Lecturas AraucanasLecturas Araucanas1910II. PARTE. CANCIONES.Imprenta de la Prefectura ApostólicaValdivia
II. PARTE.
CANCIONES.
Introducción á las canciones
Versificación.
Los indígenas distinguen de ordinario facilmente el texto de una canción araucana que se les lee, de otro no poético. Preguntados en que se nota esta diferencia, dan á entender que en el argumento y en la forma de la dicción, sin más explicaciones.
A quien no sea araucano y haya oido ó leido ya muchas canciones, no le es difícil conocer lo que es argumento ó lenguaje poétitico entre los araucanos: pero para otros esto no es fácil, pues no se manifiesta ley alguna de versificación: no hay simetría en el número de las sílabas de que se componen los versos, ni un ritmo bien pronunciado é uniforme.
Lo que es verso en la poesía indígena sólo se conoce en el canto, por la inflección de la melodía, y entonces se nota también que el texto dictado muchas veces no equivale al cantado, figurando en el último no pocas repeticiones, a veces algo cambiadas, y partículas é interjecciones que faltan en el primero. Algunos de los indígenas, al dictar sus canciones, tenían bastante tino para dar á conocer los versos, de lo cual nos convencimos cuando les hicimos cantar las mismas canciones: pero en general no garantizamos que las palabras que hemos reunido en un verso, compongan siempre el verso ideado por el poeta. Hay, pues, que recurrir al canto para saber con alguna certeza cuantas palabras tiene cada verso.
Lo mismo debe decirse del ritmo. Este, sin duda, se funda en el compás de la canción. Con las partes acentuadas del respectivo compás han de concurrir siempre las sílabas acentuadas ó graves del texto, pudiendo su duración comprender una ó más partes del compas.
La aplicación del texto al compás es en gran manera facilitada por la irregularidad del valor prosódico de las sílabas, las cuales dividimos en acentuadas, débiles y ambiguas.
La reproducción fonográfica de algunas canciones nos ha dado lugar para unas respectivas observaciones:
En una canción canta Julio Weitra wéñómen en lugar de wəñomen. La raiz verbal pənó (de pənon pisar) la transforma en pùno, y la sílaba kə de la raiz kəno (verbo kənon ó kənun) la emplea ya como acentuada, ya como débil ó la modifica en kùno. Las partículas ŋa, mai, n·ai son ambiguas. El sustantivo lamŋen ya figura como palabra grave, ya como aguda. La combinación eu, p. ej. en la preposición meu, es disílaba[1], sin embargo la palabra meu puede emplearse también como monosílaba acentuada ó no acentuada. Lo mismo sucede en duam, pero parece que su empleo como disílaba es más bien licencia poética. Empléase también el acento emfático, reforzando la voz sobre una sílaba naturalmente débil, como al decir: ¿Akuimi, Padré[2]? ó Rúpakéi ŋa tráfuyá[2]?
En algunos canciones, al leerlas, unos versos seguidos presentan un metro bien pronunciado, mas después siguen otros, que salen de todo ritmo. La razón de esto es porque el ritmo de una canción no se puede conocer, sino oyéndola cantar, y no se puede propiamente hablar de métrica, mientras la poesía no se haya separado del canto.
Traducción de las canciones.
Nadie encontrará sabrosa la traducción de estos textos, pero poco importa, habiendo de servir ellos en primer lugar á fines linguísticos. Sentimos que a veces hemos tenido que alejarnos de una traducción enteramente literal, pero era inevitable, porque tales traducciones son frecuentemente difíciles de entender.
A veces tuvimos que invertir en la traducción el orden de los versos, á lo cual casi siempre nos daba motivo cierta propiedad de la dicción araucana, que consiste en que muchas veces precede el texto de un dicho en construcción directa, y en seguida se expresa que esto se ha dicho y quien lo dijo. Advertiremos con notas en los lugares respectivos donde hay inversión de versos en la traducción. Unas que otras partículas quedan sin traducción, por faltar un equivalente en castellano; otras veces para completar el sentido de la traducción, hemos introducido en ella palabras que faltan en el texto araucano, lo cual hemos dado á conocer con letra bastardilla.
La inteligencia de las composiciones poéticas es como en los demás idiomas, en el araucano mucho más difícil para el extranjero que la de las piezas escritas en prosa. Presupone un conocimiento profundo de las costumbres y del sentir de una nación, y gran conocimiento del idioma. Por esta razón nos ha costado harto trabajo la traducción de estas canciones. Tuvimos que consultarnos con los mismos araucanos que nos daban sus explicaciones en un castellano casi ininteligible ó parafraseando el texto en su propio idioma lo que es más instructivo. Hemos acudido también para nuestra traducción á colaboradores castellanos. Si á pesar de esto la traducción no ha salido á satisfacción de uno que otro lector, el mismo crítico puede componerlo como a él le parezca.
Clasificación.
La canción es ùl[3], la melodía ŋəñun, en la costa wəñən; y se forman de ŋəñun frases como ŋəñúùlŋen ó ŋəñúùlkantun la melodía de la canción, ŋəñúùlŋei ti ùlkantun[3] la canción tiene una melodía.
