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Las vidas paralelas de Plutarco/Rómulo

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Nota: Se respeta la ortografía original de la época

RÓMULO.



Este nombre grande de Roma, que con tanta gloria ha corrido entre todos los hombres, no están de acuerdo les esoritores sobre el ortgen y causa por donde le vino á la ciudad que con él se distingue. Algunos creen que los Pelasgos, que corrieron por diferentes partes de la tierra y sojuzgaron muchos pueblos, se establecieron alli, y de la fuerza de sus armas dieron este nombro á la ciudad, que eso quiere decir Roma. Otros refieren que tomada Troya, algunos de los que huian pudieron hacerse de naves, é impelidos del vienlo fueron á caer en el país Tirreno, y pararon en las inmediaciones del Tiber. Alli, estando ya las mujeres sin saber qué hacerse, y muy molestadas de la navegacion, una de ellas liamada Roma, que sobresalia en linaje y prudencia, les propuso dar fuego á las naves: hizose así, y al principio los hombres se incomodaron: pero codiendo luégo á la necesidad, se establecieron en lo que se llamó Palacio; y como al cabo de poco viesen que les iba mejor de lo que habian esperado, por ser excelente el pais y baber sido muy bien recibidos de los habitantes, dispensaron á Roma entre otros honores el que de ella, como de primera causa, tomase nombre su ciudad. Do entónces dicen que viene lo que todavfa se practica, que las mujeres saludan con 6seulo á los deudos y á sus propios maridos, porque tambien aquellas saludaron así á los hombres despues de la quema de las naves, por miedo y para templarlos en su enojo.

Unos dicen que Roma, hija de Italo y de Lencaria, 6, 8- gun otra tradicion, de Telefo el de Hércules, casada con Eneas, fué la que puso nombre á la ciudad; y otros que no fué sino una hija de Ascanio el de Eneas. Segun una sentencia, fué Romano, hijo de Ulises y de Circe, el que fundó á Roma: segun otra, Remo el de Emation, enviado por Diómedes desde Troya; y segun otra, Romis[1], tirano de los Latinos, el que arrojó de allí á los Tirrenos, que de la Tesalia habian pasado á la Lidia, y de la Lidia á Italia. No sólo esto, sino que áun los que con más fundada razon designan á Rómulo como denominador de aquella ciudad, no convienen entre si acerca de su origon; porque unos sostienen que fué hijo de Eneas y Doxitea la de Forbante, y que siendo niño, fué traido á la Italia con su hermano Remo, y habićndose perdido en el rio, que había salido de madre, los demas barcos, aque! en que navegaban los dos niños habia arribado à una orilla muelle, y salvos, por tanto, inesperodamente, se puso al sitio el nombre de Roma: otros que Roma, hija de aqueila Troyana, la cual hija casó con Latino el de Telémaco, dió á luz á Rómulo; y otros que fué Amulia la de Eneas y Lavinia, conocida por Marle. Finalmente, otros hacen en este punto relaciones del todo fabulosas: que Tarquecio, rey de los Albanos, bembre sumamente injusto y cruel, tuvo dentro de su p2- lacio una vision terrible; un falo que salió de entre el fuego, y estuvo permanente por muchos dias. Habia en el país Tirreno un oráculo de Tetis, del cual vino á Tarquecio la respuesta de que una vírgen se ayuntase con la fantasma, porque naceria do ella un hijo muy esclarecido, exce- [1] Así se lee en diferentes códices, y parece mejor leccion, como se previene en la edicion de Lóndrea de l729.

lente en virtud, en fortuna y en valor. Dió parte del oráealo Tarquecio á una de sus hijas, mandándole que se ayunlase á la fantasma; mas ésta lo miró con abominaciony eavió á una de sus criadas. Cuando Tarqueció lo legó á entender, lo levó muy mał, é hizo prender á entrambas para darles muerte; pero habiéndosele aparecido Vesta entre sueños, y desaprobádole aquel rigor, les dió á tejer cierta tela, presas como estaban, tejida la cual babian de casarse: tejian eilas de dia; pero de noche, por órden de Tarquecio, deslejian oiras lo tejido. Dió á luz la criada dos gemelos, y Tarquecio los entregó á Teracio con órden de que les diese muerte; pero éste los expuso á la orilla del rio, donde una loba acudia á darles de mamar, y diversas aves, trayéndoles de su cebo, to ponian en la boca á los nidos, hasla que un vaquero que to vió, y lo tuvo å maravilla, se atrevió å acercarse, y tos llevó consigo; y habiéndose salvado por este medio, acometieron despues á Tarquecio, y le vencieron. Asi lo cuenta un historiador llamado Promation, que dió luz una historia de Ilalia.

Mas la relacion que pasa por más cierta, y tiene mayor número de tesligos en su favor, la publicó ei primero entre los Griegos en sus más señaladas circunstancias, Diocles Peparetio, á quien en las más de las cosas sigue Fabio Pictor; y aunque todavia hay otras diversas sentencias acerca de estos mismos sucesos, la más recibida, para venir ya al caso, es en esta forma: la sucesion de los reyes de Alba, descendientes de Eneas, vino á recaer en dos hermanos, Numitor y Amulio; y habiendo Amulio hecho dos partes do todo, poniendo el reino de un lado, y en otro en contraposicion las riquezas y todo el oro traido de Troya, Numitor hizo eleccion del reino. Mas sucedió que Amulio, dueño de los intereses, le usurpó lambien el reino con la mayor facilidad; y por temor de que su hija tuviese sucesion, la creó sacerdotisa de Vesta, para que permaneciese doncella y sin casarse por toda su vida: lamábase Ilia segun unos, Rea segun otros, y segun otros Silvia. Al cabo de poco fué denunciada de que contra la ley prescrita á las vestales estaba en cinta; y hubiera sufrido su terrible pena, á no haber sido por Anto la hija del Rey, que intercedió por ella con su padre; pero, sin embargo, fué puesta en prision y separada de todo tralo, para que no pudiese suceder su parto sin noticia de Amulio. Dió á luz dos niños de aventajada robustez y hermosura, con lo que creciendo más el temor de Amulio, dió órden á uno de sus ministros para que se apoderase de ellos y los quitase del medio. Dicen algunos que este ministro se Bamaba Faustuło; pero otros piensan que este era el nombre del que los recogió. Puso, pues, los niños en una cuna, y bajó al rio para arrojarlos en él; pero hallándolo crecido y arrebatado, tuvo miedo de acercarse, y dejándolos junto á la orilla, se dió por cumplido. Hacfa el rio remansos, con lo que la creciente llegó á la cuna, y levantándola blandamente, la fué lievando á un sitio sumamente muelle, al que ahora llaman Quermano, y en lo antiguo Germano, porque å los hijos de unos mismos padres los Latinos los llaman Germanos.

Habia allí cerca un cabrahigo, al que Ramarou Ruminal, 6 por Rómulo, como opiaan los más, 6 por los ganados que al medio dia sesteaban á su sombra, ó más aún por la lactancia de los niños, porque los antiguos á la teta le decian ruma, y á cierta Diosa que creen preside á la crianza de los niños le ilaman Romulia, y le hacen sacrificio abstemio, libándole con leche. Estando, pues, allí expuestos los niños, cuentan que una loba les daba de mamar, y que un quebrantakuesos los alimentaba tambien y defendia. Esta ave se tiene por consagrada á Marte, y los Latinos la tienen en gran veneracion y honor; por lo que la madre de los niños, que decia haberlos tenido de Marte, se coneilió gran fe: bien que se dice baberle venido este error de que el mismo Amulio, en traje de guerrero, la violentó y desfloró. Otros sospechan que el nombre de la nutriz por sa anfbologia fué el que dió ocasion y asidero á esta fabula; porqae los Latinos llamaban lobas, de esta espeeie de fle- Fas á tas hembras, y de las mujeres á las que eran malas de sus coerpos, y tal parece que era la mujer de Faustulo, que crió á eslos dos infantes, lamada Aca Larencia. Hå- cenle sacrificios los Romanos, y libaciones en el mes de Abril el sacerdote de Marte, dándose å la misma fiesta el — Donibre de Lareneia.

Todavia festejan á otra Larencia con esta ocasion: el euslodio del templo de Hércules, estando un dia ocioso, propuso al Dios que jugasen á los dados, estipulando que si él ganaba, habia el Dios de darle alguna cosa de valor, y ofreciéndole si perdia que lendria una mesa opípara y una buena mo con quien reposase. Tirando, pues, por Hércules, y luego por sí, se vió que habia perdido; y queriendo llenar bien eu promesa, y estar, como era justo, á lo convenido, preparó á Hércules un banquete, y concertándose reservadamente con Larencia, que era muy bonita, la llamó al conyite, y en el templo les aderezó un lecho, encerrándolos acabada la cena como para que gozase de ella et Dios. Cuéntase que éste se le apareció, y le mandó que fuese de madrugada á la plaza, y saludando al primero que encontrase, lo hiciese su amigo. Encontróse con ella uno de los eiudadanos, hombre ya de bastante edad, á quien la suerte habia favorecido con una buena bacienda, y al mismo tiempo sin hijos, pues nunca habia tenido mujer: su nombre era Tarrucio. Unióse á ella, y la luvo en aprecio, y á su muerte la dejó heredera de muchas y excelentes posesiones; la mayor parle de las cuales legó ella despues al pueblo en su lestamenlo. Cuéntase que siendo ya muy celebrada, y tenieodo fama de ser favorecida del Dios, se desapareció en el mismo sitio en que la otra Larencia fué sepultada, el cual se llama ahora Belauro, porque en las frecuentes crecidas que tiene el rio van con barcos á la plaza por aquel paraje, y á esta especie de navegacion la llaman Belatura. Otros son de sentir que los que dan espectáculos defieuden con lienzos la calle que va desde la plaza al Hipódromo, empezando por aquel sitio; y en latin estos lienzos se llaman velas: este es el motivo por que la segunda Larencia es tenida en veneracion entre los Romanos.

