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266 CONGRESO NACIONAL

pero Orrego, arrojado ya a un atentado, se dispuso a cometer varios, siendo el mayor el desobedecimiento a esta suprema disposición, que hasta hoi no ha cumplido, insistiendo en perseguir a Castro.

Los hechos relacionados así, en globo, nada parecerán a los que, encorvados por tantos años bajo el yugo de la tiranía, que creían i vivían contentos, considerándose las bestias destinadas a tirar el carro de la arbitrariedad; pero hoi que la libertad ha nacido sobre la tumba de los héroes de la Patria, que murieron por ella i que está vestida de su sangre i de nuestros sacrificios, tenemos un derecho imprescriptible a conservarla como la joya de tan inestimable valor; es un criminal aquel que consienta el menor abuso del poder sobre el pueblo, por parte de los encargados de su administración.

Yo denuncio a la Nación al delegado Orrego como a un delincuente, como a un infractor de la lei mas justa i benéfica, i conjuro, a nombre de la Patria, a la Representación Nacional, para que haga respetar, guardar i cumplir las instituciones que dicte, contando con la opinion de los buenos ciudadanos, que prestarán su cooperacion activa, para que se haga efectivo. Maldigo al chileno que no respete los derechos sociales, i al majistrado que vijila en guarda de ellos; pero también maldigo al que, por apatía o esa débil deferencia que caracteriza al esclavo de un sultán, consiente se hollen los suyos ni en la menor parte; entiendan los funcionarios públicos que no son los árbitros del poder que ejercen, sino sus fieles depositarios; que son unos meros oficiales de la Nación para servirla, i que su encargo mas sagrado es la guarda de las leyes que sus comitentes les pusieron en la mano para que los gobernase por ella. —Santiago i Noviembre 8 de 1826. —Un habitante del campo.


Núm. 428

Soberano Señor:

El ciudadano adoptivo Cárlos Wooster, capitan de navio de la escuadra nacional, en el servicio de la República, ante Vuestra Soberanía respetuosamente parezco i digo: que, nacido en los Estados del Norte, amé la libertad desde que rayó en mí el uso de la razón, i esta natural propensión i sagrados deberes, me instaron a dirijirme a esta República para ayudar con todas mis fuerzas i sostener estos derechos que con tanta justicia reclamaba; i tengo la satisfacción que desde el año dieziseis he coadyuvado con mis intereses i servicios a la consecución de tan justos fines. Ya, mediante los esfuerzos i sacrificios de estos ciudadanos, Chile reposa tranquilo en el seno de su libertad, i yo, deseoso de unir mis relaciones familiares, pienso trasladar mi familia desde Norte América, i acabar el resto de mi vida en esta República; pero solo hace falta la gracia de que el buque que la conduzca sea libre de los derechos que satisfacen al Erario. Si la piedad de Vuestra Soberanía se digna dispensarme esta gracia, tendré la satisfacción de unirme a mis consanguíneos i morar con ellos en un suelo que, con lisonja, puedo decir que he tenido una pequeña parte en su libertad. Si así lo alcanzo de Vuestra Soberanía, daré las mas espresivas gracias por tan singular favor, que espero conseguir. —Carlos G. Wooster.



Núm. 429

Mis mui respetables señores:

Sin embargo de no acompañar al que suscribe el mas pequeño mérito para elevar a S. E. la súplica de una gracia, lo hace, seguro de que su jenerosidad le dispensará la satisfacción de avanzar a hacerla i la que solicita si fuere posible, cuya petición es se le atienda al señor comandante del bergantín Aquiles, don Cárlos Wooster, en la solicitud que me dice va a entablar a Su Soberanía para traer a su familia a este país, librándole los derechos al buque que la conduzca.

Esta es mi petición i es la que espero de S. E. a cuya Soberanía se ofrece sumiso i gustoso su atento e invariable Q. S. M. B. — Valdivia, Agosto 8 de 1826. —Ramón Picarte. —Señores del Soberano Congreso.



Núm. 430

Señor:

El capitan de navio don Cárlos Wooster se ha hecho acreedor, por sus servicios, a la consideración i gratitud de los chilenos. Vuestra Soberanía que lo representa ahora, está en aptitud de conceder a este digno paisano la gracia que solicita de trasportar su familia i aumentar con ella en Chile el número de los republicanos.

Yo pido respetuosamente a Vuestra Soberanía e interpongo mis cortísimos servicios en favor de este jefe, persuadido de que él pagará con usura con sus buenos servicios esta gracia si Vuestra Soberanía se la concede.—Soberano señor. —J. S. Aldunate.



Núm. 431

La Comision de Peticiones, considerando la que hace el capitan de navio don Cárlos Wooster, encuentra que pide una gracia en premio de sus relevantes servicios. Para ver si esta gracia es asequible, i sí el Congreso puede hacerla, debe pasar a la Comision de Hacienda. —Santiago,