La clasificación de las canciones no ha sido difícil.
En primer lugar hemos puesto unas composiciones en que se expresan efectos comunes a la generalidad de los hombres: les damos el nombre de elegías, porque el mayor número es de este carácter.
Después siguen otras, que han recibido en nombre de los indios mismos, y que tienen relación á ciertas costumbres propias de su raza.
Entre ellas merecen el primer lugar las canciones de machi (machi ùl), no por su valor poético, aunque algunas no carecen de él, sino principalmente, por su abundancia y las curiosas y fantásticas supersticiones que se reflejan en ellas.
En continuación traemos las canciones que aumentan la diversión en las fiestas (kawiñ) celebradas al inaugurar una casa nueva, llamadas por eso kawiñ ùl ó en cuanto son canciones de los hombres disfrazados (koloŋ[4]) que hacen cierto papel en dichas fiestas, koloŋ ùl.
Otra clase forman las canciones con que se acompaña la acción de trillar los cereales con los pies, lo que se llama ñuiñn y de ahí viene el nombre ñuiñ ùl, canciones de trilladores.
No poco impulso para composiciones poéticas da el juego de la chueca (palin), y las canciones respectivas tienen el nombre de paliwe ùl.
Hasta el juego de las habas (awar kuden), antes muy usado entre los indios, ha puesto en movimiento su lira poética, y por eso hay también el awarkudewe ùl.
Terminaremos la colección y el orden de las canciones con un cantito de los pajareros y una pieza muy bonita y singular, pero que debe tener sus compañeras, no conocidas todavía, y es la invocación de los pescadores, dirigida a Sompallwe, ser que domina las aguas.
I. ELEGÍAS
INTRODUCCIÓN
Como se ha dicho en el prefacio general de las canciones figuran en primera clase unas composiciones de carácter lírico, en su mayor parte elegías.
Sobresalen entre ellas dos, cuyos nombres son: llamekan o llaméken y ŋənéùlùn.
Los P. P. Havestadt y Febrés ya conocían el término llamékan. En el vocabulario del primero se lee: „llame[5], sorores[6]llamecan, cantus Indarum molentium[7]. En su Indiculus universalis trae la frase: „Llamecan mo quimiai pu mallqen ñi kdan[8], y lo traduce por el dípticon:
Cantantis pariter sua pensa trahentis, Fallitur ancillae, decipiturque labor[9].
Descubrimos este término en el relato del nguillatun. hecho por Domingo Wenuñamko[10] y por insinuación nuestra hizo el R. P. Sigifredo investigaciones que han dado por resultado los siete llamekan con que iniciamos las elegías.
Los llamékan, sin duda, son cantos propios de mujeres, pero no estamos conforme con llamar así cualquiera canción cantada por ellas al moler el trigo; se distingue el llamékan por el argumento que es eminentemente elegíaco. El citado D. Wenuñamko nos aseguró que todos los llamékan se cantan con la misma melodía, la cual se repite á cada dos versos, y de esta manera nos cantó el primer llamékan de nuestra colección.
Los ŋənéùlùn son al parecer exclusivamente canciones de hombres, también elegíacas, mas su melodía es diferente para cada canción y rica en variaciones y ornamentos musicales. Oportunamente haremos notar cuales canciones señalaron los mismos mapuches como ŋənéùlùn. Mas puede ser que la colección contenga otras de esta clase ó de la de los llamékan sin que lo sepamos.
En las canciones de amor el amante invita a su escogida á montar en ancas de su caballo y poner fin á las habladurías de que se han hecho objeto. A veces nace la inspiración poética del color del caballo, otras veces del paraje pintoresco que recorrerán huyendo, otras veces de algún rasgo cómico ó raro.
Otras canciones tienen por argumento quejas de un corazón oprimido por la pobreza, la horfandad y los sufrimientos que de ellas resultan al cantor. Algunas son ocurrencias graciosas de un enamorado, en otras reboza el arrogante contento del devoto del dios Baco. En otras se refleja la grande afición de los araucanos á los caballos y viajes, ó el cantor satisface su vanidad de ginete ó se jacta de su persona. En resumen: mujeres, caballos, vino y libertad, amor al suelo, á sus parientes y amigos son la materia de sus inspiraciones.
Advertencia: Siempre que figure el nombre de una persona entre paréntesis después del título ó del número de una canción, significa el relator del texto.
1. Llamekan de Mashall Tripaiantù.
referido por Domingo Seg. Wenuñamko.
Es costumbre entre los indígenas, aún actualmente, el vender á sus hijas al que haga por ellas una oferta que les agrade.
Las jóvenes, dadas en matrimonio á un viejo ó á un joven muy antípatico, a veces recurren á la fuga, repitiéndola tenazmente, hasta convencerse los opresores de su libertad de que es inútil insistir por los medios violentos. Pero las más tímidas y dóciles, después de haber pasado algunos años en mudo pesar y desesperación, se resignan y se conforman con su suerte y más facilmente cuando ya tienen hijos.