Recogió los niños uno de los pastores del Rey, sin que nadie lo entendiese, 6,esegun el sentir de los que parecese acercan más á lo cierto, sabiéndolo Numitor, y suministrando reservadamente auxilios å los que corrian con su crianza. Añádese que llevándolos á Gabios, se les educó en letras y en tadas las demas habilidades propias de gente bien nacida; y que por habérseles visto mamar de la toba, de aquí vino ponérseles los nombres de Rómulo y Remo. Y la buena disposicion de sus cuerpos, áun siendo niños, en la estatura y belleza de ellos dió bien claras muestras de su carácter. Ya más adultos se vió que ambos eran resueltos y esforzados, de ánimo intrépido para peligros, y de una osadia que con nada se arredraba; pero en Rómule se descubria mayor disposicion para manejarse con prudencia y cierto tino político: así, en los encuentros que còn los vecinos se ofrecian en pastos y cacerías se echaba luego de ver que su genio era más de jefe que de súbdito. Por tanto, con sus iguales y con los infelices eran muy afables; pero con los sobrestantes y mayordomos del Rey y con los mayorales del ganado, en quienes no reconocian ventaja de virtud, eran altivos, no dándoseles nada de sus amenazas ni de su enojo. Sus ejercicies y juegos eran de personas nobles; porque no hacian consistir la nobleza en ei ocio y la holgazareria, sino en la lucha, en la caza, en las apuestas á correr, en sujelar á los foragidos, en limpiar la tierra de ladrones, y en proteger á los que eran atropellados, con lo que habian adquirido gran nombre.

Sascitóse rencilla entre los vaqueros de Amulio y Numitor, robando éstos algun ganado; y no pudiendo llevarlo en paciencia, vinieron con ellos á las manos, los hicieron retirarse, y les arrebataron gran parte de la presa; y aunque Numitor se irritó por ello, no sóio tuvieron en poco su enojo, sino que congregaron y reunieron à muchos escla- Vos, dando por aquf principio á sus conatos osados y sediciosos, Un dia que Rómulo se habia ausentado con motivo de un sacrificio, porque era religioso y dado á la ciencia augural, los vaqueros de Numitor trabaron contienda con Remo, å quien hallaron con poca gente, y habiendo habiđo de una y otra parte contusiones y heridas, vencieron al cabo los de Numitor, y tomaron vivo á Remo. Presentado ante Numitor, no quiso castigarle, temiendo la áspera condicion del hermano, sino que se dirigió á éste, y le pidió le hiciese justicia, pues que con ser su hermano, se veia ultrajado de sas sirvientes: con lo que, y tomando tambien parte por él los de Alba, que sentian no se le tratase segun su dignidad, alcanzó do Amulio que le hiciese entrega de Remo, para que en cuanto á él procediera comc le pareciese. Ltamólo ante sí luego que regresó á su casa, y admirado de la gallardía de tal mancebo, porque en esta- Lura y en fuerza se aventajaba á todos, leyéndole en el semblante la osadia y determinacion del ánimo, porque su continente era noble é inalterable áun en aquella situacion, y oyendo además que sus obras correspondian con lo que se veia, 6 lo más cierto, ordenándolo asi algun Dios, y echando el cimiento á grandes sucesos, empezó afortunadamente á enlrar en sospecha de la verdad, y le preguntó quién era y cuál su origen con tan blandas palabras y afable rostro, que no pudieron ménos de infundirle esperanza. «Confiado, pues, nada te ocultaré, le respondió, porque me pareces de ánimo más regio que no Amulio, pues tú oyes y preguntas ántes de castigar, y aquél nos ha entregado sin que precediese juieio. Al principio nos tuvimos por hijos de Faustulo y Larencia, sirvientes del Rey, porque somos gemelos: puestos ya en juicio y calumniados ante ti, en esle riesgo de la vida se nos han referido acerca de nosotros mismos cosas extraordinarias: si son ó no cierlas, ei éxito debe decirlo. Nuestro nacimiento se dice que es un arcano, y nueslra crianza de reciennacidos muy maravillosa, habiendo sido sustentados por las mismas aves y fieras á las que nos habian arrojado, dándonos de mamar una loba, y cebo un quebrantahuesos, expuestos como nos hallábamos en una cuna á orillas del rio grande. Todavfa existe la cuna con arcos de bronce, en que hay grabados caracteres enigmátieos: indieios que quizá serán inútiles para nuesiros padres, muriendo nosotros.» Numitor con esta narracion, y conjelurando además el tiempo por el aspecto, concibió6 una halagüeña esperanza, y pensó en el modo cómo podria secretamente hablar de estas cosas eon su hija, que todavía estaba en estrecho encerramiento.

Faustuło en tanto, oida la prision de Remo y su consignacion, pidió á Rómulo le diese ayuda, diciéndole ya entổnces por lo claro cuál era su orígen, pues ántes sólo les habia becho alguna indicacion, en cuanto convenia para que no pensasen bajamente; y además tomando consigo la cuna, se encaminaba á verse con Numitor, lleno de la agitacion y temor que el caso exigia. Mas habiendo dado que sospechar á los guardas que el Rey tenía en las puertas, registrándole éstos, y turbándose á sus preguntas, se descubrió que ocultaba la cuna debajo de la capa. Hallábase entre ellos casualmente uno de los que presenciaron el arrebalo de los niños para su exposicion, y sabía todo lo ocurrido acerca de eila: viendo, pues, éste la cuna, y reconociéndola por sa adorno y por los caracteres, vino en conocimiento de tođo, y no se descuidó, sino que se fué á dar cuenta al Rey, dando motivo á que se le biciese comparecer. Constituidu Faustulo en tanto estrecho, no se RÓNCLO.

43 conservó enteramente tranquilo, pero tampoco del todo se aturdió; y confesó que si que los niños se habian salvado, pero que estaban de pastores léjos de Alha; y la cuna la levaba á lia, porque muchas veces habia deseado verla y toearla para más cierta esperanza de sus hijos. Sucedióle en esta ocasion á Amulio lo que comunmente acontece à é los que obran perturbados del temor ó de la ira; porque echs mano de un bombre bueno, pero muy amigo de Numitor, para que inquiriese de éste qué nolicias le habian legado de los niños, y de cómo se habian salvado. Conssitaido éste eu casa de Numitor, observando que Remu casi gozaba de toda su confianza y su amor, les hizo concebir grande esperanza, y los exliortó á que se anticipasen cuanto más pudiesen, asistiéndo:os dl mismo, y comba- Liendo á su lado. Ni el estado de las cosas les hubiera permitido detenerse aunque hubiesen querido; porque ya Rámulo estaba aill junto, y se le habian pasado muchos de los ciudadanos por odio y temor de Amulio. Traia tambien consigo mucha tropa, formada por centurias, mandada cada una por un caudillo, que ostentaba ia lanza coronada con un manojo de bierbas y ramas: á estos manojos los Latinos tes llaman manipulos; y de entónces viene el que áun boy en los ejércitos á estos caudillos les dicen Manipularios.

Concitando, pues, Remo å lus de adentro, y sobreviniendo Rómulo por la parte de afuera, asustado Amulio, ni hizo nada, ni pensó en nada para su defensa, sino que se dejó prender, y pereció. Tal vieno á ser la relacion que Fabio y Dioeles Peparetio, que parece fuć el primero que escribió de la fundacion de Roma, hacen acerca de estas cosas, sospechosa para muchos de fabulosa é inventada; mas no debe dejarse de creer, en vista de las grandes hazafas de que cada dia es artifice la forluna; y si se considera que la grandeza de Roma no habria ltegado á tanta altura, á no baber tenido un principio en alguna manera divino, en el que nada parezca demasiado grande ó extraordinario.

