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Revista del Jardín Zoológico de Buenos Ayres/Tomo I/El Jardín Zoológico en 1890

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el jardin zoológico en 1890.

LA PRIMERA GUÍA DEL JARDIN ZOOLÓGICO DE BUENOS AYRES.

En momentos en que reuno los materiales y completo los estudios para publicar una Guia popular ilustrada de nuestro Jardin, segun lo prescribe el Reglamento del mismo, se me ocurre que no carece de interés el conservar, en esta Revista, una série de artículos que publiqué en el diario El Nacional, en años anteriores, y, de los cuales, el primero, lleva por fecha «Octubre 21 de 1889» y el último «Mayo 16 de 1890». Como podrá versé, todos los Ordenes de Mamíferos existentes en el Jardin fueron tratados, ménos los Monos, los Marsupiales y los Rumiantes. Los primeros los dejé para el último, porque había entre ellos una especie que no podía determinar; tenía pronto el manuscrito de los segundos, y estaba para concluir el de los últimos, cuando estalló la revolucion del 26 de Julio del 90. Los ánimos, por mucho tiempo, quedaron agenos á toda preocupacion que no se vinculase á los asuntos políticos, y la lectura de trabajos científicos populares, escritos á vuela pluma, no hubiera sido de lo mas grato para nadie en aquellos días. Vino luego un cambio de direccion en El Nacional, pasó el tiempo, y los manuscritos inéditos perdieron toda oportunidad. La renuncia del Intendente Seeber, comunicada telegráficamente desde Europa (donde se hallaba entónces), la órden que trasmitió á la casa de Hagenbeck, de Hamburgo, para suspender la tercera remesa de animales, entre los que figuraban el Rinoceronte, el Elefante Africano, el Gnu, la Zebra y muchísimas otras especies muy interesantes (remesa á que aludí en los diversos artículos) todo esto contribuyó á hacerme olvidar aquellas publicaciones que, segun parece, no fueron muy leídas, tan numerosas eran las personas que se quejaban de falta de Guía, y que no consideraban que el conjunto de aquellos artículos era una verdadera guía para el Jardin, y que se habrían reunido y publicado en folleto una vez terminados.

Al volver á leerlos, despues de tres años, encuentro que una gran parte de la reciente tarea se consigna en ellos, y que, retocados, ampliados, amoldados al estado actual del Jardin, pueden realizar muy bien la obra que me ocupa.

Desde entónces hasta ahora, la coleccion se ha enriquecido mucho, y basta que el lector examine las listas de Inventario correspondiente á 31 de Diciembre de 1892, publicadas en esta Revista (no olvidando que las Aves no han sido mencionadas aún) para reconocer la verdad de aquella afirmacion.

Un gran número de especies Argentinas, que en 1890 eran desiderata, han dejado de serlo, y otras continúan siéndolo. El servicio de conservacion se ha creado, y hoy el Jardin Zoológico cuenta con un rico plantel de Museo, que sólo espera buenos vientos para exhibirse al público.

Insistiendo una vez más en que tales artículos corresponden á la riqueza del Jardín, en las fechas en que fueron publicados, y que no hay que tomar en cuenta, para sus ulterioridades, todas las afirmaciones relativas á desiderata, como que agregaré, en cada caso, lo que corresponda,—entro en materia, renovando una publicacion absolutamente vinculada al Jardin, y que, por lo tanto, debe; figurar en la Revista.


"JARDIN ZOOLOGICO DE BUENOS AYRES [1]

HUÉSPEDES DE GARRA Y CASCO.


Cuando Aristóteles, á la sombra de los Plátanos del Pireo, enseñaba Retórica ó Poética á sus discípulos, no desperdiciaba sílabas, diciendo á cada paso—«observen cómo dijo Homero»—sino que, por ahorrar tiempo, sin imponer gloria, y por justificar afirmaciones, apoyaba la sandalia en el suelo y exclamaba: «No olviden que en este caso deben proceder como El.... imitar lo que en el canto X de la Iliada dijo El....

Ed altri guai....

La Avenida Sarmiento es una calle situada en cualquier parte del mundo, y limitada á cada lado por sauces, palmeras y plátanos.

Los sauces van cayendo en desuso, como la mazamorra; las palmeras son respetadas por exceso de urbanidad, y los plátanos entran ya en moda.

Pero Él sabía que los sauces, las palmeras ó los plátanos limitarían en alguna ocasion un recinto de la tierra Argentina, en el que el pueblo, á la vez que solaz, adquiriría instruccion, y hoy se puede agregar, sin necesidad de ser aristotélico, que esa instruccion especial, puede y debe ser un complemento precioso, preciosísimo,, de la enseñanza de las Ciencias Naturales,—de la Zoología, por el momento—en esa parte cualquiera del mundo que se llama Buenos Ayres.

El Intendente Seeber terminará algún día su mandato; llevará ó no á cabo todos sus proyectos; pero, sea cual fuere el acorde final, nadie se atreverá á negarle el mérito de haber realizado el Jardin Zoológico de Buenos Ayres,—porque ya es una realidad.

No suena todavía en el mundo.

Pero sonará.

Llega su nombre á diversas partes como un murmullo. Le llueven, de las mismas circunscripciones indeterminadas, carteles relativos á la fabricacion de grutas (horror!) jaulas, tubos de caldeo, drenaje, etc.; se le ofrecen animales en venta y en canje; hay quien quiere comprarle monos, tigres, mulitas y carpinchos.

Pero se hace el mudo, porque no suena bastante.