Concedemos que hay padres de familias más decentes que para dar su consentimiento toman también en consideración la voluntad de sus hijas.
En la canción que sigue, el joven que trae sus animales para llevarse la niña, es del gusto de su escogida y ella no tiene otro reparo que la gran distancia que le separará de sus padres. Recurre á su modestia que la hace ver sus cualidades personales muy inferiores á las del joven, manifiesta sus temores de padecer tal vez entre gente desconocida: pero su madre facilmente la hace consentir, imponiéndole su voluntad y prometiéndole un hermanito por compañero. Por fin la joven se consuela con la voluntad de Dios que la ha dado la suerte de mujer.
En la melodía de esta canción, que nos hicimos cantar algunas veces, se da a conocer muy bien que cada verso tiene la medida en que lo presentamos. Los versos son veintiocho y se repite la melodía cada dos versos, sin que el cambio de la persona ocasione alteración de este orden, pues una misma persona desempeña el papel de madre e hija, aunque a veces lo cantan con papeles repartidos para aprender la canción. Coro de cantores no hay entre los indígenas, todo canto es ejecutado por una sola persona.
El dolor agobia a la mujer, de que se trata, tal vez infelizmente casada ó injustamente calumniada. Ve en un árbol un palomo cuyo lindo plumaje de color morado le atrae y cuyo genio naturalmente pacífico le da garantías de paz y buen tratamiento y de que, gozando de completa libertad, pueda volar á cualquiera parte. Y como ella no tiene otro escape de su desgracia, piensa que tal vez el tal pájaro será un alma amiga, transformada en palomo que podrá libertarla de su miseria y pena.
No hemos averiguado cómo viene esta canción dividida en estrofas. Parece que la María Lienlaf misma lo ha indicado de alguna manera al R. P. Sigifredo. La primera estrofa es como un soliloquio en que la niña da expresión á sus sentimientos. En la siguiente se vuelve á su amante ó marido y le manifiesta francamente el objeto de sus celos: tiene á otra amada á quien prefiere. El hombre le ha dicho: „Mala!“, lo cual rechaza con el honor de su famila que es igual a la de él (3.a estrofa). Ella quiere observar si la otra niña tiene en realidad cualidades que la hagan preferible é invita al hombre á que haga lo mismo.
9. Los huesos del negro.
(Domingo Segundo Wenuñamko.)
Rupan, rupan
Recorrí, recorrí
Lelfùn, mapu, aŋkamapu.
Pampas y tierras, medio mundo.
Kutralturpan tapayu
Al venirme hice fuego con los huesos
Ñi foro meu mai.
De un negro, pues.
Fei meu iloturpan;
Entonces comí carne;
Fei meu moŋen
Por eso, si es que vivo,
Tapayu ñi foro meu.
Es por los huesos del negro.
En las pampas de la Argentina, donde hay falta absoluta de leña se usa como combustible el pasto seco, el abono seco de animales y los huesos de animales muertos, esparcidos por todas partes.
Con tapayu puede entenderse un hombre negro, ó también un caballo del mismo color, tal vez el mismo caballo que el viajero tenía montado al emprender su largo viaje en que se gloría haber recorrido un medio mundo. Tal vez consiste el efecto cómico de esta pieza en la ambiguedad de este término. Asevera el viajero que los huesos de un negro le han conservado la vida y lo comprueba por el hecho curioso de haberle servido dichos huesos para cocer carne para su mantención. Entre varias canciones que leímos á cierto indígena, esta le gustó más y le hizo reir mucho. Hay que saber que el negro es para los indígenas siempre una figura cómica y que su propia superioridad física e intelectual respecto a los negros les parece ser una cosa muy cierta y segura.
Tres canciones para acompañar el toque del trompe (trompatupéyəm ùl)
La misma canción según su reproducción fonográfica.
(Principia por el quinto verso del texto dictado.)
1. Ká mapu, ká mapu, ká mapu che meu n·ai eu
2. Tránákənometun ñi kùme lamŋen ke em.
3. Éllákelai mai n·ai,
4. Élláŋelai mai n·ai
5. Tañi kùme lamŋen ka eu,
6. Tránákənometufiñ ŋa
7. Ká mapu che meu ŋa eum.
8. Eimi ŋa mi duam mai, lamŋen,
9. Eimi ŋa mi duam mai, lamŋen,
10. Wéñómen mai,
11. Wéñómen mai,
12. Ká mapu che meu n·ai, lamŋen.
13. Moŋen mai ñi piuke n·ai,
14. Kónùmpaketun n·ai ñi kùmeke ñi lamŋen eu.
15. Ŋùmalkauketun mai ŋa é.
16. Rúpakéi ŋa tráfuyá,
17. Rúpakéi ŋa antù n·ai, eu, eu
18. Ŋùmalkauken mai, lamŋen,
19. Ŋùmalkauken mai, lamŋen.