Moerlo Amulio, y restablecido el órden, no tuvieron por conveniente permanecer en Alba, no teniendo el mando; ni tampoco tenerle, viviendo et abuelo materno: entregando, pues, å éste la autoridad, y poniendo á la madre en el honor que le correspondia, determinaron vivir sobre sí, fundando una eiudad en aquei territorio en que al prineipio recibieron el primer sustenlo, que es enlre lodos el motivo más plausible. Era quizá tambien preciso, habiéndosetes reunido lantos esclavos y hombres sediciosos, quedarse sin fuerzas con la dispersion de esta gente, é formar un establecimiento aparte. La prueba de que los de Alba no querian comunicacion con aquellos rebeldes, n:

tenerlos por ciudadanos, se tuvo bien pronto en la resolucion que éstos hubieron de tomar para tener mujeres, pues no nació de arrojo injurioso, sino de necesidad, por no poder obtener casamientos voluniațios, pues que trataron á laa robadas con la mayor estimacion. Echados los primeros cimientos de la cudad, levantaron un templo de refugio para los que á él quisiesen acogerse, llamándole del Dios Asilo: admilian en él á todos, no volviendo los escla vos á sus sefñores, ni el deudor å su acreedor, ni el bomieida á su gobierno, sino que aseguraban á todos la impunidad, como apoyada en cierto oráculo de la Pitia; con lc que prontamente la ciudad se hizo muy populosa, siendc así que los primeros fuegos se dice que no pasaban de mil:

pero esto se cumplió ya más adelante. A los primeros intentos de la fundacion hubo ya diaension entre los dos hermanos acerca del sitio: Rómulo queria hacer la ciuđad de Roma cuadrada como dicen, esto es, de cuatro ångulos, y establecerla donde está; y Remo preferia un paraje fuerte del Aventino, que se liamó Remonio, y ahora Remorio Convinieron en que un aguero fausto terminase la disputa y colocedos para ello en distintos sitios, dicen que á Reme se le aparecieron seis buitres, y doblados á Rómulo; per bay quien dice que Remo los vió realmente, mas lo di Rómulo fué suposicion, y que ya cuando Remo se retiraba, entónees fué cuando á Rómulo se le aparecieron los doce, y que por esta causa los Romanos áun ahora hacen gran nso del buitre en sus agüeros; y Herodoto refiere que Hércules tenia tambien por buena señal, al entrar en alguna empresa, la aparicion de un buitre; porque de todos los animales es el ménos dañino, no tocando á nada de lo que los bombres siembran, plantan 6 apacientan, y alimentándose sólo de cuerpos muertos, porque se dice que no mata ni áon ofende á nada que tiene aliento, y á las aves, por la conformidad, ni áun estando muertas se acerca; cuando las águilas, las lechuzas y los gavilanes acometen y matan 1 las aves de su propia especie, á pesar de lo que dice Esquilo:

¿Cómo una ave comerá de otra ave? Fuera de esto, las demas se reyuelven continuamente á

nuestra vista, por decirlo asi, y se nos hacen sentir; pero el buitre es un espectáculo desusado, y muy raro será el que baya dado con los polluelos de un buitre; y áun ba habido á quien lo raro é insólito de su aparıcion le ba dado la extraña idea de que por mar vienen de tierras lejanas, como opinan los adivinos que ha de ser lo que no se aparece naturalmente y por si, sino por disposicion y oporacion divina.

Llegó Remoá entender el engaño, y se incomodó; por lo que, estando ya Rómulo abriendo en derredor la zanja por donde habia de levantarse el muro, comenzó á insul- Larle y á estorbar la obra; y habiéndose propasado últimamente á saltar por encima de ella, herido, segun unos, por el mismo Rómulo, y segun otros por Celer, uno de sus amigos, quedó muerto en el mismo sitio. Murieron tambien en la revuelta Faustulo y Plistino, del cual, siendo hermano de Faustulo, se dice que çontribuyó asimismo à la crianza de Rómuło y su hermano. De resulta Celer se pasó al pais Tirreno; y de él los Romanos á los prontos y ligeros los liaman Celeres, y á Quinto Metelo, porque en la muerte de su padre en muy pocos dias dió un combate de gladiatores, admirados de la prontitud con que lo dispuso, le dieron el sobrenombre de Celer ó Ligero. Dió Rómulo sepultura en el sitio llamado Remonia á Remo y á loa que le habian dado la crianza; y atendió luégo á la fundacion de la ciudad, haciendo venir de la Etruria ó Tirrenia ciertos varones, que con señalados ritos y ceremonias bacian y enseñaban á hacer cada cosa á manera de una iniciacion..

Porque en lo que abora se llama Comicio se abrió un hoyo circular, y en él se pusieron primicias de todas las cosas que por ley nos sirven como provechosas, 6 de que por naturaleza usamos como necesarias; y de la tierra que de él se sacó cada uno cogió y trajo un puñado, que lo echó tambien alli como mezclándolo. Dan á este hoyo el mismo nombre que al cielo, llamándole mwndo. Despues (que son los demas ritos) como un círculo describen desde su centro la ciudad; y el fundador, poniendo en el arado una reja de bronce, y unciendo dos reses vacunas, macho y hembra, por si mismo los lleva, y abre por las líneas descritas un sulco profuDdo, quedando al cuidado de los que le acompañan ir recogiendo hácia dentro los terrones que se levantan, sin dejar que ninguno salga para afuera. A la parte de allá de esta linea fabrican el muro, por lo que por sineope la llaman pomerio, como promerio ó ante-muro.

Donde intentan que se haga puerta, quitando la reja y levantando el arado, bacen una como pausa: asl tienen por sagrado todo el muro, á excepcion de las puertas: porque si éstas se reputasen sagradas, sería sacrilegio el introducir y sacar por ellas muchas cosas, ó necesarias, ó no limpias.

Tiénese por cierto que la primera fundacion de Roma se verificó el dia 11 ántes de las çalendas de Mayo, el que solemnizan los Romanos como dia natal de su patria; y se dice que en los primeros tiempos no se sacrificaba en él nada que fuese animado, sino que juzgaban que la fiesta cOnsagrada al nacimiento de la patria debian conservarla pora é ineraenta. Celebrábase ya ántes de la fundacion en el mismo dia una fiesta pastori, que lamaban Palilia. Es de notar que las neomenias 6 principios de los meses romanos po coinciden con los de los Griegos; pero este dia ea que Rómulo fundá su ciudad aseguran que fué dia 30, y que en él sucedió una conjuncion ecliplica de la tuna Con el sol, el cual eclipse fué observado por el poeta Antlmaco de Teyo, y vino á suceder en el año tercero de la Olimpiada sexta. En el tiempo del filósofo Varron, el bombre de más lectura entre los Romanos, vivia un Tarrucio, amigo suyo, filósofo asimismo y matemático, y dado tambien por el deseo de saber á la astrologia judiciaria, en la que era tenido por excelente. Propúsole, pues, Varron el probtema de que señalase el dia y bhora del nacimiento de Rómulo, baciendo el cómputo por las hazañas que de él se refieren por el mélɔdo con que se resuelven los problemas geométricos; pues que del mismo modo que pertenecia á su ciencia, dado el tiempo del nacimiento de un hombre, pronosticar su vida, le correspondia, dada la vida, avariguar el tiempo. Cumplió Tarrucio con el encargo, y enterado de las acciones y sucesos de Rómulo, del tiempo que vivió, y del modo en que ocurrió su muerte, trayéndolo todo á cuenta, manifestó con la mayor confianza que su concepcion se verificó en el año primero de la segunáa Olimpiada, en el dia 23 del mes Coyac de los Egipcios, en la hora tercera, hácia la cual el sol se eclipsó completamente; y sa salida á la luz en el mes Thot y dia 21 al salir el sol; y que la fundacion de Roma becha por él tuvo principio el dia 9 del mes Farmuti entre las dos y las tres; pues que se empeñan en que la suerte de las ciudades ha de tener, como la de los hombres, su tiempo dominante, el que se ha de de18 METARCO.-LAs VIDAS PARALKLAS.

ducir por las conjunciones de los astros al punto de é cimiento. Estas casas y otras del mismo estilo es pro que por se novedad y curiosidad más bien sean gratas que las leyeren que desabridas y molestas por lo qu nen de fabulosas.

Foodada la ciudad, lo primero que hizo fué distrit gente útil para las armas en cuerpos militares: cada é era de tres mil hombres de á pié y trescientos de á llo, el cual se llamó legion, porque para él se elegi entre todos los más belicosos. Bn general, á la decisi los negocios concarria la muchedumbre, á la que nombre de populus, pueblo; pero de entre todos á c los de mayor mérito, los escogió para consejeros, y :

les dió el nombre de patricios, y á la corporacion qu maban el de Senado. Esta voz no tiene duda que sig anciaaidad; pero acerca del nombre de patricios, dade consejeros, unos dicen que dimanó de que eran pad bijos ingenuos, otros que más bien de que ellos m eran hijos de padres conocidos, ventaja de que go pocos de los que á la ciudad se habian recogido; y finalmente, quo del derecho de patronado, porque llamaba y se llama hoy todavía la proteccion que aq dispensan; creyéndose que de uno de los que vinierc Evandro, llamado Patron, de carácter benéfico, y auxi para con los miserables, se le originó á este acto á denominacion. Con todo, me parece se aproximará m:

cierto el que diga que Rómulo, queriendo por una excitar á los primeros y más poderosos á ttsar de un Leccion y celo paternal eon los humildes, y por otra ñar á éstos á no temer ni tener en odio la autoridad y res de los principales, sino más bien mirarlós con be lencia, teniéndolos por padres y saludándolos como con esta mira les dió aquel nombre: ast es que áun á los que son del Senado los extranjeros les llaman res; pero los Romanos les dicen padres conscriptos, t đel nombre que entre todos tiene más dignidad y honor, sin ninguna odiosidad. Al principio, pues, sólo les decian padres; pero más adelante, babiéndose aumentado el número, les dijeron padres conseriptos. Este nombre fué el que le pareció más respetuoso para significar la diferencia entre el consejo y la plebe; pero aún distinguió de otro modo á los principales respecto de esla, llamándolos patronos, esto es, protectores; y á los plebeyos clientes, como dependientes ó colonos, estableciendo al mismo tiempo entre unos y otros una admirable benovolencia, fecunda en recíprocos beneficios : porque aquéllos se constituian abogados y protectores de éstos en sus pleitos, y consejeros y tutores en todos los negocios; y éstos los reverenciaban, no sólo tributándoles obsequio, sino đotando las hijas de los que venian á ménos, y pagando sus deudas; y á alestiguar no se obligaba, ni por la ley ni por los magistrados, 6 al patrono contra el cliente, 6 al cliente contra el patrono. Ahora últimamente, con quedar las mismas las obligaciones de unos y otros, la ley ha declarado ignominioso y torpe el que los poderosos reciban relribucion pecuniaria de los clientes. Mas basta de estas cosas por ahora.

