Las vidas paralelas de Plutarco/Comparación de Teseo y Rómulo

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COMPARACION DE TESEO Y RÓMULO.



Esto es cuanto digno de memoria hemos podido recoger acerca de Rómulo y Teseo. Parece, pues, en primer lugar, que éste por eleccion propia, sin ser precisado de nadie, y pudiendo reinar quietamente en Trecene, donde heredaria uoa auloridad nada oscura, se consagró esponláneamente á grandes empresas; cuando aquél, colocado entre el lemor de la esclavitud presente y el del casligo que le amenazaba, haciéndose valiente por miedo, segun aquello de Platon, se vió precisado, por evitar el peligro extremo, á arrojarse á cosas grandes. En segundo lugar, la mayor bazaña de Rómulo es haber destruido á un solo tirano en Alba; y para Teseo no fueron más que cosas de paso Esciron, Sinis, Procustes y Coruneles, con cuyo exterminio libertó á la Grecia de muy duros tiranos, ántes que supiesen quién él era los que le debian su remedio. Erale además permitido hacer su viaje por mar sin meterse con nadie, pues que de aquellos malvados ninguna ofeDsa habia recibido; pero á Rómulo no le era dado el no lener contiendas miéntras Amulio viviese. Pero esta es la mayor prueba: el uno, sin baber sido agraviado, en venganza ajena se arrojó contra los facinerosos; y los otros, miéntras en pada fueron molestados por el tirano, le dejaron que oprimiese á los demas. Y si fueroo gloriosas bazañas ser herido peleando con los Sabinos, dar muerte á Acron, y haber vencido en batala á muchos enemigos, bien pueden entrar en paralelo con ellas la guerra con los Centauros y la de las Amazonas.

Pues para el arrojo de Teseo con ocasion del tributo de Creta, ofreciéndose él mismo, bien fuese para pasto de una fiera, bien para victima sobre el sepulcro de Androgeo, 6 bien, que era lo más leve de cuanto se dice en la materia, para sufrir una servidumbre oscura é igoominiosa bajo el poder de hombres injustos y crueles, haciendo vo- šuntariamente aquella navegacion con las doncellas y los Jóvenes, no será fácil decir cuánto se necesitó, ó de osadía y magnanimidad, 6 do justificacion en las cosas públieas, 6 de deseo de gloria y de virtud. A mí con ocasion de este suceso me parece que no deinen mal los filósofos al amor, leniéndole por superintendencia de los Dioses para tutela y socorro de los hombres: porque el amor de Ariad - na más que otra cosa parece haber sido obra y disposicion de algun Dios para salud de aquel jóven. Y no bay niotivo tampoco para culpar à la que de él se enamoró, sino más bien para admirar el que todos y todas no se sintiesen igualmenle afectos; y si ella sola tuvo aquelia pasion, yo por mt diria que fué tambien favor de algun Dios, por ver que era amante de lo honesto, de lo bueno y de los varones aventajados. Tuvieron uno y otro por naturaleza dotes políticas; pero ninguno de los dos guardó la indole de la autoridad régia, sino que se salieron de ella é hicieron mudanza: el uno bácia la democracia, y el otro hácia la tiranía, pecando igualmente por caminos opuestos; porque el que tiene autoridad lo primero que debe guardar es la autoridad mısma que se le dió; é igualmente contribuye para esto el no quedarse corto que el no exceder de lo que conviene; y el que cede ea ella 6-tira á extenderla, ya no pern:anece ó Rey ở Emperador, sino que degenerando en demagogo ó en déspota, engendra en los sabditos menosprecio á odio; bien que lo primero parece que es exceso de equidad y humanidad, y lo segundo de amor propio y aspercza.

Por lo que hace á sus infortunios, no debiéndose achacar todo á los Genios, sino buscar tambien las diferencias que inducen las costumbres y los afectos, nadie absolverá de una cólera inconsiderada y de una precipitacion que participa de la irreflexion de la ira, al uno per lo hecho Con el hermano, y al otro por lo hecho con el hijo; pero el origen que movió la ira hace que se disculpe más al que fué de mayor causa, como de más insufrible golpe arrebalado.

Paes respecto de Rómulo, porque deliberando sobre las COşas públicas se suscitase alguna diferencia, nadie tendria esto por suficiente motivo para tal acaloramiento; mas á Tesco le sacaron de tino contra el hijo cosas de que muy pocos se libran, el amor, los celos y las calumnias de su mujer; y lo que es más decisivo todavía, en Rómulo la cólera se propasó á obras, y á una accion que tuvo fin infausto; y la ira de Teseo llegó sí á expresiones, á blasfemias y á imprecaciones propias de un anciano; pero en lo demas parece que aquel jóven sucumbió á su suerte: por tanto, cualquiera votaria á favor de Teseo.

