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Página:Sesiones de los Cuerpos Lejislativos de Chile - Tomo X (1824-1825).djvu/432

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SESION DE 20 I 21 DE FEBRERO DE 1825

jeneral, pensar que sea buena su existencia, es un absurdo. Desnudémonos de todo interes, i entónces haremos la felicidad de los pueblos; pero, miéntras que los pueblos sospechen que los diputados tienen miras particulares, nada haremos. Una de las objeciones que se ponen para reducir el Congreso a menor número es el descrédito. El modo que propongo, él puede recuperar su opinion i vuelve a tener crédito. Todas las demas razones creo que se refluyen en ésta. Si el Congreso hace lo que digo, tendrá opinion, pero miéntras no queramos renunciar a todo interes particular, el Congreso será aborrecible i detestable a los pueblos.

El señor Infante. —Se ha dicho por un señor diputado que la provincia de Concepcion aborrece al Congreso i lo mira como un tirano. Yo me persuado que el señor diputado, para sentar esta proposicion, pueda tener por datos algunas cartas particulares que haya recibido de aquella provincia, mas no que el pueblo reunido haya manifestado su dictámen. Necesitamos tambien a mas del dictamen de Concepcion examinar el de todas las demas provincias. La provincia de Concepcion, se ha dicho, ha quedado hostigada con los males que le causó el anterior Congreso. Yo lo creo; pero es preciso que entremos en reflexiones mas exactas i con mas circunspeccion para conocer la utilidad de estos cuerpos. Tres Congresos ha tenido Chile; en el primero era tal la ignorancia de sus miembros que ni siquiera abrió sus puertas para las sesiones públicas; el segundo permitió al pueblo asistir a sus discusiones, lo que probaba que ya no habia esa ignorancia ni estupidez i que ya se habia adelantado mucho. Se dice que se compuso de maniáticos i aristócratas. Este, que es el tercero, no creo que se componga todo de individuos de esa clase; hai en él bastantes hombres libres i ya se nota mucho mas adelanto que en el Congreso anterior.

Esta era la marcha que debia tener la revolucion. Nuestra educacion fué por una nacion bárbara, i esta reflexion se debe tener presente al observar el estado de ilustracion del país. No declamemos, pues, contra los Congresos; ellos se deben sostener, ellos son los únicos que pueden adelantar el país.

Uno de los señores ha dicho que no se ha fijado un término a este Congreso. Yo creo que se ha hablado equivocadamente; quisiera que ese señor me dijiera: tal Congreso Constituyente de tal nacion se fijó tiempo. El Congreso viene a reformar los ramos de la administracion pública; no es posible que lo haga en dos o tres meses, esto necesita de mucho tiempo. Así, creo perjudicial la proposicion de ese señor.

Otro señor ha dicho que no se trata aquí de la disolucion del Congreso, sino de su reduccion a menor número. Para hacer ver lo contrario pido que se lea el artículo en discusion.

(El secretario leyó el primer artículo de la mocion, que dice: «Queda disuelto el Congreso».)

Señor, si el autor de la mocion dice: «E1 Congreso se disuelva», i no lo podemos entender de otro modo, una corporacion de cincuenta i tantos individuos se va a retirar i a dejar en su lugar una comision de 8 o 9; ¿i por esto se dirá que queda reducido el Congreso? Estas son las observaciones que he oido en la sesion de hoi. Algunas otras se han hecho, pero han sido rebatidas sábiamente por muchos señores. Noto sí que los señores no se han hecho cargo de las que se pusieren ayer; así se me permitirá que las renueve, no solo para contestarlas i que las contesten los otros señores, sino tambien para mirar por el decoro del Congreso.

Se ha dicho que el Congreso no ha hecho nada en tres meses. Ya se ha visto que el primer mes se ha pasado en el reglamento, cosa que no es tan fácil como se cree, i que quizá en su discusion se han ilustrado muchos señores; despues se han presentado otras materias gravísimas que el Congreso necesita mucho tiempo para discutirlas.

Tal es la mocion remitida por el Ministerio sobre contribucion directa; esto ha sido necesario, para discutirse, de seis a ocho sesiones, i por su gravedad todavía no se ha podido resolver. ¿Cómo se dice que el Congreso ha perdido inúlmente el tiempo? Si entran estas mociones en discusion, ¿qué hemos de hacer? ¿Por qué se nos imputa que nosotros mismos desacreditamos el Congreso? Yo he deseado probar con hechos comprobados con los mismos acuerdos de actas del Congreso que no se ha perdido el tiempo inútilmente, sino que ha empleado todas sus sesiones en discutir mociones de la mayor importancia.

Un señor ha dicho que el Congreso ha estado en un continuo choque con el Ejecutivo; ¿cuál ha sido ese choque? Desígneseme un solo hecho en que haya habido choque i este será un comprobante, i no se diga vagamente que el Congreso ha tenido disensiones con el Ejecutivo. Todos los miembros de este cuerpo deben resentirse de esta espresion; se cree que ha sido choque con el Ejecutivo una mocion de que yo he sido el autor i ahora he oido con gusto a uno de los señores que la aprueba i suscribe.

Me complazco en que un individuo de sus luces apruebe esa mocion.

Tambien se ha dicho que este cuerpo compuesto de pocos individuos no puede formar el equilibrio del Ejecutivo i Lejislativo, i no se ha atendido ni satisfecho esta dificultad por los señores que aprueban la mocion que se discute. Para esto recorramos el ejemplo de nuestro Senado. En el año 11 hubo uno que en todo estuvo sujeto al Poder Ejecutivo. El del año 18 fué lo mismo i se disolvió por un mero decreto del Poder Ejecutivo. En el año 23 hubo otro Senado; ese Senado enérjico que sostuvo los derechos de los pueblos, ese Senado que sostuvo i promovió cuanto pudo concurrir a la felicidad