En el cuarto mes despues de la fundacion se verificó, como Fabio reflere, el arrojo del rapto de las mujeres. Dicen algunos que el mismo Rómulo, siendo belicoso por Indole, y excitado además por ciertos rumores de que el hado destinaba á Roma para hacerse grande, criada y mantenida con la guerra, se propuso usar de violencia contra los Sabinos, como que no robaron más que solas treinta doncellas, lo que más era de quien buscaba guerra que casamientos; pero esto no parece acertado, sino que viendo que la ciudad en brevisimo tiempo se habia llenado de babitantes, poços de los cuales eran casados, y que los más siendo advenedizos, gente pobre y oscura, de quienes DO se hacla cuenta, no ofrecian seguridad de permanecer; y contando con que para con los mismos Sabinos este insulto se habia de convenir en un prıncipio de afinidad y reunion por medio de las mujeres, cuyos ánimos se ganarian, le puso por obra en este modo: hizo ántes correr la voz de que habia encontrado el ara de un Dios que estaba escondida debajo de tierra: llamábanle al Dios Conso, ó por presidir al consejo, porque áun ahora al cuerpo de consejeros llaman Consiłio, y Cónsules á los primeros magistrados, como previsores; 6 por ser consagracion ecuestre á Neptuno, porque su ara en el Circo máximo está siempre cubierta, y sólo se manifiesta en los juegos ecuestres; mas otros quieren que esto precisamente sea porque siendo de suyo el consejo secreto é incomunicable, no sin justa razon se supuso ser de este Dios un ara que estaba escondida debajo de tierra. Luégo que la encontró dispuso con esta causa un solemne sacrificio, y combates, y espectáculos con generai convocacion: concurrió gran gentio; y Rómulo eslaba sentado con los principales, adornado con el manto. Era la señal para el momento de la ejecucion . levantarse, abrir el manto, y volver á cubrirse; y habia muchos con armas que aguardaban la señal. Dada esta, desnudaron las espadas, y acometiendo con gritería, robaron las doncellas de los Sabinos; y como éstos huyesen, los dejaron ir sin perseguirlos. En cuanto al número de las robadas, unos dicen que no fueron más que treinta, de las que tomaron nombre las Curias; Valerio de Ancio, que quinientas veintisiete; pero Juba, que fueron seiscientas ochenta y tres doncellas. La mejor apología de Rómulo es que no fué robada ninguna casada, sino sola Ersilia. per equivocacion; probándosé con esto que no por afrenta ó injuria cometieron el rapto, sino con la mira de mezclar yconfundir los pueblos, proveyendo así á la mayor de todas las faltas. De Ersilia dicen unos que casó con Hostilio, varon muy distinguido entre los Romanos; y otros que casó con el mismo Rómuto, á quien dió hijos: una sola hija llamada Prima por el órden del nacer, y un hijo solo, al que dió el nombre de Aolio, en alusion å los muchos eiudadanos que se habian congregado bajo su mando; pero despues le llamaron Abilio. Es esta narraeion de Zenodolo de Trecene; pero hay muchos que la contradicen.

En el acto del robo cuentan haber sueedido que algunos de la plebe traian una doncella de extraordinaria hermosara y guntileza: encontráronse con otros de los patricios, que trataron de quitársela; pero ellos decian á gritos que la llevaban para Talasio, hombre nuevo á la verdad, pero muy bien visto y de excelente conducta; oido lo cual lo celebraron con aplauso, y áun algunos añaden que torcieron camino, y siguieron á los primeros con alegria y regocijo, pronunciando á voces el nombre de Talasio. Desde entönces en los casamientos, como los Griegos á Himeneo, apellidan los Romanos å Talasio, porque aseguran además que Talasio fué muy feliz con aquella esposa. Sila Cartaginés, á quien no faltan letras ni gracia, nos dejó escrito que Rómulo dió por seña del robo esta voz, por lo que todos clamaron «Talasio» al arrebatar las doncellas, y ha quedado en las bodas esta costumbre; pero los más, de enyo número es Juba, son de opinion que no es más que exhortacion y excitacion á la vida laboriosa y manejo de la lana, no habiendo entónces todavia confusion entre los nombres griegos y latinos. Mas si esto no va infundado, y los Romanos usaban ya entónces como nosotros de la voz Talasia[2], podria conjeturarse otra causa más probable de aquel uso: porque despues que los Sabinos, hecha la guerra, se reconciliaron con los Romanos, se hizo tratado acerca de las mujeres, para que no se las obligara á hacer en Bu casa otro trabajo que los relativos á la lana; y ha quedado tambien ahora en los casamientos que los interesados, los convidados, y en general cuantos se hallan pre- [2] Bignifica ocupacion en las preparaciones y tejido de la lana.

TONO 1.

52 PLCTARCO.-LAs VIDAS PARALELAS.

sentes, exelamen «Talasio,n como por juego, dando á entender que la mujer no se trae á casa para ningun otro abraje que el de la lana. Dura tambien hasta abora el que la novia no pase por si misma el umbral de la casa, sino que la introduzcan en volandas: porque entónces no entraron, sino que las llevaron por fuerza, Dicen tambien algunos que ei desenredarse el cabetlo de la novia con la punta de una lanza es igualmente representacion de que las primeras bodas se bicieron en guerra y hostilmente; pero de estas cosas hemos tratado largamente en las cuestiones.

Sucedió este arrojo del rapto en el dia 18 del mes que entónccs se llamaba Sextil, abora Agosto, el mismo dia en que celebran las fiestas consuales.

Eran los Sabinos en gran número y muy guerreros, y habitaban pneblos abiertos, siendo propio el ser grandemente alentados de unos bombres que eran colonia de los Lacedemonios; mas con todo, viendo que los Romanos se atrevian á grandes empresas, y temiendo por sus hijas, enviaron embajadores á Rómuto con proposiciones oquitativas y moderadas: que volvićndoles las doncellas, y dando satisfaccion por el acto de violencia, despues pacificamente y con justas condiciones entablarian para ambos pueblos amistad y comunicacion. No viniendo Rómulo cn entregar las doncellas, aunque tambien convidaba á la alianza á los Sabinos, todos los demas tomaban tiempo para deliberar y prepararse; pero Acron, rey de los Ceninetes,. hombre alentado y diestro en las cosas de guerra, concibió desde luégo sospechas con los primeros arrojos de Rómulo, y juzgando despues que el hecho del rapto de las mujeres, sobre dar que temer á todos, no era para sufrido y dejarse SIn castigo, declaró al punto la guerra, y con grandes fuerzas marchó contra Rómulo, y éste conlra él. Luego que se alcanzaron á ver, 8e provocaron mutuamente i singular combato, permaneciendo tranquilos sobre las armas los ejércitos. IHizo voto Rómulo de qua si vencia y derribaba á su contrario, llevaria en ofrenda á Jópiter sus armas: veneiðle, en efecto, y derribóle, desbaratando despues en batalla su ejército. Tomó tambien la ciudad; y ninguna otra condicion dura impuso à los vencidos, sino que derribasen sus casas y le siguiesen á Roma, donde serian eiudadanos con entera igualdad de derecho8. Nada hubo, pues, que más contribuyese al aumento de Roma, la cual siempre adoptó 6 incorporó en su seno á los pueblos sojuzgađos.

Rómuło, para hacer su voto más grato á Júpiter, y más majestuoso á los ojos de sus ciudadanos, tendió la vista por el sitio de los reales, y echó al suelo la encina más robasta: dióle la torma de trofeo, y fué poniendo pendientes de él con órden cada una de las armas de Acron: ciñóse la púrpura, y coronóse de lauret la cabeza poblada de cabe- Jlo: tomó luégo en la diestra el trofeo, y apoyándole en el hombro, le Hevó enhiesto, dando el tono de un epinicio trianfal al ejército que en órden le seguia: y en esta forma ftré recibido de los ciudadanos con admiracion y regocijo.

Esta pompa fué el principio y tipo de los siguientes triunfos; y al trofeo se dió el nombre de volo á Júpiter Feretrio; porque los Romanos al lastimar á los contrarios le llaman ferire, y Rómulo babia pedido lastimar y derribar á su contendor; y opimos dice Varron llamarse los despojos, porque tambien á ta bacienda le dicen opem; pero mejor se derivaria en mi concepto de la aceion, porque á lo que se hace con trabajo le llaman opus. Y fué prez de valor para el general que por su persona dió muerte al otro general la dedicacion de los despojos: dieba que sólo cupo å tres generales romanos, siendo el primero Rómulo, que derribó muerto á Acron Ceninete; el segundo Cornelio Coso, que dió muerte á Tolumnio el Tirreno, y el úllimo Claudio Marcelo, que venció á Britomarto, rey de los Galos. De éslos, Coso y Marcelo hicieron ya su entrada con turo de caballos, llevando ellos mismos sus trofeos; pero de Róniulo no tiene razon Dionisio en decir que usó de carroza: pues la • opinion más recibida es que fué Tarquinio, bijo de Demarato, el primero de los Reyes que introdujo en los triunfos aquel aparato y pompa, aunque otros dicen que fué Poblicola el primero que triunfó en carroza; mas en cuanto á Rómulo, todas las estatuas suyas que se ven en Roma en actitud de triunfo son pedestres.