Lo grande que en aquél resplandece ante todo es haber tenido principios muy pequeños para cosas lan grandes; porque unos hombres que se decian sirvientes é hijos de porquerizos, ántes de tener ellos mismos libertad hicieron libres á casi todos los Latinos, y granjearon para sl en momentos y de uo solo golpe los gloriosisimos nombres de destruclores de los enemiges, salvadores de los propios, reyes de pueblos y fundadores de ciudades, no trasplantadores, que es lo que fué Teseo, juntando y formando de varias una poblacion, y haciendo deseparecer muchas ciudadcs quo llevaban los nombres de reyos y béroes de la antigüedad; aunque esto luégo à lo último lo ejecutó tambien Rómuło, precisando á los enemigos á que perdiendo y borrando sus propios hogares, se confuadieran con los vencedores; pero al principio no con trasplantar 6 acrecentar lo que ya existia, sino fundando donde nada babia, y adquiriendo para si de una vez tierra, patria, reino, casamientos y deudos; á nadie perdió ó destruyó, sino que hizo un gran beneficio á tos que no teniendo ántes casa ni hogar, aspiraban á formar un pueblo y ser ciudadano8. No dió muerte á ladrones y foragidos; pero subyugó naciones con sus armas, allanó ciudades, y levó cautivos en triunfo reyes y generales.

En lo sucedido con Remo bay mucha oscuridad sobre la mano cuya fué la ejeeucion; y los mis to atribuyen á otros: en lo que ao hay duda es en que salvó á su madre, erudamente perseguida, y á su abuelo, que yacia en oscura y vergonzosa servidumbre, lo colocó en el trono, ha ciéndole con ánimo deliberado el mayor servicio, y no causándole daño, ni áun contra su propósito; cuando et olvido y descuido de Teseo en el precepto de la vela ni con la mas estudiada defensa se libraria del cargo de parricidio, áun por sentencia de jueces poco avisados. Ast es que convencido un Aleniense de la dificil que era en este punto la apologia, por más que se desease, finge que Egeo å la voz de la vuelta de la pave subió apresuradamente al alcázar con et ánsia de verla, y yéndosele los piés, se precipitó; como si bubiese estado lan fallo de sirvientes, 6 Do le bubiesen podido seguir, cuando asi se afanaba, en su ida hácia el mar.

Los yerros de los raplos de las mujeres en Teseo careeieron de todo decente pretexto: lo primero por muchos, porque robó á Ariadna, á Antiopa, á Anajo la de Trecene, y á la postre á Helena: en edad ya decadente á una de edad todavía no florida, sino niña tierna, cuando él estaba ya fuera de sazon áun para casamientos legitimos; y lo segundo por la causa, pues no se ha de pensar que las doncellas Trecenias, Lacedemonias ó Amazonas no desposadat habian de ser en Atenas mejores madres de familia Qe las Erecteidas y Cecopridas: asi, es de -sospechar que en esto no hubo más que injuria y liviandad. Rómulo, en primer lugar, haciendo robar ochocientas 6 pocas ménos, e ks lomó todas para si, sino solamente à Ersilia, segura se dice, y las demas las distribuyó á los principales ciudadanos: además de esto, tratando despues con estimacion y Ror é igualdad á las mujeres, bizo ver que aquella primera violencia é injuria se habia convertido en una accion honesta y en un medio muy político de union: jlan intimamente enlazó y estrechó á las dos naciones entre sí, y tan bello origen dió de benevoleneia y poder á la repdblica! Pues de la reverencia, amor y consistencia que imprimió á los matrimonios, el tiempo mismo es testigo; porque en cerca de quinientos y treinta años[1] no hubo hombre que se resolviese à apartarse de la compañia de su mujer, ni mujer de la de su marido; y ast como los más eruditos de los Griegos llevan la cuenta de quién fud el primer parricida y el primer matricida, de la mismia manera no bay Romano que no sepa que fué Carbilio Espurio el primero que repudió á su mujer por causa de esterilidad. Y con este largo tiempo concuerdan tambien las obras: porque los reyes mismos hicieron union y comunidad de mando por aquellos primeros casamientos. Mas de las bodas de Teseo ninguna ventaja amistosa sultó á los Atenienses, sino enemistades, guerras y muertes de tos ciudadanos; y últimamente haber perdido à Alidnas, y si no hubiese sido por compasion de los enemigos, á los que reverenciaron como Dioses dándoles este nombre, haber estado en muy poco el que hubiesen experimentado lo mismo que por Alejandro sucedió á Troya.

La madre de Teseo, no sólo estuvo en riesgo de perder la social revida, sino que pasó por el caso de Hócuba, abandonáudola, y no baciendo cuenta de ella el hijo, á no que sea conseja euanto se dice de su esclavitud: jojalá que sea falso, y Lambien muchas de las demas cosas! Finalmente, aun on las fábulas sobre el origen divino de uno y otro hay gran diferencia: porque el modo de salvarse Rómulo prueba gran benevolencia de parte de los Dioses; y el oráculo dado á Egeo de que no se allegase á mujer en tierra extraña, parece que indica que no fué segun la voluntad de los Dioscs el pacimiento de Teseo.


  1. El texto dice doscientos treinta; pero es maniflesta equivocacion.