Y la gran cuestion es sonar.

Ni los Yankees saben lo que es bombo, ese glorioso instrumento que es el que mas suena.

Si Él estuviera manejando esta lapicera que, bien armada, recorre el papel, continuaría comentando sobre tan excelente base, pero no la maneja.... sólo mira, apoya y flota sonriendo—sonriendo con su cara amiga de criollo volteriano.

Porque no pudo realizar el Jardin Zoológico de Buenos Ayres— y alguna vez dijo, echando un terno: «Sí, pues, mi amigo; uno tiene buenas ideas; pero, para lidiar con cierta gente.... etcetera». El terno venía en vez de la etcetera— y seguía.

Sea lo que fuere, la obra está hecha, y sólo falta, para mayor gloria de todos, que el público aprenda ó reconozca que el Jardin Zoológico le pertenece; que debe hacer cuanto pueda para evitar los desmanes de la estupidez ó de la ignorancia, aconsejando á los unos y conteniendo á los otros, y proponiéndose siempre conservar y enriquecer el valioso fundamento actual.

Viajando por Europa, el Sr. Seeber remitió á la Direccion actual del Jardin Zoológico una lista de animales de venta de la renombrada casa de Hagenbeck de Hamburgo, y, hecha la eleccion, las piezas llegaron á Buenos Ayres á mediados de Julio del corriente año (89) traídas por uno de los hermanos Hagenbeck (Gustavo) y cuatro guarda-fieras que, contratados ya estos últimos, quedaron aquí. En vista del éxito en el transporte, y otras consideraciones, el Intendente hizo un nuevo pedido, y el Jueves á las seis de la mañana, una lancha atracaba al muelle de las Catalinas, trayendo á bordo los animales enviados de Hamburgo, en el vapor «Kehrwieder». A las cinco de la tarde del mismo dia, un tren especial conducía á Palermo los animales; á media noche quedaban casi todos descargados, y es probable que, á estas horas, se encuentren ocupando sus departamentos provisorios, esperando el momento, próxima ya, de habitar las instalaciones definitivas.

Los animales que acaban de llegar constituyen sólo una parte de los que se esperan todavía, de modo que la riqueza actual del Jardin Zoológico, no obstante ser considerable, en proporcion á lo que antes representaba, está lejos de limitar el desideratum de la Intendencia.

Dos hechos bastarán para indicar la importancia del actual Jardin Zoológico.

1° En los días de trabajo, acude ahora á su recinto un público tan numeroso como antes en los días de fiesta.

2° Ahora, en los días de fiesta, es visitado por 10, 15 ó 20.000 personas.

Los trenes y los tramways llegan á Palermo atestados de gente; la Avenida Buenos Ayres (Palermo) es una romería, sin contar los visitantes en carruage.

¿No representa ésto la satisfaccion de una necesidad sentida por el pueblo?

Pero no se puede ejecutar todo á la vez, y, por lo tanto, es necesario considerar que debe esperarse mucho de la cultura de los concurrentes, sin contar que, hasta ahora, la forma activa de esa concurrencia, en su mayor parte, ha sido propender, por todos los medios á su alcance, á dar en tierra con el Jardin Zoológico.


La lista de los animales que acaban de llegar es mas larga que interesante, y, como es verosímil que el lector no se halle dispuesto á recorrerla ahora, siendo verosímil que la prefiera ligeramente comentada, podrá conocerla poco á poco en tal forma.

Pero, así, reclama método. De otra manera sería insoportable.


Mamíferos.


CARNICEROS DIGITIGRADOS.


FELINOS Ó GATOS.


Sólo ha llegado:

Pantera negra (hembra)
———
Hiena rayada (1 par)

Así el Jardín Zoológico posee ahora los siguientes Felinos:

Leon africano (remesa de Julio)
Tigre de Bengala (id)
Leopardo africano (id)
Leopardo de Ceylan (id)
Pantera negra (id. el macho, actual la hembra)
Pantera comun (id)
Jaguar (Indígena)
Puma (id)
Gato montes (id)
Gato de Siam (remesa de Julio)
Gato comun (Buenos Ayres)
———
Hiena rayada (actual)


Leon Africano (Felis Leo)—Se encuentran los ejemplares en el «galpon de las fieras» en dos jaulas distintas: dos machos y una hembra de Berbería en una, y una hembra de Abisinia en otra. Son cachorros todavía, pero la melena empieza á desarrollarse ya en los machos. Han sido elegidos jóvenes, considerando la mayor facilidad para aclimatarse. La Leona de Abisinia que ahora está sola, y que es mas joven, fué colocada con los otros, hace algun tiempo, pero la otra hembra la peleó, y fué necesario volver á separarla.


Tigre de Bengala ó Tigre Real (Felis Tigris, L.)— Constituyen casal. Sufrieron un poco cuando llegaron, á causa de los fríos de Julio, pero esto se remedió. Han crecido desde que están aquí, lo que puede notarse, porque tambien son cachorrones.


LeopardosLineo dió el nombre genérico de Felis á la mayor parte de los animales que hoy constituyen la familia de los Felinos; pero ese género ha sido desmembrado en nuestros tiempos, y un número considerable de especies, con rosetas oscuras sobre fondo claro, constituye el grupo de los Leopardos (Leopardus), entre los cuales figuran los Leopardos, Panteras, Jaguares y Gatos Monteses de la coleccion del Jardin Zoológico.

Entre africanos y asiáticos, llegaron en Julio cinco Leopardos, uno de los cuales, que ya había estado enfermo á bordo, murió de pulmonía.

