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SESION EN 2 DE SETIEMBRE DE 1844

del mismo proyecto i los demas asuntos ántes mencionados.

En este estado se levantó la sesion a las diez de la noche. —Pinto. —R. Renjifo.



Sesion en 2 de setiembre de 1844[1]

Asistieron los señores Arteaga, Cifuentes, Covarrúbias, Correa don Luis, Dávila, Donoso, Formas, Gardarillas, García de la Huerta, García Reyes, Irarrázaval, Lazcano, Lastarria, Larrain, Lastra, Leon, Lira, López, Montt, Necochea, Palacios, Palazuelos, Palma don Cipriano, Pérez, Pinto, Renjifo, Rosas, Sanfuentes, Seco, Tagle don José Agustin, Tagle don Ramon, Toro don Antonio, Toro don Bernardo, Varas i Velásquez.

Leída el acta de la sesion anterior, tomó la palabra.

El señor Palazuelos. —Es falso, señores, que el Presidente haya suspendido la discusion por el motivo que indica el acta. No se ha faltado a la regularidad ni al decoro de las discusiones. ¿Quién ha fallado? La Cámara no ha calificado esta falta; i sólo a ella competía la calificacion.

En los términos en que está concebida el acta, se hace una grave ofensa al Diputado que a la sazon tenia la palabra. El señor Presidente cortó la discusion en esa sesion sin enunciar los motivos. La Cámara debe pues ahora decidir este asunto. La barra no tiene relacion alguna con la Cámara i las faltas de la barra no pueden ser imputadas a ninguno de los individuos que componen la Cámara. Si se habia faltado al decoro o a la marcha regular de las discusiones, el reglamento le indica la facultad de que goza en ese caso. Entre estas facultades del Presidente, el reglamento indica la de mantener el órden de la Sala i cuidar que se observe compostura i silencio. Bueno, que se guarde compostura i ¿qué falta de silencio ha habido? i si la ha habido, el Presidente ha podido dirijirse a ella, o comunicarle una órden para que no falte al decoro. ¿Por qué, pues, se atribuye a un Diputado una falta que no ha cometido?

No hai otra cosa en el reglamento de la Sala con relacion a la facultad de que goza el señor Presidente para cortar ura sesion o para llamar al órden a un Diputado. Yo pido que la Cámara declare si el acta está o nó conforme a lo que pasó en la sesion anterior. Al mismo tiempo pido que la Cámara declare si ha habido desórden. En esta parte yo me abande no al juicio de la Sala; protestando que si hago esto, es por el decoro de la misma Cámara; nada por mí, por mi persona. Me he entregado al martirio, diré así. Nada tengo que esperar; que sufrir, mucho; porque tengo un poco de coraje. Si la Cámara se cree ultrajada, yo pido que ella lo decida. El acta carece de exactitud i a la Cámara toca hacer una declaracion mui esplícita sobre el particular. Yo no he faltado.

El Secretario. —La redaccion del acta está confiada esclusivamente al Secretario. Constituido yo en este cargo, reconozco el deber que me impone esta redaccion. Sé que la redaccion del acta no puede ser otra cosa que la relacion de todos los hechos ocurridos en la sesion a que ella se refiere. Yo no he podido prescindir de hacer mencion de un hecho notable en el órden de las discusiones, porque dió lugar a la paralizacion de un proyecto que se hallaba sometido a la deliberacion de la Sala. Al tratar de este asunto, estudiosamente me he valido de las frases en que me pareció que resultaría ménos ofendido el amor propio del señor Diputado que acababa de dejar la palabra. Tuve el cuidado de no estampar en el acta siquiera el nombre del orador que se hallaba con la palabra cuando se cortó la discusion; i esto lo hice con el objeto de no dejar el menor motivo de reclamo sobre el documento que acaba de leerse. Tenga la Cámara presente que el artículo que se discutía era el primero del proyecto de lei sobre el establecimiento de Cortes de Apelaciones de Concepcion i Coquimbo i que ese artículo, que estaba en segunda discusion, ya no podia tener tercera i que no habiéndolo decidido la Sala en esa sesion en que se trató de él, era necesario espresar el motivo por qué habia quedado suspenso. El motivo que da es el mismo que el Presidente dió en la sesion anterior cuando impuso a la barra o recomendó que guardase compostura i silencio durante los debates. Puede ser que el señor Diputado tenga motivo para hacer de este negocio una causa suya propia; pues que el mismo señor se hallaba con la palabra cuando se tocó la campanilla. Pero no es el señor Diputado el que debe calificar esta inexactitud, es la Cámara; i la Cámara verá si de un modo ménos ofensivo se podia hacer mencion de un hecho que era necesario referir en el acta, pues que de lo contrario, se resintiria de inexactitud.

Si respecto a inexactitud puede ser censurada el acta, seria mas bien porque no se le ha dado mas estension. Yo podia haber dicho: quedando el señor Palazuelos con la palabra; lo que daria a a conocer que era el señor Palazuelos el que habia obrado con irregularidad. El decir irregularidad, no es pintar el verdadero color ni el cuadro que representaba la Cámara en aquel momento.

Pude haber dicho: habia llegado la sesion a un estremo de risibilidad, i no habria impropiedad, porque ninguno dejó de reírse, pero esto me pareció mui ofensivo i creí conveniente suavizar la fuerza de esta espresion empleando la palabra irregularidad.

  1. Esta sesion ha sido tomada de El Progreso, en 2 de Octubre de 1844, núm. 587. —(Nota del Recopilador).