Poesías (Adolfo Berro)/Notas

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Poesías (1884) de Adolfo Berro
Notas
Nota: Se respeta la ortografía original de la época
NOTAS DEL AUTOR.




Esta fué mi primera composicion. En uno de los momentos en que nuestra alma nada encuentra en el mundo que la satisfaga, la conmueva, me puse á borrajear mil ideas incoherentes: el pensamiento se detuvo, por fin en un objeto, y ese objeto era un ramo de azahares — Primera inspiracion y primeros versos enhilados en una forma regular.


Dícese comunmente que, en todo, lo difícil es empezar, y yo creo que se encierra una verdad eterna en ese proloquio vulgar. — Una vez hechos los versos al Azahar escribí los del Esclavo, asunto que me pareció moral en grado eminente, y en el cual estaba seguro de encontrar mayor número de inspiraciones que en el anterior. — Mi ódio á la tiranía brutal ejercida con los negros, puedo decir que nació con mi razón: jamás he variado de modo de pensar á este respecto. La idea de la completa emancipacion de los negros, ha sido horas enteras el objeto que ha absorvido las facultades de mi alma.

Esta composicion tiene muchos apasionados: no lo estraño. — Veo que hay en ella mas sentimiento que en ninguna otra. —Las lágrimas se asomaban á mis ojos al componerla.


Le he llevado á Florencio los versos que he escrito bajo el epígrafe la Virgen bañándose, y he tenido el placer de que él, Gutierrez y Cándido los han encontrado buenos.— Mucho tiempo hacía que tenia empezada esta composicion: ayer de mañana me propuse concluirla y lo conseguí sin gran esfuerzo.

Carvallo era uno de los soldados que con Juan de Garay salieron de Santa Fé en socorro del adelantado Zárate que se hallaba en Martin Garcia.

Pájina 147.

La última estrofa de la pájina indicada es una imitacion de los versos franceses siguientes, puestos al pié de la pájina en la 1ª edicion:

Qu'est devenu ce tems où le marin Gènois [1]
Jettait à son retour quelque Espague nouvelle,
Comme un joyau de femme, aux genoux d'Isabelle?
NOTAS DEL EDITOR EN LA PRIMERA EDICION.



Berro, en todo metódico, coleccionaba sus composiciones poéticas en un cuaderno especial, en cuya primera hoja se encuentran las líneas que, como prólogo suyo, hemos insertado en este libro; y al pié de algunas escribía lijeras apuntaciones para servir á su memoria ó estudio particular. De estas hemos tomado las que publicamos como notas del autor.


El honor que le resulta á nuestra patria, á Berro, y á los que, en su memoria, han honrado á la virtud modesta y al talento dedicado á la mejora social, nos hacen recordar aquí algunos de esos homenajes tan ricos de esperanza y de consuelo.

El duelo jeneral que produjo la pérdida del poeta ciudadano, del jóven virtuoso y aplicado, tuvo éco en las liras de los vates de ambas orillas del Plata, residentes en Montevideo. — La primera que se escuchó fué una voz hasta entonces desconocida; el jóven oriental Don Juan Carlos Gómez publicó unas sentidas estancias, que nos revelaron un nuevo poeta, en el mismo momento en que se depositaban en el sepulcro los restos mortales de Berro; siguieron á esta composicion las de la señorita Da. Juana P. Manso, la del mas antiguo y justamente afamado de los poetas orientales D. Francisco Acuña de Figueroa, y las de los señores Dominguez, Rivera Indarte, Cantilo, Mármol, de Maria, Talavera, Velásco, Lebrón, Arrascaeta y otros cuyos nombres sentimos no recordar en este momento. Tenemos en nuestro poder las de nuestros amigos D. Melchor Pacheco y Obes y D. Bartolomé Mitre que reservamos para el acto de la traslacion, por no haberlas recibido en oportunidad de darse á la prensa con las anteriores.

El colegio de Humanidades, que regentea en esta capital el ilustrado Dr. Vargas, acordó unos funerales por el eterno descanso de Berro, que se verificaron en la capilla de la Caridad.

El distinguido poeta argentino D. Luis Dominguez, que acabamos de nombrar, proyectó hacer una edicion de las obras del poeta oriental, lo que no verificó por que habiamos emprendido la presente; y el jóven D. Antonio Somellera se consagró á llenar el vacio que nos dejaba la falta de un retrato de Berro; y á lo que él hizo, ayudado de sus solos recuerdos debemos el haberlo cubierto en alguna parte.

Apenas instalada la comision encargada del sepulcro de Berro, le ofertó generosamente sus servicios el hábil arquitecto D. Cárlos Zucchy y mucho deberá esta obra á su importante cooperacion al esmero que pone en ejecutarla el artista oriental D. Salvador Ximenez.



EL EDITOR DE LA SEGUNDA EDICION.

Al emprender la publicacion de esta segunda edicion de las afamadas y populares poesias de Adolfo Berro, hemos tenido por objeto llenar una necesidad reconocida hace tiempo ya, desde que la primera está completamente agotada y solo se encuentra en alguna que otra biblioteca particular.

Adolfo Berro, una de las glorias del parnaso Oriental, es uno de los poetas mas populares de la República, luego sus obras deben estar en manos de todos; pero la nueva generacion se vé actualmente privada de procurarselas por falta de encontrar un solo ejemplar á ningun precio.

En vista de esta circunstancia, y animado á ello por personas respetables, concebimos el proyecto de reimprimir las obras de Adolfo Berro, y una vez adoptada la idea emprendimos ese trabajo sin ahorrar gasto alguno, como lo demuestra el tomo que entregamos al público queriendo hacerlo digno del nombre que lleva al frente.

Hemos tenido por norma la reproduccion íntegra de la 1ª. edicion, sin alterarla en nada, sino en alguna que otra correccion tipografica; asi es que encabezamos nuestra 2ª. edicion con la Introducción justamente célebre de D. Andrés Lamas, y la Acta de la Juventud Oriental que contiene aquella 1ª. edicion. La sola modificacion que hemos creido justo hacer, como tributo de homenaje á la memoria del jóven poeta, consiste en la reproducción de un importante articulo firmado Un Oriental que hallamos en el Nacional de 1841, y de varias poesias de los diferentes poetas Argentinos y Orientales que cantaron la tan sentida muerte del jóven vate; esas poesias las reunimos en una Guirnalda poetica que encabeza y termina las obras de Adolfo Berro, rodeandolas asi como en una aureola de gloria.

Hemos querido hacer de esta publicacion una obra de lujo á la vez que popular, asi es que apesar de los gastos que nos originó esta empresa, fijamos su precio á un peso moneda nacional, con el objeto de ponerla al alcance de todos.

Teniendo la intencion de publicar una serie de las principales obras de escritores del pais, en las mismas condiciones de impresion y precio, para hacer contribuir este establecimiento de imprenta á la mayor propagacion de las obras nacionales, hemos tomado para esta coleccion el titulo de Biblioteca Nacional, formando las poesias de Adolfo Berro el tomo 1º. y proponiendonos seguir, antes de poco, con otra publicacion no menos importante, si hallamos en el público la acogida que constantemente nos esforzaremos en merecer.


  1. Cristobal Colon.