueron los dos primeros Prelados de aquellos dos obiſpados y entrambos dela ſerafica Orden de ſan Franciſco, y muy ſeñalados en ſantitad de vida: hauiendo promovido a eſte inſigne Varon obispo dela Imperial por obiſpo de Quito; quiſo lleuar cõſigo ſu imagen, por la gran deuocion, que la tenia. pero el pueblo, que no ſe la tenia menor juntò cabildo, y en el reſoluieron de ir a poſtrarſe alos pies de ſu paſtor, a pedirle que no los dexaſſe deſconſolados, lleuandoles aquella prenda de tanto conſuelo, y privandolos de vn theſoro de tanta eſtima.

Fue toda la ciudad con eſta embajada al ſeñor Obiſpo (aquien mirauan todos como a padre, eſtimauan por ſu gran virtud (y con el mauor afecto, q̃ pudieron le rogaron, que ya q̃ los dexaua, no los dexafafae deſemparados, lleuãdoles de aquella tierra aquel vnico patrocinio de ella. El ſeñor Obiſpo enternecido de ver la gran piedad del pueblo, bañados los ojos en lagrimas, les dixo, que aunque le pedian la joya de ſu maior eſtima, y vn pedaço de ſu coraçon, no ſe atreuia a negarſelo, porque aquella Imagen entendia, que hauia de ſer el amparo de todo el Reyno, que aſſi tuuieſſen por cierto, que la habian de hallar muy propicia, y fauorable en todos ſus trabajos y peligros, y con eſto ſe deſpidio, llorando de dolor de apartar deſi lo que tanto amaua, y de conſuelo, por ver la piedad del pueblo que voluio mas contento con ſu imagen, que con el maior theſoro del mundo, y la colocaron denueuo en ſu lugar, donde hizo grandes milagros. He referido eſto por menor, porque eſta Imagen ha ſido el amparo de aquella tierra, deſde que los Eſpañoles començaron a fundarla, vſando con ellos ſingulariſſimas miſericordias, de que el piadoſo letor, y deuoto de eſta gran Señor, no dexara de cõſolarſe de ſaberlas; y aſſi tocare algunas mas ſeñaladas en los capitulos ſiguien tes y poniendo otras que ha continuado ſiempre es la ciudad dela Concepcion donde la lleuaron los chriſtianos quando ſe perdio la Imperial como ſe vera mas adelante.

CAPITVLO XIII.
Delas mavanillas, y milagros, que ha obrado en Chile la imperial Imagen de Nueſtra Señora delas Nieues.

H

Auiendo hecho memoria dela deuotiſſima imagen de Nueſtra Señora delas Nieues, que eſtà en la ciudad dela Concepcion; ſeria linaje de ingratitud, no hazerla delas marauillas, y milagros, con que miſericordioſiſſimamente ha fauorecido eſta liberaliſſima Señora al Reyno de Chiles deſde ſus principios: aunque por hauerſe perdido la ciudad dela Ymperial, en cuyo archiuo eſtauan guardados los autenticos teſtimonios de cada vno en particular, no podre referir, ſino vno, o otro delos mas ſabidos, de que me he informado delos meſmos, que ſe hallaron preſentes, olos oyeron de otros, como coſa publica, y ſabida de todos, ſin contradicion de ninguno: en particular me hallo bien a caſo con vn informe, que dio delos que aqui referirè, el Capitan Diego de Venegas Cauallero de grande credito, y autoridad, que ſe hallò preſente en la Imperial a todo lo q̃ refiere en el dicho informe, q̃ hizo a inſtãcia, y peticion de Iuã Palomino perſona muy pia, y deuota de eſta ſantiſſima Imagen, de cuya cofradia es ſolicito maiordomo, y con ſu aſſiſtencia, y piedad, lleua muy adelante la fabrica dela hermoſa capilla, que diximos ya, ſe le eſta labrando en la catedral dela Concepcion y tiene muy lucida, y acrecentada la dicha cofradia.

Entre las otras ciudades, que abrasò; y conſumio, en el Reyno de Chile, la furioſa rabia delos Indios, que ſe leuantaron contra los Eſpañoles, y contra Dios, fue la dela Ymperial, ala qual teniendola ſitiada, cortaron, y diuirtieron el braço del Rio, de que bebian todos, de manera, que llegaron a no poder alcançar vna gota de agua, con que mitigar ſu ſed. hauia ya tres dias, que faltaua del todo el agua, con que ſe hallauan todos a punto de perecer, o dela rabioſa ſed, que los apretaua, o entregandoſe a ſus crueles enemigos, de quien parece, que lo menos, que pudieran temer, era el golpe del cuchillo, pues ſeria menos mal concluir de vna vez con la vida que entregarla a vn duro, e inſufrible cautiuerio, con ſobre ſaltos continuos de perderla a cada paſſo; y con tan gran peligro, dela del alma, hallandoſe obligados a viuir entre idolatras, eſclauos ſuyos, y ſugetos a ſu voluntad. En eſte riguroſo aprieto, no tuuieron otro remedio, que voluer los ojos ala que tiene ſiempre los ſuyos ſobre los afligidos, que inuocan ſu fauor; corrieron todos a eſta ſu ſanta Imagen; y la lengua ſeca, hablando mas, y perſuadiendo mejor con ſu manifieſta neceſſidad, que con ſus palabras (porque a penas podian rodearla dentro dela boca, para articularlas) ſe arrojaron a ſus pies, ſacaronla en proceſſion, y cantando la ſus letanias en voz alta, ſi bien ronca, y ſeca, y mas como de quien eſtà eſpirando, que de quien pide, y procura el remedio de ſu vida, acompañando ſu canto, en vez de inſtrumentos muſicos, los clamores, y llantos delas mugeres, y niños, que como menos ſufridos, hazian mas laſtima, y manifeſtauan mas viuo ſu trabajo, y aprieto; llegaron con la ſanta Imagen a vn poço (que ſolo tenia la figura de hauer lo ſido) ſeco, y cubierto de tierra, y puſieronla ſobre el brocal pidiendola miſericordia.

Clamauan todos, y con ſus ojos hechos fuentes de lagrimas, enternecieron ala que lo es de piedad, y amor; a conuertir aquel duro ſuelo en otros tantos manantiales, quantos fueron los caños de agua dulce, freſca y chriſtalina, q̃ començaron a brotar a viſta de aquel pueblo: quien dira las anſias, con q̃ ſe arrojaron todos a eſtas fuentes arecrearſe, y mitigar ſu ſed? vnos beſſauan el ſuelo, ſobre que eſta ſanta Imagen eſtaua pueſta, otros corrian atropelladoſe vnos ſobre otros; y mezclando la bebida con lagrimas, que vertian de deuocion, aclamauan a eſta benigniſſima Señora, dandole infinitas gracias, por tan liberal beneficio, vltimamente cantando la hymbos, y alabanças, la voluieron aſu altar, adonde acudian todos mas confiados que nunca por el remedio de ſus neceſſidades, y trabajos.

Nunca ſupo la Reyna del cielo ſer menos cumplida en ſus fauores, y mercedes, ni eſtas las hizo jamas menguadas ſino muy llenas, y ſobradas, y aſſi no era coſa proporcionada aſu grandeza, que hauiendo dado de beber aſu pueblo afligido, que le hauia clamado en ſu tribulacion, le dexaſſe ſin comer, en tanta hambre, como padecia. no quiſo quedaſſe defectuoſo, y notado eſte ſu refreſco, y aſſi la que ſacò agua dela piedra, o ſuelo duro, para que bebieſſen ſus chriſtianos, y deuotos; hizo que llouieſſe del cielo, ſino manà, y perdices, como en el deſierto; otras aues no menos regaladas, paraque fueſſe del todo cumplido, y honrroſo el banquete, que les hizo en aquel aprieto, que era no menor, que el delos hijos de Yſrael en ſu peregrinacion; la abundancia de eſtas aves fue tan grande, que cogiendolas con gran facilidad, ſe ſuſtentò la ciudad con ellas todo el tiempo, que durò el aprieto del cerco, y para que la euidencia de eſte milagroſo combite, fueſſe mas notoria; fue coſa marauilloſa, que viendo los Indios, que ſin embargo de hauer quitado el agua ala ciudad, ſe ſuſtentauan los que eſtauan dentro de ella, dexando por eſto que el agua del Rio voluieſſe a entrar en ella, como de antes; al punto que entrò, voluio a ſecarſe el poço, y no dio mas agua, por no ſer ya neceſſaria para manifeſtar el poder, y ſoberana virtud dela madre de piedad, que tanto reſplandecio en eſta marauilla.

No fue menor otra que en eſta meſma ciudad, y en el meſmo cerco moſtrò eſta eſclarecida Reyna con eſtos ſus deuotos, y afligidos chriſtianos. Eſtauan conſtantes los Indios ſin mouerſe ni dar mueſtras de leuantar el cerco que tan apretados tenia alos Eſpañoles, que eſtauan dentro, ſin poder ſacar el pie, porque no tenian fuerça para hechar de alli al enemigo, el qual les tenia tomados los paſſos, y cerradas las puertas de manera que aun no podian dar las nueuas de ſu trabajo alas ciudades vezinas paraque pudieſſen embiarles algun ſocorro: en eſte aprieto, la neceſſidad, que es induſtrioſa, hallò modo de hazer vna barca con las tablas, que pudieron juntar, deshaziendo cajas, y meſas delas que hauia dentro dela ciudad; porque hechando eſta embarſcacion por el braço del Rio, podrian por la mar dar auiſo aquien pudieſſe ſoccorrerlos dauanſe prieſſa en hazer ſu barca, pero faltaua lo principal, que era la brea, para calafatearla; ſacauan la que podian delos cueros de vino, pero aunque ſe valieron para eſto de todos los que alli tenian, era muy poco para lo que era neceſſario, para acomodar del todo la barca. no dexauan de acudir frequentemente ala ſanta Imagen de ſu vnico amparo, a pedirla continuaſſe con aquella ciudad ſus miſericordias; y los libraſſe de aquel trabajo.

Acordoſe en eſta ocaſſion vn vezino de dos cueros de vino, que hauia pueſto en vn ſoterraño, y fue a ſacarlos, para que ſiruieſſe en eſta ocaſſion la brea, con: que eſtauan breados, que aunque todo ello venia a ſer muy poco para el intento; hazian lo que podian, ayudandoſe de todos los medios poſſibles para ſalir con el. fue coſa marauilloſa, que quando fueron a abrir eſtos cueros, hallaron que por la interceſſion de eſta ſoberana Señora, que en las bodas de Galilea fue poderoſa a convertir el agua en vino, lo fue en eſta ocaſſion para conuertir el vino en el Vetumen que eſtos ſus deuotos neceſſitauan: todo el vino ſe hauia conuertido en pez, con que pudieron acabar ſu barca, calafatearla, y hecharla al Rio, y embarcandoſe en ella tres Eſpañoles, y tres Indios, començaron abogar vna noche, de manera, que en breue tiempo, y ſin ſer ſentidos, dieron conſigo en el mar, y nauegaron haſta la ciudad de Valdiuia, q̃ era la mas vezinas pero queriendo entrar en ella, ſoplò vn terral, que no les dio lugar a ello, y los derrotò hazia la Concepcion, en que tambien reſplandecio el fauor dela ſoberana Virgen, porque en aquella ocaſſion, hauian los Indios ganado la ciudad de Valdiuia, y pueſto la fuego, y aſſi para librar la barca de eſte peligro ſoplò aquel viento, que la lleuo ala Concepcion, que eſtà mucho mas diſtante, paraque, como dize el Padre Antonio Spinelo de nueſtra compañia en ſu deuoto libro, de laudibus Beatiſſimæ Virginis fol. 628. fueſſe el ſocorro a eſtos ſus deuotos chriſtianos, no de otra parte, que dela ciudad, aquien honrra el nombre de ſu puriſſima, y immaculada Concepcion, aquien ſea gloria, y honrra, y ſe den immortales alabãças, por eſtas y otras marauillas, cõ q̃ ſe ha dignado fauorecer aq̃l Reyno deſde ſus principios, cõtinuandolas ſiempre haſta oy en ſus aumentos.

En otra ocaſſion hizieron experiencia del fauor de eſta gran Señora cinquenta ſoldados, y capitanes (entres los quales iua el meſmo Capitan Diego de Venegas, que refiere eſto) y fue en eſte meſmo tiempo dela perdida delas ſiete dichas ciudades. Salieron eſtos valientes heroes dela Imperial con el Capitan Franciſco Galdames dela vega, a tomar lengua, por ſaber el deſignio del enemigo, y a poco trecho dieron ſobre ellos mas de doſmil Indios de guerra, con que hauia para cada vno caſi cinquenta; y no pudiendoſe retirar, por hauerles tomado los paſſos el enemigo, huuieron de venir con el alas manos; pero aunque ſe defendian con gran valor, no pudiera ſer menos ſino que la victoria eſtuuiera por parte delos Indios; ſi la que es terrible como los eſcuadrones bien concertados, no ſe huuiera pueſto de por medio, o por dezir mejor al lado delos chriſtianos, que hallandoſe mal heridos, y procurando no diuidirſe los vnos delos otros, ganaron vna placeta, donde eſtando todos juntos, les hablò el Capitan, que era buen chriſtiano, y deuoto dela Virgen, de eſta manera. caualleros, ya ſe ve, quan pecos ſomos, ſiẽdo tantos los que eſtan ſobre nosotros, retirarnos, no es poſſible, por eſtar los paſſos tomados; proſeguir, con la pelea, es temeridad; ſi bien ineſcuſable, ſino queremos quedar cautiuos de baxo de tan rabioſos enemigos; no veo camino ſino de perecer, ſi Dios no nosle abre milagroſamente por la interceſſion de ſu madre, imploremosla, haziendo voto de ir en proceſſion deſcalgços haſta el altar de ſu ſanta Ymagen delas Nieues, que eſtà en nueſtra Ygleſia dela Imperial, porque no ay otro remedio. hizieronlo aſſi, y confiados en Dios, y en ſu madre ſantiſſima, paſſaron por medio de ſus enemigos, con no menor marauilla, que ſi ſe vieran paſſar corderos entre ambrientos lobos, ſin que ninguno le meneaſſe para hazerles mal: aſſiſalieron los chriſtianos a viſta delos que poco antes les hauian embeſtido, como para comerſelos viuos convertiendo eſtos el furor militar en admiracion, y embeleçamiento, viendo que paſſauan delante de ellos, y ſe iuan libres, y ſin temor a ſus caſas, los que tenian ya por ſuyos, teniendo tan adelante la victoria: contando deſpues los Indios eſte caſo, y preguntadoles, que motiuo hauian tenido para no ſeguir haſta el fin victoria tan conocida; reſpondieron, que no ſabian, como, ni de que manera ſe les quitò derepente la gana de pelear, no hauiendoles acontecido jamas coſa ſemejante, de que quedaron fuera deſi. los chriſtianos cumplieron ſu voto con mucha alegria, y deuocion, dando infinitas gracias a eſta gran Señora, por cuya interceſſion, y amparo hauian renacido aquel diaz.

CAPITVLO XIV.
Proſigue la meſma materia delas marasuillas dela Reyna del Cielo.

N

O es menos poderoſa nueſtra Reyna con los elementos, que formidable, y terrible en los exercitos para amparo, defenſas y ſocorro delos ſuyos. ya hemos viſto ſobrados argumentos, y pruebas de eſta verdad en el capitulo paſſado; en eſte veremos otros no menores de otras marauillas, que obrò en eſta meſma ciudad dela Ymperial atropellando, por ſocorrerla, y fauorecerla, por las leyes, y fueros de todos los quatro elementos; y refiero todo eſto en eſte lugar (aũque no hemos llegado haſta aora a darſele ala fundacion de eſta ciudad de la imperial) porque vayan todas juntas ſin diuidirſe las miſericordias, y fauores, con que eſta gran Señora ſe ſiruio de ampararla.

Y ſea la primera la que obrò con el ayre y la tierra: vn dia de S. Simon, y Iudas, al amanecer, huuo en eſta ciudad vn tan grande terremoto, y temblor de tierra, que eſtuuo para hundirſe, y perderſe toda, començaron a caerſe muchas caſas, y quiça no huuiera quedado en pie ninguna, ſi la Reyna del cielo no huuiera alcançado de ſu hijo benditiſſimo el remedio, y fue aſſi, que llegando el ſacriſtan a abrir la Ygleſia, deſpues de hauer ceſſado el terremoto, hallò en el ſuelo la imagen delas Nieues de Nueſtra poderoſa Reyna, en pie, buelto el roſtro al ſantiſſimo Sacramento; lo qual no pudo ſer ſin miſterio, y grande marauilla, porque lo primero el altar dela Imagen eſtaua en vno delos lados dela Ygleſia, y lo ſegundo no era poſſible caer de tan alto, que era mas de dos baras del ſuelo, ſin hazerſe pedaços, con la fuerça del golpe, o por lo menos laſtimadoſe mucho por ſer de madera. lo tercero por quedar en pie, y buelto el roſtro al ſantiſſimo, como quien pide, y para obligar mas ſe abate, y humilla, como lo leemos en algunos exemplos, en que ſe cuenta, que baxando la Imagen de nueſtra Señora del altar, ha rogado aſu precioſiſſimo hijo, y alcançado grandes fauores, para ſus deuotos. No tuuo neceſſidad el pueblo de intrerprete de eſta marauilla, ni de predicador, que les perſuadieſſe la obligacion, en que de nueuo les hauia pueſto eſta gran Señora, por el gran fauor, que en eſta ocaſſion reconocian de ſu mano; ni el ſacriſtan tuuo primer mouimiento de duda, porque luego, que abrio la Ygleſia; y vio la deuota poſtura dela Imagen, ſin poderſe contener, ſalio corriendo, dando voces, milagro, milagro y el pueblo que eſtaua como fuera deſi deſpauorido, y amedrentado de tan terrible, y nunca viſto terremoto, luego que las oyò, corrio ala Ygleſia, y arropellandoſe los vnos alos otros, llegaron deſalados, arrojandoſe al ſuelo, y beſandole con deuocion, dauan gracias ala que hauia ſido ſu protectora, y auogada para con ſu benditiſſimo Hijo, deteniendole el braço de ſu juſticia, para que no acabaſſe con aquel pueblo; y tomando en braços la ſanta Imagen, aſſiendo cada qual de donde podia, la lleuaron en proceſſion por la Ygleſia, haſta voluer a colocarla en ſu lugar.

