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La teoría de la relatividad de Einstein.

Einstein reconoció (1905) que en la contracción y en el tiempo local de Lorentz no se trata de un artificio matemático, ni tampoco de ilusión o engaño físico, sino de los fundamentos de los conceptos de espacio y tiempo en general.

De las dos proposiciones 1 y 2, es la primera puramente teórica y conceptual, mientras que la segunda está fundada empíricamente.

Ahora bien; como la segunda, la ley de la constancia de la velocidad de la luz, tiene que valer con certeza completa experimental, no queda más recurso que negar la primera, y con ella los principios de la determinación del espacio y del tiempo, tal como hasta ahora han sido empleados. Tiene, pues, que haber en estos principios un error o, por lo menos, un prejuicio, una confusión entre hábitos y necesidades del pensamiento, obstáculo conocido a todo progreso.

Y el prejuicio reside en el concepto de simultaneidad.

Pasa por evidente que tiene buen sentido la proposición siguiente: un suceso que ocurre en el lugar A, por ejemplo, en la Tierra, y otro suceso que ocurre en el lugar B, por ejemplo, en el Sol, son simultáneos. Al decir esto, se supone que conceptos tales como momento del tiempo, simultaneidad, antes, después, etc., poseen en sí mismos, a priori, una significación válida para el conjunto del universo. En este punto de vista colocóse Newton cuando postuló la existencia de un tiempo absoluto o duración absoluta (III, 1, pág. 67) que transcurre «uniformemente y sin referencia a ningún objeto exterior».

Mas para el físico, que verifica mediciones, no existe tal tiempo. Para él la afirmación de que un suceso en A y otro suceso en B son simultáneos, no tiene en absoluto un sentido; pues no posee ningún medio para decidir si la afirmación es exacta o falsa.

En efecto; para poder juzgar la simultaneidad de dos sucesos que se verifican en distintos lugares, hay que colocar en cada uno de esos lugares relojes de los cuales se tenga la seguridad de que andan iguales, «sincrónicos». La cuestión viene, pues, a parar a esta otra: ¿puede indicarse un medio de compro-