Y en la horca sin piedad,
En lugar del que faltaba
Ella lo ayudó á colgar.
Lo que prueba que una viuda
Si el amante vá detrás,
Dolor de marido muerto
Le es muy fácil aliviar.
Acabó sus dias una mal casada, y como su marido la hiciese retratar muerta, dijeron algunos que se maravillaban de aquella ternura, y que era señal de haberla querido mucho.
— En efecto, dijo otro; y por eso la hizo retratar el dia que mejor le pareció.
Prometió un letrado á un labrador que si le daba un doblón le enseñarla á pleitear de forma que siempre venciese: ofreciólo el labrador, y el letrado dijo:
— Niega siempre, y vencerás siempre.
Luego le pidió el doblón y el labrador contestó:
— Niego haberlo prometido.
— Ese remedio no sirve contra mí.
— Entonces tampoco debo pagar, puesto que no gano siempre.
— Mas sabes que yo, repuso el abogado.
Una mujer enferma envió á llamar al médico, y después que la hubo visitado le ofreció una gallina. En saliendo el médico de allí la pidió á la criada y se la llevó.
Después que se levantó la mujer de aquella dolencia contó sus gallinas; y preguntando por la que