Iuntemos aora a eſta marauilla, que obrò la Virgen ſantiſſima, enfrenando el aire, y quietandola tierra, la que manifeſtò en el elemento del agua, y en la fertilidad, que dio ala meſma tierra. Fue coſa extraordinaria vn año, en la meſma ciudad dela Imperial, y ſu contorno, vna gran ſeca, que eſterelizò los campos, y hizo grietas la tierra, con que los labradores deſconfiauan ya de lograr ſus ſementeras, y añadiole a eſto vna peſte de guſanos, de que ſe cubria todo el ſuelo, y no dexaua en el ni aun la debil, y pequeña raiz, que hauia començado a hechar el grano: y como eſte linaje de calamidad no podia tener remedio de otra mano, q̃ dela meſma, que lo embiaua para prueba, y exercicio de paciencia de ſus fieles, y caſtigo de ſus culpas; acudieron a ſu diuina Mageſtad, a padrinando ſu oracion, y clamores con la interceſſion de ſu poderoſa patrona, y auogada. juntoſe para eſto la ciudad acabildo, y ſacaronla dela Ygleſia maior a otra, donde cantaron ſu miſſa, y predicaron ſus alabanças; pero ſin embargo ſe eſtaua el cielo en ſus trece, ſereno, y claro, hecho de bronçe, contra aquella tierra fulminando fuego, que la abraſaua, en lugar del agua, que le pedian, y de que tenia tanta neceſſidad; proſiguieron con todo eſſo la miſſa, aſomauan vnos, y otros alas puertas aver ſi ſe mudaua el tiempo, y daua algunas eſperanças de blandura; pero aunque no vian ningunas ſeñales de conſuelo, perſeueraron en ſu oracion con confiança de ſer oidos: acauada la miſſa boluieron con ſu proceſſion abraſandoſe todos de calor, y anguſtiados de ver, que voluia, ya la Imagen a ſu caſa, y no daua el cielo mueſtras de ablandarſe.

No quiſo la madre y fuente de piedad probar mas la fee, y confianza de ſus deuotos; ſino que luego alli de contado, quiſo dar teſtimonio delo que valen en ſus ojos las lagrimas delos afligidos, que ſe arojan aſu protecion, y amparo. Fue coſa digna de toda ponderacion, y eſpanto, que no pareciendo vna nube en todo el cielo, ſe entoldò de repente, y començò a llouer con tanta fuerça, que fue meneſter, para que la Imagen no ſe mojaſſe, que ſe quitaſſen algunos las capas, para cubrir con ellas las andas, en que la lleuauan; y de eſta manera acabaron la Proceſſion, y la agua proſiguio, con vn gran teſon, dos dias enteros, con ſus noches: con que no quedò guſano viuo, y la tierra ſe fertilizò de manera, que nunca dio mas pan, ni mas abundantes coſechas, que aquel año.

Falta aora ver el modo, con que el fuego moſtrò la efficacia del amparo, que eſta ſoberana Reyna ha tenido ſobre eſta meſma ciudad dela Imperial: ſacaron. en vna fieſta ſu ſanta Imagen delas Nieues en proceſſion; y paſſando por la plaça, donde eſtaua cargada vna pieça de artilleria, la mandaron diſparar con las demas para hazer la ſalua; pero aunque el artillero le dio fuego por tres veces, nunca prendio, haſta que entro la Imagen dentro de la Ygleſia, y con ella toda la gente que iua en la proceſſion; y eſtuuo la marauilla en que la pieça eſtaua cargada con vna grande bala de bronce, y muchos callos de herraduras, y pedaços de otros yerros; delo qual eſtaua oluidado el que la cargò y aſſi, ſi ſe huuiera diſparado mientras paſſaua la proceſsion, huuiera muerto a muchos: pero no quiſo la Reyna del Cielo, que la accion, que ſe endereçaua para ſu honrra, y maior feſtejo, ſe convirtieſſe en llanto, y luto de ſus deuotos: y aſsi detuuo la actiuidad del fuego, y enfrenò ſu impaciencia todo el tiempo, que baſtò, para que ſe puſieſſen en cobro los que no huuieran eſcapado de tan manifieſto peligro, ſi huuiera dexadole obrar conforme a ſu natural inclinacion, y exigencia.

Otros muchos milagros (dize el ya nombrado Capitan Diego Venegas en ſu Relacion, cuyas ſon eſtas palabras) obrò Nueſtra Señora, patentes, y claros en la dicha Ciudad dela Imperial, por medio de eſta gran Señora nueſtra, en muchas ocaſsiones, los quales eſtauan tomados por fee, y teſtimonio, y guardados en ſu archivo: pero como ſe ſacaron del, quando ſe perdio, y ſea lleuaron de vna parte a otra. Se perdieron juntamente los papeles autenticos, y memorias de tan grandes marauillas, porque el furor delos Indios no nos dio lugar a librarlos, en particular experimentamos eſtos fauores, quando venia gran junta de Indios a lleuarſe determinadamente la ciudad, porque luego iuamos todos al remedio, que era, valernos del amparo de nueſtra ſoberana protectora. Acontecio muchas veces hallandonos en grande aprieto, moſtrarſe viſiblemente alos Indios, y mandarles que no hizieſſen mal ala ciudad, y que ſe voluieſſen a ſus tierras, y ellos ſin poder hazer otra coſa obedecer a ſu mandato, y leuantar el cerco, y voluerſe a ſus caſas, como corderos, los que hauian ſalido de ellas como louos ambrientos. aſſi lo refirieron los meſmos Indios muchas vezes, diziendo, que vna Señorità, acompañada de vn Eſpañol viejo, que andaua en vn cauallo blanco (que alo que ſiempre ſe coligio, era el Señor Santiago, patron dela cabeza de aquel Reyno, y de todo el) los hazia voluer huyendo a ſu tierra] haſta aqui las palabras de eſte Capitan.

Oy eſtà la ciudad dela Concepcion experimentando los fauores, que por medio de eſta ſanta Imagen eſtà obrando deſde el cielo la que en ella ſe repreſenta, no menos en el mar, que en la tierra; alli quietando las aguas, quando ſe alborotan, y librando de ſus olas las naues delos que nauegando, la hazen ſus votos, y plegarias; y aqui, turbando el tiempo, alborotando el ayre, para condenſar las nubes, y fecundarlas, haziendo, que llueua ſiempre que amenaça alguna ſeca, y eſterilidad en los campos; y aſſi por reconocer el ſeguro patrocinio de eſta eſclarecida Reyna, y el gran poder, que tiene en todos los elementos, en la guerra, y en la paz; pongo aqui ſu ſanta Imagen, colocada en tierra, ala orilla del mar, tirando deſde alli con cadenas vna naue, para entrarla en el puerto; con que ſe ſignifica el fauor, que inviſiblemente da alos nauegantes; y para moſtrar los que ha hecho en tierra; ſe pinta la lluuia, los enemigos huyendo, brotando la fuente, y las aves
Santa Maria dela Ligva
en el ayre como hemos viſto acontecio en el cerco dela Ymperial, paraque todos la invoquen en ſemejantes neceſſidades, y aprietos, y ſea de todo el mundo glorificada, y enſalçada como merece.

CAPITVLO XV.
De otra marauilla que obrò la Virgen Nueſtra Señora fauoreciendo la Fundacion de Chile.

D

Eſde los principios dela fundacion del Reyno de Chile, moſtrò ſiempre la ſoberana Reyna del cielo, que le tomaua de baxo de ſu proteccion, y amparo, como ſe ha viſto en lo que queda dicho, y ſe verà adelante; y ya que ſe ha tocado eſte punto; quiero acõpañarle con otra marauilla, que oi contar a mis mayores, aunque no me acuerdo del lugar en particular donde ſuccedio; pero ſe que fue en vna delas ciudades de Chile, quando ſe fundaua. Succedio pues, que eſtando ſitiada vna de ellas: o viniendola a combatir los Indios; ſalieron dela ciudad los Eſpañoles, que hauia dentro a reſſiſtirles, y detenerles por lo menos el paſſo; llegaron alas manos, y començando a pelear, començaron los Indios a huir a gran prieſſa, admirados los Eſpañoles del caſo, viendo, que ſiendo tantos los Indios, huyan de ellos, que eran tan pocos; coſa tan nueua, y que no decia con la arrogancia de eſta gente: hauiendoles preguntando deſpues la cauſa. reſpondieron, que aunque eran pocos los Eſpañoles, y aſſi no los temian; pero que vieron venir delante vna Señora hermoſiſſima, y bella, que les venia hechando poluo en los ojos, y cegandolos; y obligandolos con eſto a que ſe retiraſſen. como lo hizieron, ſin que ſe atreuieſſe ninguno a paſſar adelante. O valeroſa capitana delos exerçitos de Dios, que aſſiſtiſtes alos chriſtianos con vueſtro fauor, y ayuda, para que fueſſe vueſtra la victoria, de que dependia el logro dela ſangre de vueſtro Hijo, en la ſaluacion delos predeſtinados, que de aquel gentiliſmo han ſubido al paraiſo; juſto es que todos tengamos muy preſente eſta vueſtra miſericordia: y mas los que ſomos mas intereſſados en ella; y aſſi para ſu eterna memoria, y gloria vueſtra, es bien que ſe eſculpa en bronce, y ſe offreſca por voto en el altar de vueſtros beneficios, y quede regiſtrada en eſte libro, en eſta Imagen, que en. nombre del Reyno de Chile os preſento, en ſeñal de agradecimieto y debido obſequio] Va pueſta eſta ſanta Imagen ala buelta dela oja, donde la acompañarà otra; de que ya hablarè.

Para dar fin a eſte argumento, y que ſe vea mas claramente el ſingular patrocinio, con que la Reyna del cielo ſe ha dignado fauorecer a toda aquella tierra, mirandola con tan particulares ojos (quiça por mas remota, y por eſto mas neceſſitada de ſu amparo) quiero hazer la vltima ponderacion, que en eſta materia ſe puede conſiderar, y es, que no ſolamente ha querido eſta ſoberana Señora honrrar con el amparo, y patrocinio de ſus ſantas Imagenes, las ciudades, y Ygleſias publicas, comunes, y generales, para todos; pero ha paſſado adelante ſu liberalidad, humanandoſe a comunicarla alas caſas particulares de ſus vezinos, entrandoſe por ellas, para illuſtrarlas con los particulares fauores, que tan proprios ſon de ſu piedad. Entre otros, que en la perdida delas ciudades que hemos dicho, abraſaron los Indios en Chile, ſe hallaron, aſſi en los rieſgos delos encuentros, y batallas, como en la apretura, y extremas anguſtias de ſus cercos; fue el maeſſe de campo D. Pedro de Ybacache, cauallero conocido, en quien compitieron el valor, prudencia, y conſejo militar, con la piedad chriſtiana, y deuocion, de que ſomos teſtigos todos los que le conocimos, y admiramos en vn ſoldado, criado toda ſu vida en la guerra, tan gran ternura, y aplicacion alas coſas del cielo.

Eſte cauallero, como otro Eneas aſu padre Anquiſes, librò, ſi mal no me acuerdo, del incendio, y ruina de aquellas ciudades vna imagen dela ſoberana Virgen, pequeña, de haſta media bara de alto, y la truxo conſigo haſta el Valle dela ligua juriſdicion dela ciudad de Santiago, donde en vna eſtancia ſuya, le labrò vna deuota capilla, donde yo la he viſto muy deuotamente compueſta, y paſſando por, alli, y otras muchas vezes, que hable a eſte cauallero, me contò muy ſingulares miſericordias, y milagroſos fauores, que de eſta ſu ſanta imagen hauia receuido, de que yo no me puedo acordar con la puntualidad, que era meneſter para darlos ala eſtampa; y aſſi contarè vno ſolo de que me acuerdo bien, por hauer ſido en beneficio de otros muchos, que aſſi miſmo me lo contaron. Succedio pues que padeciendo aquel Valle vna gran ſeca, por eſtar en menos altura y llouer alli de ordinario menos, que en otras partes; y hallandoſe todos muy afligidos, porque la tierra no daua mas eſperanças de fruto, que ſi fuera de yerro, acudieron con gran confiança al comun conſuelo delos atribulados, apedirle remedio de ſu trabajo. Para eſte efecto diſpuſo eſte cauallero hazer vna fieſta a eſta ſu ſanta Imagen, y que ſe le cantaſſe vna miſſa con ſu proceſſion. Combido alos vezinos comarcanos de aquel Valle, que viuen repartidos en el en ſus eſtancias, y concurriendo todos para el dia ſeñalado, cantaron ſu miſſa, y ſacaron la ſanta Imagen en proceſſion por el campo, cantandole ſus hymnos y letanias, como ſe coſtumbra. hazia el dia tan claro, que no parecia en todo el cielo vna nube, las ſeñales del tiẽpo eran todas contra la eſperança delo que deſſeauan; quando a media proceſſion, lleuando clauados los ojos en la Imagen, aduierten, que comiença a menearſe, y hazer hondas el manto, con ocaſſion de vn vienteſico, que ſe hauia leuantado; començo eſte a crecer, y cõ el la confiança, y feruor con que eſperauan alcançar lo que deſſeauan; y no fue meneſter hazerlo mas ala larga, porque luego al punto en breuiſſimo tiempo ſe entoldo ſola aquella parte del cielo, que correſponde a aquel Valle, y juntamente començò a llouer tan deueras, que fue neceſſario, que ſe quitaſſen las capas los que iuan en la proceſſion, para cubrir la ſanta Imagen, para que no ſe mojaſſe: entrandola en ſu capilla, proſiguio el aguacero a deſcargar con tal fuerça que corrian arroyos de agua por los campos, de manera que los combidados no pudieron voluer tan preſto a ſus eſtancias. duro el agua todo lo que baſtò para bañar la tierra, y diſponerla para las buenas coſechas, con que aquel año bendixo el cielo a aquel valle, como lo ha hecho otras muchas vezes por la interceſſiõ de ſu Reyna, y nueſtra, cuya Imagen ajuſtada lo mas, que he podido aſu original offreſco aqui al piadoſo letor, y muy en particular alos de eſte valle dela ligua, para que lleuen adelante la deuocion de ſu ſingular protectora, y la comuniquen a todos los fieles.

CAPITVLO XVI.
Sale el Gouernador Pedro de Valdiuia dela Concepcion, proſigue con ſu conquiſta y funda las Ciudades dela Imperial, Valdiuia y dela Villarica, y tres fuertes en Arauco.

H

Auiendoſe ocupado el Gouernador Pedro de Valdiuia el año de cinquenta en poblar la Concepcion, y defenderſe en el fuerte, que fundò en ella, delos continuos aſaltos, que le daua el enemigo; y informadoſe juntamente, y tomado mas claras noticias delas buenas calidades dela tierra; vltimamente con las relaciones, que le dio el Capitan Geronimo de Alderete, que la hauia corrido, y informadoſe bien de ſus muchas poblaciones; ſe reſoluio a ſalir ya dela Concepcion, y proſeguir ſu conquiſta; en cuya conformidad dexando ſufficientemente guarnecido el fuerte, para ſu defenſa; ſaliò al principio del año de cinquenta y vno ala execucion delo que hauia determinado. Partio el exercito por los llanos de Angol atraueſando primero el grande Biobio y llegando el apacible Rio de Cauten (aquien da nombre de Rio delas Damas, la belleza, y hermoſura de otro, que ſe le junta cerca del mar, donde hallò muy grandes poblaciones) fundò alli la ciudad dela Ymperial, tan fauorecida dela Reyna del Cielo por medio de ſu ſanta Imagen delas Nieues, como queda referido. es eſte ſitio de los mas alegres, y apacibles del Reyno, tres, o quatro le
Prœcunte Deipara Hispanorum exercitum, Indi qui Ciuitatem obsidebant, eam Videntes in ipſorum oculos puhierem conspergentem perteriti fugerunt in Chile
guas del mar, y treinta y nueue dela Concepcion; y de Santiago, ciento, y nueue, y dela Serena, ciento, y ſetenta, y en treinta, y nueue grados de altura al polo antartico.

La comarca, y campos vezinos a eſta Ciudad ſon muy fertiles de pan, y todo genero de ſemillas, legumbres, y frutas (aunque las Vbas negras no maduran tambien como las albillas y moſcateles) no ſon todo llanuras, y valles, ni todo montañas; ſino vn medio, que participa delo vno, y delo otro, ni lo montuoſo es aſpero, y deſabrido, ſino vnas colinas muy tratables, y ſuaues, con buenos pueſtos, y abrigos, para ganados; no tiene la tierra neceſſidad de mucho riego, por los frequentes rocios, que la humedecen, y fertilizan: fundoſe la Ciudad en vna loma de aſpera ſubida, en la junta de dos Rios nauegables, aunque el puerto no es bueno, por los bancos, que ay en la playa de a tres braças y dos y media de fondo. En eſte ſitio hallò el Gouernador ochenta mil Indios poblados, otros autores dizen muchos mas; y todos conuienen en que ſon jente muy apacible, de noble condicion, y muy amoroſos, y no tan guerreros, como los Araucanos, y en eſta opinion eſtan tenidos, y reputados: fue eſta Ciudad cabeza del Obiſpado, y començò con gran fuerça a crecer, y aumentarſe, por lo mucho, que le ayudauan a eſto ſus buenas calidades; y ſino ſe huuiera perdido, como veremos deſpues, fuera oy vna gran Ciudad, porque hauia en ella mucha gente, y oy huuiera mas, y muy rica labrando las muchas minas de oro, que tiene en ſu comarca.