Despues del cautixerio de los Ceninetes, cuando todavia los demas Sabinos hacian preparativos, se declararon contra los Romanos los de Fidenas, da Crustumno y Antemna; y dada la batalla, siendo de la misma manera derrotados, hubieron de dejar que por los Romanos fuesen tomadas sus ciudades, talados sus campos, y ellos mismos trastadados á Roma. Rómulo entónces todo el restante terreno lo repartió á los eiudadanos; pero el que poseian los padres de las doncellas robadas lo dejó en su poder. Llevándolo á mal los demas Sabinos, y nombrando por su general á Tacio, se vinieron sobre Roma. No era fácil aproximarse å ella, teniendo por antemural el que ahora es Capitolio, donde se habia construido un fuerte, en el que mandaba Tarpeyo, y no la doncella Tarpeya, como pretenden algunos, dando una mala idea del talento de Rómulo. Era, sin embargo, Tarpeya hija del gobernador, la cual entregó por traicion e! fuerte á los Sabinos, deslumbrada con los brazaletes de oro de que los vió adornados: asf, pidió por premio de su teaicion lo que llevasen todos en la mano izquierda; y otorgado así por Tacio, abriéndoles á la noche una puerta, dió entrada á los Sabinos. No fué, pues, Antigono, segun parece, el único que dijo que le gustaban los traidores miéntras lo eran, pero despues de serio los aborrecia; ở César, á quien se atribuye haber expresado con ocasion del tracio Rumetacles, que le gustaba la traicion, pero aborrecia al traidor; sino que esta es una aversion general håcia los malos de todos los que tienen que va- .

lerse de ellos, como sucede cuando se necesita la ponzoña ó la biel de algunas fieras; porque gustando del beneficio cuando se recibe, se aborrece la maldad despues de disfrulado. Esto mismo sucedió entónces á Tacio con Tarpeya, porque mandó á todos los Sabinos que tuviesen en memoria lo convenido con aquella, y ninguno la defraudase de lo que lHevaran en la mano izquierda, y él fué el primero que al tiempo de quitarse el brazalete dejó tambien caer el escudo; y haciendo lo mismo todos, cargada de oro y abrumada de escudos, el peso y el amontonamiento la acabaron. Tambien alcanzó la pena de la traicion á Tarpeyo, que fué perseguido por Rómulo, diciendo Juba que ast lo escribió Galba Sulpicio. Otras cosas se refieren de Tarpeya; pero los que no merecen erédito son los que cuentap, de cuyo número es Antigono, que cra hija de Tacio, y siendo retenida violentamcnte por Rómulo, ejecułó en favor del padre y padeció por su disposicion lo que se ba dicho. Mas el que enteramente delira es ei poeta Similo, pensando que fué á los Celtas, y no á los Sabinos, å quienes, enamorada de su Rey, entregó Tarpeya el Capilolio. Dice, pues, asf:

Ocupaba Tarpeya el alto alcázar Capitolino en Roma mal segura; Y encendida del Celta en amor vano, Fué guarda infiel de los palernos lares:

y al cabo de poco, acerca de su muerte:

No los Boyos ó mil otras naciones De Celtas en el Pó la sumergieron; Mas oprimida de marciales armas, Estas fueron su digna sepultura.

Por Tarpeya, que allf quedó sepultada, el collado se llamó Tarpeyo hasta el tiempo del rey Tarquino, el cual dedicando aquel lugar & Júpiter, mudó de allí los restos, y le quitó el nombre que tomó de Tarpeya; sólo ha quedado una roca, á ta que aún ahora llaman Tarpeya, de la que son precipitados los malhechores. Ocupado por los Sabinos el alcázar, Rómulo poe su parte, ardiendo en ira, los provocaba á la pelea, y Taeio se mostraba confiado, en vista de que áun cuando se le estrechase tenia una retirada segura. Estaba el sitio intermedio, donde se habia de combatir, cercado de alturas, lo que para unos y otros hacía la pelea cruda y difici!, pero pronta la fuga y la persecuciọn por su inisma estrechez. Hizo la easualidad que pocos dias ántes habia hecho inundacion el rio, dejando un lodo copioso y ciego en los lugares más bajos, hácia donde está ahora la plaza: así no se advertia ni era fácil evitarie, siendo además tenaz por encima y blando por abajo. Dirigiéndosc hácia él incautamente los Sabinos, les favoreció un acaso; porque á Curcio, hombre muy principal y de ánimo altivo, que era de los de á caballo y se habia adetantado mucho á todos los demas, se le atascó el cabalio en el lodazal, y por más que por algun tiempo con golpes y voces procuró sacarle, viendo por. fin que no habia forma, le hubo de dejar, y él se salvó; y el sitio todavía re- Liene por él el nombre de lago Cureio. Precaviéndose, pues, ya de aquel peligro, sosluvieron los Sabinos un reeio combate, que permanecia indeciso con ser muchos los que morian, y entre ellos Hostilio, que se dice haber sido marido de Hersilia y abuelo de Hostilio, el que reinó despues de Numa. Repetidos despues, como era naturat, diferentes combates en corto espacio, hacen memoria de uno, como el postrero de ellos, en el que, herido Rómulo con una piedra en términos de baber estado en muy poco el que eayese, y no pudiendo resistir á los Sabinos, flaquearon los Romanos, y buyendo se reliraban hácia ol pa- Jacio arrojados de lo entrellano. Entre tanto, reparado ya Rómulo del golpe, poniéndose delante de los que huian, procuraba bacerles volver al combate, y á grandes voces fos exhortaba á detenerse y pelear; pero creciendo á pesar de eso la fuga, y no habiendo ninguno que osase volver el rostro, levantando las manos ai cielo, hizo plegaria á Júpiter para que contuviese su ejército, y no los abandonase, sino más bien volviera por el honor y gloria de Roma, que veia en tan mal estxdo. Concluida la plegaria, en muchos tuvo poder la vergüenza que el Rey debia causarles, y sobrevino osadía á los que asi huian. DetuviérOnse primero donde ahora está edifieado el templo de Júpiter Estator, que no se interpretaria mal llamándole detenedor. Rehaciéndose, pues, de nuevo, hicieron retirar á los Sabinos hácia la que ahora se llama Regia[3] y el templo de Vesta.

Dispoufanse como de refresco para volver á la contienda, epando les contuvo un espectáculo muy tierno, y un encuentro que no puede describirse con palabras. De repente las hijas de los Sabinos que habian sido robadas se vieron sobrevenir unas por una parte y otras por oira con algazara y voceria por entre las armas y los muertos, como movidas de divino impulso, hácia sus maridos y sus padres, unas llevando en su regaze á sus hijos pequeñitos, otras esparciendo al viento su cabello desgreñado, y todas llamando con los nombres más tiernos, ora á los Sabinos, ora á los Romanos. Pasmáronse unos y otros, y dejándolas liegar á ponerse en medio del campo, por todas partes discurria ei ltanto, y todo era afliccion, ya por el espectáculo, y ya por las razones, que empezando por la reconvencion, terminaron en súplicas y ruegos. «Porque odecian: zen qué os hemos ofendido, ó qué disgustos o8 shemos dado para los duros males que ya hemos padecido »y nos resta que padecer? Fuimos robadas violenta é in- »justamente por los que nos tienen en su poder, y despues mde esta desgracia ningun caso se hizo de nosolras por el 4) Esto es, palacio, y es el del rey Numa.

»tiempo que fué necesario, para que obligadas de la ne- »cesidad á las cosas más odiosas, tengamos ahora que te- »mer y que llorar por los mismos que nos robaron é injuvriaron, si combaten ó si mueren. Porque no venis por »unas doncellas á tomar satisfaccion de los que las ofen- »dieren, sino que privais á unas casadas de sus maridos »y å unas madres de sus hijos, haciendo más cruel para »nosotras, desdichadas, este auxilio, que lo fué vuestro sabandono y alevosía. Muévenos de una parte amor bácia »éstos, y de otra compasion hácia vusotros. Aun euando »pełeaseis por eualquiera otra causa, deberíais por nos- »otras conteneros, hechos ya suegros, abuelos y parien- »tes; mas si por nosotras es la guerra, llevadnos con vues- »tros yernos y nuestros hijos; restituidnos nuestros padres »y parientes: no nos priveis, os pedimos, de nuestros hi- »jos y maridos, para no vernos otra vez reducidas á la »suerte de cautivas.» Dichas por Ersilia éstas y otras nuchas razones, é interponiendo las demas sus ruogos, se hicieron treguas, y se juntaron á conferenciar los generales. Entre tanlo, las mujeres presenlaban á sus padres, sus maridos y sus hijos; llevaban que comer y que beber å los que lo pedian; cuidaban de los heridos, llevándoselos á sus casas, y procuraban hacer ver que lenian el gobierno de ellas, y que eran de sus maridos atendidas y tratadas con la mayor estimacion. Hizose un tratado, por el que las mujeres que quisiesen quedarian con los que tas tenian consigo, no sujetas, como ya se ba dicho, á otro cuidado y ocupacion que la del obraje de lana; que en union habitarian la ciudad Romanos y Sabinos; que ésta de Rómulo se llamaria Roma; pero todos los Romanos se llamarian Quirites en memoria de la patria de Tacio; y que ambos reinarian tambien en union, y lendrian el mando de las tropas. El lugar donde se ajustó este tratado todavía se llama Comicio, porque los Romanos al juntarse le dicen comire.