Las Panteras recibidas en Julio formaban un grupo de tres, que han vivido y viven en perfecta intimidad en la misma jaula, habiéndose criado juntas y siendo una de ellas la Pantera negra (macho), de la cual acaba de llegar la hembra. Las otras dos constituyen casal.

Los Jaguares son ocho, y forman cuatro casales; uno de éstos corresponde á dos individuos de medio año escaso, y que nacieron en el Jardín.

Los Pumas son indígenas. No ofrecen particularidad que deba recordarse ahora.

Los Gatos monteses se encuentran en el mismo caso.

El Gato de Siam parece una variedad singular del doméstico, cuyo tamaño tiene. Es de un color pardo rojizo, análogo al del Puma. Se recibió en Julio un casal jóven; pero el macho, despues de haber padecido de una conjuntivitis intensa, y cuando ya estaba sano de ella, enfermó de pulmonía, no obstante los cuidados de que era objeto por su rareza, y murió. La hembra, sola entonces, manifestó signos de tristeza, maullaba lastimeramente y con frecuencia, enflaquecía y solicitaba la caricia. Se le colocó en la jaula un Gato comun, muy manso, y quedó tan consolada, que ha seguido creciendo y en paz.


Hiena rayada—Acaba de llegar un casal. Estos animales son jóvenes, y no tienen un completo desarrollo de tamaño y de color. Su aspecto carece de esa expresion horrorosa con que nos lo representan generalmente las ilustraciones de los textos, tanto que la impresion que hacen se parece á la de los perros mansos, de mirada suave y tranquila. La Hiena Rayada (Hyæna striata) habita el Asia Menor y una parte de África, como Egipto, Abisinia, etc.


CÁNIDOS Ó PERROS.
Zorro (Aguarachay, de Azara)—(Varios).
Perro albino.
Perro japonés.

No es el grupo mejor representado del Jardin Zoológico, pero hay motivo para pensar que, en breve, cambiará ésto. Ningun miembro de la familia ha llegado ahora. El perrito japonés, ya conocido, llegó en Julio. El Zorro albino ha sido regalado hace algun tiempo al Jardin Zoológico, y procede de Trenque-Lauquen. Parece no ser sino nuestro Zorro Comun ó Canis Azaræ (de forma albina) especie que figura en la coleccion por varios representantes bien conocidos ya.


CARNICEROS PLANTÍGRADOS.
OSOS.
Oso Blanco, Marítimo ó Polar.
Oso Pardo ó Comun.
Oso de California ó Baribal.
Oso Malayo ó Bruan.
Oso Labiado ó de los Juglares.

Estas cinco especies de Osos, representadas todas por los dos sexos, constituyen ahora uno de los grupos más interesantes de la coleccion.


El Oso Blanco (Thalassarctos maritimus) procede de la Zona Ártica. Nuestros ejemplares han sido obtenidos en el Norte de Noruega. Los dos individuos tienen, cada uno, departamento separado, en el centro de la antigua casa de fieras. Vinieron de Hamburgo en Julio.


Oso Pardo (Ursus Arctos)—Hace unos cuatro años que figuran en el Jardin. Fueron recibidos muy jóvenes y son oriundos del Norte de Suiza. Son hermosos ejemplares, muy bien desarrollados, y pronto ocuparán un departamento en la antigua casa de fieras.


Oso de California ó Baribal (Ursus Americanus)—Negros, con el hocico pardo. Originarios de California, llegaron de Hamburgo en Julio. No están completamente desarrollados, como que son muy jóvenes aún, pero se ha marcado muy bien su crecimiento en estos últimos tres meses. Se encuentran juntos en el último departamento de la antigua casa de fieras.


Oso Malayo ó Bruan (Heliarctos Malajanus)—Habitante del Asia Tropical, este animalito tiene un aspecto extraño, que muchos visitantes atribuyen al perro y otros al mono. La hembra, muy jóven, originaria de la península de Malaca, fué recibida en Julio; el macho, más jóven aún, acaba de llegar. Están juntos, y su jaula se encuentra en el galpon de las fieras. Son negros, con una gran mancha clara, blanquecina, en el pecho.


Oso Labiado (Prochilus labiatus)—Originario de la India, este Oso presenta, como el Malayo, una mancha clara, amarillenta, en la garganta y pecho. Casi todo el resto es negro; tiene pelo muy abundante y largo, sobre todo en lo posterior de la cabeza y costados de la misma. Su tamaño puede alcanzar, en el adulto, al del Oso Pardo. El casal, que se acaba de recibir, es jóven aún. Su departamento se encuentra en la antigua casa de fieras.


Todos los animales recordados en este articulo tienen su tablilla en el departamento que habitan, y en la cual figuran: Nombres vulgar y científico, y patria de la especie y de los ejemplares de la coleccion.

Este dato servirá para el resto.

VIVÉRRIDOS. [2]
SUBURSINOS.

Coatí, Sacha Mona (Nasua Narica L.)—El Coatí ó Coatí Mondí, en sus diferentes especies más ó menos dudosas, habita ambas Américas, desde Méjico hasta la porcion subtropical de la República Argentina.

Hocico prolongado y movible, oreja corta y redondeada, cola larga y anillada de negro, pelaje pardo ó leonado con fajas oscuras más ó menos pronunciadas, teniendo un tamaño un tanto mayor que el de un gato doméstico grande, pero con miembros relativamente más cortos y robustos, le caracterizan suficientemente.

Es omnívoro en su régimen.