Fundada eſta Ciudad, que fue la quarta de eſte Reyno, repartio el gouernador la tierra, y dio las encomiendas de Indios alos conquiſtadores, conforme ala facultad Real, que para eſto tenia; para empeñar mas con eſto alos caſtellanos, a que proſiguieſſen con la conquiſta començada, y el ſeñalò paraſi lo de Arauco, y Tucapel, haſta Puren, excepto algunas encomiendas, que dio alli a otros para contentarlos a todos, y dexando la fuerça, que parecio baſtante, en la Imperial; marchò con ſu campo hacia Valdiuia; y llegando a aquel famoſo Rio, de que ſe ha hablado en ſu lugar; y queriendo paſſarle para conquiſtar la tierra, y gente, que eſtaua dela otra vanda; le detuuo la valeroſa India llamada Recloma profiriendoſe, a paſſar ella anado, y porſi ſola reducir los Indios a ſu obediencia como lo hizo, y queda referido en el capitulo 18. del libro primero, donde aſſi meſmo queda dicho lo que toca ala altura, diſtancias, y diſpoſicion del ſitio de eſta ciudad, porque, para mejor conocimiento del puerto, de que ſe tratò alli; fue neceſſario tratar dela fundacion de eſta Ciudad, dela fertilidad de ſus campos, y riqueza de ſus minas de oro, el mas puro, y ſubido de quilates de toda aquella tierra: y aſſi no ſera neceſſario repetir aqui nada de eſto.

Hauiendo fundado el gouernador eſta Ciudad, hizo en ella ſu fortaleza, en que puſo ſufficiente preſidio, para ſu defenſa: y repartio la tierra, y las encomiendas delos Indios, como hauia començado a hazerlo en la Ymperial, y quedando alli, para dar mayor calor ala fundacion dela dicha Ciudad: embio al Capitan Geronimo de Alderete con gente ſufficiente para correr, y explorar la tierra, hacia la cordillera: el qual hauiendo embiado al gouernador relacion delas grandes poblaciones, y paiſes que iua deſcubriendo, fundò la ciudad, que llamò la Villarica, por antonomaſia, porque le parecio que lo eran ſus terminos, y comarca, mas que todo lo haſta alli deſcubierto.

El ſitio, que ſe eligio para eſta fundacion, aunque parecio al principio el mejor; ſe deſcubrio deſpues otro mas aventajado, ſobre vna famoſa laguna: y aſſi ſe mudò alli. eſtà alas faldas dela cordillera diez y ſeis leguas dela ymperial, y quarenta dela Concepcion; no es tan abundante de pan, y vino, como lo de mas dela tierra; pero tiene el que baſta, y otras buenas, calidades, que la hazen de no menor eſtima, las quales me hallo obligado a paſſar en ſilencio, como tambien otras delas ciudades referidas, porque como ha tanto tiempo, que ſe perdieron ay menos conocimiento de ellas, y ſolo le podrian dar los que han quedado viuos delos que las conocieron antes que ſe perdieſſen; y eſtos eſtan may lejos. remitome ala general hiſtoria de Chile, que lo dirà todo mas en particular.

Eſtas ſon las ciudades, que poblò el gouernador Pedro de Valdiuia; y aunque en las fundaciones de eſtas vltimas, no hemos hecho mencion dela ſangre, que coſtaron, no ha ſido, porque no ſe derramaſſe mucha; ſino porque no tengo noticia por menor delos encuentros, batallas, y ſummas difficultades, que ſe vencieron, que fueron tantas (por contraſtar con gente tan belicoſa) que parecio temeridad (ſino fue particular diſpoſicion del cielo) emprender hazañas tan arduas, que pudieran parecer impoſſibles al animo mas arriſcado, y atreuido; y no falta quien culpe al gouernador Valdiuia, juzgando, que no ſe midio con ſus fuerças, y que abarcò mas delo que pudo apretar; como lo experimentò dentro de poco tiempo tan aſu coſta. Por mayor refieren algunos autores (que hablan de eſto muy de paſſo) el grande valor, ſufrimiento, y paciencia, que moſtraron los caſtellanos; peleando continuamente, y padeciendo grandes neceſſidades; y nada de eſto baſtara; aunque huuieran entrado con doblada fuerça para ſugetar eſta gente; ſi, por hauerlos viſto a cauallo, coſa tan nueua en aquella tierra, y matando alos hombres de lejos con ſus arcabuzes; no ſe huuieran perſuadido, que eran Epunamones (que aſſi llamauan ellos las deidades, que adorauan) y immortales, que decendian de alguna fuerça ſoberana, que les daua poder para diſparar rayos como Dios. porque como nunca hauian oido tiros de artilleria, ni viſto bocas de fuego; les parecia, que el eſtruendo, y la reſpueſta, que dauan, era vna eſpecie de trueno; y aſſi llamaron, y llaman oy a eſte linaje de armas; Talca, que en ſu lengua, quiere dezir, trueno; y por el concepto, que hauian hecho delos Eſpañoles, los llamaron Viracochas, que quie re dezir, gente que aportò por el mar, o eſpuma del mar; dando a entender, que aquellos hombres, ſi lo eran, eran embiados de Dios para ſugetarlos.

Eſto immutò notablemente alos Indios, y los hizo tener atencion, y reſpeto alos Eſpañoles, y los detuuo a no moſtrarſe con ellos alos principios tan reueldes, y atreuidos, como deſpues; aunque ſin embargo ſiempre fueron reſiſtiendo, y dando mueſtras de ſu gran valor, particularmente los Araucanos, que han ſido ſiempre el Aquiles de los demas; lo qual reconocido por el gouernador Valdiuia, ſe contentò por entonces con lo conquiſtado; y voluiendoſe a Arauco, atraueſando por Puren, y Tucapel, mandò leuantar tres caſas fuertes, en diſtancia de ocho leguas la vna dela otra, en los ſitios, que parecieron mas comodos, para darſe la mano dela vna ala otra parte; y con eſto voluio ala Concepcion, y a Santiago, y de aqui deſpachò al Capitan Geronimo de Alderete a Caſtilla, a informar al Rey delas riquezas, que ſe hauian deſcubierto en aquel Reyno; y de ſus buenas calidades; y delas fundaciones, que ſe hauian començado, y de todo lo demas, q̃ convenia para alcançar de ſu Mageſtad el ſocorro de gente, que le dio. Hallauanſe las poblaciones, y ciudades recien fundadas con grande neceſſidad, y peligro de perderſe, porque verdaderamente eran mas de lo que entonces alcançauan nueſtras fuerças, y los Indios eſtauan ſiempre, como quien murmura entredientes, impacientes, y rabioſos, no pudiendo ſufrir, ver en ſus tierras ciudades de eſtrangeros, que prevalecian, aumentandoſe cada dia en edificios, y fortalezas, que iuan fabricando. reconociendo eſto el gouernador, ſalio de Santiago con el ſocorro de gente, que hauia traido del Perù D. Martin de Auendaño; y la repartio por los preſidios, y ciudades, para aſſegurarlas mas; y pareciendo leya, que lo eſtauan; y no preſumiendo como debiera, el mal, que le amenaçaua: ſe aplicò con demaſiada atencion a que ſe començaſſen a labrar las minas de oro, para el intento, que tenia.

Era eſte de venir a Eſpaña, y traer toda la cantidad de oro, que pudieſſe, para perſuadir al Rey con los efectos; y que creyeſſen los Eſpañoles la gran riqueza Hela tierra; y q̃ ſu Mageſtad le honrraſſe con los titulos en propriedad, con que acoſtumbraua premiar les conquistadores, y deſcubridores de aquellos Reynos delas Indias; y lleuar de Eſpaña vn buen ſocorro de gente, para acabar de conquiſtar aquella tierra. Para eſte intento hizo dos coſas, la primera embiar al eſtrecho de Magallanes el año de 52. a Franciſco de Vlloa, paraque con dos nauios, que ſe apreſtaron para el intento, reconocieſſe aquel canal y lo marcaſſe, y truxeſſe raçon del viaje, para hazerle por el, con la direccion, y practica, que huuieſſe alcançado. La ſegunda fue, que le buſcaſſen nueuas minas de oro; y como la tierra) (dize Herrera) tiene tantas, facilmente deſcubrieron muchas, y muy ricas, entre las quales fueron muy celebres las de Quilacoya, quatro leguas dela Concepcion, y otras en Angol, donde, añade el meſmo autor, que hechò veinte mil Indios a labrarlas. Ya ſe ve quanta ſeria la riqueza, que ſacaria tanta gente de aquellas minas Virgines, nunca labradas haſta entonces; fue muy grande: con que el gouernador, y los demas capitanes, y ſoldados, que no ſe dormian; començaron a enriquezer muy aprieſſa, y con la cudicia del fruto, que vian alas manos començaron tambien a deſcuydarſe del enemigo; el qual mientras ellos ſe ocupauan en deſentrañar el oro dela tierra, eſtauan cauando en ſu imaginacion el modo de reſtituirſe en ſu libertad, y ſacudir deſi aquella carga, que tan paſſada ſe les hazia, de eſtar ſugetos a otros, no hauiendolo eſtado jamas anadie.

Crecia muy aprieſſa la Ciudad dela Concepcion, por el mucho oro, que cadadia entraua en ella, con que tambien crecian, y ſe leuantauan los animos de los vezinos; y començaua adeſemvoluerſe la inſolencia, y libertad delos ſoldados. El Gouernador tambien con la proſperidad, en que ya ſe hallaua; comenzò a moſtrarſe menos atento alos peligros; y notan entero como debiera en caſtigar deſordenes; porque las anſias de enrriquezer, cobrando cadadia mayores fuerças a viſta dela riqueza, que ſe les entraua por ſus puertas, y en ſus cofres cada ſemana, le robaron la atencion alo que debiera tenerla; con que quedando menos atento alo que mas importaua, para ſu conſeruacion, y para la del Reyno; dio lugar al deſmedido golpe de fortuna que lo derribò.

Toca eſto elegantemente don Alonſo Ercila en eſtas dos octauas del canto primero de ſu Araucana.

El felice ſucceſſo, la victoria
La fama, y poßeſſiones, que adquirian
Los truxo atal ſoberbia, y vanagloria
Que en mil leguas diez hõbres no cabian
Sin paſſarles jamas por la memoria
Que en ſiete pies de tierra al fin hauian
De venir a acabar ſus hinchazones
Su gloria vana y vanas pretenſiones,
Crecian los intereſes, y malicia
A costa del ſudor y daño ageno
Y la hambriente y miſera codicia
Con libertad paciendo iua ſin freno
La ley, derecho fuero, y la justicia
Era lo que Valdiuia hauia por bueno
Remiffo en graues culpas, y piadoſo
Y en los caſos liuianos riguroſo.

No ſe podian contener los Araucanos dentro deſi meſmos, y con vn perpetuo deſaſoſiego, y inquietud forjauan entreſi varias traças, y modos para ſalir con ſu intento, y finalmente ſe reſoluieron a leuantarſe contra los Eſpañoles, y tomar Venganza de ellos: quiſieron començar atentar el vado; y para eſto dieron en hablar arrogantes, y ſoberuios; y portarſe como dueños de caſa; no como ſieruos; Deſcomponianſe con eſte, y con el otro, y paſſaua el negocio tal vez tan adelante, que ſe deſvergonçauan con algunos Eſpañoles, haſta venir con ellos alas manos, y matar a algunos: viendo que ſe diſimulaua con ſus atreuimientos, y que ſe ſalian con lo que querian; ſe fueron en ſoberbeziendo, y cobrando cada dia nueuo animo: y vltimamente deſengañados, de que los Eſpañoles, ni eran dioſes; ni immortales, ni de otra eſpecie, que la ſuya (y ſugetos como ellos, alas comunes miſerias dela vida, les perdieron el miedo, y ſe determinaron a dar en ellos: oygamos al meſmo autor, que en otras dos octauas la vna del primero canto, y la otra del ſegundo nos pinta los animos de eſta gente en eſta forma.

El estado de Arauce acoſtumbrado
A dar leyes, mandar, y ſer temido
Viendoſe de ſu trono derribado
Y de mortales hombres oprimido
De adquirir libertad determinado
Reprobado el ſubſidio padecido
Acude al exercicio de la eſpada
Ya por la paz ocioſa deſvſada.
Por dioſes como dixe eran tenidos
Delos Indios los nueſtros, pero olieron
Que de muger y hombre eran nacidos
Y todas ſus flaquezas entendieron
Viendolos a miſerias ſometidos
El error ignorante conocieron
Ardiendo en viua rabia avergonzados
por verſe de Mortales conquistados.

CAPITVLO XVII.
Pueblaſe la ciudad de Angol, y leuantanſe los Indios contra los Eſpañoles.

C

On ocaſſion delas minas, que ſe començaron a labrar en los terminos de Angol, fundò alli el gouernador, Pedro de Valdiuia la ciudad de eſte nombre, que tambien ſe llamò, delos confines; ſi bien algunos atribuyen eſta fundacion al goneruador Don Garcia Hurtado de Mendoça, Marques de Cañete, que gouernò deſpues dela muerte de Valdiuia aquel Reyno; y debe deſer la cauſa, que eſta ciudad, deſpues defundada en el primer ſitio, ſe mudo tres leguas del a otro, que parecio mas a propoſito, y aſſi pudo ſer q̃ el gouernador Valdiuia la fundaſſe; y la mudaſſe deſpues el Marques, con que huuo ſufficiente fundamento, para atribuir ſu fundacion al vno y al otro. El ſitio, que oy tiene, es vn llano muy capaz, y deſahogado, ocho leguas de la cordillera, y veinte dela Concepcion, otros dizen diez y ſeis, y debedeſer eſta differencia la de ſus dos ſitios: remitome alas hiſtorias. el dia mas largo, y la noche maior la hazen de catorce horas y media: la tierra es muy abundante, y fertil, maduran muy bien las frutas, y ſemillas, ay buen vino, y buenas coſechas de paſſas, higos, y otras frutas ſecas, y gran cãtidad de cipreſes, de que cortan madera muy holoroſa dela qual ſe entiende, como dize Herrera, que ſe haze el lacre. El gran Rio Biobio alegra a eſta ciudad, ſiruiendola de foſo y muro por la vãda del Sur, y por la del Norte, la rodea vn alegre arroyo, que deſpeñandoſe de bastante altura, viene dexando a trechos muchos heridos para la molienda del trigo, para el ſuſtento dela ciudad. los que he conocido nacidos en eſta tierra, ſon de naturales muy manſos, y apacibles, de buenos ingenios, y muy nobles de condicion, amigos dela verdad, y muy fieles, y leales con ſus amigos, y con ſu Rey, como todos los demas de Chile, que ponen eſte por el primero, y principal blaſon de ſu nobleza.

Con eſto me bucluo alos Araucanos, que los conſidero ya convocandoſe en ſus juntas, y tratando en ellas de ſacudir el iugo, y voluer a hazerſe dueños delo que era ſuyo. es aſſi, que como ſe deſengañaron, que ſus fuerças no eran deſiguales, alas delos Eſpañoles; ſe començaron a convocar los Caciques, los quales huuieron meneſter pocas pagas para leuantar cada qual ſu gente, porque el amor dela propria libertad, y de ſus hijos, les ſolicitaua, y ponia eſpuelas, pareciendoles ya años los dias, mientras no llegauan alas manos con ſus contrarios, y los vencian. Los Caciques, que ſe juntaron, fueron los ſiguientes. El primero Tucapel gran carnizero de chriſtianos con tres mil ſoldados, Angol, que era muy valiente, con quatro mil. Cayocupil, con tres mil, que truxo dela cordillera hechos al trabajo, y duros como ſus peñas. Millarapue era viejo de buen conſejo, y vino cõ cinco mil. Paicaui con tres mil; Lemolemo con ſeis mil. Mareguano, Gualemo, y Leuopie, cada vno con tres mil: el robuſto Elicura, tenido por vno delos mas fuertes, con ſeis mil, y el anciano, y preſidente Colocòlo con otros tantos. Ongolmo, offrecio quatro mil, y ſeis mil Puren. Lincoya, que era de altura de Gigante, ſe profirio a dar mas gente, que ninguno. Peteguelen Señor del Valle de Arauco, de donde tomò el nombre el eſtado, acudio con ſeis mil, y el famoſo Caupolican, y ſus dos vezinos, Thome, y Andalican, y otros muchos, eſtuuieron preſtos a concurrir cada vno con ſus baſallos, offreciendoſe todos ala empreſſa con grande animo, esfuerço, y valentia: juntaronſe, como ſuelen, para el dia, y en el pueſto ſeñalado a comer, y beber, que es el primer preſupueſto ineſcuſable en eſtas juntas; y huiendo convenido todos en el punto principal del leuantamiento; huuo difierencia ſobre la elecion del Capitan general del exercito, a cuya obediencia hauian de eſtar los demas porque cada qual quiſiera ſerlo, como acontece ordinariamente en otras elecciones. alegaua cada vno, por ſu parte ſus meritos, ſus hazañas, eſte ſu experiencia, aquel ſu valor, el otro ſu buena eſtrella, y ventura, y a ninguno le faltò titulo para adelantar al de otros ſu derecho: començaronſe a calentar en eſta ambicioſa contienda, y huuieran de venir alas manos, ſi el anciano, y prudente Colocòlo, con ſu buen conſejo, autoridad, y traça, no los huuiera pueſto en paz, y reducidolos, aque eligieſſen al gran ſoldado y mejor gouernador Caupolican, como ſe hizo, jurandole todos la obediencia, y eſtar a ſu orden, para el mayor acierto dela comun pretenſion de todos.

