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Página:Sucesos de las islas Filipinas por el doctor Antonio de Morga (edición de José Rizal).djvu/393

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con mucha piedad y abundancia, y con el estipendio que de las encomiendas se les da, por la doctrina que administran: de manera, que lo pasan bien, y con la comodidad necesaria[1].

Los encomenderos, conquistadores y pobladores antiguos de las islas, y los que dellos han procedido, se sustentan honradamente[2] de los frutos de sus encomiendas, y de algunas granjerías y contrataciones que tienen, como los demas: de los cuales, hay mucho número de personas, que cada uno reside y tiene su casa en la ciudad y poblazon de Españoles, en cuya provincia tiene la encomienda, para no despoblarla, y está mas á mano para sus necesidades y cobranza.

Ya hay vivos pocos de los primeros conquistadores, que ganaron la tierra y pasaron á su conquista, con el adelantado Miguel Lopez de Legazpi.

Los soldados y ministros de la guerra y navegaciones solían ser todos los moradores, y estantes en las islas, que sin sueldo, ni acostamiento alguno, tenían sus armas, é iban á todas las jornadas, y pacificaciones que se ofrecían; y guardaban los fuertes y presidios, ciudades y poblazones, y este era su principal ejercicio y ocupacion, estando á merced del gobernador, que conforme á sus méritos y servicios les proveía las encomiendas, oficios y aprovechamientos de la tierra.

En este tiempo, la soldadesca de las islas era la mejor que se hallaba en las Indias, muy prácticos y ejercitados por mar y tierra, tenidos y respetados de todas aquellas naciones; preciábanse de sus armas, y de dar buena cuenta de sus personas.

Despues que entró en el gobierno de las Filipinas Gomez Perez Dasmariñas, se fundó el campo de paga de cuatrocientos soldados; los arcabuceros, con seis

  1. Se ve que ya desde los primeros años, los frailes misioneros tenían muy pocas oportunidades de padecer por la religión.
  2. Sin embargo de las exacciones, fraudes, etc., que cometían muchos. Véanse las notas de las pág. 289, 299, etc.