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CÁMARA DE DIPUTADOS

esta necesidad que podria llegar a ser de tan funesta trascendencia, se complace al observar que los Seminarios van proveyendo a ella de un modo satisfactorio.

El de Santiago, en particular, gracias al empeño i contraccion de los respetables sujetos que lo han dirijido, nos hace concebir las mas lisonjeras esperanzas, i si hemos de juzgar de sus frutos venideros por los que ya se le ha visto producir, cieo que mui pronto el pais gozará de un número suficiente de sacerdotes que le instruyan con su ciencia i le ejemplaricen con su virtud.

Por lo que hace a la escasez de los templos, preciso es advertir que no sólo se necesita edificar otros nuevos, sino también refaccionar una gran parte de los existentes, sobre todo fuera de la capital. Muchos son los que se hallan en un deplorable estado de decadencia; no pocos los que han de convertirse pronto en ruinas, si no nos damos prisa a repararlos. El Gobierno no cesa de atender a estas necesidades por cuantos medios están a su arbitrio.

El 9 ½ de fábrica sigue inviniéndose todo en su esclusivo objeto i entre las iglesias cuya construccion ha sido protejida durante el último año deben contarse las de Lináres, Talca, Renca, Guacargüe, San Isidro i Santa Ana en esta capital. Se ha procurado también llevar a efecto la medida de que se ha hablado al Congreso en otras ocasiones: de separar de la masa jeneral de proventos destinados a la mantencion de los curas, los ramos de fábrica de cada parroquia, nombrando económos particulares a quienes se encargue su administracion, con la obligacion de rendir cuenta documentada al patrono. Y tan pronto como se hagan los arreglos necesarios para que sean examinadas en tiempo oportuno las cuentas que deberán presentar los párrocos, se efectuará dicha separacion.

Las mismas faltas de que acabo de hablar, unidas al inconveniente de la excesiva pobreza de varias parroquias, nos hacen mirar todavía remota la época en que establecida una proporcionada division de curatos en la República, puedan todos sus habitantes participar a la vez de los socorros espirituales i de los bienes que produce la instruccion relijiosa. Ventajas son estas que por la dilatada estension de muchos de los actuales, una gran parte de sus feligreses desconoce del todo o solamente las disfruta mui de tarde en tarde. De aquí la ignorancia en que viven no pocos de los que moran en nuestros campos i aun en algunas pequeñas poblaciones. El Gobierno cuya atencion no ha cesado de llamar este lamentable estado de cosas, tenia meditada una medida jeneral que le habria hecho desaparecer en mucha parte, miéntras no se hubiese efectuado aquella division. Tal era la ereccion de vice-parroquias dotadas por el tesoro público en los lugares que no hubiesen de proporcionar los suficientes proventos para la subsistencia del ministro que la sirviese. Pero el fallecimiento de nuestro Arzobispo, con quien se procedia de acuerdo en tan importantes trabajos, ha venido a dejarlos interrumpidos por ahora. Ellos continuarán no obstante con el digno prelado que hoi preside la Iglesia de Santiago.

Esta misma pobreza de varios curatos orijina otros males de tanta gravedad, que deben emplearse para su remocion todo jénero de esfuerzos. Un párroco incongruo, no sólo se halla en la imposibilidad de contraerse con la esclusion debida a la enseñanza i socorro espirtual de sus parroquianos, por las otras atenciones que necesariamente le distraen, sino que ademas se ve en la precision de ejecutar vejaciones que ceden en perjuicio de la veneracion i amor con que deben mirarle los fieles confiados a su custodia. Una relijion que predica la caridad como la primera de las virtudes, no puede ménos de resentirse de que sus ministros se vean obligados a manifestar a veces un interes i dureza do alma que desdicen tanto de su doctrina. El medio mis espedito para estirpar de raiz tan funesto desorden seria, según ya se ha indicado otras veces, la dotacion de todos los curas por el tesoro público. Miéntras no se adopte esta providencia, de cuya utilidad estoi cada dia mas convencido, el Gobierno se ha ocupado en preparar otras que desde luego nos conduzcan a un resultado análogo. Ha dispuesto que se forme una razon exacta de todos los capitales per tenecientes a censos de indios con el objeto de hacer de ellos i de las asignaciones que están concedidas a diversos curatos, una masa jeneral que con una distribucion mas conveniente que la que se hace en el dia, se invierta en el esclusivo objeto de suministrar una dotacion bastante a todos aquellos párrocos que la necesitan. Embarazos que no ha estado en su mano vencer, le han impedido realizar ántes de ahora este pensamiento, pero léjos de haberlo abandonado, espera que no pasará mucho tiempo sin que haya conseguido llevarlo a cabo.

Otro oríjen de desórdenes en este particulares la falta de un arancel que designe con fijeza los derechos que pueden cobrar los curas por entierros i matrimonios.

De la incertidumbre que es consiguiente, resulta que unas veces son los párrocos mismos los que abusan cobrando mas de lo que lejítimante Ies corresponde, otras los particulares los que se niegan aun al pago de lo que en justicia deben contribuir. Se han dictado varios decretos parciales para poner atajo a este desarreglo; ya prescribiendo quiénes deban comprenderse bajo la denominacion de pobres i de peones gañanes, para eximirse de pagar derechos parroquiales, ya señalando a los relijiosos cpie tienen cura de almas en diversos puntos, sin sínodo suficiente para que puedan administrar los sa- cramentos gratis a los menesterosos. También