Tenian los Eſpañoles las tres caſas fuertes, y caſtillos, que hemos dicho, para el ſeguro dela tierra, el vno cerca del pueſto, donde ſe hizo eſta junta; y que siendo luego el vulgo impaciente, y ſoberuio dar en el; lo prohibio el general Caupolican, patra hazer la coſa con mas acierto, y ſeguridad. mandò a Palta, que hazia officio de Sargento, que le ſegregaſſe ochenta ſoldados, los mas valeroſos, y menos conocidos delos Eſpañoles, y delos otros Indios ſus amigos, y entre ellos dos ſoldados de gran cuenta, Cayaguano, y Alcatipay, dio orden, que entraſſen todos en el caſtillo con ſus armas con eſta traça. No era licito alos Araucanos, aunque eſtauan de paz, entrar en el caſtillo, ſino es, que fueſſen criados delos Eſpañoles, que entrauan todos los dias cargados de yerua, leña, y otras coſas neceſſarias para ſu ſuſtento. Dio pues orden Canpolican, que entraſſen eſtos ochenta valeroſos ſoldados, fingiendoſe criados delos Eſpañoles, eſcondidas ſus armas entre los azes de yerua, de que iuan cargados, y que ſi les preguntaſſen algo, ſe hizieſen ſordos, dandole por deſentendidos. hizieron ſu papel con muy buen diſimulo, fingiendoſe vnos canſados, y otros cojos, y deſpeados, de manera que pudieron entrar todos dentro, ſin ſer conocidos. ſacaron entonces ſus armas de entre la yerua, y juntandoſe todos, començaron a vna a dar en los Eſpañoles, que quedaron fuera deſi, de ver vn tan inopinado atreuimiento, tocaron aprieſſa al arma, ſalieron de ſus quarteles, hechos vnos leones, pelearon vnos con otros y hauiendo muerto algunos delos Indios enemigos; los demas, que quedaron, o por huuir la fuerça delos caſtellanos, o por obligarlos a ſalir fuera del caſtillo en ſu ſeguimiento, ſe començaron a retirar, y ſalir fuera, haziendo tiempo a que llegaſſe Caupolican con ſu exercito, como llegò, poderoſo, y brauo, y llegando alas manos con los Eſpañoles, los hizo retirar, y que ſe entraſſen dentro de ſus fortaleza.

Puſoles cerco Canpolican, y hauiendoles muerto muchos en varios rencuentros, que con ellos tuuo, los que quedaron viuos, huuieron de deſamparar el pueſto, y dexarſele al enemigo, porque, por no perderlo todo, juzgaron por mas acertado, perder aquella plaza, por irſe ala de Puren, y encorporados con los que eſtauan alli de preſidio, defenderſe mejor dela fuerza del enemigo, que eſtaua muy ſoberbio, y pujante. Llegò la nueua de eſte ſucceſſo ala Concepcion (que ya entonces florecia con el mucho y muy acendrado oro, que ſe hauia ſacado, y ſacaua continuamente de ſus minas) y hauiendola entendido el gouernador Pedro de Valdiuia, que reſidia alli entonces; tratò luego, como conuenia, de poner remedio a eſte tanm grande mal. Culpanle algunos de tardo en aplicarle, porq̃, por aſſegurar el theſoro delas minas, dõde ſegun Herrera, tenia cinquenta mil baſallos, que le ſacauan oro: antes de ir al ſoccorro de Puren, quiſo paſſar por ellas, torciendo el camino, y haziendo alli vn fuerte, de manera qu ele obligò eſto allegar mas tarde delo que convenia. Pero en realidad de verdad, antes parece que le dañò la demaſiada prieſſa, que ſedio, pues ſin a guardar el ſocorro, que eſperaua delas ciudades; ſe partio con menos fuerza dela que era neceſſaria para desbaratar la de Caupolican, que era muy grande: engañole el animo, y engreido con los buenos ſucceſſos, y victorias, que haſta entonces hauia tenido, ſujetando la ceruiz mas altiua, que conocia la America, fiando mas de ſu buena fortuna, y dicha, que de ſus fuerzas, ſe arrojò al precipicio, que dirà el Capitulo ſiguiente.

CAPITVLO XVIII.
Matan al Gouernador Pedro de Valdiuia con toda ſu gente, cuentaſe el afamado hecho de Lautaro ſu criado, que fue la principal cauſa de este ſucceſſo.

E

Ra ya cumplido el plaço dela vida de este gran Capitan, digno por ſus hazañas de eternizarla: llama vale la muerte por la poſta; y aſſi ayudò todo a eſte fin; ſu apreſuracion; el inſtante remedio, que pedia el mal començado para atajarle, antes que fueſſe maior; y el hauer tardado el ſocorro, que delos demas preſidios eſperaua. Salio en ſin a Tucapel, y el coraçon, que es leal, y daua golpes dentro del pecho, como quien previene, y auiſa del mal, que le aguardaua; embio por delante corredores, para explorar la tierra, y que voluieſſen cõ el auiſo delo que paſſaua en ella y ninguno voluia; dauale eſto mala eſpina; pero ya empeñado parece que era forzoſo ſeguir la empreſſa. Apenas hauia corrido dos leguas, quando vio colgadas de vn arbol las dos cabezas de ſus exploradores: eſto aumentò el temor, y ſobreſalto, y conſultando el caſo, porque ya parecia temeridad paſſar adelante, parecio ala juuentud menoſcauo de ſu reputacion voluer las eſpaldas al peligro, ſin embargo de hauer venido vn Indio, y rogadole, que no paſſaſſe adelante, porque le eſperaua en Tucapel Caupolican con veinte mil Indios, y que el peligro, a que ſe exponia, el y todo el campo, era manifieſto. proſiguio ſin embargo ſu camino, y llegò a dar viſta, al enemigo. començaron la batalla, que fue muy reñida dela vna, y otra parte, y en mucho tiempo, que durò, no ſe conocia ventaja, porque los valeroſos hechos dela vna, y otra parte, tenian como pendiente y ſuſpenſa la victoria, ſin moſtrarſe por ninguna delas dos.

Pero deſpues de mucho rato començaron a prevalecer los Eſpañoles, y a oirſe de ſu parte, viua, vina Eſpaña, con que cobrando nueuos alientos, dizen, que lleuauan, ya de vencida alos Indios, y que dauan mueſtras de retirarſe; quando, como añade Ercila, el famoſo Lautaro, que era vn Indio, que ſeruia de paje al gobernador Valdiuia, prevaleciendo mas en ſu pecho el amor dela patria, y de ſu propria libertad, que la fidelidad a ſu amo, ſe pone dela parte delos Indios, y les habla de eſta manera. que es eſto valeroſos Araucanos, las eſpaldas volueis, quando ſe trata dela libertad dela patria, de vueſtros hijos, y decendientes? o recobrarla, o perder en ſu demanda la vida, es lo que conuiene, que menos mal es morir, que viuir ſugetos. La fama en tantos ſiglos adquirida quereis manchar, y eſcurecer en vna hora? acordaos, que ſois hijos de quien os la ganò, haziẽdo roſtro al enemigo, no huyendo del, y por conſeruarla, no dudaron perder hazienda, y vida. Que mayor mal que el de la ſeruidumbre? y que coſa tan violenta, y peſſada como el yugo dela ſugecion? no es peor ver vueſtras mugeres, y vueſtros hijos en poder ageno, ſiendo libres? Sacudid el temor, animo caualleros, y morir, o viuir con libertad. dixo eſtas, y otras razones con tan gran viueza, que trocò los coraçones de todos, y los hizo deſpreciar las muerte, y voluer con mayor furia contra los que ſe tenian, ya por vencedores; y para mouerlos mas con ſu exemplo, ſe puſo de ſu parte blandiendo vna lança contra el gouernador ſu amo, que admirado del caſo, le dixo, traidor, que hazes? aquien reſpondio cõ vno, y otro bote, dando animo a ſu gente, con que ſe començo de nueuo a encender el fuego reſueltos todos con el exemplo, y raçonamiento de Lautaro a vencer o morir. Diſcanta ſobre eſte hecho el famoſo Arçila de ella manera.

De quien prueua ſe oyò tan espantoſa
Ni en antigua escritura ſe ha leido
Que estando de la parte victorioſa
Se paſſe ala contraria del vencido?
Y que ſolo valor, y no otra coſa
De vn barbaro mochacho aya podido
Arebatar por fuerza alos chriſtianos
Vna tan gran victoria delas manos.
No los dos Publios Decios, que las vidas
Sacrificaron por la patria amada
Ni Curcio, Oracio, Sceuola y Leonidas
Dieron mueſtra deſi tan ſeñalada
Ni aquellos que en las guerras mas reñidas
Alcanzaron gran fama por la eſpada
Furio, Marcllo, Fuluio Cincinnato
Marco, Sergio, Pbilon Seua y Dentato.
Dezidme estos famoſos, que hizieron?
Que al hecho de este barbaro igual fueſſe?
Que empreßa, o que batalla acometieron
Que alo menos enduda no estuuieſſe?
A que rieſgo, y peligro ſe puſieron
Que la ſed del Reynar no les mouieſſe?
Y de intereſses grandes inſiſtidos
Que alos timidos hazen atreuidos?
Eſte, el decreto y la fatal ſentencia
Encontra de ſu patria declarada
Turbò, y reduxo anueua differencia
Y alfin bastò a que fueße reuocada
Hizo a fortuna, y bados
Forçò ſu voluntad determinada
Y contraſtò el furor del victorioſo
Sacando vencedor al temoroſo.

Aſſi fue, porque cobrando aliento el campo Araucano reuoluio ſobre el Eſpañol con tan gran furia, deſpreciando el peligro dela muerte por la victoria, que parece, que la emulacion, y porfia de vnos, y otros, no era ſobre otra coſa, que ſobre arreſgarſe mas, y entrarſe con mas oſadia por las picas, y lanças del contrario; derramauaſe ſangre dela vna, y otra parte ſin medida morian muchos Eſpañoles, y Indios, daua calor a eſtos Lautaro, ſin ninguna intermiſſion, y Valduia ſocorria, ya a eſtos, ya a eſſotros, animoſo, y alentado en el maior peligro; ſin deſmayar vn punto, aunque via que caian tantos, y aun delos mejores de ſu campo. Los Indios enemigos, parece que venian de refreſco, ſegun el animo, que moſtrauan, y los aceros con que peleauan, embiſtiendo como leones fieros, cada vez mas orgullos con la victoria, que muy aprieſſa ſe moſtraua por ellos, por la mucha gente, que iua faltando delos Eſpañoles, haſta que vltimamente hallandoſe ya el gouernador Valdiuia caſi ſolo, y del todo vencido, tratò de reparar lo principal; y alli ſe retirò con ſu capellan, para cofeſſarſe, y ajuſtarſe con el comun acreedor de nueſtras culpas, haziendo la final penitencia de ellas, poco tiempo le dieron para eſto, porque ſiguiendole vn gran turbion de gente, llouiendo ſobre el dardos, y flechas, le dieron alcançe, y al capellan la muerte, y reſeruando la vida a Valdiuia, aunque mal herido ſe le truxeron al general por vltimo complemento dela victoria.

Parecio eſte, haſta entonces invicto Capitan, en preſencia del gran Caupolican, a tadas las manos por detras, como cautiuo, corriendo por ſu venerable roſtro, no lagrimas (que aunque tan debidas a tanta deſdicha, las enfrenaua, y detenia el valor de ſu conſtãcia) pero ſangre, que derramaua por las heridas: pidio la vida en merced el que poco antes eſtaua para poderla hazer delas de ſus contrarios, que ſe le dauan ya por vencidos: voluia los ojos aſu Lautaro hablandole; mas con ellos, que pudiera con muchas palabras, pidiendole, que le valieſſe como interceſſor, el que poco antes le obedecia como a Señor, y por cuya cauſa ſe via de vn extremo a otro tan opueſto, derribado alo mas bajo, que jamas temio el que ſe juzgaua tan encumbrado, que a pocos paſſos eſperaua ponerſe de pies ſobre la rueda de ſu fortuna; pero como eſta es tan voluble, y baxa con mas velocidad, que ſube; en vn inſtante le cogio de baxo, quando ſe imaginaua mas cerca de ſu cumbre. Daua la palabra el rendido cautiuo a Caupolican, ſi le daua la vida, de dexarle libre, y deſembaraçada la tierra, ſacando de ella toda ſu gente: haz a de eſto, vno, y otro juramento, y perſuadialo con tanta eloquencia, y afecto, que como Caupolican era no menos noble de coraçon, que valeroſo; ſe mouia ya a compaſſion, y otros con el; però la maior parte daua voces, diziendo que era deſatino dar fee alas palabras de vn cautiuo, que mientras lo era, le forçaua la neceſſidad a moſtratſe humilde, y rendido, y que en viendole ſuyo, haria lo que le eſtuuieſſe mas acuento: voluian eſtos por Valdiuia, aquellos le condenauan; vnos le defendian mouidos de compaſſion, y otros ardiendo en colera, dezian, muera muera, el que ha ſido el vltraje del nombre araucano, y pernicioſo cuchillo de eſta tierra.

No ay duda, que Lautaro fomentaria la parte delos que mouia la piedad, pues ſi tomò las armas contra ſu amo, no fue por aborrecimiento, que le tuuieſſe, ſino porque la maior fuerça del amor delos ſuyos, y de ſu libertad prevalecio contra el buen afecto, y gratitud, que debia a ſu antiguo Señor, por el amor de padre, que le tenia, y buen tratamiento, que ſiempre le hauia hecho; pero ni eſto, ni el ver inclinado a Caupolican ala clemenecia, fue poderoſo a acallar el vulgo, y aſſi huuierõ de dar la ſentencia de muerte, y executar la luego alli a ſangre caliente; aunque en el modo de darſela, hallo differencia en los autores, porque, dizen vnos, que le hecharon oro derretido por la boca, diziendole, que hartaſſe de vna vez ſu cudiuia con el oro, que con tantas anſias hauia buſcado, Otros dizen que vno de aquellos Caciques o Capitanes, impaciẽte, de que ſe puſieſſe en queſtion, duda ſu muerte, que juzgaua el tan indubitable, le dio con vna maça en la cabeza, delo qual moſtrò gran ſentimiento Caupolican, por el deſacato de hauerlo hecho en ſu preſencia: remitome alos que eſcreuiran con mas comodidad de averiguarlo: lo que yo hallo probable, por ſer muy conforme ala coſtumbre de eſtos Indios, es, que hizieron trompetas delas canillas de ſus piernas, y que guardaron la cabeza para teſtimonio de tan inſigne victoria, y para animar con ſu memoria ala juuentud, y decendencia a emprender ſemejantes hazañas, y moſtrarſe tan valeroſos en ellas, como ellos lo hauian ſido en eſta, y aſſi lo he oido contar.

De toda la gente, que lleuaua el exercito Eſpañol, dizen, que no eſcaparon ſino ſolamente dos Indios amigos, que valiendoſe dela eſcuridad dela noche, pudieron eſconderſe en vn Xaral, de donde eſcabullendo, como pudieron, llegaron ala Concepcion a dar la triſte nueua de tan fatal ſucceſſo, con el qual ſe llenò toda la ciudad de vna mortal confuſſion, y llanto, llorando las mugeres a ſus maridos, las madres a ſus hijos, y los que quedauan huerfanos, y deſemparados, la falta de ſus padres, y parientes, y todos finalmente la comun perdida, de que no hauia ninguno, que no fueſſe muy particularmente intereſſado.

CAPITVLO XIX.
Lo que ſuccedio despues de la muerte del gouernador Pedro de Valdiuia.

H

Auiendo conſeguido el enemigo tan inſigne victoria, mandò el general Caupolican tocar a recoger, y llamò luego a conſejo, para tomar reſolucion a cerca deſi ſeria bien, o no, ſeguir luego a ſangre caliente la victoria: diuidioſe el conſejo en contrarios pareceres, y aunque muchos ſe inclinauan ala parte afirmatiua, juzgando, que era mejor dar luego en las ciudades, antes, que ſe armaſſen, y aperciuieſſen: hauiendolos oido a todos Caupolican, reſoluio de ſeguir la negatiua. mexor es, dize, a guardar al enemigo en nueſtras caſas, que irlos a buſcar alas ſuyas, donde cada vno es mas valiente, y pelea con mas animo, y aliento. Vengan, vengan a buſcarnos; que aqui les aguardaremos, donde tenemos en nueſtra ayuda eſtos montes, eſtos pantanos, que nos hazen ſegura la retirada. Demos al enemigo el paſſo franco, que aqui tenemos los ſitios a nueſtra eleccion, los cauallos deſcanſados, rehaziendoſe, y deſcanſando los ſoldados, y en caſo, que nos teman (que no haran) y no vengan abuſcarnos; podemos en todo tiempo a cometerlos en acabando eſte raçonamiento, dizen, que voluiendoſe a Lautaro, y teniendole del braço, le hizo vn grande elogio en ſu alabança, atribuyendole la victoria, y libertad de la patria, y con autoridad, y conſentimiento de todos los demas, le hizo ſu tiniente General, con la gente de guerra, que eſcogieſſe, y en el ſitio, que eligieſſe, para eſperar alos Eſpañoles. Era Lautaro no muy alto; pero bien fornido, de buen pecho, y eſpalda, induſtrioſo, ſabio, preſto, de gran coſejo, y cordura, manſo, y hermoſo, y bien inclinado, y tan valeroſo como ſe ha viſto, y adelante, ſe vera.

Para celebrar eſta Victoria, dizen aſſi meſmo, que traçaron fieſtas de luchas, juegos, ſaltos, y varias pruebas de fuerças y mañana. hizieron grandes vanquetes, y combites entretenidos con danças y vailes. Todos aquellos dias no hazian otra coſa, que beber, y holgarſe, ocupando el tiempo en diuerſas ſuertes de recreos; pero ſin deſcuydarſe de eſtar preuenidos, como quien eſpera al enemigo laſtimado, y deſſeoſo dela vengança. Era Teniente General del Gouernador Pedro de Valdiuia, quando le mataron, Franciſco de Villagran, el qual quedando por cabeza del campo, apercibio toda la gente, que pudo para ſalir ala vengança de cite ſueceſſo: y partiendo con vn buen exercito hacia Arauco, llegò haſta vn alto monte, que eſta ala entrada del eſtado: en cuya cumbre hallò ſitiado a Lautaro con diez mil hombres, ſinque en el camino huuieſſe tenido eſtoruo ninguno: porque le franqueò los paſſos de induſtria, para obligarle a llegar a aquel pueſto: eſtà eſte no lejos del mar, que bate en vna de ſus faldas por el occidente: la ſubida por vn lado, raçonable, lo demas deſpeñadero; llano en la cumbre, como vna plaça de armas, muy acomodada, para el intento.

