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LV
HISTORIA DE CHILE

ver en el último libro de su feliz gobierno, y de sus señaladas victorias [1] sin otras naciones que de la otra banda de la Cordillera nevada y de sus ardientes Volcanes, va conquistando y sugetando a la obediencia de las dos Magestades, por medio del padre Nicolas Mascardo, de la Compañia de Jesus, Rector de las missiones Apostolicas de Chiloé, que sin armas, sin soldados y sin gasto de millones, va conquistando millares de almas, con cuya relacion, gustosa y de edificacion, da fin este volúmen [2], variado con pazes y guerras segun la variedad de los tiempos y la inconstancia de los Indios. De todo lo qual he sido testigo de vista, que es calificacion de la Historia y credito de la verdad, que es el alma de ella. Vale.




APROBACION
del Dr. D. Pedro de Careaga Elossu, Dean de la Santa Yglesia de la Ciudad de Santiago de Chile, Comissario del Santo Officio y del Tribunal de la Santa Cruzada.

Dos felicidades hallo discretamente unidas en esta tan deseada como aplaudida historia: la primera felicidad de la misma historia, pues habiendo acometido sus dificultades batientes tanta pluma grande que temiendo despeños de Icaro hizo la bella retirada, halló este Iayan aliento, que las atropelló todas. La segunda felicidad, la del Rmo. Padre Diego de Rosales, dos bezes méritissimo Provincial de esta Provincia, cuya pluma, siendo de Aguila en el buelo, ha sido Fenix por Unica, que venciendo una selva de incultas dificultades ha sido unica en llevarse los aplausos que han merecido sus repetidos desbelos. Todo cuanto veo en ella son luzes, a quien no se atrebe ni una sombra, prueba de la altura a que voló esta pluma feliz, que al sol solo quando está en su mayor altura le hazen cortesia las sombras. Nunca he visto el alma de la historia con mas alma que en esta y parece que la leia el Principe de la Eloquencia quando pintándola dixo: testis temporis, lux veritatis; Vita memorie; maestra Vite, et Vetustatis nuncia. Testigo de los tiempos la llamó, y es testigo tan fiel esta historia, que parece ha hecho escrupuloso juramento de decir Verdad. Luz dijo tambien que era de la Verdad, y han menester todas estas luzes estas Verdades que tanto tiempo han estado en las tinieblas de tan dilatado olbido, y quién, sino quien tiene tanta luz de este Reyno, pudiera dársela a esta historia? y asi como dixo: "La Verdad es los ojos de la historia," este libro es como aquellos Sagrados animales todos ojos, y es un estrellado cielo en quien compiten los ojos con las estrellas. Vida de la memoria afirmó que era, y a bizarrias tan dignas de memoria como las de esta historia, acierto discreto ha sido del Rmo. Padre Diego de Rosales darles tanta Vida como les dan los alientos de Eloquencia de su eruditissima Pluma. Y para esta historia me parece que dexó su epigrama un ingenio moderno:

"Illa ego, que gestís presum Custodia rebus
Diggeror quod caveas, quodque sequaris iter.
Prisca que ne veleris Vanescat gloria Sepeli,
Vivida deferant que monumenta damus
Mesine quis prudens, Vnde experientia maior
Qui me adit tamdem non mage doctus eat?"


  1. Estas palabras confirman plenamente nuestra persuasion enunciada en la vida del padre Rosales sobre que éste prolongó su historia hasta el gobierno del presidente Enriquez.
  2. El autor habla aquí de segundo tomo, pero es solo uno, porque, como ya hemos dicho, el 1.° iba a contener su descabalada historia eclesiástica, llamada por él Conquista espiritual, i la cual no se ha publicado ni se publicará jamas probablemente.