20. Ká mapu che meu n·ai é
21. Tranakùnometun ŋa ñi kùme lamŋen:
22. Eimi ñi duam mai, lamŋen,
22. Wùtrapatun ka n·ai
24. Təfachi ŋa mapu meu.
El metro es trocaico; mas no pocos troqueos se hallan reemplazados por silabas largas que todas tienen la duración de un troqueo. Empiezan por una silaba larga los versos 1—4,6 y 7, 10—12; 14 y 15, 20 y 23. Con troqueos incompletos terminan los versos 3 y 4, 6—13, 15 y 16, 18 y 19, 22 y 23. Los versos 1, 2, 5, 7, 14, 24 terminan en un espondeo, solamente el verso 17 en dos espondeos. El verso 21 es el único que consta exclusivamente de troqueos completos. En el verso primero se repite tres veces la palabra ká, que siempre es silaba larga y equivale, pues, á un pié completo. Duam léase: du-am; wù: u-ù.
Las dos, respectivamente cuatro sílabos largas terminales son eu (disílaba), ke em, eum (=em). E (larga) de los versos 15 y 20 y eu son interjecciones que sirven para sostener la cadencia del verso.
Nos iremos con todo, así sólo se acabarán las habladurías de nosotros.
51.
(Carmen Silva)
Amukatuayu ñi mapu meu,
Vámonos no más á mi tierra,
Aŋkashkəleayu, trelpoŋkəleayu
En un caballo juntos, de trote iremos,
Aŋkashkəleayu, lamŋen kai
En un caballo juntos, hermana.
Ayùulu amukaiayu ñi mapu meu;
Si me amas, vámonos á mi tierra;
Ayùulu kureyewayu.
Si me amas, nos casaremos
52.
(El mismo)
Hombre:
Ŋollikatun, ŋollikatun kai
Me emborraché y de nuevo me emborraché
Wiŋka pùlku meu,
Con el licor de los gringos,
Ŋollikatun, ŋollikatun kai
Me emborraché y de nuevo me emborraché
Charu pùlku meu
Con un jarro de licor.
Mujer:
Ŋollialu, ŋollikaiayu, lamŋen
Habiendo de emborracharnos, emborracharémonos, hermano.
Ŋollilu kai, ¿chumayu kai?
Y borrachos, ¿qué haremos?
Ŋollikaiayu məten
Emborrachémonos no más
Wiŋka pùlku.
(Con) licor de los gringos.
53. Otra canción pehuenche,
(referida por Manuel Kurùwala)
Féola mai tremn,
Ahora soy grande,
Kuifi mai tremlan;
Antes no lo era;
Féola mai tremn, lamŋen,
Ahora, pues, soy grande, hermana,
Kuifi mai ta tremlan.
Antes no lo era.
Eimi mai ta tremərkeimi, lamŋen
Tú, pues, también ya eres grande hermana.
Fəreneqelu meu Ŋenechen
Si Dios nos favorece,
Moŋeayu mai lamŋen.
Viviremos, pues, hermana.
El joven expresa á la niña con timidez, que los dos tienen la edad de casarse, pero no se atreve á declararla abiertamente su intención de casarse con ella
En cierta [77] hebra de pasto anudado nos pararemos en la vuelta, compañero.
El texto es exactamente así como nos lo cantó Julian Weitra sólo que el primer verso ha de repetirse dos veces.
61.
(Juan Painepi)
La siguiente canción canta un joven á una niña. Le aconseja que se fije en la buena conducta de él, confiando en que ella en tal caso no se enamorará de otro. Pero también deberá ella portarse dignamente para ganarse la voluntad del joven, que asimismo la observará.
Se da el nombre de machi ó fileu á ciertas personas indígenas[87] que desempeñan el oficio de curanderos y cuya arte se apoya en la suposición de que todas las enfermedades interiores son producidas por un mal influjo misterioso.
De las funciones de machi es inseparable el canto, acompañado por el toque de la caja[88].
Una parte de las canciones recogidas por el R. P. Sigifredo, y tomadas algunas de boca de las mismas machis, tiene por argumento saludar al enfermo, expresarle el pésame, ponerse á sus órdenes. Otras las parece cantar el mismo enfermo, cuando va á consultar á la machi en su propia casa ó cuando es visitado por ella, siendo entonces el tema de tales canciones expresar a la machi sus temores de tener un wekufù (demonio) y pedirle humildemente su auxilio.
En algunas canciones el asunto principal es la promesa de la machi de traer al enfermo remedios, de ordinario meliko[89] (ó melinko) ó maréupu llaweñ[90]; pretende buscarlos en el volcán, pero las más veces sobre una cascada, á veces el tal remedio es niebla de la cascada, agua de la cascada azul, flor azul buscada allí[91].
En otras canciones se indica la causa de la enfermedad. Se atribuye á varias clases de wekufù. Entre ellos es nombrado el demonio torbellino, á veces con el atributo de negro, el mensajero de éste y el diablo nortino[92]. O se atribuye como causa próxima á los alwe wekufù (almas perjudiciales[93]), llamadas también alwe pəllomeñ[94] ó witral = ó witran alwe[95], a quienes falta algo (material) para ir al lugar de su descanso en las regiones celestes. La presencia de estas almas la diagnostica la machi, observando p. ej. los movimientos, no se sabe si del enfermo ó del alma y que son parecidos al andar de los moscónes azules (pùllomeñ).