Nuestros ejemplares proceden de Misiones, Chaco y Paraguay,—donde abunda.

Ocupan el departamento en que antes se hallaban los Osos Pardos (46).

Irara, Mayoato? (Procyon cancrivorus)—En el Brasil llaman Irara al Huron Mayor ó Galictis barbara. En Misiones dan tambien este nombre al Procyon cancrivorus, que me parece ser el Mayoato de Santiago. Así lo llaman tambien en Salta. En 1878, en la Fauna de Salta (Natur. Arg.) señalé la especie como Argentina, lo que he repetido en el Viaje á Misiones, donde ví el animal.
No figura todavía en la coleccion del Jardin Zoológico, y, por lo tanto, se desea obtener. (Se obtuvo en 1893.)


VIVERRINOS.

Ningun animal de esta tribu figura en el Jardin Zoológico.


MANGUSTINOS.

Icueumon, Rata del Faraon, Rata sagrada de Egipto (Herpestes Ichneumon)—Tiene alguna semejanza con nuestra Comadreja colorada, siendo su pelaje pardo rojizo, más claro en el vientre, y más oscuro en el ápice de la cola gruesa. El ejemplar del Jardin Zoológico no es adulto.

Habita el Egipto, donde persigue los ratones, serpientes y huevos de cocodrilo, beneficio que los antiguos egipcios agradecieron adorándolo. (Nuevo local.)


MUSTÉLIDOS.

Tejon (Meles Taxus)—Encuéntrase esta especie en una gran parte de Europa y de Asia. Tiene algo menos de un metro de longitud. Es animal robusto, largo de cuerpo, corto de piernas, cola breve, hocico agudo y oreja corta. Su color es agrisado; la cabeza blanca, muestra á cada lado una banda negra que nace en el hocico, y corriendo hacia el cuello, abarca el ojo y la oreja.

Vive de insectos, raices, frutas, huevos y ranas. Un casal vino de Hamburgo el 17 de Octubre de este año.

Su habitacion provisoria es la casa rústica que queda situada entre los departamentos del Tapiro y de los Pécaris, y el de los Carpinchos (48).

Zorrino (Mephitis)—Parece que hay mas de una especie de este género en la República Argentina.
No tenemos aún ningún Zorrino y su adquisicion sería importante. (Se obtuvo.)


MUSTELINOS.

Huron Argentino—(Galictis vittata, Schreb. Bell)—Esta especie ocupa un área considerable de Sud América. Tiene poco más de un pié de largo, muy corto de piernas, cuerpo flexible y alargado, cabeza un poco chata y un tanto hocicuda, cola mediana. Su color es gris, mas claro á veces en la hembra que en el macho, y con una banda blanquecina á cada lado de la cabeza y que llega á la paleta; por debajo es casi negro. Come aves, insectos, huevos, lagartijas, ranas y ratones. Tres ejemplares procedentes de la Provincia de Buenos Ayres. (Nuevo local).

Huron mayor (Galictis barbara)—Habita la República Argentina y se extiende hasta la region tropical. Es mucho mas grande que el Huron comun, y no tan deprimido.


Marta comun (Mustela martes)—Abundante en Europa en los bosques de pinos. Se asemeja en su conjunto á nuestro Huron, pero es mas esbelta, y de cola mas larga y poblada. Su color es pardusco un poco rojizo con una gran mancha blanquecina en la garganta hasta el arranque del pecho. La piel es estimada por la finura del pelage. (Nuevo local).

Lincodon patagonicus—Es un Huroncito menor que el comun nuestro, de color gris y de forma esbelta. Tiene tres muelas arriba y tres abajo: mientras que el Huron tiene respectivamente 4 y 6. Habita la region de Rio Negro de Patagonia, y áun parece que se extiende hasta San Luis. Es animal interesante y constituye un desideratum para el Jardin Zoológico.


Huron europeo (Fœtorius furo)—Originario al parecer de Africa donde se confunde con el Veso, el Huron es considerado por muchos naturalistas como especie europea propia y, por otros, como un simple albino. Sea lo que fuere, presenta un color blanco amarillento en la totalidad de su pelage, y los ojos son muy claros, rojizos. Utilízasele para la caza del Conejo, y, como nuestra especie de Huron, cuyo tamaño tiene, es gran perseguidor de pollos, huevos, ratas, y otros animales pequeños. El Jardin Zoológico posee ahora un macho y tres hembras que le fueron regalados (37).


LUTRINOS.
Nutria ó Loblto de agua (Lutra paranensis)—No debe confundirse con el Roedor que lleva el mismo nombre de Nutria (el Coipo ó Quiyá); abunda en el Rio de La Plata, en sus afluentes y en varias comarcas Argentinas. Falta. (Es digna de estudio la comprobacion de identidad, ó diferencia entre esta especie de Rengger y L. platensis de Waterhouse). (Se obtuvo, 1899).
Nutria mayor (Lutra brasiliensis)—Semejante por el color al Lobito de agua, pero mas grande. Hasta ahora no ha sido observada en nuestro país sino en el Alto Paraná. Falta.


Segun lo que precede, forman parte del Jardin Zoológico solamente dos Vivérridos:

Coatí.
Icueumon ó Rata del Faraon.

Y cuatro Mustélidos:

Tejon.
Huron Argentino («Grison»);
Marta.
Huron europeo.

De los Carniceros que fueron objeto del artículo anterior, le faltan muchas especies Argentinas, que la Direccion actual tiene empeño en adquirir por compra, cange ó regalo.

