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LA VOZ DEL ALMA EN PENA
de varias cajas de empaque se miraban esparcidas aquí y acullá. En una de esas tablas pude leer esta marca hecha con un hierro candente: “Walrus,” nombre del buque de Flint, como se recordará quizás.
Aquello era claro como la luz del día. El escondite había sido descubierto y explotado. ¡Las setecientas mil libras habían desaparecido!