Según las mismas machis el mal es tirado por alguna persona, enemiga á la víctima, ó es adquirido por un encuentro con el wekufù que envuelve a su víctima en un torbellino, ó le hace puente, sobre el cual tiene que pasar, la lleva á su cueva subterranea, corre con ella, la coge por el corazón ó por la cabeza. Dicho mal se establece en los huesos ó en el vientre ó en cualquiera otra parte del cuerpo, lo mismo, cuando es alma perjudicial[96]. La machi lo hace venir con sus artes a la superficie del cuerpo y de ahí lo extrae chupando, lo escupe en unas hojas, que luego se queman, ó se le escapa y entonces ha de perseguirle, corriendo con él, uno regulando y la otra siguiéndolo, en posturas de cuerpo las más raras, hasta que alcanza á cogerlo en el aire ó en el suelo en forma de un palillo ó de una pajita ó de un pelo ó de una largartija. El tal objeto es quemado en seguida: el diablo, convertido en humo ha de retirarse á su cueva y el influjo malo queda roto. Mas al alwe wekufù le provee la machi con una rama sagrada de canelo ó de palguin y lo despide á las regiones celestes.
Otras canciones tienen por argumento la disposición de la machi, necesaria para que se hagan eficaces sus funciones. Esta disposición depende de las visiones que tiene al buscar sus remedios. Las tiene á veces junto á una cascada, otras veces en otro lugar. En ellas desempeña gran papel el árbol canelo (foye) y un animal fabuloso de forma de culebra, llamado piwichen, del cual nombran tres especies, el kumpiwichen[97] el iwaipiwvichen[98] y el llaitakintui-piwichen[99]. En una ó dos canciones llama y conjura la machi á su mismo arte para que venga sobre ella.
Una clase especial de los machi ùl son las canciones que se cantan al enfermo cuando empieza la mejoría como para alentarlo y felicitarlo. En ellas se alude también al sacrificio de cordero y gallina que se hace en beneficio del enfermo ó que podrá volver á hacer en los solemnes ngillatunes. Se llaman konaq ùl nombre que no podedemos explicar. En tales ocasiones toma el lenguaje un alto vuelo poético.
El R. P. Sigifredo se ganó tanto la confianza de los machis hombres y mujeres que le manifestaron los nombres de los diferentes artes de machi: son diecinueve los que enumera, y sólo podemos dar una explicación etimológica de algunos de dichos nombres. Sin embargo los reproducimos aquí para que puedan hacerse respectivas investigaciones.
Malloldomo (arte del machi José Wichamañ). Domo es mujer, mallol?.
Llaweñmadomo, tal vez: mujer que encontró remedios.
Lululwentru, tal vez: hombre ruidoso.
Antùwapin·da: pin·da picaflor, antù sol, wa maíz.
Ŋùmaillawen: lloró remedio, ó sea cierta clase de trévol.
Ñuikonme ùllcha: niña (ùllcha) que hasta (konme[100]) se perdió.
Ñuikonme weche: joven (weche) etc.
Iwəlmawida: árbol trepado
Úiyəmforo: hueso encendido (arte principal del machi Pangi).
III. CANCIONES DE MASCARAS, DE FIESTA, DE MOCETONES Ó DE GUERRA.
Koloŋ ùl. Kawiñ ùl. Kon·a ùl ó weichatupéyəm ùl.
INTRODUCCIÓN.
Véase pg. 45, 18.: La fiesta de las máscaras.
El R. P. Sigifredo trae la nota: „Estas canciones se cantan al inaugurar una casa nueva. El dueño de la casa es ŋen· ruka. El encargado del trabajo de techarla es kafo (=cabo). De ordinario hay dos kafo. Cada uno trabaja la mitad de la casa, es decir, un larguero y una culata. Estando concluida la casa, junta cada kafo sus koloŋ[160] (=máscaras) al lado de la casa que ha trabajado. Los koloŋ tienen adornos de flores y tocan la caja. De ordinario pelean ambos bandos.“
Varias de estas canciones aluden á guerras y guerreros antiguos y les hemos añadido otras, que venían con el nombre konaq ùl. Pero, como se distinguen por su contenido de los konaq ùl de las machis, tratándose en ellas no de enfermos, sino de alentar un cacique á su mocetón para ir á la pelea y mostrarse bravo, hemos consultado á Domingo Weñuñamko sobre el particular. Este nos dijo entonces que más bien merecían el nombre de kon·a ùl ó de weichapéyəm ùl que sería canciones de mocetónes ó de guerra respectivamente.
1. Canción comp. y ref. por José Wirimañ.
Ayùnŋellai ñi wé ruka ta ùl·men!
Muy linda es la casa del ulmen.