RÓNULO.

59 Daplicada la ciudad, se eligieron otros cien patricios de los Sabinos, y las legiones constaron de seis mil hombres de å pié y seiscientos de á caballo. Haciendo tambien tres divisiones del pueblo, los de la una de Rómulo se llamaron Ramnenses; los de la otra de Tacio, Tacienses; y los de la tercera Lucenses, por la selva á que se acogieron muchos para gozar de asilo y ser admitidos á los derechos de ciudadanos; porque á las selvas les llaman lucos. Que eran tres estas divisiones lo declara su nombre, porque áun abora las llaman tribus, y Tribunos á los presidentes de ellas. Cada tribu tuvo diez curias, las que algunos dieen haber tomado nombre de aquellas mujeres; pero esto parece falso, porque muchas conocidamente han tomado la denominacion de ciertos territorios. Con todo, otras muchas concesiones se hicieron en honor de las mujeres, entre ellas las siguientes: cederies la acéra cuando van por la calle; no poder nadie proferir nada indecente en presencia de una mujer; no deber dejarse ver de ella desnodo; no ser obligadas á litigar ante los jueces de causas capitales; que sus hijos lleven el adorno que por su forma, que imita las burbujitas, se llama bula, y como un patuelo de púrpura rodeado al cuello. Tenian los reyes su consejo, no en union, sino primero cada uno de por sí con sus cien patricios, y despues se congregaban todos juntos.

Tacio babitaba donde está ahora el templo de la Moneda; y Rómuło junto á las gradas llamadas de Rivahermosa, que están en la bajada desde el palacio al Circo máximo. Allí mismo dicen que estuvo el Cornejo sagrado, del que cuentan esta fábula: ejercitándose Rómulo, arrojó desde el Åventino su lanza, que tenía de cornejo el asta: clavóse la panta profundamente, y no hubo nadie que la pudiese sacar, aunque se probaron muchos; y el asta, prendida en bna tierra fecunda, echó ramos, y creció en un muy robasto tronco de cornejo. Despues de Rómulo lo conservaron y tuvieron en veneracion como cosa muy santa, y le hicieron un vallado. Cuando à alguno, al pasar por junto á él, te parecia que no estaba frondoso y de buena vista, sino que decaia y se marchitaba, al punto clamaba á gritos á los que se le presentaban, y éslos, como se da socorro en un incendio, pedian á voces agua, y de todas partes acudian corriendo llevando al sitio cántaros ilenos de ella.

Mas reparando las gradas Cayo César, segun dicen, y haciendo los operarios excavaciones allí cerca, destrozaron enteramento sin advertirlo las raíces, y el árbol se secó.

Admitieron tambien los Sabinos los meses de los Romanos; acerca de lo cual decimos en la Vida de Numa lo que nos parece oportuno. Rómulo, á su vez, adoptó el escudo de los Sabinos, mudando de armadura él mismo y los Romauos, que ántes usaban de las rodelas de los Argivos. De festas y sacrifeios hicieron comunicacion entre sf, no quitando tos que trajo cada pueblo, y ántes introduciendo otros nuevos, de cuyo número eran las fiestas Matronales, concedidas à las majeres en memoria de haber hecho cesar la guerra, y las Carmentales. Creen algunos que Carmenta es una bada que preside al nacimiento de los hombres, y por eso las madres la tienen en veneracion; otros que es la mujer de Evandro cl de Arcadia, profelisa y Pitonisa, que daba sus oráculos en verso, y de aqui se llamó Carmenta, porque á los versos les dicen Carmina, siendo Nicostrata su nombre propio; y esto es lo que está comunmente admitido. Sin embargo, otros con más probabilidad dan á este nombre de Carmenta la interpretacion de mujer fuera de juicio, por el enajenamiento en que las tales caen con la inspiracion 6 entusiasmo, porque al estar privado le llaman carere y mentem à la razon. De las ftestas Palilias hieimos mencion arriba: las Lupercales por el tiempo en que caen podrian reputarse purificatorias, porque se celebran en los dias nefastos del mes de Febrero, que puede muy bien interpretarse purificativo; y áun al dia mismo los anliguos le decian februato. El nombre de la flesta para los Griegos alude á cosa de lobos, y podria parecer que era antigua de los Árcades que vinieron con Evandro; pero por el nombre puede ser de unos y otros, pudiendo éste baber dimanado de la loba; puesto que vemos que los Lupercos toman el prineipio de sus carreras desde el mismo silio en que se dice que Rómulo fué expuesto. Las ceremonias son las que hacen muy dificil de adivinar el motivo de la inslitucion. Empiézase por matar aigunas cabras:

despues á dos jovencitos ingenuos, que se los ponen de- Iante, unos les manchan la frente con el cuchillo ensangrentado, y otros los limpian al instanle, para lo que lle- Tan lana empapada en leche; y los jovencitos luego que los limpian debenecharse á reir. Hecho esto, cortan correas de las pieles da las cabras, y ciñéndose con ellas, dan á eorrer desnudos, biriendo con los escudos á cuantos encuentran; y las mujeres hechas no huyen de que las hieran, creyendo que esto conduce para que conciban y paran felizmente. Es tambien ceremonia singular de esta fiesta el que los Lupercos sacriiquen un perro. El poeta Bulas, que escribió en verso elegiaco fabulosos origenes de. las cosas romanas, dice que vencido Amulio por Rómulo y Remo, vinieron éstos corriendo con algazara al sitio donde siendo niðos les dió de mamar la loba; que la flesta es imitacion de aquella earrera, y los nobies van por todas partes Hiriendo á los que al paso se presentan, Como entónces corrieron desde Alba Rómulo y Remo con espada en mano; y que el llevar á la frente el acero ensangrentado es simbolo de la carnicería y peligro por que entónces se pasó; y el limpiar la mancha con leche, recuerdo de su crianza.

Pero Gayo Aeilio refiere que ántes de la fundacion sucedió que los ganados de Rómulo y Remo se desaparecieron, y baciendo plegarias á Fauno, echaron á correr desnud busca de ellos para que el sudor no les sirviera de est y que por esto corren desnudos los Lupercos. En c al sacrificio del perro, se podria decir, si éste es de 1 cacion, que to emplean como víctima expiatoria, p tambien los Griegos en las que llaman expiaciones of cachorrillos; y en muchas ocasiones emplean el rit toma de éstos la denominacion de perisculaquismo i por otra parte esto se hace en memoria de la loba triunfo y salvacion de Rómulo, no erradamente se m:

perro, como enemigo que es de los lobos; á no qu caso sea castigo que se da á este animat por lo que s estorbar á los Lupercos en su carrera.

Dicese asimismo baber sido Rómulo el que primer tituyó el fuego sagrado, creando en sacerdotisas á la genes que se liamaron Vestales; pero esto otros lo á yen á Numa, sin que por eso defe de asegurarse Rómulo fué muy religioso; y áun añaden que fué dad ciencia augural, y que para su ejercieio usaba del !la lituo. Era éste una barita encorvada, con la que ser describian los puatos cardinałes para los agücros: gu base en el palacio; pero en la invasion de los Galos, ci la ciudad fué tomada, dicese que se desapareció, y q rojados despues aquellos bárbaros, se halló entre los tones de ceniza ileso del fuego, cuando todo lo dem:

bia sido consumido y deshecho. Promulgó tambien alleyes, de las cuales la más notable es la que no peri la mujer repudiar el marido, concediendo á éste des la mujer por envenenar los hijos, por falsear las lla por cometer adulterio; si por otra causa alguno la d dia, ordenábase que la mitad de su hacienda fuesc p mujer, y la otra milad para el templo de Céres; y que así la repudiase hubiera de aplaear á los Dioses[4] Exúhaf es el cacborrilio del perro.

10.

ales. Fué tuzbien cosa saya ó baber witaie pera ee á los parmedas, F hiber anads pamidis á toda hom cidio, como que esie en factible, pero impas bie saac: y per muy iargo tiempo pareci que con sobTada aen se tavo por descoocida semejante maldad. porNe aadie bobo en Roma que la cometiese en cerca de seirientos shos; siendo el primero de quien se euenta baber sido par riida, ya despues de la gnerra de Anibal, Lucia dstio: mas baste de estas cosas.

En el año quioto del reinado de Tario algutos familiares I parientes suyos, encontrándose con ciertos mensajeros que de Laurento venian á Roma, se propusieron despojarlos violentamente de sus bienes en el camino: y porque no lo toleraron, sino que se defendieron, les dieron muerle.

Cometida tan abominable accion, Rómulo fue de opinion que al punto debian ser castigados sus autores; pero Tacio á dejaba correr y daba largas; siendo esle el único motivo eonocido de disension que entre ellos hubo, pues por lo demas se llevaron muy bien, y con mucha concordia trataron en comun los negocios. Entre lanto, los deudos de los que habian sido asesinados, desahuciados de que se impusiera la pena lagitima á causa de Tacio, dando sobro él en Lavinio en el ącto de enlender en cierto sacriflcio, lo quilaron la vida; y á Rómulo le fueron acompañanlo, alabándole de hombre justo. Cuidó éste de que se trasladaso ol eadáver de Tacio, y se le diese sepultura, el cual ynco junto al llamado Armilustrio en el Aventino; mas no penso on lomar satisfaccion por su muerte; y algunos historia:loros rofleren que la ciudad de los Laurentanos por tomor ontragó los agresores, pero que Rómulo les dió libortad, diciendo que muerte con muerta se compensaba; lo quo dió molivo para pensar y sospechar que no le habia sido dosagradable el que le bubiesen dejado sin colega en el mando.

