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SESION DE 7 DE DE MAYO DE 1827

mando, i que se presentaría al dia siguiente (hoi mártes) al Congreso para prestar el juramento de costumbre.


ANEXOS

Núm. 421

Señor:

Tengo la honra de haber recibido la respetable comunicacion, del 5 del presente, en la que se me indica que el Congreso Nacional se ha dignado encargarme el Gobierno de la República, a consecuencia de la abdicación del Excmo. señor capitan jeneral, don Ramon Freire. No habria vacilado en prestar mi adhesion al desempeño de tan difícil comision, si solo hubiese escuchado los impulsos de mi gratitud; pero los de mi conciencia me han detenido, porque conoce la suma de las responsabilidades i la inmensidad del peso de semejante encargo.

Me hallaba en Coquimbo cuando tuve aviso del alto honor con que me habia distinguido el Congreso Nacional, nombrándome Vicepresidente de la República. Colocado a gran distancia del centro de los negocios, i llamado urjentemente por el Presidente de la República, diferí mi resolucion hasta ver por mí mismo el estado de nuestras cosas. Confieso, injénuamente, que me ha espantado; i midiendo la escala de las dificultades que circundan el Gobierno con la estension de mis fuerzas, me he convencido que no soi el hombre llamado por las circunstancias a presidir la República.

Sin garantías para el Gobierno, sin leyes ni reglas establecidas para gobernar, i con los demas obstáculos que el Congreso no ignora, ¿cómo es posible que ose aceptar un cargo que el jeneral Freire con sus virtudes, con su popularidad i con su crédito militar ha dimitido, por los motivos que espone en su abdicación? ¿Qué puedo esperar, si él no ha podido dar vitalidad a la administracion? La rectitud de las intenciones del Congreso me son notorias, i pagaria mui mal los honores de que me colma, si no le hablara con el puro lenguaje de la sinceridad. Esta me obliga a suplicarle encarecidamente llame al Gobierno otro individuo a quien favorezcan las circunstancias, porque en semejante resolucion se interesa la suerte del país, i aceptarme al mismo tiempo la dimisión de la Vice-Presidencia de la República.

El que suscribe saluda al Congreso Nacional con su mayor respeto i veneracion. —Santiago, 7 de Mayo de 1827. —FranciscoAntonioPinto. —Al Congreso Nacional.


Núm. 422

La Comision encargada de manifestar a la Sala su opinion sobre la renuncia que hace de la Vice-Presidencia de la República el ciudadano jeneral, Francisco A. Pinto, a quien la lei llama hoi a desempeñar el cargo de Presidente, por haberse admitido la dimisión que hizo el propietario, no puede dejar de oponerse a la admision, pues las razones en que se funda, en su opinion, no convencen bastante; porque si es la de falta de leyes para que pueda marchar el Gobierno, el Congreso las dictará oportunamente, a fin de conseguirlo; por esto es que cree deba dictarse el siguiente


decreto:

Artículo primero. Admitida la renuncia al ciudadano jeneral don Ramón Freire, es llamado el Vice-Presidente electo a desempeñar el cargo de Presidente, vacante en virtud de la admision.

Art. 2.º No considerando bastantes las razones en que se funda el Vice-Presidente para desempeñar aquel cargo, de que el país aun no tiene leyes, porque el Congreso dictará oportunamente las convenientes para que marche, i que éste Cuerpo espera proponga, en virtud de la iniciativa que se le tiene conferida al Poder Ejecutivo; no há lugar a la renuncia interpuesta.

Art. 3.º El Presidente de la Sala oficiará al de la República, trascribiéndole este decreto i previniéndole pase a ella inmediatamente a jurar el cargo para que es llamado.

Art. 4.º Comuniqúese a quienes corresponda. —Santiago, Mayo 7 de 1827. —Santiago Muñoz de Bezanilla. —Pedro Palazuelos.


Núm. 423

Señor:

El Vice-Presidente de la República acaba de recibir la honorable comunicación del Congreso Nacional, en la que le instruye no haber accedido a la dimisión que interpuso del Gobierno de la República. El esperaba que el Congreso se penetraría de la fuerza de las razones en que la apoyaba; i su insistencia en la primera resolucion no le deja otro arbitrio que poner su persona, como lo hace, a disposición del Congreso. Acepto pues, señor, el Gobierno de la República con un temor que no lo he conocido en los campos de batalla.

Actualmente estoi un poco indispuesto, ruego a la Representacion Nacional tenga a bien permitirme pase mañana a prestar el juramento, a la hora que se sirva indicármelo.

El que suscribe saluda a la Representacion Nacional con su mayor respeto i veneracion. —Santiago, 7 de Mayo de 1827. —Francisco Antonio Pinto. —Soberano Congreso Nacional.