Gato montés (Felis Geoffroyii)—Un poco mayor que el doméstico, pardo agrisado, con manchas negras. Abunda en las provincias y territorios del Norte. (Lo tiene ahora, 1893).
Gato de los pajonales (Felis pajeros)—Muy comun en la Provincia de Buenos Ayres, en la region de los pastos fuertes. Es gris-leonado, con bandas pardo-leonadas confusas. Poco mayor que el doméstico pero de pelage mas largo y abundante y figura más retacona. En Chile le llaman Huina. (No se ha conseguido, 1893).
Colocolo (Felis colocolo)—De las Provincias Andinas, en particular de las del Norte y de Chile. Su color es blanquecino, con manchas alargadas oscuras en los costados y en el lomo. Su tamaño es así como el del doméstico. (No se ha conseguido, 1893).
Eyra (Felis Eyra)— Pardo rojizo oscuro, mayor, y mas largo que el doméstico.—Norte de la República, Paraguay, etc. (Se consiguió, 1893).
Yaguarundí (F. Yaguarundí)—Semejante al Puma, pero mas esbelto y oscuro, y un tanto menor. Distribucion como el Eyrá.—(No se ha conseguido y parece especie dudosa)
Estoy persuadido de que un estudio prolijo de la region de las Altas Misiones enriquecerá la Fauna Argentina con muchas especies que aún no forman parte de ella.
En todo caso, me atrevo á insinuar la probabilidad de que tres especies (cuando menos) de gatos se encuentran en ese caso.
De los Cánidos ó Perros de la República Argentina, el Jardin Zoológico sólo posee el Zorro comun ó Aguarachay de Azara, y un albino, cazado en Trenque-Lauquen y que podría ser tal forma del Canis culpeus ó magallanicus, del que no tiene ejemplares normales, á no ser que lo sean dos cachorritos recientemente adquiridos.

Le faltan tambien los siguientes: (Todavía).

Zorro entreriano (C. entrerianus) de Entre Ríos.
Id. esbelto (C. gracilis)—Desde la Sierra de Córdova hasta las Cordilleras.
Id. gris (C. griseus).—Region austral de la República.
Id. Culpeo (C. culpeus) de las Provincias Cuyanas y de Chile.
Aguará-guazú ó Lobo rojo (C. jubatus) del Chaco.—(Este se obtuvo, 1893).


CARNICEROS ACUÁTICOS.

No posee ninguno el Jardin Zoológico; pero le será relativamente fácil adquirirlos una vez terminado el estanque que para ellos se construye en el nuevo local. En todo caso, se agradecerá cualesquiera ejemplares que se le envíen, cuando menos de los que en la costa Sur se designan como Lobos ó Perros marinos.—(Se consiguieron varios, 1898).


INSECTÍVOROS.

No existe todavía ningun representante de este Orden en el Jardin Zoológico; se espera un número de ellos, sin embargo, para Febrero, entre otros el Erizo, el Topo y las Musarañas.


ROEDORES [3]

La República Argentina es muy rica en especies de Roedores, pero el Jardin Zoológico no posee sino un pequeño número de ellos, porque hay la creencia vulgar, y por cierto mal fundada, de que sólo deben figurar allí los animales raros, como si la Paca, el Serelepe, el Tucutuco y muchos otros, no fuesen, para el mayor número de personas, infinitamente mas raros que el Leon de melena, el Elefante ó la Zebra.

El Jardin Zoológico no puede continuar siendo un local donde se abre la boca ó se mortifica á los pobres animales encerrados, y á donde se va á matar el tiempo, ó á ampliar el fastidio suplementario, sino una institucion que debe complementar los conocimientos adquiridos en los libros, por medio de la inspeccion ocular de los objetos vivos y en movimiento.

La direccion actual se ha impuesto, como un deber patriótico, la necesidad imperiosa de reunir en el Jardin Zoológico el mayor número posible de especies Argentinas, y, si es cierto que ellas han sido antes desdeñadas, cuando no eran de bulto, ésto no quiere decir que ahora suceda lo mismo.

Hace algun tiempo se detuvieron dos individuos frente á una pajarera:

«Mira el chingolito»—dijo uno.

«Quita allá; eso no es chingolo».

«Te digo que sí».

«Te digo que nó. ¿No ves que aqui no hay ni debe haber sino animales exóticos?»

Y el otro dudó.

¡Que disparate!

Mañana, en Europa, esos buenos criollos serán capaces, al ver las Viscachas, de decir que son Wombats, y muchos ciudadanos se quedarian perplejos ante un Terutero.

Los esfuerzos realizados entre nosotros, en estos últimos años, en pró de la educacion comun, reclamaban un Jardin Zoológico; pero este no puede alcanzar su mayor importancia, sinó con el mayor número de especies.

Ninguna verdad parece mas absurda que la de la unidad de la vida cuando sólo se posee uno que otro hecho aislado, y, si la adquisicion de tan grandioso concepto no basta para satisfacer á esos espíritus llamados prácticos, se puede argüir con la necesidad de estudiar, ante todo, aquello que constituye nuestra riqueza nacional.

Sería preciso reconocerse ciego para no admitir los cambios fundamentales que nuestro Jardin Zoológico ha experimentado de un año á esta parte [4] como así mismo para pasar desapercibida su influencia en la enseñanza. Esto invita á pensar que no pasará mucho tiempo sin que el Gobierno de la Nacion tome medidas tendentes á que las escuelas todas, de todo el país, visiten el establecimiento de algun modo.

