tomada como eje x, y entonces queda establecido el eje t como paralelo a la recta que toca en P. De igual modo puede el eje t ser elegido como una línea universal cualquiera que toque a la curva G = -1, y entonces el correspondiente eje x queda determinado unívocamente por la construcción análoga.
Estas reglas vienen a substituir las leyes de la cinemática clásica; en éstas el eje x era el mismo para todos los sistemas inerciales, la unidad de longitud estaba dada fijamente en él y la unidad de tiempo era igual a la sección sobre el eje t, en general oblicuo, hecha por una recta determinada, paralela al eje x (véase pág. 88, fig. 37).
¿Cómo es, pues, que esas al parecer tan distintas construcciones son en realidad apenas discernibles?
![fig114](http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/2/26/La_teor%C3%ADa_de_la_relatividad_de_Einstein_%28page_274_crop%29.jpg/220px-La_teor%C3%ADa_de_la_relatividad_de_Einstein_%28page_274_crop%29.jpg)
Ello obedece al enorme valor de la velocidad de la luz c, si se mide en centímetros y segundos. En efecto; si en la figura queremos representar 1 sec. y 1 cm. por distancias de igual longitud, habrá que reducir el dibujo en la dirección t, de manera que todas las distancias paralelas al eje t se compriman en la relación 1:c. Si c fuese igual a 10, resultaría una imagen como la que presenta la figura 114; las dos líneas luminosas formarían un ángulo agudísimo que representa el espacio dentro del cual juegan los ejes x; en cambio, el ángulo que queda para los ejes t sería muy grande; y cuanto mayor sea c, tanto más resaltaría la diferencia cuantitativa de variabilidad entre la dirección x y la t. Para el valor real de c, que es 3·1010 centímetros/sec., no podría hacerse el dibujo en el papel; las dos líneas luminosas coincidirían prácticamente, y la dirección x, que cae siempre entre ellas, sería, pues, constante. Esto