Llegando el General Franciſco de Villagran y dandoſe viſta los Indios enemigos con los Eſpañoles, començaron a componerſe dela vna, y otra parte los eſquadrones y por no dar animo al enemigo, que no ſe mouia, hizo ſeñal el Teniente General, que acometieſſen tres compañias de a cauallo; pero en vano porque Lautaro eſtando bien aquartelado, no ſe daua por entendido, hauiendo dado orden a ſu gente que ſe eſtuuieſſen quedos, haſta ſu tiempo: embeſtian vna, y otra vez, los Eſpañoles, y receuia los ſiempre con vn diluuio de flechas, piedra eſpeſſa, y dardos, que los hazian retirar mas que depaſſo. los nueſtros que no podian romper el eſquadron ſin manifieſto peligro de deſpeñarſe, no hazian ſino embeſtir por donde podian, pero ſin mas fruto y que canſarſe, y fatigar ſus cauallos, porque el enemigo ſe eſtaua ſin mouer pie guardando constantemente cada vno el pueſto que le tocaua.

Solo permitia Lautaro, que ſalieſſen vno a vno, adeſafiar cuerpo, a cuerpo al que ſe atreuieſſe del eſquadron Eſpañol a tenerſe con el. ſalio entre otros vn gallardo moço llamado Curioman, el qual tomando vna larga carrera, arrojaua vna lança con tal deſtreza, que heria a muchos en el campo Eſpañol: dio ſiete de eſtas arremetidas, y carreras; y ala octaua, el General Villagran, como corrido dela libertad, y atreuimiento de eſte Indio, hizo que ſalieſſe vn ſoldado de fama por nombre Diego Cano que enfrenaſſe el orgullo de eſte arrogante valenton, como lo hizo, aunque para allo, no le ſobro nada de ſu grande animo, fuerças, y valor.

Viendoſe los Eſpañoles ya canſados, y q̃ no aprouechauan las arremetidas de ſu caualleria, y que les iuan tomando los paſſos muy aprieſſa, ſe començaron a valer dela artilleria, y moſqueterias. hazia eſta grande eſtrago en los Indios, y para remediarlo, mandò lautaro al Capitan Leucaton, que embiſtieſſe con ſus quadrillas por el lado, que le tocaua, de manera, que no paraſſe haſta mezclarſe con los moſqueteros, porque con eſto ſe aſſegurarian de ſus tiros, pues eſtando mezclados, no podrian hazerles mal ſin hazerle juntamente alos ſuyos: aſſi lo hizieron; y aſſi ſuccedio, como deſpues aca lo han acoſtumbrado de ordinario, porque como ellos no tienen bocas de fuego, quedauan muy inferiores a ſus contrarios, ſino vſaran de eſte ardid; pero con el, embiſtiendo con vna invencible, e imperturbable reſolucion, tragando la ineſcufable muerte de algunos, que es fuerça caigan entrandoſe por las balas; quedan defendidos de ellas, ſiruiendoles de muro, y defenſa ſus meſmos enemigos, pues eſtando mezclados no pueden hazerles mal, ſin hazerle juntamente aſi meſmos.

Peleauan de vna y otra parte con gran valor, alentando Lautaro ſu gente, y Villagran la ſuya, acudiendo como Capitanes ala diſpoſicion, y como ſoldados al mayor peligro. entre otros, que de nueſtra parte ſe ſeñalaron mas en eſta ocaſion, fue el famoſo, y inuicto Capitan Pedro Olmos de Aguilera, Cauallero Andaluz, quitãdo la vida por ſu mano a quatro muy nombrados caudillos del enemigo Titaguano, Guancho, Canio, y Pillo, y alentãdo el campo con ſu gran valor nacido de vn vientre cõ ſu Illuſtre ſangre, que en muy eſclarecidas familias, y caſas que honrra oy aquel Reyno con Illuſtres ſugetos cuyos meritos, y hazañas merecen hiſtoria a parte; ni fueron inferiores ni dignas de menores elogios las delos famoſos, y valeroſos Bernales, Pantojas, y Albarados, y otros, que ſe hallaron, y ſeñalaron mucho en eſta batalla, que fue muy reñida, y ſangrienta.

Era la fuerza del enemigo muy ſuperior ala nueſtra, y aſſi començo a moſtrarſe la victoria por ſu parte. y aunque el General Villagran, y otros quiſieran mas morir alli con honrra, que voluer las eſpaldas; juzgando los mas, que no la perdian, retirandoſe, en caſo tan deſeſperado dela victoria, y donde por ſer la muerte tan cierta era temeridad no eſcuſarla: viendo que les faltaua ya mucha gente, ſe fueron retirando defendiendoſe como podian del enemigo, que venia orgulloſo en ſu ſeguimiento, cantando victoria particularmente hauiendo derribado al General Villagran, aquien huuieran acauado alli entre ſus manos, ſi ſu grande animo, y valor no huuiera hecho tiempo defendiendoſe de ellas, haſta que llegaron trece delos ſuyos, que le libraron.

No alcançaron menos gloria eſtos inſignes Capitanes, y ſoldados en eſta retirada, que la que huuieran conſeguido de la victoria, porque ſiguiendolos el enemigo haſta ſeis leguas, hauiendo mas de ciento para vno, los paſſos tomados y viniendo a cada paſſo nueuas tropas de refreſco en ſu ſeguimiento, ſe defendieron valeroſamente, hauiendo muerto muchos dela vna, y otra parte, cuyos huceſto ſe ven oy en aquel monte, que tomando el nombre de eſta batalla, ſe llama, la cueſta de Villagran. los que eſcaparon de eſta refriega llegaron con la triſte nueua del ſucceſſo ala Concepcion, que fue lo meſmo, que tocar al arma al ſentimiento; y dolor de todos, porque no huuo ninguno, que no fueſſe intereſſado en aquella tan gran perdida, que entre Eſpañoles, y Indios amigos fueren dos ciento mil quinentos los que en ella pereſieron.

Parecia di ade juizio, ſegun el alboroto, y confuſion, que causò en la ciudad eſte ſucceſſo, llora eſta a ſu padre, aquella ſu marido. quien llora hijos; quien hermanos. las mugeres como locas tuercen las manos, arrancan los cabellos, llenan el ayre dela ſtimoſos ayes, y clamores. abrazanſe los niños con ſus madres, atreueſandoles las entrañas, mas que con agudos puñales quando las preguntan llorando por ſus padres. corre la triſte nueua de caſa en caſa, y paſſando vn barrio al otro, ſuben los ſuſpiros haſta el cielo, interrumpidos con ſolloços, que atajando la voz dentro del pecho cauſauan al coraçon anſias mortales, llega la noche aumentando con ſus tinieblas el miedo, y confuſſion. no ay quien pegue los ojos, porque la memoria de tan ſenfible dolor es vna eſpina, o vn puñal que atrauieſſa el alma ſin conſuelo.

CAPITVLO XX.
Saquea Laro la Ciudad dela Concepcion, ſitia Caupolican la Ymperial, y no entra en ella por ampararla la Reyna del Cielo.

N

Vnca ſaben los males andar a ſolos ſuelen ſer vnos viſperes, y premiſſas delos otros. aſſi ſuccedio a eſta afligida Ciudad la qual quando parece, que hauia de eſperar con el dia el oliſcio de ſu pena, y congoja le ſobreuino otra tanto maior que hizo oluidar la primera, a penas hauia amanecido, quando comiençan a hazerſe pedaços las cajas, y trompetas, tocando vna viua arma, de que venia el enemigo ſobre la ciudad: aqui fue la confuſion, aqui los ſobre ſaltos, y congojas de muerte, como quien ſe atribulaua, no ya por las delos ſuyos, ſino por la propria, que tan de cerca les amenaçaua, todo era turbacion, ſin poder tomar conſejo, que importaſſe, por hallarſe atajados, y ſin tino los mas reportados, y prudentes. defenderſe, no podian, por ſer muy inferiores ſus fuerzas alas del enemigo, el retirarſe, era forçoſo aunque difficil, por venir ya tan cerca.

En eſte aprieto, y conflicto, fue la vltima reſolucion, deſamparar la ciudad, y ſalir de ella, como quien huye del fuego, o terremoto, ſin cuydar de eſcapar otra coſa, q̃ las vidas. Dexan la ciudad hecha vna colmena, perdido en los eſcritorios, y caſas el oro, que en tanta cantidad hauian ya ſacado delas minas; ſalen ala deſilada ſin poder cuydar apenas las madres de ſus hijos; no hauia quien pudieſſe dar conſuelo al afligido, porque cada vno lo eſtaua tanto, que la maior fortaleza no baſtaua, ni tenia aliento, y coraçon, para ver tantas laſtimas, como paſsò a quella triſte gente, por tan largo camino, tantos Rios, y eſteros, como paſſaron haſta llegar a Santiago adonde ſe recogieron. Todo era llantos, y penas, todo ſuſtos, y temores, de que vinieſſe el enemigo alas eſpaldas, a acabar con ellos; no dauan paſſo, ſin eſtos ſobre ſaltos, por las nueuas, que cada momento venian, y ſe alcançauan las vnas alas otras, midiendoles las vidas por horas. quien podra referir los trabajos, que ſe paſſaron por tan largos deſiertos, y deſpoblados? que hambre? que flaqueza? que harian las mugeres, y niños? que los enfermos, y viejos? es ocioſo el diſcurrirlo, y quedarà ſiempre muy atras la mas llena y cumplida narracion. Voluamos alos Indios, los quales apenas hauian los Eſpañoles deſamparado la Ciudad, quãdo dieron en ella, y ya que no pudieron executar ſu furia en los dueños, la executaron en ſus caſas, poniendolas fuego, y abraſandolas haſta los cimientos, no dexando viuos niaun los animales, con que dize Erzila, ſeperdio la ciudad mas fertil, de oro, que eſtaua en lo mas poblado dela tierra, porque dize hauia cien mil Indios con ſus famillas, y caſi todos ſe ocupauan en eſto, ſiruiendo alos Eſpañoles, los quales iuan enrriqueziendo tanto, que ſi Valdiuia no ſe pierde, dizen llegaria preſto a tener de rẽta cinquenta mil peſos de oro, y otros, a veinte, y treinta mil.

Acauado eſte incendio, llegò nueua de que hazia Caupolican vna gran junta en Arauco, y aſſi ſe partio luego Lautaro con ſu gente para juntarſe con el; quando ſe vieron eſtos dos inſignes Caudillos Araucanos, ſe dieron el vno al otro los parabienes de tan ſeñaladas victorias como hauian conſeguido de los Eſpañoles, y en ſeñal de triumpho ſe viſtieron ciento y treinta Caciques, y los principales Capitanes todos ala Eſpañola, con los veſtidos, que quitaron alos Eſpañoles muertos en las batallas, teniendoſe por menos el que no tuuieſſe algo dela victoria. traia el General el veſtido del Gouernador Valdiuia, que dizen era de vna tala verde, bordada de plata, y oro, vn peto, y eſpaldar de ſino acero, y vna celada con vna grueſſa eſmeralda por cimero (Vltima gala de ſu vida, y mortaja en ſu muerte) Hauiendoſe ſentado todos por ſu orden propuſo el General ſu intento, que era de conquiſtar, o recobrar lo reſtante dela tierra, y que aora era tiempo por eſtar los Eſpañoles tan devencida. fueron dando todos ſus pareceres con gran ſoberuia, y arrogancia, offreciendoſe a conſumir, y a cabar con eſtos ſus contrarios. Dizen que oyendolos el viejo, y prudente Colocòlo, y la grande preſumpcion, que tenian, que era tanta, que les parecia poco el mundo todo para reſiſtir a ſu valor, los humillò diziendo, que templaſſen ſu furor, y no ſe deſvanecieſſen con ſus victorias, conſiderando, que ſi ellos hauian tenido dos, muchas mas hauian conſeguido de ellos miſmos los Eſpañoles haſta tenerlos de baxo, y ſugetadolos aſeruidumbre ineſcuſable, y que era mejor portarſe con reportacion, y templanza, para el mejor acierto, y buenos ſucceſſos de ſus armas, y para eſto Añadio, que era bien, que diuidiendoſe el campo en tres vandas, dieſsen a vn meſmo tiempo en la ciudad dela Imperial.

Puchecalco vn famoſo hechicero Cacique, dizen, que ſiguiendo el meſmo intento de humillar la altiuez de aqueſta junta, les dixo, que no ſe enſoberuezieſſen, porque les hazia ſaber, que hauiendo conſultado ſus oraculos, le hauian dado reſpueſta, de que, aunque al preſente ſe vieſſen tan victorioſos, que vltimamente hauian de viuir ſugetos, y en perpetua ſeruidumbre al Eſpañol: no lo pudo ſufrir el Cacique Tucapel, y leuantandoſe delante de todos jugando la maça le dio tal golpe que le quitò la vida. Sintio mucho el general el deſacato, y queriendolo caſtigar ſe turbò la junta, y aunque cercaron al matador, por vno, y otro lado; ſe dio tan buena maña moſqueandoſe con ſu maça, que no fue facil el prenderle; pero tomando la mano Lautaro, como quien la tenia tan grande con el general, ſe compuſo todo, y ſaliendo reſuelto de ſitiar la Imperial, lo puſieron luego al punto en execucion, hauiendoſe primero entretenido: y feſtejado ſus triunphos con grades fieſtas, y bailes.

Aloxò el exercito tres leguas dela Ymperial, la qual aunque tenia gente muy lucida, no eſtaua tan aperceuida, y proveida como era meneſter, para aquel ſitio; mas antes tan desbaſtecida, y falta de armas, municiones, y vituallas, que ſe la lleuara el enemigo, ſi la embiſtiera. Ya tocamos en el capitulo trece, y catorce los fauores, y marauillas, con que la Reyna del cielo fauorecio eſta ciudad en eſte, o otro ſitio (que no lo tengo averiguado). Veamos a ora el modo, con que la libro finalmente de eſte gran peligro, que la amenazaua. que fue verdaderamente admirable, ſegun lo refiere en ſus elegantes verſos D. Alonſo Ercila. Acercandoſe el exercito delos Indios enemigos ala Ciudad ſe turbò derepente el ayre, y ſe cubrio de negras nubes, y entre vn diluuio de agua, granizo, y piedra, que deſpedian deſi, aparecio ſu Epunamòn en forma de vn fiero, eſpantoſo dragon, enroſcada la cola, y hechando fuego por la boca les dixo que ſe dieſſen prieſſa, que la ciudad era ſuya, porque eſtaua deſaperceuida, que entraſſen dentro, y la ſaqueaſſen y paſſaſſen a Cuchillo a todos los chriſtianos, y con eſto deſaperecio; pero queriendo proſeguir ſu intento, animados con el auiſo de ſu Apolo, ſe ſerenò el cielo, y apareciò en vna bella nube, vna hermoſiſſima muger, reſplandeciente, como el ſol, y moſtrandoles vn ſemblante, ſi benigno, graue, y ſeuero, les quitò el orgullo con que hauian quedado dela que hauian viſto primero y mandoles, que no paſſaſſen de alli, ſino que ſe voluieſſen luego a ſus tierras, porque Dios queria fauorecer alos chriſtianos. con eſto ſe voluieron, ſin dar vn paſſo mas adelante, y añade el autor, que vio eſta viſion todo el campo y que ſuccedio a veinte y tres de Abril, y que en eſto convienen todos.

CAPITVLO XXI.
Reedificaſe la Ciudad de la Concepcion, y hauiendola ganado ſegunda vez Lautaro, paſſa ala de Santiago, para tomarla, y muere.

H

Auiendoſe recobrado los Eſpañoles, trataron de voluer ala Concepcion, y reedificarla; para eſto hizieron gente en Santiago, y partieron con ella al intento, y aunque con trabajo, conſiguieron lo que deſſeauan, y hizieron dentro dela ciudad vna buena fortaleza, para ſu mayor ſeguro. Los Indios dela comarca, aunque tenian el ſentimiento, que todos de ver foraſteros, que los mandaſſen, y que edificaſſen ciudades en ſus tierras; diſimularon por entonces, y a ſu tiempo dieron auiſo a Arauco pidiendoles ſocorro, para hechar de alli aquella gente, o acabar de vna vez con ella. Vino volando Lautaro con vn buen exercito, y ſaliendole al encuentro algunas compañias de Eſpañoles, los hizo retirar ala Concepcion, donde ſe defendieron en la fortaleza, que alli hauian leuantado, el tiempo que pudieron, haſta que no pudiendo reſiſtir al poder, y fuerça de Lautaro, que era grande, huuieron de retirarſe otra vez a Santiago. Murieron muchos Eſpañoles en eſta refriega, y quedando el vencedor dueño del campo; ſiguio el alcance dela victoria, haziendolos vnos, y los otros hazañoſos hechos. Señaloſe entre todos el famoſo Rengo, que era vno delos Capitanes de Lautaro, ſiguiendo con ſu gente a tres valeroſos Capitanes delos que ſe retirauan, diziendoles mil afrentas, y tratandolos de cobardes, pero llegando eſtos a vn Rio, le hizieron frente y ganando Rengo vn aventajado ſitio, le eſſegurò de ſu contrario, que viendole tan defendido; no le embiſtio: y con eſto paſſaron de aqui los Eſpañoles a Santiago, y tocando Lautaro a recoger, ſe voluio Arauco, donde celebrò de nueuo eſta victoria, con grandes regocijos, y fieſtas, en que ſe hizieron pruebas de gran fuerça, y valor.