No cultivamos una pera para que sólo goce con ella el paladar de mylord. A semejanza del milagro de los cinco panes, menester es que todos coman de ella.

Pero esto es salir de los límites de una simple reseña y no conviene roer el tema.

Entremos, pues, en materia.


Los Roedores constituyen un tipo particular de mamíferos caracterizados por la falta absoluta de dientes caninos, pero que presentan siempre incisivos y molares, y aunque es cierto que este carácter se repite en otros grupos, ello no quita validez á su norma sistemática.

Desparramados por casi toda la extension terrestre de nuestro globo, muestran formas tan extrañas como la del Puerco espin ó del Coendú, ó pesadas como la del Carpincho.

Nada mas familiar que la Rata ó el Minero; nada mas movible ni gracioso que la Ardilla, y ésto sin contar las especies útiles como la Liebre ó el Conejo.

En medio de la aparente uniformidad de construccion, los Roedores muestran una diversidad extraordinaria de caracteres, y bastaría la sola inspeccion de sus muelas para reconocer la verdad de esta afirmacion.

En la actualidad, la República Argentina posee el más corpulento de los Roedores vivos, el Carpincho, habiéndose hallado en su suelo las especies mas grandes del Orden, algunos Megamys, carpinchos colosales mayores que el mayor de los toros.

Pero hay que tomar tambien en cuenta la importancia de este Orden, ya sea por la utilidad que reportamos de algunos de sus miembros, ya sea por el daño que nos causan.

Aunque á grandés rasgos, lo veremos en las siguientes líneas:


I. Lepóridos.

Dos grupos principales constituyen el Orden de los Roedores; los Lepóridos, que tienen dos dientes incisivos detrás de los superiores normales, y los Roedores comunes, sin tales dientes accesorios.

El Jardin Zoológico de Buenos Ayres, posee:


Conejo comun (Lepus cuniculus L.)—Varios ejemplares adquiridos recientemente por cange.


Conejo de orejas pendientes (Lepus cuniculus)—Muchos individuos. Es estimado por su corpulencia.

Figura tambien una especie adquirida por cange, y enviada como de Abisinia, ya con familia, y que aun no puedo afirmar si es Lepus abessinicus.


Liebre verdadera (L. timidus)—Se espera un casal. (Se obtuvo. 1893)
Tapití (L. brasilensis)—Se. solicita. Abunda en el Chaco, en Misiones, en el Paraguay y en el Brasil. Es un conejito pardo gris rojizo, menor que el comun. (Se obtuvo, 1893).

II. Roedores comunes.


Sciúridos.

Ardilla comun (Sciurus vulgaris)—En el Jardin Zoológico existen actualmente dos ejemplares. Es un animalito movible y gracioso, bien conocido por su pelage rojizo de tabaco, blanquecino en lo inferior, cola larga bien poblada de pelos, largos y oscuros, y orejas con copete. Su tamaño es como el de una rata. Ambos individuos proceden de Italia, hallándose distribuida la especie por casi toda Europa y parte de Asia.

Serelepe, Ardilla de Misiones (¿Sciurus Langsdorffi?)—Esta ardilla, casi de la misma corpulencia que la anterior, tiene el pelage más oscuro, pardo, Aseguran en Misiones que es casi imposible cazarla por lo inquieta, lo que sólo es creíble considerando la falta de empeño por la de mercado. Un casal de Serelepes sería un presente régio para el Jardin Zoológico.


Castóridos.
Castor (C. fiber)—No lo tiene el Jardin Zoológico, pero se ha pedido á Europa.


Histrícidos.
Cavinos.

Carpincho, Capibara, Capiguara (Hydrochœrus capybara)—Los ejemplares del Jardin Zoológico son machos. Se agradecería la remision de varias hembras, por cange ó venta, ó de regalo. La especie abunda en casi toda Sud América. Se estima su cuero, excelente para correas, sillas de montar, etc. Considérase que el abuso de su carne produce la lepra. (Ya hay hembras—1893).


Liebre patagónica, Marra (Dolichotis patagonica)—Despues del Carpincho, es el mas corpulento de los Roedores Argentinos. Su pelage es, en el lomo y costados, gris plomizo, con una banda blanca horizontal y que se dirige á la cola, en el tren posterior. Carrillos, garganta y pecho, acanelados. El lóbulo superior de la oreja es casi tan ancho como el inferior, é igual proporcion el largo.

Habita las provincias Argentinas del Norte y centrales, el Sur de Buenos Ayres y Patagonia.

La única hembra de la coleccion procede (por regalo) de Tucuman.

Su nombre de Liebre, que le dieron los primeros colonos, se debe en parte á su color, en parte á la rapidez con que huye del cazador ó de los perros. Marra es Araucano y figura en composicion para ciertas designaciones geográficas, como Marra-co (co, agua) Laguna de la Liebre.


Conejo del campo (Dolichotis centralis)—El Dr. Weyenbergh publicó esta especie en 1876 en Holanda, y en 1877 en el Boletín de la Academia Nacional de Ciencias. Su artículo, plagado de errores de imprenta y de descuido, contiene los elementos de una buena descripcion, y es evidente que amplió, á falta de concision lineana, y tambien de precision comparativa.

Con todo, sólo la mala voluntad puede desconocer que se trata de una especie buena.

Es mucho menor que la Dolichotis patagonica, comoque mide poco más de 40 centímetros del hocico á la cola, y su volúmen es menos de un cuarto del de aquella. Carece de banda blanca en el tren posterior. El gris del pelage no es plomizo, sino pardusco leonado; poca canela en la cara; en la garganta un corbatín blanco; lóbulo superior de la oreja mucho mas angosto que el inferior y menos largo que el doble de éste.