„Famfamŋepai“, piŋelleafun chi.
Dirán de mí: „Todo ha hecho él.
Kolletu mai iñche:
Sin ser convidado vengo á beber:
Feolá ŋollipan
Ahora me voy á embriagar,
Ñi wé ruka meu ùl·men.
En la casa nueva del rico.
Doce canciones referidas por Painemal Weitra.
2.
Antùpaiñamko femŋerkeafun, konafun ta
Quisiera ser como águila del sol, me entraría
We ruka meu,
En la casa nueva.
Antùmañawa ŋefuli, konafun ta
Si tuviese gorra del sol yo, me entraría
Pu pùlli ruka,
Por debajo del suelo,
Anùkonpuafun wé ruka.
Y me sentaría dentro de la casa nueva.
3.
¿Mufùi mi capitan kon·a?
¿Cuántos son tus capitanes?
„Aukaŋean“ pimi,
„Quiero pelear“, dices,
Wenchulican em.
Huenchulican finado.
„Aukaŋean, pimi.
„Quiero pelear“, dices.
¿Tunten nieimi kùmeke kon·a
¿Cuántos buenos mocetones tienes
Mi aukaŋeaqel?
Para hacer guerra?
4.
Witrátripaŋe wekun ta ruka;
Sal á pararte fuera de tu casa;
Nùtramkaiayu, wéupikaiayu.
Conversaremos, parlamentaremos.
Witrátripalleŋe mai, weupikatuyu.
Sal no más, parlamentemos.
Anùtuai ta mapu.
Se pacificará otra vez la tierra.
5.
Ŋeikùlùi witraŋen meu
Balanceaba al tirarlo
Maùlka foki.
El boqui torcido?.
Traitrayùi mawida
Resonó la montaña
Anùpaialu wé ruka meu.
Para sentarse en la casa nueva.
Kùdauŋen meu foki:
Al trabajarlo:
Ñi anùletuam kùme domo, kùme wentru,
Para que se establezca una buena mujer y un buen hombre
Ñi anùletuam wé ruka.
Y se coloque una casa nueva.
6.
„Kawiñtuan“, pi mai təfachi kùme wentru.
„Daré festín“, dijo, pues, aquel hombre bueno.
„Kawiñtuaiñ“, pi mai pu ùl·men.
„Celebremos un festín“, dijeron, pues, los ulmenes.
Kùmelen meu taiñ pu ùl·men, fei meu mai
Porque les va bien á nuestros ulmenes, por eso, pues,
Se destina un premio que puede ganarse. Juégase con diez habas blancas, que en un lado tienen su color natural y en el otro están pintadas de color negro.
Existen diez palitos y cuatro palos grandes, con los cuales se paga cada juego. Cayendo 4 negras se paga un palito. Cayendo las 10 negras se pagan 2 palitos.
Habiendo ganado los diez chicos, se paga un palo grande.
El que saca los 4 palos grandes, se lleva el premio.
Los indios no trillaban antes con yeguas, sino que cortaban las espigas, las amontonaban, y en la noche, al son de la caja, bailaban sobre las espigas, extendidas por el suelo afuera, ó dentro de la casa cuando era espaciosa, tomándose por la mano siempre un hombre y una mujer. Todavía lo hacen de esta manera, cuando no tienen yeguas.
↑Los indígenas no saben explicar esta palabra. El R. P. Sigifredo preguntó á muchos por ella é hizo que preguntara el relator, recibiendo explicaciones las más inverosímiles y contradictorias, hasta decir una vieja de las más sagaces que significaba „Dios“. Mas no cabe duda en que es una interjección, que expresa afecto de ternura y tristeza.
↑ŋùmalkawn= ŋùman. La construcción es muy difícil de entender, pero muy frecuente.
↑ 27,027,1La primera mujer, llamada „señora“, tal vez por ser de nacionalidad extranjera, ó sea porque sabe defender sus derechos de mujer legítima y de ama de casa. Señora = ó Chiñura piñom niei tiene a una señora (no indígena) por mujer.
↑ 28,028,1fochəm hijito, pero entiéndase al hombre.
↑La mujer, casi aburrida de vivir, á causa de las habladurías de que es víctima, teme que la mosca azul, que se le había pasado encima, sea señal de su muerte inminente.
↑ 38,038,1Pichuln es aventar. En la traducción se ha introducido la palabra „nubes“ lo cual se justifica comparando pg. 279, 4° de nuestra Gramática araucana.
↑ 39,039,1La conmoción que siente la mujer se explica por lo que le ha sucedido, tal vez ve en ello un mal presagio, ó bien se encuentra con los nervios excitados á consecuencia del esfuerzo hecho con el fin de vencer aquellos obstáculos misteriosos.
↑El texto está puesto conforme a la reproducción fonográfica.
↑Literalmn.: un día, pero se entiénda: algún tiempo; lo explica la proposición „fentren tripantu moŋéiawan“ que en la paráfrasis se sigue á, „kiñe antú moŋen“.