Hizieron de nueuo los Indios ſus juntas, y como ſe vian tan ſoberuios con ſus victorias, no quiſieron embaraçarſe con las ciudades de menos porte, que debian imaginarſe ya por ſuyas; ſino que poniendo la mira en la principal, que era Santiago, trataron de tomarla: profirioſe a eſto Lautaro; y eligiendo la gente mas granada, y belicoſa, ſalio con vn poderoſo exercito, y paſſando los caudaloſos Rios de Biobio, Ytata, Maule, y Mataquito, leuantò aqui vn fuerte, para aſſegurar mejor la retirada, por hallarſe muy lexos de ſus tierras. Llegando a Santiago la nueua de eſta junta, la tuuieron muchos por falſa, y ſin fundamento, pareciendoles, que era impoſſible, que los Indios tuuieſſen tal atreuimiento, de venir tan lexos, a hazerles guerra; però deſengañandolos los que ſe hauian retirado dela Concepcion, como quien conocia por experiencia los alientos de Lautaro; fortalezieron el lugar, previniendole de reparos, y armas, para la ocaſſion. embiaron corredores con orden de embeſtir al enemigo, ſi ſe offrecieſſe ocaſſion, y lance de poderlo hazer; pero el tuuo cuydado de preuenirlos, haziendolos voluer, mas que de paſſo, a dar la nueua, aunque no voluieron todos los que ſalieron a eſte efecto.

Eſtaua enfermo en eſta ocaſſion el Teniente general Franciſco de Villagran, y aſſi embio en ſu lugar al Capitan Pedro de Villagran ſu primo, con toda la gente, que pudo leuantar. Llego con ella al Rio claro, y alojò media legua dela fortaleza, que hauian leuantado los Indios: embiſtiendola el dia ſiguiente, la ocuparon, ſin ninguna reſiſtencia, porque hauia dado traça Lautaro, de que huyeſſen los ſuyos, por obligar alos Eſpañoles, que entraſſen, para cogerlos dentro; y aſſi quando les parecio, que era tiempo, reboluieron, como leones ſobre los Eſpañoles, los quales no hizieron poco en eſcaparſe de ſus manos, defendiendoſe con gran valor, haſta vna legua, que los Indios les fueron ſiguiendo, y haziendoles el mal que pudieron: Hizo amago ſegunda vez Lautaro de retirarſe; pero no dandole lugar lo nueſtros, que hauiendoſe reforçado, venian a embeſtirle de nueuo, los eſpero en ſu fuerte: tres veces acometieron los Eſpañoles, y otras tantas los cargaron, los que eſtauan dentro delas fortaleza, de piedras, flechas, y dardos, admirandoſe de ver el ſufrimiento, y conſtancia, con que ſufrian, vna y otro carga, pero viendo finalmente lo poco que les valian ſus alientos, para ganar la fortaleza ſe retiraron acierta diſtancia, a vn valle, de donde penſauan voluer a probar la mano. Quiſo Lautaro quitarles de eſte cuydado, acauando con ellos de vna vez; y para eſto fingio, que le faltauan baſtimentos, y aſſi los embio a pedir a nueſtro campo; y era el ardid, derramar vn Rio por el llano, donde eſtauan los Eſpañoles aquartelados (lo qual les era muy facil, por eſtar todo el azequiado.) y empantanarlos de manera, que no pudieſſen menearſe, para atajarles con eſto los paſſos; pero hauiendo entendido Pedro de Vil ſagran la eſtratajema, alçò el campos, ſe retirò luego a Santiago, dexando muy rabioſo al enemigo por no hauer ſalido con ſu traça como deſſeaua.

Pero no por eſto deſiſtio de ſu intentro, ſi bien pareciendole, que eſtaua las ciudad de Santiago tan prevenida, y armada, que no podia ganarla, ſino aumentaua ſus fuerças; hizo alto en vn Valle, donde leuantò otro fuerte, para abrigo de ſu exercito, mientras le llegauan los ſocorros de gente, que eſperaua, para dar en Santiago, donde eſtauan preuiniendoſe con gran cuidado, para la ocaſſion, eſperando tambien los ſocorros, que hauia embiado apedir alas otras ciudades, para ſu defenſa: hauia ſalido a eſto el general Franciſco de Villagran, y deſmintiendo el camino de Arauco, hauia ido ala Ymperial, de donde voluia con refreſco de valeroſos, ſoldados, al tiempo, que Lautaro eſtaua bien fortificado en ſu nueuo fuerte; el general Villagran guiado de vn Indio, vino con toda prieſſa, y ſin ſer ſentido, haſta ponerſe vna noche muy cerca del alojamiento de Lautaro; y valiendoſe de tan buena ocaſſion, por eſtar, el enemigo tan deſcuydado, tocò al arma, y embiſtieron al fuerte con tan buena dieha, que al primer aſalto, que ſe dio al amanecer, cayò Lautaro delos primeros de vn flechaço, que le atrauesò el coraçon, y eſte fue el infelice fin de eſte valeroſo caudillo del pueblo Araucano. No deſmayaron por eſto ſus ſoldados; antes embrabecidos con el deſſeo de vengar la muerte de ſu general, embiſtieron como leones, haziendo cada vno, como muchos, ſin quererſe jamas rendir al Eſpañol, aunque le vian tan triunfante, y orgulloſo, hizieronſe dela vna, y otra parte inſignes hazañas, y memorables hechos, dignos de mas larga hiſtoria; y no fue el de menos reputacion del valor de eſta gente, no quererſe dar por vencidos, aunque quedauan, ya muy pocos, anteponiendo a ſu meſma vida la gloria de morir peleando, ſin dexar las armas dela mano, haſta dar el vltimo aliento, vnos deſpedaçados, otros alanceados, y aunque ſe vian atraueſados de parte a parte, no ſolo no ſe rendian, pero ſe entrauan por las lanças a gran prieſſa ayudandoſe con las manos por llegar a ajuſtarſe con el enemigo, y vengar con ſu muerte la ſuya, o por lo menos morir en la demanda

CAPITVLO XXII.
Paßa por Gouernador de Chile D. Garcia Hurtado de Mendoza y lo que le ſuccedio en ſu llegada, y batallas, que tuuo con los Araucanos.

C

On la muerte del Gouernador Pedro de Valdiuia, acudieron de Chile al Virrey del Perù (aquien toca proueer ſu gouierno mientras ſe dà auiſo al Rey, y embia preſidente, y Gouernador en propriedad) eralo ala ſaçon Don Antonio Hurtado de Mendoça Marques de Cañete, que gouernò con gran prudencia, y zelo, haziendo exemplares caſtigos en algunos, con que aſegurò toda la tierra: Tenia conſigo a ſu hijo D. Garcia Hurtado de Mendoza, q̃ deſpues de ſus dias, le ſuccedio en ſu caſa, y en el oficio de Virrey, con no menos acierto, eſtimacion, y aplauſo del mundo; y los embajadores de Chile pidieron a ſu excellencia, lo embiaſſe por gouernador de aquel Reyno, como lo hizo, porque embiando el Rey Phelipe ſegundo al Adelantado Geronimo de Alderete, para que ſuccedieſſe al Gouernador Pedro de Valdiuia, por hauer ſe ya ſabido ſu deſgraciada muerte; llegò nueua, de que tambien hauia muerto en Panamà en la Ysla de Taboga el dicho Adelantado, y aſſi ſe reſoluio el Virrey de embiar a ſu meſmo hijo, el qual començò aleuantar gente, y hauiendo hecho vna buena leua de caualleria, y infanteria, embiando parte de la gente por tierra cõ los cauallos, ſe embarcò con la demas, y deſpues de vna recia tempeſtad, que puſo las naues apique de perderſe, entrò por la baia dela Concepcion, y deſembarcò en la Ysla dela Quiriquina, por tomar deſde alli lengua, y ſaber el eſtado dela tierra. la gente de eſta Ysla, que era robuſta, esforzada, y belicoſa, ſe armò luego que vioa cercarſe las naues al puerto; y tendiendoſe en eſquadrones por la playa, pretendian impedir, que faltaſſen en ella los Eſpañoles; pero como no tenian reſiſtencia ninguna, ni armas de fuego; luego que comenzaron a jugar las delas naues, ſe retiraron, y dieron paſſo franco alos que venian en ellas: al punto que ſaltaron en tierra, mandò el Gouernador Publicar el intento que lleuaua, paraque llegaſſe aoidos delos Indios; que era principalmente la ſaluacion de ſus almas por medio del Evangelio, y que ſe reconciliaſſen con Dios los que lo hauian ya receuido, por medio del ſanto baptiſmo, que para eſto lleuaua religioſos delas dos eſclarecidas ordenes de ſan Franciſco, y la merced; y que ſi eſto quiſieſſen, ſaldrian en nombre de Carlos V. ſu Señor a qualquier partido. Corrio la voz haſta Arauco, donde ſe juntaron diez y ſeis Caciques, y muchos Capitanes a tratar lo que mas convenia, ſobre el caſo; y aunque muchos de ellos hablaron ſegun el furor juuenil, y ſu acoſtumbrada ſoberuia, y arrogancia, deſpreciadora dela paz, y buen conſejo, ſe opuſo a ellos el Anciano, y maduro Colocolo, y con raçones prudentes, enfrenò ſu orgullo, y los reduxo a admitir, en paz los Eſpañoles, pues ellos ſe comedian, y querian venir buenos medios. El oirlos, dixo, nunca nos podra dañar, veremos que pretenden, y como lo hazen, que el braço nos queda ſano, para vſar de nueſtro derecho ſiempre, que quieran ſalir delo que es juſto. El parecer de Colocòlo ſiguieron entre otros Puren, Lincoya, Talcaguano, Lemolemo, y Elicura, y los mas prudentes, los quales embiaron por embaxador a Millalauco, hombre de gran rethorica, y eloquencia natural, con orden de que trataſſe con los Eſpañoles los medios de paz, que offrecian, y que fueſſe advertido de notar quanto vieſſe; la fuerça dela gente, y armas, y que ſe moſtraſſe ſiempre inclinado ala paz, para ſacarlos con eſto dela Ysla, con la codicia del oro de la tierra firme, de que tanta fama corria. Llego Millalaoco al pabellon, y tienda del gouernador, y haziendo vna moderada corteſia, lo ſaludò, y juntamente alos demas Eſpañoles, que con el eſtauan, y moſtrando alegria, y buen agrado, hizo ſu embaxada, diziendo que admitian los medios de paz, y amiſtad, que les hauian ofrecido, no porque les mouieſſe a ello miedo alguno, o temor que tuuieſſen ala nueua fuerça, que traian, porque ninguna ſeria Baſtante a amedrentarlos, de que tenian hecha ſufficiente prueba en los ſucceſſos, que haſta alli hauian tenido que lo que les mouia, era, que no padecieſſe tanta gente inocente, tantas mugeres, y niños, que con ocaſſion dela guerra quedauan huerfanos, y deſamparados. que lleuando la coſa por buenos medios, reconocerian por ſuyo al Rey de España, con tal que no les tocaſſen en la libertad, ni en el derecho de ſus fueros. Pero que ſi querian lleuarlos por violencia, y hazerlos eſclauos, antes ſe comerian ſus hijos, y ſe entrarian por las eſpadas, que conſentirlo.

Acabò ſu raçonamiento, y hauiendole reſpondido el gouernador muy conforme a ſu deſſeo, y hechole algunos regalos de ſu eſtimacion, ſe deſpidio, y voluio alos ſuyos a dar quenta de ſu embaxada: no baſtò eſto para que ſe aſeguraſſen los vnos delos otros; quedaron todos ala mira del ſucceſſo; pero aduirtiendo los Indios el rezelo, con que eſtauan los Eſpañoles; para aſegurarlos, hizieron demonſtracion de licenciar ſu exercito, ſi bien con advertencia de no dexar vn punto las armas de las manos, teniendo la barba ſobre el hombro, eſtando ſiempre preſtos, y aparceuidos, para qualquier acontecimiento, y ocaſſion, que ſe offrecieſſe. Con todo eſſo no quiſieron los Eſpañoles ſalir a tierra firme en dos meſes, los quales paſſaron en aquella Ysla, haſta que paſsò el hiuierno. Deſpues del qual ala primauera hecharon ciento, y treinta ſoldados delos mas lucidos, y alentados, para leuantar vn fuerte, como lo hizieron en la cima de vn monte de aquellos, que rodean oy la ciudad de Penco (que aſſi tambien ſe llama la dela Concepcion) con la ſeguridad de eſta fortaleza ſalieron los Eſpañoles dela Ysla, y aſſegurandoſe en ella; eſperaron alli, que llegaſſen los cauallos, que ya tenian nueua. iuan marchando, y llegando cerca. En el interin, para fortalezerſe mejor, començaron los ſoldados a hazer madera, y fagina, para trinchcarſe, no perdonando al trabajo, y ſiendo los primeros e Gouernador, y Capitanes a hechar mano dela hacha, para cortar los arboles y del açadon, y barreta, para hazer ſus foſos, armando ſus tapiales, como ſi toda ſu vida ſe huuieran exercitado en eſto para hazer ſus traueſes, y cortinas, y fortalezer aquel fuerte, que hauia de ſer el ſeguro de ſu defenſa, haſta que en fin lo acabaron, y perficionaron del todo, repartiendo por los lienços ocho pieças de campaña, con toda la demas guarnicion, y fuerça neceſſaria.

El Araucano, que eſtaua ala mira delo que paſſaua, luego que ſupo las preuenciones, que los Eſpañoles hazian para armarſe; no eſpero mas deſengaños para perſuadirſe aque iuan, no con animo de paz, ſino de guerra; convocaronſe al punto, y ſalieron como leones con reſolucion de hechar por tierra la nueua fortaleza, y concluir de vna vez con los que la hauian fabricado. alojaronſe en Talcaguano, dos millas del alto donde eſtauan los Eſpañoles, y al romper del alua tocaron al arma, y hauiendo primero deſafiado al campo Eſpañol, a que ſalieſſen vno a vno, a probar ſus fuerças, como lo hizieron; vltimamente cerraron todos juntos; ſin mas temor de las balas, que ſi fueran de algodon, porque ſi bien hazian en ellos tanta riſa que les matauan mucha gente, pero llebauan ya tragado eſte rieſgo, ſuponiendo, que no podia durar ſino ſola mente haſta mezclarſe vn eſquadron con el otro, porque llegando a eſtar mezclados, ſuponian que las cabeças delos enemigos guardarian las ſuyas, como queda dicho. Cõ eſta reſolucion embiſtieron, como fieras, y tuuieron muy apretados alos Eſpañoles, ſaltaron algunos ſobre los muros, y entre ellos Tucapel, que hizo grandes hazañas, como tambien otros muchos, que en eſta ocaſſion ſe ſeñalaron entre los demas; ni fueron menores las que hizieron los Eſpañoles, y las vnas, y las otras ſon dignas de que ſe haga muy eſpecial mencion; pero dexemoslas aquien las eſcriua como merecen, porque tendran mas claridad de ellas, que yo no puedo ſino referir todo eſto muy por maior.

Los Eſpañoles, que hauian quedado en la Ysla, y en los nauios, ſabiendo el aprieto, en que eſtauan los ſuyos, ſalieron luego al ſocorro, y con la ayuda de Dios, que les aſiſtia, juntandoſe los vnos con los otros, començaron apreualecer contra los Araucanos; los quales viendo que les faltaua ya mucha gente, ſe fueron retirando, quedando ſolo Tucapel, que mal herido, ſe eſcapò finalmente por entre los meſmos Eſpañoles dexandoles admirados ſu valor, y animoſa reſolucion. Hazen particular mencion las hiſtorias delo mucho, que en eſta ocaſſion ſe ſeñalaron el gouernador don Garcia Hurtado de Mendoça, y otros muchos Capitanes, y ſoldados; los Andias, y Eſpinoſas, Pereiras, Ortigoſas, y Pachecos, Olmos de Aguilera, Torres, Garnicas, Riueros, Soarez, Carrillos, Cabreras, Pardos, Arias, Cordobas, Lafartes, Campofrio, Guzmanes, Gutierrez, Zuñigas, Berrios, Ronquillos, Oſorios, Liras, Ovandos, Buſtamantes, Vacas, Mexias, Hercillas, Perez, y Saldañas; de muchos delos quales, honrran oy aquel Reyno muy nobles, y iluſtres decendientes, continuando los heroicos hechos, y luſtre de ſus maiores.

Llegaron a este tiempo los cauallos de Santiago y vn buen ſoccoro de caualleria muy lucida dela Ymperial. hizo el enemigo reſeña de ſu gente, interrumpieronſela los Eſpañoles, ſaliendolos a buſcar al Valle de Arauco, donde tuuieron otra muy reñida batalla; retiraronſe los Indios; y a vno que quedò entre los Eſpañoles llamado Gualbarino, le cogieron, y para poner terror alos demas, le cortaron las manos; pero los Araucanos eſtuuieron tan lexos de amedrentarſe con eſte hecho, que antes ſiruio de irritarlos mas, ayudando a ello el meſmo Gualbarino, que hauiendo buelto aſu campo, lo encendio en nueuo furor, procurando todos vengar aquella offenſa que cada vno miraua como propria. el General Caupolican quiſo dar principio a eſta vengança; y para eſto embio a deſafiar al gouernador Don Garcia con el mayor poder, y fuerça que tuuieſſe, el Iziendo, que le eſperaua con ſu campo; con el qual ſe acercò a Millarapue, donde eſtauan aloxados los Eſpañoles. Llegò aſſi vna noche, y luego ala mañana le preſentò la batalla, la qual fue tan reñida como las paſſadas, y muy dudoſa por el valor, con que de la vna, y otra parte ſe peleaua: iuan muy orgulloſos los Indios ganando tierra, tenian ya muy apretados alos nueſtros, ya mas andar ſe moſtraua por ellos la victoria, quando vn eſquadron Eſpañol en quien ſolo quedaua la eſperança, rompio con tal reſolucion, y aliento, por entre los Indios, que con aſombro de ellos los hizo retirar: los q̃ iuan en el, y ſe ſeñalaron en eſta ocaſſion, ſegun Ercila, fuera delos ya nombrados arriba, fueron los Auendaños, Quirogas, Aguirres, Arandas, Corteſes, Iofrees, Reinoſos, Gamboas, Toledos, Carranças, Aguayos, Caſtillos, Canos, Paredes, Santillanes, Nauarros; Abalos, Viezmas, Cazeres, Baſtidas, Galdames, Ponces de Leon, Ybarras, Vegas, Zegarras, Velazquez, Verdugos, Riueras, Pardos, Alegrias, Barrios, Coronados, Pinedas, Eſquibeles, Altamiranos, Moranes, Vergaras, Lagos, Godoyes, y otros, delos quales conoſco yo muchos decendientes, que mueſtran oy en el luſtre de ſus caſas, y en el valor de ſus heroicos hechos en la guerra, que no deſmerecen la Relacion de tan noble, y generoſa aſcendencia. remitome ala hiſtoria General, que darà a cada vno ſu lugar con los elogios que merecen. Salieron en fin vencedores los Eſpañoles; y los Araucanos, aunque vencidos, no por eſſo menos dignos de la ponderacion, que Don Alonſo Ercila haze de ſu militar esfuerço, deſtreza, y valentia, en eſtos verſos dela ſegunda parte de ſu Araucana.