Weyenbergh señala la especie de Córdova.

El ejemplar regalado al Jardin Zoológico procede de Tucuman, y tiene ya dos años y meses de edad.

Como es probable que pase algun tiempo sin que me sea posible recomponer la descripcion dada por Weyenbergh, anticiparé aquí algunas observaciones ligeras motivadas por el exámen de la especie en el momento de determinarla. Habla Weyenbergh de una mancha negra desnuda situada «bajo el ojo»—Léase oreja. Dice que la distancia de los ojos es mas de centímetro y medio; lo que es cierto, porque es mas de pulgada y media.

En los dos ejemplares de Dolichotis que he examinado y que representan las dos especies, observo que los bigotes de la Dolichotis centralis, son mas largos que los de la Dolichotis patagonica; Weyenbergh señala en su especie 10 centímetros,—mi ejemplar tiene bigotes de más de 12.

Weyenbergh disertó sobre el color comparativo de las dos, y aunque por la falta de idioma encontró dificultades, sintió bien el de Dolichotis patagonica, llamándolo «petit-gris.» He examinado pelos de ambas especies y de diferentes regiones, y he hallado la razon por qué Dolichotis centralis es menos plomiza que Dolichotis patagonica.

Tomemos pelo del medio del lomo. Este pelo es muy fino y de color blanco plomizo; hácia el ápice se vuelve fusiforme y termina en punta muy aguda. Esta porcion fusiforme es casi toda negra, pero tiene un anillo largo ó parte clara que la interrumpe. En Dolichotis patagonica es de un tinte blanco poco leonado, y que no tiene bastante fuerza para resaltar sobre el color plomizo formado por el plomo claro del pelo y la punta negra.

Además, esta porcion blanco leonada, tiene, próximamente, un milímetro de largo. En Dolichotis centralis, la porcion fusiforme es mayor; la interrupcion clara es francamente leonada acanelada, y tiene mas de 2 milímetros de largo.

Disminuyendo así el negro, aumenta el tono del plomo claro y resalta más el leonado.

Recordaré de paso, que la prolongacion de la transversal del ojo llega al borde inferior de la oreja en Dolichotis patagonica, y que la misma línea corta el tercio inferior de la oreja en Dolichotis centralis.

Una vez que el Dr. Burmeister ha reconocido que su Dolichotis salinícola no es sino una variedad ó la misma Dolichotis patagonica, la especie de Weyenbergh pasa á ocupar su lugar propio, porque es buena especie que, algunos, por el sólo exámen de la descripcion, habíamos tomado por salinícola, quedando asi invalidadas algunas de sus observaciones supérfluas, tales como la nota final, para no recordar las comparaciones con la Liebre y Conejo de Europa.


Cui, Cuis (Cavia leucopyga)—Este animalito tan comun en todos los cercos de los suburbios de la Capital (et ultra) no figura todavía cautivo en el Jardin Zoológico, pero sí libre en diversos puntos de su recinto.


Chanchito de Indias (Cavia aperea)—Varios ejemplares comprados ó nacidos en el Jardin Zoológico, y de pelage blanco, negro y acanelado.


Celogeninos.
Paca (Cælogenys)—Norte de la República. No me consta positivamente cual de las especies es la nuestra, pero estoy seguro que era de Cælogenys un cuero relleno que ví en 1876 en la Exposicion preliminar de los objetos remitidos luego á Filadelfia y de procedencia Argentina. Su color es pardo oscuro con manchas blancas. Se solicita con interés. (Se obtuvo en 1893 la C. Paca.)
Dasiproctinos.

Agutí (Dasyprocta Azaræ)—Chaco, Paraguay, Misiones, Corrientes, Santa Fé.... El Jardin Zoológico posee tres ejemplares de esta especie, de color pardo oscuro con reflejos dorados. Sus proporciones son regulares, las piernas delgadas, no mucho mas largas que el diámetro vertical del tronco; rabo y orejas, breves. Come raíces, yerbas, granos, etc.


Histricinos.

Puerco Espin (Hystrix cristata)—Originario de las costas del Mediterráneo, sea de Europa, Asia y Africa, el Puerco espin, es sin disputa uno de los mamíferos actuales mas curiosos, siéndolo el que más en la coleccion del Jardin Zoológico de Buenos Ayres. Su extraordinaria armadura de espinas largas, eréctiles, abigarradas y dispuestas en filas transversales, le dá el aspecto de una cabezuela de Cardo, de Dípsaco ó de cualquier otra cosa análoga, sin contar la espesa crin de cerdas gruesas, largas y arqueadas, de la cabeza, cuello y tren anterior. Su régimen, como sucede en la mayor parte de los Roedores, es vegetal. En la coleccion figura un casal traído de Hamburgo, en Octubre. Es la primera vez que se ha visto vivo en Buenos Ayres.

Es falso lo que afirman de que sus púas son arrojadizas. Lo que hay de cierto es que las muda, y para esto, es necesario que se le caigan. Sorprendido ó excitado, las eriza.


Eretizoninos.
Coendú (Cercolabes)—Hace pocos años figuró este género en el Jardin Zoológico con el nombre de Puerco espín. Su despojo está en el Museo. Procede del Brasil, Paraguay y Misiones. (Se adquirió despues, 1893.)


Caprominos.