No por esto en cuanto á los negocios hicioron novedad ó se inquietaron los Sabinos, sino que unos por amor á Ró64 MCTAR:O.HIS IDAS PALALILAS.

mulo. otros por miedo de su poder. y otros mirándole como cosa divina, le conservaron todos admiracion y benevolencia. Aan muebos de los extracjeros miraban con veneracion á Rómoio: y los más antiguos habitantes del Lacio se adelantaron á solicitar so amistad y aianza. Mas á Fidenas, ciudad cireunvecioa de Roma, la toms por armas, segun dicen algunos, mandando repentioamente caballeria con órden de desquiciar las puerlas; que de este modo se apareció ali cuando ménos se esperaba: pero otroes aseguran que los Fidenates fueron los primeros å hacer presas, y å tałar la comarca y los arrabales, y que Rómulo, armåndoles celadas, y haciéndoles perder mucha gente, tomó la cindad. Con todo no la incendió ó devastó, sino que la bizo colonia de Romanos, bacieudo pasar á ella dos mil y quioientos habitantes, en los idus de Abril.

Sobrevino peste en aquel tiempo, tal que sin cnfermedad causaba en muchos muerte rpenlina, agregándose á ella esterilidad en los frutos é infecundidad en los ganados; en la ciudad además cayó lluvia de sangre; y á estos males, que eran de necesidad, se allegó tambien una grandisima superslicion. Sohre todo, cuando los habitantes de Laurento experimenlaron lo mismo, ya enteramente pareció que era la ira divina la que afligia á ambas ciudades por el abandono de la justicia en la muerte de Tacio y en la de los Embajadores. Entregados reciprocamente y castigados los delincuentes, maniftestameste cesaron las plagas; y Rómulo reconcílió las dos ciudades con expiaciones, que se dice practicarse todavía junto á la puerla Ferentina.

Aotes de que eediese la peste insultaron los Camarios á los Romanos, y talaron sus tierras, como que no estaban en situacion de defenderse por aquella calamidad; pero Rómuto marchó al punto en su husca, y venciólos en batailla, en la que murieron seis mil de ellos, y tomando la ciudad, á la mitad de los que pelearon los trasladó á Roma, y de Roma mandó á Camaria doblados de la otra mitad en las calendas Sextiles. ¡Tanto babia crecido el número de los cindadanos en diez y seis años escasos que babitaba en Roma! Eatre loc demas despojos, trajo de Camaria un carro Con cuatro caballos de bronce: consagróle en el templo de Neptano, poniendo en él su estatua con corona por la victoria conseguida.

De este modo tomaba Roma eonsistencia, con lo que los vecinos débiles cedian, y con solo no tener que temer, se daban por contentos; pero los do más fuerzas, parte por miedo, y parte por envidia, creian que no debian estarse quielos, sıno ántes oponerse á tanto incremento, y contener á Rómulo. Entre los Tirronos fueron los Veyentes los primeros que, teniendo un extenso territorio, y habitando Ima ciudad popułosa, tomaron por pretexto y principio de la guerra el reclamar á Fidenas, porque era pertenencia suya. Esto no sóio era injusto, sino áun ridículo; porque despues de no baberla defendido en su riesgo y al tiempo de ser expugnada, dejando perecer á sus habitantes, venian ahora á reclamar las casas y el terrilorio cuando habian pasado á otro poder. Habiendo, pues, recibido de Rómulo desabrida respuesta, dividiéndose en dos euerpos, opusieron el uno á las fuerzas que habia en Fidenas, y con el otro se fueron en busca de Rómulo; y veneedores sobre Fidenas, dieron cabo de dos mil Romanos; pero vencidos por Rómulo, perdieron más de ocho mil hombres. Fuéronto despues de segunda sobre Fidenas; y es cosa en que lodos convienen que Rómulo tuvo en esta accion la principal parte, reuniendo la osadta y prontilud con la pericia, y usando de un valor al parecer sobrehumano; pero es enteramente fabuloso, ó por mejor decir, de ningun modo creible, to que euentan agunos de que habiendo sido los que perecieron eatorce mil, más de la mitad fueron muerlos por mano del mismo Rómulo; cuando áun parece que usan de exageracion los Mesenios con su Aristómenes, diciendo que sacrificó trescientas víctimas por otros tantos ...

PLITARCO. AS TIDA: FARALELAS.

Lacedemonios, á quienes dió muerte. Yendo en retirada, Rómulo dejó corær á los que asi buiao, y se encaminó á la ciudad, donde no pudiendo resistir á tanta calamidad, y empleando el rucgo, bicieron paz y amistad por cien años, cediendo su territorio llamado siete pagos, como si dijésemos siete suertes, desistiéndose de las fuentes saladas que poseian juato al rio, y entregando en rebenes cincuenta de los principales. Triunfó lambien de éstos en los idas de Octubre, conduciendo muchos cautivos, y entre ellos al general de los Veyentes, hombre anciano, que no se condujo en la accion con el tino é inteligencia correspoudientes á aquella edad: por esta causa áup abora, cuando se hacen sacrificios sobre victoria conseguida, se guarda el rito de tlevar desde la plaza al Capilolio á un anciano, al que visten de púrpura, y le ponen al cuello la bula puerit, y grila el heraldo: «Sardianos de venta;» porque los Tirrenos pasan por colonia de los Sardianos, y Veyos era ciudad del país Tirreno.

Esta fué la última guerra en que Rómulo intervino. En adelante no estuvo ya libre de incurrir en loque aconteceá muchos, ó por mejor decir, fuera de muy pocos, á todos los que con grande y extraordinaria prosperidad son ensatzados en poder y fausto; porque engreido con los sucesos, cop ánimo altanero cambió la popularidad en un modo de reinar molesto y enojoso hasta por el ornato con que se Lrasformó; pues empezó á vestir una túnica suufesaliente, adornó con púrpura la toga, y despachaba los negocios públicos reclinado bajo dosel. Asistíanle de continuo eiertos jóvenes llamados celeres por su prontitud en servir, y le precedian otros que con varas apartaban á la muchedumbre, é iban ceñidos de eorreas para atar á los que les mandase; y al atar los Latinos antiguamente le decian - gare, y abora alligare, y por esta causa los que iban con las varas se dijeron lietores, y aquellas báculos, porque usaban entónces de las varas. Acaso ahora se dicen lictoRÓNULO.

67 res, interpuesta la letra c, y ántes litores á la griega, como irgos ở ministros půblicos; porque áun ahora los Griegos al pueblo le liaman leiton, y lao á la plebe.

Coando por muerte de su abuelo Numitor en Alba le cor- Peapondió á él el reino, comunieó con todos el mando, baciéndose popular, y cada año elegia un gobernador para los Albanos[5]. Instruyó con esto á tos principales entre los Romanos para que procurasen establecer una autoridad distinta de la régia, y el gobierno propiamente de las leyes, mandando en parte y siendo mandados; pues que ni toa llamados patricios tenian parte en la administracion, y sólo gozaban de cierto aparato y nombre honorífico, juntándose en el Concilio ó Senado más por formalidad, que porque se desease su dictámen. Mandábaseles, y callando obedecian; no tepiendo otra ventaja sobre los demas, sino que enterados primero que éstos de lo que se ejecutaba, aqal terminaban sus funciones. Y por todo lo demas pasaban; pero bablendo Rómulo repartido por sí sólo á los soldados las tierras ganadas por las armas, y restituido á los Veyentes los rehenes, sin hablarles de ello y consultarlos, creyeron que aquello ya era burlarse enteramente del Se- Dado; y de aquí nació contra éste la sospecha, habiendo aquél desaparecido imprevistamente de allí á poco tiempo.

Fné, pues, su desaparecimiento en las nonas Quintiles, como se decia entónces, 6 de Julio, como se dice abora, sin que nada cierto y seguro haya quedado acerca de su muerte, sino la época, como se deja expresado; porque lodavía se ejecutan en aquel dia muchos ritos y actos á imitacion de lo que en él pasó. Y no hay que extrañar esta incertidumbre, cuando habiéndose encontrado muerto de sobrecena á Eseipion Africano, nada bay acerca del modo de su muerte que merezca algun crédito 6 lleve camino; diciendo unos que andando ya enfermizo, naturalmente falleció;[5] Bsto pide el sentido, aunque en el texto se lee Sabinos.

TONO I.

