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CÁMARA DE DIPUTADOS

ridad que posee en promover la prosperidad i puede con toda libertad dirijir su solicitud a este objeto constante de su aspiracion. No faltan, sin embargo, enemigos poderosos que vencer, obstáculos casi insuperables que destruir, los cuales embarazan a cada paso su accion retardándola de una manera tanto mas odiosa i mortificante, cuanto que a no conocerse las verdaderas causas de este accidente, podrían buscarse otras poco favorables i que en realidad no existen para esplicar la calma que se deja traslucir en la marcha administrativa del Estado. No se ocultan a vuestra intelijencia, señores, las causas de esos embarazos a que me refiero, i por esta persuasion me creo dispensado de esponerlas. Bastaría tener en cuenta los inconvenientes de todo jénero que naturalmente encuentra en una sociedad cualquiera reforma por parcial que sea en sus leyes orgánicas, para calcular cuántas i cuán poderosas has sido las resistencias que nuestra forma de gobierno ha tenido i tiene todavía que vencer a fin de consolidarse, si por otra parte no estuviéramos convencidos de que los antecedentes de nuestro pueblo, su educacion, sus inclinaciones i sus costumbres lo habian preparado de antemano a un orden de cosas, a un sistema de todo punto contrarios a los que hoi ha tenido que adoptar.

¿Cómo es posible que en el cortísimo número de años que lleva de vida el Gobierno popular representativo en Chile haya podido penetrar el espíritu democrático en el corazon de los pueblos para dar un nuevo colorido a sus hábitos i dirijir sus inclinaciones por un rumbo diverso del que han tenido en la inmensa duracion de tres centurias?

Por esto no es estraño que el Gobierno se vea constantemente en la necesidad de atacar alguna preocupacion antisocial o de contemporizar con ella, careciendo algunas veces de apoyo en la opinion pública, que no siempre tiene suficiente fuerza para prestarlo, de ajentes idóneos i de elementos morales de que echar mano para destruir los intereses heterojéneos i las costumbres chocantes que si no impiden la realizacion del bien público, embarazan a lo ménos su desarrollo i retardan las solicitudes de la administracion.

El espíritu público, por otra parte, se halla todavía entre nosotros tan en su jérmen i tan destituido de vigor, que no podemos esperar de él los inmensos beneficios que produce ni la eficaz cooperacion que presta a la autoridad pública, cuando existe, cuando se halla la sociedad con el pleno conocimiento de sus intereses i la suficiente ilustracion para promover su mejora material sin exijir de la lei i del Gobierno otra cosa que las garantías de libertad i de seguridad que la deben.

En Chile, por el contrario, la sociedad todavia lo exije todo de la lei i de la autoridad, i sin prestar atencion a los embarazos que opone el choque o falta de uniformidad que hasta cierto punto existe entre nuestra vida actual i nuestros antecedentes morales, se desea que la marcha de los negocios públicos sea tan rápida i tan espedita como lo es en otros pueblos civilizados, que por varios accidentes felices se han connaturalizado ya con el espíritu de su sistema de gobierno i que se hallan habituados a poner en accion su actividad moral i sus fuerzas industriales. Mas, no es esto lo que únicamente se echa en olvido, sino que tambien, por efecto mismo de no tener todavía el suficiente apoyo nuestra forma política en la conciencia de muchos, se cree que el Gobierno puede realizarlo todo i que son inmensas sus atribuciones, sin atender a que la Constitucion Fundamental las ha limitado sábiamente, restrinjiendo la esfera de su accion, de modo que sin ser nula, sólo pueda obrar independientemente en todos aquellos casos en que sus facultades no se pongan en conflicto con los demas poderes constituidos. Tan evidente es este error que podría citaros varios ejemplos para probaros que no es estraño que ocurran los ciudadanos solicitando del Ejecutivo lo que depende de otras autoridades o lo que no puede hacerse sino a virtud de la concurrencia constitucional del consentimiento de las varias ramas del Poder Lejislativo.

El Gobierno, empero, conoce el valor de estas exijencias i no sólo encuentra escusable el oríjen que las produce, sino que tambien se esfuerza en satisfacerlas, usando de cuantos medios legales están a su alcance i auxiliándose en todos los casos necesarios de la cooperacion del Congreso para realizar el bien público. Elevándose sobre todas las pretensiones de partido i apartándose de toda influencia política que pretenda ser esclusiva, ha adoptado por base de su sistema una absoluta imparcialidad, i ajustando a ella sus procedimientos, sólo tiene por objeto de sus aspiraciones i de su marcha la felicidad de la República. Por esto se empeña en hacer efectivas las garantías de libertad, igualdad i seguridad que la Constitucion ofrece a todos los ciudadanos; se esmera en respetar todos los intereses, todos los derechos que la lei ha creado, i sin atender a los antecedentes políticos de las personas, procura aprovechar en utilidad de la nacion sus servicios, buscando el apoyo i cooperacion de la intelijencia i de la virtud en dondequiera que se encuentren. Si alguna vez estos principios pudieran encontrar embarazos en su realizacion, no por eso deja el Gobierno de seguirlos con toda la fe que le merecen, porque está seguro de que sólo ellos pueden convertir en último resultado todas las aspiraciones i todos los intereses a un centro comun, que sólo ellos tienen la virtud de mantener sin peligro el órden i el equilibrio social que necesitamos para consolidar cuanto ántes nuestra forma de Gobierno, para hacer que penetre en todas las clases el amor a la tranquilidad, para conseguir que el espíritu democrático se