Coſa es digna de ſer conſiderada,
Y no paſſar por ella facilmente,
Que gente tan ignota, y deſoſada
Dela frequencia, y trato de otra gente
De innauegables golfos rodeada
Alcancen lo que aſſi difficilmente
Alcanzaron por curſo dela guerra
Los mas famoſos hombres de la tierra.
Dexen de encarecer los eſcritores
Alos que el arte militar hallaron
Nimas celebren ya los inventores
Que el duro acero y el metal forjaron
Pues los ultimos Indios moradores
Del Araucano estado aſſi alcanzaron
El orden dela guerra, y diſciplina
Que podemos tomar de ellos dotrina
Quien les moſtrò a formar los eſquadrones?
Repreſentar en orden la batalla?
Leuantar caualleros, y baſtiones?
Hazer defenſas, foſos, y muralla?
Trincheas, nueuos reparos, Inuenciones?
Y quanto en vſo militar ſe halla?
Que todo es vn baſtante, y claro Indicio
Del valor de eſta gente, y exercito.
Y ſobre todo debe ſer loado
El ſilencio en la guerra, y obedencia
Que nunca fue ſecreto reuelado
Por dadiua, amenaza, ni violencia
Como ya en lo que de ellos he contado
Vemos abiertamente la experiencia
Pues por maña jamas, ni por eſpias
De ellos tuuimos nueua en tantos dias.

Bien lo dize el poeta; pero en fin habla por mayor, y aſsi no baſta para hazer entero juizio delo que es eſta gente; coſas he oido yo contar de ſu valor, y del poco temor dela muerte, con que ſe arrojan al peligro, que ſon de admiracion; entrandoſe vn Indio como hemos viſto por vna lanza, quando le han paſſado el cuerpo, en hilandoſe por ella, por eſtrecharſe con ſu contrario, y vengarſe, ſin deſmayar, ni perder el aliento haſta la vltima reſpiracion: que dire de ſu conſtancia, y teſſon en callar quando les importa? Cuenta el meſmo Autor, que en eſta occaſion fueron preſſos algunos Indios delos pueblos comarcanos, y que en el mayor rigor delos tormentos, que tes dieron, para que confeſſaſſen lo que ſe deſſaua ſaber de ellos; eſtuuieron tan conſtantes, y valeroſos como ſi fueran inſenſibles. la hiſtoria general refirirà muchas coſas en particular, con que le podra hazer mas perfecto concepto de eſtos hombres, y de ſu valeroſa reſiſtencia ſi bien en eſta ocaſſion de eſta batalla, no fue poderoſa a hazerla del todo al exercito Eſpañol, que hauiendo alcançado eſta gran victoria, dexò el campo lleno de cuerpos muertos delos vencidos, y doce delos mas principales, que cogieron vinos colgados de otros tantos arboles para eſcarmiento delos demas, y entre ellos el ya nombrado Galbarino, que no ſolo moſtrò en eſta ſu muerte vn animo intrepido y immutable; pero le puſo a ſus compañeros, y en particular a vn Cacique, que viendoſe ya tan proximo ala muerte començò a temerla, y apedir miſericordia, contra el qual ſe voluio Galbarino baldonando ſu inconſtancia, y cobardia, y haziendole en orden a eſto delante de todos vn raçonamiento tan ſoberbio, y arrogante, como ſi fuera el victorioſo, y no el vencido, de que quedaron los Eſpañoles admirados, y como fuera de ſi.

Con eſto partio de alli nueſtro campo, y marchò haſta la baxada, y ſitio, donde, el Gouerndor Valdiuia hauia hecho vna delas caſas fuertes, y dõde le mataron. aqui leuantaron luego los Eſpañoles vna buena fortaleza, de donde ſalian a hazer ſus corredurias, para ir ganando tierra, y adelantarſe mas en la empreſſa començada de ſu conquiſta, en la qual ſe les offrecian a cada paſſo ocaſſiones de grandes peligros de perderſe: en particular fue muy grande el que tuuieron en vn eſtrecho paſſo, que hazen vnos montes, camino de Puren, donde ſalieron los Indios alos Eſpañoles, y los tuuieron muy apretados, y los huuieran deſtruido, a no hauerſe entretenido en el pillaje, embeleſados en el ſaco, que dieron al ganado, y alas cargas, que iuan en el bagaje, porque vn troço de Eſpañoles, que acertaron a juntarſe en vn hueco del monte, advirtiendo en el deſcuydo delos Indios, que teniendo, ya la victoria por ſuya, no cuydauan de adelantarla, ſe ſubieron alo alto del monte, de donde començaron de repẽte a jugar la moſqueteria, y deſcargar ſobre los Indios, q̃ eſtauan abajo, tanta piedra, que turbados, y fuera deſi, viendo aquel dilubio, que venia ſobre ſus cabezas, atropellandoſe los vnos ſobre los otros, procuraua cada vno ponerſe en cobro, y huir de aquella, que parecia deshecha tempeſtad, que los queria acabar, con que los Eſpañoles, quedaron dueños del campo, aunque muy laſtimados, y con muchas heridas, que ſacaron de eſta refriega; retiraronſe al Real, donde fueron receuidos con ſalua, y demonſtraciones de alegria; y dexando la fortaleza bien proueida por dos meſes, ſalio el gouernador a viſitar las otras ciudades, para fortificarlas, y prevenir en ellas la guarnicion neceſſaria para los aſaltos, que eſtauan temiendo, de Caupolican, que ardiendo enſaña por los malos ſucceſſos, que hauia tenido, perdiendo en menos de tres meſes dos, o tres victorias, hauia juntado conſejo, y reſuelto en el no tomar repoſo haſta morir, o vencer, y conſumir del todo alos Eſpañoles, y reſtituirſe enteramente a ſu libertad.

CAPITVLO XXIII.
Nueuos ſucceſſos dela guerra, converſion, y muerte de Caupolican.

P

Roſeguia Caupolican ſus intentos; pero bregando al parecer con la fortuna, canſada ya de aſiſtirle, porque en las batallas, o ſalia vencido, y deſtroçado, o quando tenia la victoria por ſuya, ſela quitaua delas manos la confiança, y ſeguro delos vencedores, o otro accidente inopinado, que al tiempo de lograr la victoria, ſe la daua alos contrarios; con eſto començaron, adeſganarſe ſus ſoldados, y el vulgo, cenſor delos que mandan, aculparle de detenido, y que la ambicion demandar, y conſeruarſe en el gouierno del exercito, le hazia menos ſolicito abuſcar, y prevenir las ocaſiones delos rieſgos, y peligros, para adelantar las armas Araucanas, como debia entendida de Caupolican eſta murmuracion del pueblo; hizo nueua junta, y propuſo en ella nueuos medios para lleuar adelante el intento començado de reſtituir al eſtado, ya toda la tierra a ſu antigua libertad, en que conſintieron de nueuo todos, con reſolucion de no tomar repoſo haſta verlo cumplido. Die) ronſe varios medios, y ſalieron de la junta reſueltos todos a executarlos haſta morir, o vencer, lo qual entendido por el Gouernador Don Garcia Hurtado de Mendoça, que como vimos, hauia ido ala Ciud ad dela Ymperial a repararla, y fortalezerla, deſpachò luego al punto al fuerte, competente ſocorro, y auisò de todo lo que paſſaua.

Entre otros medios, que Caupolican diſpuſo para ſu intento, fue el primero, de vna eſtratagema, y traza, con que pretendio coger alos Eſpañoles deſcuydados en ſu fortaleza, y ſin ſer ſentido dar en ellos, quando menos penſaſſen, y ganarſela: no vinieron en eſte parecer los famoſos Capitanes Rengo, Orompello, Tucapel y otros, que eran los que ſiempre en las batallas iuan en la vanguardia, abriendo el paſſo alos buenos ſucceſſos, y victorias; y aſſi dexaron ir ſolo eſta vez con ſu exercito a Caupolican, juzgando caſo de menos valer, y vitoria ſingloria la que ſe alcanzaſſe del enemigo con fraude, y cogiendole deſcuydado, y deſprevenido. partio Caupolican con ſu exercito, y tres leguas de la fortaleza delos Eſpañoles, hizo alto; y dio traça de eſpiarlos, y ſaber la diſpoſicion, que tenian, para hazer mejor ſu hecho. Eligio para eſto vn Capitan de mucho nombre, llamado Pran, hombre aſtuto, y ſagaz, prudente, y de buena traça, y maña: eſte ſe disfraçò, y poniendoſe vn veſtido ordinario, ſe fue ſolo, y deſarmado, como perſona particular ala fortaleza delos Eſpañoles; llegò a ella deſconocido de todos los Indios amigos, con quien conmençò a trabar converſacion, entrando, y ſaliendo de vna parte a otra, con tan buen diſimulo, que no huuo hombre, que ſoſpechaſſe del lo que traçaua, vio nueſtro campo, reconocio nueſtras fuerças, y obſeruò, que la hora, en que los ſoldados eſtauan mas ſeguros, y deſcuidados, era a medio dia, quando ſe retirauan a dormir, para reſtaurar el ſueño, que perdian de noche, por eſtar en perpetua guarda, y centinela.

Hauia en nueſtro campo entre otros, no vn Lautaro (en quien prevalecio el a mor dela patria, y delos ſuyos ſobre la lealtad, que debia a ſu Señor, ſiendo cauſa de ſu muerte) ſino otro Indio, llamado Andreſillo, criado de vn Eſpañol, y muy aficionado a todos los demas; hauia trabado Pran amiſtad cõ eſte, y ſaliẽdo vn dia los dos al cãpo, abuſcar comida, como lo acoſtumbrauan, diſcurriendo de vna raçon en otra, vino vltimamente Pran a deſcubrir ſu pecho a ſu amigo Andres, perſuadiendole, que le ayudaſſe a poner en execucion ſu intento, pues dependia del la comun libertad dela patria: Andres, que no era menas prudente, y ſagaz, que Pran, le prometio, con buen diſimulo de aſiſtirle, y ayudarle en todo. Para eſto traçaron de que cada vno ſe voluieſſe aſu campo, y que el dia ſiguiente voluieſſe Andres aun pueſto ſeñalado, donde le aguardaria Pran, paraguiarle al aloxamiento de Caupolican, y diſponer con el, el modo, y traça de ganar la fortaleza, con lo qual ſe deſpartieron, a hazer cada vno lo que le tocaua. Pran voluio a ſu Real, goçoſo de hauer ſalido, como penſaua con ſu intento. Dio cuenta a Caupolican de todo, mientras Andres la daua al Capitan Reynoſo, que era cabo dela fortaleza Eſpañola, dela maraña de Pran, y de todo lo que le hauia dicho: en que eſtuuo el remedio, delos Eſpañoles; que es por demas, ſi fallò Dios, y ha de morir el enfermo; que la triaca ſe convierte en ponçoña, y la medicina de ſuyo mas preſta, y ſaludable, le mata. Aſſi lo permitio Dios en eſta ocaſſion, queriendo librar alos Eſpañoles de tan manifieſto peligro; pues el meſmo Araucano Andres, que hauia de ponerſe de parte delos ſuyos, fue ſu cuchillo baſtando el ſolo a convertirles en laſtimoſa tragedia la victoria, que Caupolican, y Pran contauan ya por tan ſuya.

Conforme alo acordado, partio Andres el dia ſiguiente, y llegando al pueſto ſeñalado, y hallando en el a ſu amigo Pran, que hecho vn Argos, le eſtaua eſperando. fueron juntos a verſe con Caupolican, el qual quando vio a Andres, no ſupo, que corteſias, hazerle, moſtrole el campo, y toda la fuerça de ſu exercito, y hauiendo acordado de dar el aſalto a medio dia del ſiguiente, voluio Andres a la fortaleza delos Eſpañoles, a eſperar a Caupolican, como el penſaua, pero en la verdad, a auiſarles de todo lo que paſſaua, como lo hizo, con lo qual diſpufo el Capitan Reynoſo toda ſu gente, y armas de manera, que viniendo Caupolican al dia, y tiempo ſeñalado, y dexando entrar en la fortaleza los mas, que pudieron, al tiempo, que iuan ya a dar el aſalto ſobre los Eſpañoles, que ſe hazian dormidos; haziendo ſeñal, y tocando al arma, ſe leuantaron como leones, y jugando las armas de fuego, y ſaliendo por de fuera la caualleria, para dar en los que por que dar mas atras, no pudieron entrar dentro; mataron gran ſuma de Indios, eſcapandoſe, muy pocos, ſin q̃ les baſtaſſe para ſu defenſa ſu gran valor, porque ocupado dela turbacion de tan inopinado ſucceſſo a penas les quedò ſentido, para retirarſe de eſta refriega. Entre eſtos fue Caupolican, que con diez ſoldados, deſmintiendo caminos, ſe puſo en cobro, ſin que baſtaſſen a dar con el en muchos dias, extraordinarias diligencias, que ſe hizieron para ello, porque los Indios, que ſe cogian, lo negauan, ſin poderles ſacar raſtro del; ni por temores, y amenazas, que les hazian, ni por premios, o dadiuas, con que procurauan obligarlos.

Pero como es difficil coſa, que entre muchos leales, falte vn traidor, porfiando los Eſpañoles en buſcar a Caupolican prẽdierõ entre otros vno de ſus ſoldados, que eſtaua menos contento de ſu gouierno, y por ventura quexoſo de verſe atraſado, como acontece a otros: por eſta cauſa, o porque era eſte el medio que la diuina predeſtinacion hauia previſto, para la ſaluacion de eſte haſta entonces invicto Capitan; le deſcubrio eſte ſu enemigo, y traidor; y guiando alos Epfañoles por vn ſendero deſvſado, por donde no pudieron ſer ſentidos, los puſo ala viſta de vn aſpero, y eſpeſo boſque , nueue millas de Ongolmo, donde en vna quebrada, que eſtà al deſpeñadero de vn Rio, ſe hauia recogido eſte valiente, para aſegurarſe mientras ſe hazia tiempo de rehazer el exercito, y proſeguir con ſu pretenſion. Llegaron aqui los Eſpañoles, y hallandole deſcuidado con los demas, que le aſſiſtian le cogieron, ſin que le valieſſe el vltimo esfuerço, que hizo, para defenderſe; de que hauia mucho que dezir, y delos baldones, que le dio ſu muger, viendole preſo y atadas las manos, y que lleuauan cautiuo al que poco antes blaſonaua con animo, y alientos de poner aſu pies el poder y nombre Eſpañol. Dexò todo eſto, como menos importante, porque me permita el piadoſo letor dar ſin a eſte capitulo, haziendo vna ponderacion algo mas eſtendida, y dilatada delo ordinario, ſobre la muerte de eſte valeroſo Araucano, y ſu converſion.

Converſion, y muerte de Caupolican.