6 ..

otros que él mismo tomó hierbas para esta efecto, y otros que sus enemigos, echándose sobre él en aquella noche, le cortaron la respiracion. Y al cabo Escipion estavo de cuerpo presente para que todos le viesen, y su cadáver, registrado por todos, pudo dar alguna sospecha y conocimiento; pero Rómulo desapareció repentinamente, sin que 86 viese ni miembro de su cuerpo ni giron de su vostido; babiendo conjeturado algunos que tos Senadores cargaron sobre él en el templo de Vulcano, le despedazaron, y repartieron entre si el cuerpo, llevándose cada uno en el seno una partecita. Otros opinan que ni fué en cl lemplo de Vulcano, ni se hallaban solos los Senadores cuando Rómulo fué quilado del medio, sino que esto oeurrió fuera, junto al lago llamado de la Cabra ó de la Cierva, donde aquél estaba celebrando una junta půblica; y que en el aire sueedieron entónces de repente fenómenos maraviliosos, superiores á cuanto puede ponderarse, y trastornos inereibles; que la luz del sol se eclipsó, y sobrevino una noche nada serena y tranquila, sino con terribles truenos y huracanes violentos, que de todas parles movian gran borrasca. En esto, lo que es la plobe se dispersó y dió á huir, y los principales viaieron á las manos entre si: cuando luégo, desvanecida la tormenta y reslituida la luz, volvió con esto á reunirse el pueblo, todos buscaban y deseaban var al Rey; pero los principales no se lo permitian, ni les daban tugar para bablar ea ello, sino que los exbortaban 4 venerar á Rómulo, como arrebatado á la mansion de los Dioses, y convertido de buen Rey que habia sido, en un Dios benéfico para ellos. Creyólo la mayor parte, y se retiraron contentos, venerándolo con las más lisonjeras esperanzas; pero bubo algunos que reconvinieron ágria y desabridamente á los patricios sobre este hecho, inquietándolos y acusáodolos de que querian hacer creer l puebio tos mayores absurdos, despues de baber ellos sido los niatadores del Rey.

RÓNULO.

69 Ea este estado de turbacion dicen que un ciudadano de la clase de los patricios, muy priacipal en linaje, de gran opinion en cuanto á su conducta, amigo además de la eon- Sanza de Rómulo, de los que vinieron de Alba, llamado Julio Proclo, se presentó en la plaza, y acercándose con joramento à las cosas más sagradas, refirió en público que yendo por la calle se le habia aparecido de frente Rómulo, más bello en su presencia y más grande que lo habia sido Dunca, adornado de armas lustrosas y resplandecientes, á quien, pasmado con su vista, habia dicho: «Qué te hemos hecho, oh Rey, 6 qué te has propuesto para dejarnos á nosotros entre sospechas injustas y criminales, y á todo el pueblo en orfandad y general desconsuelo?» Y aquél le habia respondido: «Los Dioses han dispuesto, oh Proclo, que Bólo hayamos permanecido este tiempo entre los hombres, siendo de allá; y que habiendo fundado una ciudad grande en imperio y en gloria, volvamos á ser habitadores del eielo: regocijate, pues, y di á los Romanos que si ejercitan la templanza y fortaleza, llegarán al colmo del humano poder; y yo Quirino seré siempre para vosotros un genio tutelar.» Pareció esta relacion á los Romanos digna de crédito por la opinion del que la hacía y por el juramento; y además parece que inspiró una cosa pareeida al entusiasmo, porque nadie bizo la menor oposicion, y apartándose todos de sus sospechas y persecuciones, hicieron plegarias á Quirino, y lo invocaron por Dios. Parécese esto á las fábulas que los Griegos nos cuentan sobre to ocurrido con Ápisteas Proconesio y Cleomedes Astupileo; porque dicen que babiendo muerto Arisleas en un lavadero, al querer sus deudos recoger su cadáver se les marchó sin saber cómo, y luégo dijeron unos que venian đe viaje que se habian encontrado con Arisleas camino de Crotona. Cleomedes era un bombre de una corpuleneia y una fuerza extraordinaria, pero como fanático y alocado: así hacia mil violencias, y últimamente en una escuela de niños, dando una puñada en la columna que soslonia la obra, la partió por medio, y echó abajo el tejado: perecieron, pues, los niños; y persi - guiéndosele en juicio, dicese que se encerró en ua arcon grande, llevándose tras sí la tapa, de la que tiraba por adentro, y aunque se juntaron muchos á hacer fuerza para abrirla, no les fué posible; y recurriendo al medio de ha-" cer pedazos ol arcon, no le haltaron ni vivo ni muerto; espantados de lo cual enviaron adivinos å Delfos, y la Pitia les dió por respuesta:

Sabed que de los héroes el postrero Es ei Astupileo Clcomedes.

Tambien se cuenta que el cadáver de Alemena, al llevarla en el férelro, se desapareció, y en su lugar se encontró en aquél una piedra; y á este tenor otras fábulas, queriendo deificar contra toda razon á unos séres por naturaleza mortales, igualándolos con los Dioses. Y como el desconocer la divinidad de la virlud es abominable y feo, así lo más irracional de todo es mezclar el cielo con la tierra. Dejémoslo, pues, ateniéndonos con Píadaro á lo cierto: que el cuerpo de todos esta sujeto á la caduea muerte; pero queda viva una imágen de la eternidad:

porque ella sola es de los Dioses; de allá viene, y allá Lorna, no con el cuerpo, sino cuanto más se aparta y distingue de él, haciéndose del todo pura, incorpórca é inocente, porque la luz es pura, y el alma excelentisima, segun Heráclito, uniéndose al cuerpo como el rayo á la nube. La que se apega al cuerpo, y como que se abraza con él al modo de vapor pesado y nebuloso, es mala de inlamar y elevarse. Por tanlo, no es cosa de que enviemos tambien al cielo los cuerpos de los buenos, sino que creamos más bien que las virtudes y las almas por una paturaleza y justicia divina, de los hombres se trasladan á los héroes, de los héroes á los genios, y de éstos, si como RÓKULO.

71 en una iniciacion se purifican y saptifican enteramente, echando de si todo lo mortal y pasible, no por ley de la ciudad, sino por una razon prudente, se trasladan á los Dioses, habiendo eoaseguido el fin más giorioso y bienavenlurado.

En cuanto á la denominacion de Quirino dada á Rómulo, unos creen que equivale á Marcial; otros que se le dió porque á los ciudadanos se les llamaba Quiriles; otros porquo los antiguos á la punta 6 á la lanza le decian guiris, y habia una estatua que se decia de Juno Quiritide, porque estaba sobre la punta de una lanza; y en la Régia 6 palacio á la lanza alli puesta le ilaman Marte; y con lanza se solia premiar en la guerra á los más esforzados: ast que á Rómuło como Marcial 6 invicto se le llamó Quirino; y hay un templo suyo en el monte que de su nombre se ha llamado Qnirinal. El dia en que mudó de vida, se denomina la buida del pueblo, ó las nonas Capralinas, porque bajan á sacrificar junto al lago de las Cabras, y á esta la dicen capra. Cuando bajan al sacrificio pronuncian á gritos muchos de los nombresusados en el pais, como Marcelo, Gayo, representando la dispersion de entónces, y el llamarse unos á otros entre el miedo y la turbacion. Otros đicen que esta representacion no es de huida, sino de priesa y agitacion, refiriéndolo á la siguiente causa: cuando despues de la ocupacion de Roma por los Galos, faeron éstos arrojados por Camilo, la ciudad lardó mucho en volver sobre si .

de su decadencia, y entónces machos de los Latinos movieron sus armas contra ella, llevando por caudilo á Libio Postumio. Puso éste sus reales no léjos de Roma, y envió un heraido con el mensaje de que los Latinos deseaban volver á avivar el deudo y parenteseo, que ya iba decayendo, con nuevos matrimonios que se hiciesen entre ambas naciones: por tánto, que mandándoles copia de donce-.

las y otras mujeres no casadas, les guardarian paz y amistad, como la tuvieron ellos al prineipio con los Sabinos por igual medio. Oido por los Romanos, de una parte Lemian la guerra, y de otra consideraban que la entrega de las mujeres en nada era más llevadera que la esclavitud.

En este conflicto una esclava llamada Filotis, 6, como quieren otros, Tutola, les sugirió que no biciesen uno ni otro, sino que con cierto engaño evitasen la guerra y aquella entrega. Consistia el engaño en que á la misma Filotis y á otras esclavas se las ataviase decentemente como si fuesen 12 libres, y en este concepto se las mandase al ejército enemigo; que luégo á la noche ella cuidaria de poner en alto una antorcha para que ios Romanos acudiesen armados, y sobrecogiesen dormidos á los enemigos. Hizose todo asf, cayendo en el engaño los enemigos; y el antorcha la levantó en alto Filotis desde un cabrahigo, habiendo pues to

la espalda ropas y otros estorbos para que los enemigos no percibiesen la luz, y quedase manifiesta á los Romanos.

Luego que la vieron, salieron precipitadamente, y en el apresurarse muchas veces se llamaban unos á otros: cogieron desprevenidos á los enemigos; venciéronlos, y en conmemoracion de aquella victoria celebran esta fiesta; y las nonas se dicen Capratinas por el cabrahigo, al que llaman los Romanos caprofico. Convidan en esta fiesta á comer á las mujeres á la sombra de ramos de higuera; y las esclavas se congregan tambien, y andan en torno jugueteando, y å lo último se golpean uues á otras, y se tiran chinas, • como entónces corrieron bácia los Romanos y pelearon en su ayuda. Mas esto, pocos de los historiadores lo admitee:

y en verdad que el usar en aquel dia del rito de pronunciar á gritos los nombres, y el bajar para el sacrificio al lagode la Cabra, tiene más conformidad con la relacion primera; á no que ambos sucesos hubiesen tenido Ingar en un mismo dia en sus diversos tiempos. Dicese, finałmente, que Rómulo desa pareció de entre lɔs hombres á ios cincuenta y cuatro años de edad, y á los trointa y ocho de sureinađo.


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