↑ 50,050,150,2Es traducción del verso sexto. En indicativo: ¿„ŋùmarupaiawi“, pipelaqéneu Dios?, fei meu moŋen.
↑El esposo de la niña á la cual se dirigen las canciones 19 y 20 había venido de otro lugar lejano, y su intención había sido llevársela para su casa; mas como á ella no le daba mucha gana pasar á vivir lejos de sus padres, manifestó al joven que no tenía maña ni mal genio, por lo cual él se resolvió a quedarse al lado de sus suegros. Ahora se presenta el caso de que la mujer le ha salido muy guapa, teniendo en todos los disgustos matrimoniales el apoyo de sus padres. Esto le da motivo para muchos sentimientos los que prudentemente hace saber á su esposa en forma de una cancion.
↑Transicion de 1a. á 2a. persona con interposición de e; el pronombre corresponde á la persona paciente.
↑ 66,066,1Los indígenas no han podido darnos explicación alguna de esta comparación tan rara. Probablemente quiere decir el poeta que sus tíos han quedado abandonados y olvidados, así como el avestruz abandona y olvida sus huevos.
↑llamŋeñ apocopada. No hemos encontrado la forma en ninguna otra canción.
↑Casi la misma expresión se encuentra pg. 172, 17.; pero allí la traducción es distinto.
↑ 69,069,169,2es infinitivo: al hablarse de nosotros, al alabársenos
↑es afirmación en forma de interrogación negativa.
↑ 71,071,1más bien: en la conducta que una niña observa en las fiestas donde se sirve licor.
↑ 76,076,1Cierto mapuche argentino. Este verso se repite.
↑ 77,077,1 En la vuelta se juntarán otra vez en cierta hebra de pasto que al partir dejaron señalada con un nudo.
↑Primera persona de imperativo del verbo pin. La pronunciación de pi es de más duración que en pichi pequeño, el cual en Panguiqulli se pronuncia pəchù.
↑Predominan los anapestos; mai y peñ al fin equivalen á sendos anapestos.
↑Literalm.: cuatro aguas; y, de hecho nos ha asegurado un indígena que ha de ser un remedio, compuesto de agua, tomada de cuatro diferentes chorros. Pero hay también una yerba medicinal del mismo nombre.
↑Literalm.: doce remedios; así lo traducen los indios, riéndose de la bobería de la machi. Más probablemente tiene relación con el maréup u ó marewepull mudai (pg. 33, nota 2, y pg. 237) y con el Maréupuantù (pg. 237), sin que los indios modernos se dén cuenta de ello. También el cuatro es número místico. cf. pg. 33, 14,, pg.35, 15 y pg.46, 4.
↑Llama la atención que muchas mujeres indígenas tienen el nombre de Trayen, Kallfùtray, Kallfùray, Kinturay. Cfr. nuestro opúsculo: „Cómo se llaman los Araucanos pg. 39 y 40.
↑ 103,0103,1Una mujer pillañ es activa en ciertas curaciones de la machi y en los nguillatunes. Pillañwentru es tal vez el hombre que en el nguillatun lleva la bandera amarilla en que se amarran los corazones de cordero con hilo azul (pg. 41) y el mismo sarkento que ha de cuidar el pillañ kùtral (pg. 37).
↑ 104,0104,1Literalm.: „sacarlo“ y lo „sacaré“ respectivamente, y entiéndase, „sacar de la enfermedad“.
↑Alwe es vulgarmente „un ánima“: tiene el epiteton wekufù cuando hace daño como éste, y es „alwe pùllomeñ“ ó „pùllomeñ alwe“ cuando existe en forma de moscón azul (cfr. pg. 239 abajo). Según comunica el R. P. Sigifredo, dan los indios á cada finado un huevo y una varilla de laurel en la mano para que tenga el alma que comer y para que se defienda, y es creencia entre ellos que las „ánimas“ pueden hacer mal á los vivos como el „wekufù“.
↑ 119,0119,1Kukau „un hueco en los árboles arriba“.
↑Los indígenas prestan mucha atención á las voces de los pájaros interpretándolas á su modo supersticioso. De los chucaos dicen que tienen dos clases de lenguaje, una que anuncia desgracia y otra que anuncia dicha.
↑Probablemente forma apocopada de kintul·awen·peyəm.
↑Las canciones 27, 28, 29 vienen con el título „Trayenko cascada“. En ella promete la machi traer remedios que crecen en derredor de una cascada.
↑Guevara, Historia de Araucanía tiene: Mellicolahuen, remedio de mellico-planta afrodisíaca.
↑Un indígena, al leérsele la canción, que conocía, observó: „Kolloŋ femŋechi ùlkatnlkefi machi.“ Esto quiere decir: Los colongues (véase pg. 45, 18. 1. y los Kolon ùl) cantan asi á las machis; será, pues, por burla.
↑Debe de significar número, no cierta clase de remedio. En otras canciones pide la machi al arte para que le cuente los remedios. O, tal vez tiene mariepurawen· relación al marewepull ó maréupu. Cfr. pg. 33 y nota 2. y pg. 237.