E

L que deſpacio, y atento ſe pone a conſiderar los varios efectos dela diuina predeſtinacion, y los diuerſos caminos, por donde trae Dios a ſu predeſtinados, haſta ponerlos en la ſegura poſſeſſion del ſummo bien; hallarà ſin duda entre motiuos de alabanças de aquel Señor, que es admirable en ſus ſantos, y eſcogidos, otros de temor, y deſconfiança deſi miſmo, viendo a vnos arrebatarlos ſu infeliz ſuerte delos braços, y cariñoſo regaço dela Ygleſia, y entregarlos alos ſangrientos lobos dela impiedad, y carniceria del infierno, quando al contrario libra la poderoſa, y diuina mano de ſus gargantas a otros, que agornizauan ya entre ſus dientes, para ſer tragados, y ſepultados en el: nacen aquellos, y ſe crian ala luz, y calor dela gracia, y mueren en la ſombra fria, y tenebroſa noche de la culpa; quando a eſtos amenece el ſol de juſticia al vltimo aliento de ſu vida, hauiendola paſſado toda en las tinieblas de ſu errores y gentiliſmo. Son excluidos dela gloria, como eſttraños, los que tuuieron derecho a ella como hijos por la diuina gracia en que algun tiempo viuieron; y en vn punto ſe hallan herederos del cielo, y entrar en ſu poſſeſſion los q̃ en toda ſu primera vida, no dieron vn paſſo por alcançarlo. terrible dolor, deſdicha ſin conſuelo; que vn barbaro gentil piſe las eſtrellas, no hauiendo pueſto ſus pies en la Igleſia, ni aſomado jamas a ſus vmbrales, haſta la vltima linea de ſu malograda vida; y que vn chriſtiano, criado dentro de ſus puertas, en el camarin de ſus hijos, principe jurado por la gracia, para la herencia del Reyno dela gloria ſecondene? muchos caſos ſe ven en las hiſtorias, que dan ſuficiente fundamento a eſta admiracion; y no le dà menos el famoſo caudillo, y general del Araucano exercito Caupolican, varon verdaderamente grande, y de tanta eſtimacion entre los Indios, que en la junta de diez y ſeis Caciques, ſoberanos Señores que concurrieron para leuantar cabeça del exercito, que ſe hazia contra el Eſpañol, fue electo por ſu caudillo, ſugetandoſele todos los demas. Eſte fue el que con el ardid delos ochenta ſoldados, ganò el caſtillo de Arauco, y vencio al Eſpañol en la ſangrienta batalla, que tuuo con el, fuera de ſus murallas. Eſte el que eſperando en campaña raſa al gouernador Pedro de Valdiuia con ſu exercito, no ſolo le desbaratò, pero le dio vna rota tal, que no quedò Eſpañol viuo, hauiendo peleado como vnos Hectores, y hecho en eſta batalla hazañoſos prodigios. Eſte, el que deſmantelò a Puren, y hizo el famoſo ſaco en la ciudad de Penco, no dexandola piedra ſobre piedra, hauiendo antes con ſola la fama y nueua de ſu venida obligado alos Eſpañoles, que deſamparaſſen la ciudad, y ſe la dexaſſen libre a ſu diſpoſicion. Eſte el que tantas veces ſe opuſo al Eſpañol, tantas le acometio, y preſentò batallas, en que ſalio vencedor, y triunfante, o por lo menos dio mueſtras de ſu valentia, y gran valor, ſin voluer jamas el pie atras por cobardia, valiendoſe de ſu militar prudencia para diſponer como Capitan ſu exercito, y meneando las manos en la ocaſſion con no menos aliento, y oſadia que el mas arriſcado ſoldado delos ſuyos. Eſte (o voluble rueda de la fortuna) a ſus competidores invencible, no pudo ſerlo al traidor, que le vendio alos Eſpañoles, y aunque tan ſoberbio, y altiuo en ſu proſperidad, que ſe las juraua al meſmo cielo, pareciendole inferior al ſuyo todo el poder dela tierra; aora cautiuo, y rendito alos pies del Eſpañol, ſu competidor, ſi bien graue y ſeuero, ſin perder, aunque priſionero, de ſu autoridad en ſu ſemblante, le pide la vida, prometiendo en recomenſa, la ſugecion del eſtado todo a entrambas mageſtades, de Dios, y del Rey, y que haria que reciuieſſen todos la fee de Chriſto. mira, dixo, hablando con el Capitan Reynoſo, que lo puedo hazer, pues ſabes la ſugecion, reſpeto, y reuerencia, que todos me tienen, y de no hazerlo aſſi, no remedias nada, porque por vna cabeça, que me quites, naceran tantos Caupolicanes en ſu vengança, que no haga falta el que tienes a tu diſpoſicion rendido. no me des libertad; quedarè priſionero enrehenes de mi fee, y de mi promeſſa, la vida te pido, no puedo offrecer nada equivalente a ſu retorno: mas tepido, que lo que puedo darte, pero mas te importa darme lo que tepido, que negarmelo: mi negocio hago, rogando te por mi vida; pero mira, que hago juntamente el de tu Dios, y tu Rey; deſde oy quiero ſer ſuyo, no niegues a ſus coronas tantos baſallos quantos ſabes ſugetaran ſu cuello aſu cetro, ſi ven rendido el mio y ſugeto a ſu poder, como prometo, No valieron a Caupolican eſtas, y otras muchas raçones, con que pretendio evitar ſu muerte; danle ſentencia publica de que muera empalado, y aſſaeteado, para eſcarmiento del enemigo; aunque no ſiruio ſino de encender mas el fuego, y enconar la llaga, como lo moſtrò deſpues el tiempo, y los efectos, que ſehan experimentado. Lleganle a notificar la dura ſentencia, que le han dado, oyela ſin turbacion, ſin moſtrar differencia, ni alteracion en el ſemblante. Tratan luego de executarla, y el cielo (o poder, y clemencia del crucificado) de aparejar las fieſtas, por la converſion, y penitencia de eſte ſanguinolento pecador; raya el fol de juſticia en ſu entendimiento, y deſpidiendo la tenebroſa noche dela infidelidad, y derritiendo el yelo frio de ſu obſtinacion, le reſuelue en ternuras, y amoroſos affectos, con que comiença a pedir con grandes anſias el baptiſmo; acuden luego los ſacerdotes, catequizan lo, y inſtruyenlo en las coſas neceſſarias de nueſtra fee, ſegun el tiempo dio lugar, y hallandole ſufficientemente diſpueſto, con el arrepentimiento de ſus pecados, y converſion a ſu criador tan tarde conocido, y tan felizmente hallado, reciuio la ſanta ablucion, y el caracter de chriſtiano, y tras el la execucion dela ſentencia; a que ſalio con gran denuedo, ſin que le hizieſſen embaraço las priſſiones, dexando a vnos laſtimados con ſu muerte, y a otros embidioſos dela dicha, que tuuo en aquel vltimo tranſe de verſe labado con la ſangre del cordero, el que hauia derramado tanta delos chriſtianos, dexando nos tan grandes eſperanças de ſu predeſtinacion, como motiuos de alabar la clemencia de aquel Señor, que tan barato dà, y de valde lo que tanto le coſtò.

CAPITVLO XXIV.
Trataſe el fin del gouierno del Marques de Cañete, y de ſus ſucceſſores hasta el del Dotor Melchor Brauo de Sarauia.

L

A muerte de Caupolican no ſolo no enfrenò, ni puſo terror alos Araucanos, pero los irritò, y encendio mas en el deſſeo dela vengança, y en el odio contra los Eſpañoles, hizieron de nueuo ſus juntas, eligieron nueuo general, apreſtaronſe a nueuas batallas, y hizieron todo el esfuerço, que pudieron para ſalir con ſu intento; pero rebatio, y desbaratò todos ſus deſignios, y embotò ſus lanças el gran valor, y militar prudencia del gouernador, primo genito del Virrey, Marques de Cañete, el qual viniendole ſucceſſor; ſe voluio al Perù dexãdo fundadas en Chile vna, o dos ciudades, y no ſe, ſi mas, hauiẽdo tenido en aquel Reyno muy grande dicha en el gouierno, y buenos ſucceſſos enlas reales armas, todo el tiempo, que las gouernò; peſſame no tener mas in diuiduales noticias de todo eſto, para poderlas dar el lugar que merecen, con los elogios, y alabanças, que tan debidas ſon a eſte gran Señor, que podemos llamar confundador, o reſtaurador del Reyno de Chile; pues entrò a gouernarle en ocaſſion, y tiempo, que eſtaua a gran peligro de perderſe lo recien conquiſtado, por la ſoberbia, y altiuez, con q̃ ſe hallaua el enemigo, con la muerte del gouernador Valdivia, y con las victorias, que deſpues de ella tuuo delos Eſpañoles. Remitome ala Hiſtoria General de Chile; que no dexarà nada por dezir, y vamos corriendo por los demas gouiernos, diziendo de cada vno breuemente lo que pudiere acordarme.

El ſegundo gouernador por el Rey fue el Adelantado Franciſco de Villagra, que hauia ſido teniente general del gouernador Valdiuia, y quedò en ſu lugar deſpues de ſu muerte: y pongole en ſegundo lugar, porque, aunque entrò en eſte gouierno deſpues delos de Valdiuia, y del hijo del Marques, y fue nombrado antes, del el Adelantado Alderete, con que ſegun eſte orden, vino a ſer el quarto; pero haziendo la cuenta, ſegun el orden delos nombramientos del Rey, vinao a ſer el ſegundo. El motiuo que tuuo ſu Mageſtad de hazer eſta eleccion fue la buena relacion, que le dio de eſte cauallero el Adelantado Alderete, aquien dizen, que preguntandole Phelipe ſegundo, quien ſeria a propoſito para aquel pueſto, le propuſo al dicho Franciſco de Villagra juntamente con Rodrigo de Quiroga, ya Franciſco de Aguirre, diziendo de todos ſus grandes meritos, noblesza, valor, y militar prudencia; pero el prudente Rey, que ſe pagò dela modeſtia, y templança de Alderete, por ver, que oluidado deſi, honrraua a ſus compañeros, le antepuſo a todos ellos, nombrandole de gouernador, con titulo de Adelantado; (que es buen exemplo para los corteſanos, que ſe perſuaden, que no pueden ſubir, ſino poniendo los pies ſobre otros, ni crecer, ni aumentarſe, ſino deshaziendo alos demas, y quitandoles dela boca lo que quieren paraſi) pero deſpues, que ſupo, que hauia muerto en Panamà el dicho Alderete, acordandoſe delas las informaciones, que le hauia dado de ſus compañeros; nombrò por gouernador a eſte cauallero. No me hallo al preſente con mas noticias delos aciertos de ſu gouierno, ni del valor de ſus hazañas que lo quedexo apuntado en ſu lugar hablando de ſu primer gouierno; ſupongo que en el ſegundo no ſerian menores, aunque no ſe quanto tiempo le durò la vida, para ſeñalarſe en ellas; lo que puedo dezir por maior, es, que la antigua, y iluſtre nobleza de ſu ſangre, bien conocida en Eſpaña, nunca pudo menos, que acreditarſe con los heroicos hechos, en que han lucido, y lucen oy los de eſta eſclarecida caſa, que ſe ha conſeruado en aquel Reyno, emparentando ſiempre con otras delas mejores, y demas acendrada nobleza, que ay en el, no ſe que dexaſſe ſucceſſion, como tan poco lo ſe delos otros dos gouernadores Valdiuia, y Alderete (q̃ la del Marques de Cañete, es muy notoria en Eſpaña) y aſſi no nombro a ninguno. Lo que ſe es que a eſte cauallero ſe le encargò la conquista de Tucuman, aunque no ſe, que parte de eſta gouernacion, fue la que fundò, porque Antonio de Herrera, como queda referido en ſu lugar, atribuye a Franciſco de Aguirre la fundacion delos juries, que ſon en la meſma gouernacion de Tucuman; pudo ſer, que vno fundaſſe vna parte, y otro, otra, y que a entrãbos juntos tocaſſe eſta conquiſta, remitome alas Hiſtorias, que hablan de eſto. lo cierto es que entrambos voluieron a Chile, y tuuieron competencias ſobre el gouierno, por pretender cada vno, que le tocaua, por muerte del gouernador Valdiuia, y que los emparejò el Virrey a entrambos, embiando a ſu hijo a aquel gouierno, como ſe ha viſto.

Quando el Adelantado Franciſco de Villagra voluio a Chile, entrò por la cordillera, por el camino de los dos Rios, que de parte del Oriente, y Occidente abren calle, por ella, el qual camino es el que ſe vſa haſta oy; y la tropa de gente, con que entrò fue la que llamaron delos comechingones, la qual era tan grande, que dio cuydado a Valdiuia, por el aplauſo, que Villagra ſe iua haziendo entre todos; pero Valdiuia, que era prudente, le ganò por amigo, y le dio la encomienda de Maquegue, que dizen era de 40000. Indios, otros dizen familias, con que no huuo ocaſſion de differencias, ſino mucha con formidad entre los dos, como ſe vio en todas las ocaſſiones, que ſe offrecieron. Finalmente llegò la hora, que nadie puede hauir, dela muerte de eſte in victo Capitan, y gran gouernador, y confundador de aquel nueuo mundo; y dexò nombrado en ſu lugar aſu tio el general Gabriel de Villagra, el qual no quiſo paraſi eſte officio, por hõrrar cõ el a otro ſobrino ſuyo, q̃ fue Pedro de Villagra, en cuyo tiẽpo ſe mandò fundar la audiencia de Chile, ſegun dizen vnos, aunque otros con Fray Gregorio de Leon en ſu mapa, que hemos citado otras veces, dizen que ſe fundò en la Concepcion en tiempo de Rogrigo de Quiroga, dexo la relacion dela vardad aquien la ſabra mexor; que yo no tengo mas noticia de eſte punto, como ni tanpoco del tiempo, que gouernò eſte cauallero, ni delos aciertos, y hazañas de ſu tiempo; lo cierto es, que no eſtaria ocioſo porque ſu grã valor, tan proprio de ſu noble ſangre, le ſolicitaria ocaſſiones, en que moſtrarſe; ni el Araucano dexaria de ponerſelas alas manos, pues no ſe dormia en ſu porfiada pretenſion. No ſe, que dexaſſe decendencia, y aſſi no la refiero.

Sabiendo el Rey la muerte del Adelantado Franciſco de Villagra, proueyò el gouierno de Chile en el Adelantado Rodrigo de Quiroga, que fue vno delos tres, que el Adelantado Alderete hauia propueſto aſu Mageſtad, como queda dicho, fue eſte cauallero dela muy noble, y eſclarecida caſa de eſte apellido, tan antigua, y conocida en Galicia, y otras partes de Eſpaña, y tambien en el Reyno de Chile, donde ha florecido deſde ſus principios, haſta oy; y ha dado muy iluſtres ſugetos, que aſſi en la guerra, como en la paz, han dado muy claras mueſtras, no ſolo de no hauer degenerado del valor de ſus progenitores, y antepaſſados; pero de hauerle adelantado, acreditando ſu opinion, con muy grandioſas hazañas, que referirà la hiſtoria de Chile, quando ſalga a luz, que yo me holgara harto hablar mas en particular de eſta materia; pero no meda lugar a ello la gran diſtancia, en que me hallo, de quien me la puede dar: en particular hecho menos para eſta relacion las batallas, y victorias que tuuo eſte iluſtre gouernador; aunque no debio de tener tanta ocaſſion, como otros de moſtrar en ellas ſu grande animo, y experiencia militar, porque dizen, que gouernò con gran tranquilidad, ſi bien el Araucano, que aun ardia en ſu antiguo furor, no dexaria de hazer delas ſuyas. Tambien murio eſte cauallero en el gouierno como muchos otros delos, que le han tenido a ſu cargo. Dexò en ſu lugar nombrado gouernador, a ſu ſuegro, el Mariſcal Martin Ruiz de Gamboa, que no ſe quanto gouernò; ni los lances, que tuuo con el enemigo, no dexaria de ocaſionarle algunos, en que lleuò adelante el buen nombre, y fama, que antes de eſto le hauian ganado ſus hechos, y hazañas en aquella conquiſta, fuera dela que tan de atras tenia vinculada ſu iluſtre ſangre, tan conocida en Vizcaya, donde ſe ve oy ſu palacio, y caſa ſolariega, que es de las mas eſclarecidas de aquellas montañas, tres leguas de Durango, donde hallè en los caualleros de aquella caſa, paſſando por alli, muy trabada la correſpondencia, y conocimiento por cartas con el Capitan Don Andres de Gamboa, que es el que conſerua oy en Santiago de Chile en el luſtre de ſu perſona, y noble familia, el de ſus antepaſſados, hauiendo, como ellos, continuado en la guerra el Real ſeruicio de ſu Mageſtad muchos años. gouernò el Mariſcal, haſta que embio el Rey ſucceſſor en propriedad; hauia de ſer eſte el general Franciſco de Aguirre, vno de los propueſtos por el Adelantado Alderete, pero por ſer ya muerto, quãdo ſu Mageſtad queria honrrarle con eſte officio nombrò a otro: dexò el dicho Franciſco de Aguirre en Chile vna muy dilatada, y eſtendida decendencia, que ſon los caualleros Paſtenes de Coquimbo, y los Riueros, y Aguirres, que emparentados con otras illuſtres caſas, yguales en calidad honran oy aquel Reyno.

Antes de eſtos dos gouernadores Rodrigo de Quiroga, y Martin Ruiz de Gamboa, ponen al preſidente Melchor Brauo de Sarauia Sotomayor los que dizen, que ſe mandò fundar la audiencia en Chile en tiempo del gouernador Pedro de Villagra; pero el ya citado Fray Gregorio de Leon, que dize, que ſe fundò la audiencia en tiempo del gouierno del Adelantado Rodrigo de Quiroga; dize conſiguientemente, que el ſucceſſor, que le embio el Rey, fue el dicho Dotor Melchor Brauo de Sarauia ſotomaior, que fue el primer preſidente que tuuo aquel Reyno, de cuya prudencia, y ſaber, que fue muy grande, fiò ſu Mageſtad los aciertos que tuuo, aſſi en las coſas dela guerra, como dela paz en aquel Reyno, gouernandole con grande entereza, y juſticia, deſhaziendo agrauios, y no permitiendo, que ſe hizieſſen aun alos que ſe tenian por mas deſamparados; eſto es lo que puedo dezir por maior de eſte cauallero, que lo particular delos ſucceſſos de ſu gouierno es fuerça remitirlos, como los delos otros gouernadores, aquiẽ los eſcriua, como merecen, porque tendran la indiuidual noticia de todo, que es neceſſaria para dar acada coſa ſu lugar, como ſe debe.

Lo particular que puedo yo dezir, es lo que todos ſaben dela yluſtre ſangre, y nobleza de eſte cauallero, y de ſu caſa, que es delas mas principales de Soria en Eſpaña, donde tiene maiorazgo, caſas, y ſepultura dentro del coro dela Ygleſia principal, donde voluiendo de ſu gouierno, y muriendo en ſu tierra, ſe ſepultò, dexando en Chile vna muy noble, y dilatada decendencia, que ha honrrado, y honrra oy aquel Reyno, aſſi en la paz como en la guerra en los pueſtos mas principales, y demas lucimiento, en que fue en particular muy ſeñalado el Maeſſe de Campo Don Diego Brauo de Sarauia Sotomayor, que deſpues de hauerlo ſido de aquel Reyno, fue Almirante del mar, en la armada, que ſalio del Perù contra la del General Iorge Spilbergh, de que hemos hecho mencion muchas veces en eſta obra; y tuuieron junto a Arica la reñida batalla naual, que refieren, entre otros, los citados varias veces, Iuan, y Theodoro de Bry; eſte cauallero fue tronco, y maiorazgo de ſu Iluſtre caſa, y por ſu muerte, le ſuccedio ſu Hermano el Maeſſe de campo Don Geronimo Brauo de Sarauia Soto mayor, que lo es oy, con derecho al ſeñorio dela Villa de Almenar de que fueron Sañores ſus antepaſſados, han hecho eſtos caualleros a ſu Mageſtad fuera delos ſeruicios perſonales, en que ſe han empleado, otros muy conſiderables de hazienda, para ſoccorrer al real exercito, eſtando en grande aprieto en muchas ocaſiones, como conſta.