Página:Sucesos de las islas Filipinas por el doctor Antonio de Morga (edición de José Rizal).djvu/383

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de cada tributario, al año; el cual pagasen en los frutos que tuviesen, oro, mantas, algodon, arroz, campanas, gallinas, y lo demas que tenían y cogían; poniendo precio y valor cierto á cada cosa, para que pagando en cada una dellas, ó en todas el tributo, no excediese de la estimacion de los ocho reales; desta suerte, ha corrido hasta agora, creciendo las tasaciones y estimaciones de los frutos los gobernadores, como les ha parecido en diversos tiempos.

De cobrar los encomenderos en especie, han sido muy aprovechados; porque, despues de traidas á su poder, las vendían á mayores precios, en que interesaban mucho en sus rentas, y procedido de sus encomiendas[1], hasta que de algunos años á esta parte, á pedimiento de los religiosos, é instancia que sobre ello hicieron á su Magestad, se proveyó, que los Naturales pagasen su tributo, en lo que ellos quisiesen, en especie ó en dineros, sin ser compelidos á otra cosa, de manera, que dando sus ocho reales, haya cumplido, y así se ha puesto en ejecución, mostrando la experiencia, que aunque esto parece piadoso, y favorable á los Naturales, les hace gran daño, porque siendo como son de suyo enemigos del trabajo, no siembran, tejen, ni benefician oro, ni crían gallinas, ni otros bastimentos, como lo hacían, cuando habían de pagar el tributo en estas cosas[2], y con facilidad,

  1. Esto prueba ó que las tasaciones eran muy injustas ó que no las seguían los encomenderos.
  2. Esto no es exacto, porque más trabajaban y más industria tenían cuando no había encomenderos, esto es, en su gentilidad, como el mismo Morga lo afirma (pág. 229, 358, etc.) Lo que hubo, y esto es lo que los Españoles no comprenden, á pesar de que en trasluce de los hechos y algunos historiadores lo han indicado, fue que los Indios, viendo que eran vejados y explotados por sus Encomenderos á causa de los productos de su industria, y no considerándose como bestias de carga ó cosa parecida, empezaron á romper sus telares, abandonar las minas, los sembrados, etc., figurándose que sus dominadores los iban á dejar al verlos pobres, míseros é inexplotables. Así degeneraron y se perdieron la industria y la agricultura tan florecientes antes de la llegada de los Españoles,
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