↑Véase pg. 290. Pero aquí probablemente se trata de unos seres sobrenaturales.
↑El R. P. Sigifredo había apuntado: „Wekufùtulleñmau“. y á esta forma le corresponde la traducción. Domingo Seg. Wenuñamko introdujo „Wekufùtullelmn“ cuando repasamos con él los textos; pero no lo comprendemos.
↑Literalm.: Sólo á saltos es tu venir para arriba. El relator dió la siguiente explicación: Wente trəlke ñi məlepaiam wekufù, fei mo fei pikei chi machi. A la epidermis ha de tenir á estar el demonio, por esto dice esto la machi.
↑Después de haberlo sacado la machi del cuerpo del enfermo, lo envuelve en hojas de chupon y lo echa al fuego.
↑ 158,0158,1Encontré un agua que corría. Entonces te dije: „Le voy á seguir“.
↑ 171,0171,1Tal vez hay que traducir: Pues los ulmenes tienen pena.
↑La canción es cantada como está puesta sin variación de texto. Cada dos versos forman una estrofa y se cantan con la misma melodía. El metro es yámbico lo que se nota muy bien en la melodía. El último yambo de cada verso está reemplazado por una sílaba larga que equivale á un yambo. El cuarto verso de muestra canción consta de un yambo y tres sílabas largas (= tres yambos). Los versos quinto y sexto de un yambo, una silaba larga (= yambo) y otro yambo.
↑ 175,0175,1Probablemente de Inaitraru y de Maripillan los cuales deben de haber sido famosos guerreros antiguos y que convertidos en pillañes aún siguen peleando en los aires contra los pillañes de los huincas y de los huilliches.
↑Literalm.: decirte... á tus capitanes. „Te“ es dativo supérfluo.
↑ 178,0178,1178,2178,3Febrés tiene en su diccionario: „Mañahue, un sombrero de cuero que no le entrará la bala“. Nuestro relator dijo mañawa y lo tradujo por gorra, ha de ser, pues, wañawa una variante de mañahue. Tal vez ha de entenderse: Si tuviera el sol por gorra, ó respectivamente la luna, ó una gorra tan linda como el sol ó la luna.
↑Chiŋan, significa según Febrés sobras de bebidas, y „recogerlas“: chinahue, „el jarro en que las recogen“.
↑Llaŋka, regún Febrés (llanca), unas piedras verdes que estiman mucho. Comparándose la expresión chiŋawe llaŋka con malwe laŋka (véanse pg. 41 n.o 30 y su nota 2), se nota que aquí se trata de un jarro para guardar mudai para el ŋillatun ó sobrante del ŋillatun.
↑ 185,0185,1Véase pg. 290. También podría leerse: „Peumatuaimi Kállfùmal·en“ soñarás otra vez con Kállfùmal·en. Ignoramos cuál será el modo correcto de leer este texto.
↑Toros llaman á los dos que principian el juego, cruzando en el hoyo las chuecas.
↑Tal vez se alude á la rapidez con que el gavilán se lanza sobre su presa. No podemos aceptar la explicación dada por uno de los indígenas, según la cual dicho pájaro tiene la costumbre de cortar volando la cabeza de su víctima.
↑ 189,0189,1Estas palabras van dirigidas á todos los mocetones. Parece que la provocación precede mucho tiempo á la pelea, pues el provocado tiene aún lugar de proveerse de buenos palos de luma, buscándolos en el sur.
↑ 190,0190,1Literalm.: dicen de mí. No extraña la forma primitiva del verbo; la hemos traducido por el futuro.
↑ 191,0191,1La pampa donde se celebran las rogativas.
↑ 202,0202,1 Estas palabras y todo lo siguiente, menos los dos últimos versos, van dirigidas á las habas que sirven para el juego.
↑ 203,0203,1El montón de espigas es comparado á un volcán.
↑Wilulwilul es voz onomatopéyica que imita el clamoreo de los tordos con que parecen expresar éstos su disgusto cuando están comiendo en el trigal y una persona los espanta al pasar.
↑Esto quiere decir que junto con el trigo bueno se recoge y trilla también lo que se les ha caido á los choroyes al mascar el trigo en el campo.
↑El gilguero es otro ladrón de trigo; éste, disgustado de quitársele su presa, da un fuerte puntapié al cosechero quebrándole una costilla.
↑= rəŋan. Los indígenas no suelen aplanar el suelo donde bailan, ni el de su casa.
↑Forma de imperativo negativo que no figura en nuestra Gramática. = trankilŋe.
↑ El joven tiene la galantería de advertir á su compañera sobre un hoyo para que no tropiece allí lo cual la expondría a la risa de la concurrencia.
↑ 210,0210,1Participio en lu. 3a Transición; véase nuestra Gramática pg. 185 y 195 no 9.
↑ 211,0211,1Entiéndase la dueña de la casa donde hay la trilla.
↑ 212,0212,1Véase la primera canción de trilla, nota 3.
↑ 213,0213,1Los dueños de la cebada en recompensa del trabajo.