Coipo, Coipu, Quiyá, improp. Nutria (Myopotamus coypu)—En libertad, abunda en los lagos del Jardin. Tres ejemplares cautivos. La Nutria roedora es un animal Sud-americano, demasiado conocido para que sea necesario dar aquí más indicaciones de él.


Chinchilinos.

Biscacha, Vizchacha (Lagostomus trichodactylus)—Durante más de un año llegué á ofrecer hasta diez nacionales por cada Vizcacha viva que se trajera para el Jardin Zoológico, y no pude conseguirlas. Al fin se recibieron, de regalo, tres muy jóvenes, que murieron por estupidez del peon que las cuidaba; inmediatamente fueron remitidas otras dos que se escaparon (sin estupidez) y poco despues siete más que han tenido familia en el departamento que ocupan. Én el momento de escribir estas líneas, el Jardin Zoológico recibe un casal más, de ejemplares adultos, lo que permite ahora retirar el precio ofrecido.

¿Cómo era posible no tener interés en que se hallara representada en el Jardin Zoológico esta especie genuinamente pampeana?

Pesa sobre ella una ley de exterminio. Ya vendrá el arrepentimiento.

Vizcacha de la sierra (Lagidium peruvianum)—Habita, en los Andes desde Bolivia hasta Mendoza. La especie no se ha visto aun viva en Buenos Ayres. Es muy interesante.

Chinchilla (Eriotmys chinchilla y E. laniger)—Muy abundantes en el valle de Santa María y en los Andes de Tucuman; pero aun no hemos podido conseguirlas.


Ctenómidos.
Tucu-tucu (Ctenomys)—Abundan dos ó tres especies en la República, mas no posee ninguna el Jardin Zoológico.


Múridos.


Murinos.

Minero comun. (Mus musculus.)—Un casal.


Rata blanca (Mus sp.)—Variedad albina. Muchos ejemplares.


Rata comun (Mus decumanus.)—Un casal cautivo. Demasiado abundante, por desgracia, en libertad.


Ratones del campo (Hesperomys, Reithrodon.)—De las muy numerosas especies indígenas, sólo se ha podido obtener, hasta ahora, el Hesperomys arenicola.

En el nuevo local para Jardin Zoológico se está construyendo ya el departamento para Roedores, de modo que, dentro de poco tiempo, las especies que hoy están desparramadas en habitaciones aisladas, podrán examinarse como se debe desear.


LOS DESDENTADOS [5]

Aunque en las épocas pasadas, la República Argentina ha sido habitada por un número inmenso (sin hipérbole) de Mamíferos Desdentados, ó sea Unguiculados terrestres privados siempre de incisivos, en la actualidad ese número se halla muy limitado, á tal punto que las especies pueden contarse por los dedos.

Tres grupos solamente toman parte en la constitucion de nuestra Fauna.

I. Los Mirmecofágidos, con cabeza y cola largas, sin diente alguno en las mandíbulas: lengua extensible, vermiforme.
II. Los Bradipódidos, Tardígrados ó Perezosos, con cola rudimentaria, cabeza corta y con dientes.
III. Los Dasipódidos, Acorazados ó Tatúes, cuerpo cubierto de una coraza mas ó menos ósea, compuesta de placas revestidas de sustancia córnea, las cuales forman areolas de diversos contornos y relieves: tienen siempre dientes, y la cola, por lo comun, es larga; la cabeza mas bien cónica, un poco prolongada.

I. Mirmecofágidos.

Oso hormiguero (Myrmecophaga jubata, L.) Esta especie tropical de Sud-América se extiende tambien un tanto á la subtropical austral. Como forma, sólo cede al Puerco-espin por su rareza, y áun asi, no es probable que éste fuese considerado mas extraño, si se despojase de su vestidura espinosa. El cuerpo es robusto, y así tambien los miembros anteriores, cuyas uñas son muy grandes y dirigidas hácia adentro; la cabeza es muy larga y aguda, y la boca, en el extremo del hocico, muy pequeña. La cola, ricamente vestida de largas cerdas, es prolongada, y el animal la arquea con frecuencia por encima del cuerpo.

El ejemplar del Jardin Zoológico (en el cual vive desde hace unos cuatro años), se alimenta de carne cruda picada muy fina. Pasa la mayor parte del dia echado en su vivienda; pero á la tarde, á la hora de comer, sale de ella invariablemente. Alguna que otra vez, el terreno del recinto que habita aparece cubierto de pequeñas excavaciones practicadas por el animal, sin duda buscando hormigas.

Tamanduá (Myrmecophaga tetradactyla, L.) Esta especie, habitante del Chaco y de Misiones, y áun de comarcas mas tropicales, no existe aun en el Jardin Zoológico. Es de color amarillento súcio, con una banda negra, oblicua, escapular. (Se obtuvo, 1893.)

No es improbable que en las Altas Misiones se encuentren mas tarde las otras especies de este género Sud-Americano.


II. Bradipódidos, Tardígrados ó Perezosos.

Faltan estos animales en el Jardin Zoológico. Hace pocos meses trajeron uno vivo al puerto de Buenos Ayres, pero me fue propuesto tarde en venta y por un precio exagerado.

En Rápida Ojeada sobre la Fauna de Salta (en El Naturalista Argentino, 1878) he señalado del Chaco Salteño el Bradypus tridactylus.


III. Dasipódidos ó Acorazados.

A este grupo pertenecen los animales Sud-Americanos vulgarmente conocidos en la República Argentina con los nombres de Peludo, Piche, Mulita, Tatú, Quirquincho, Quirquincho bola ó Mataco, Piche-ciego ó Pichiciego, etc.

Su rasgo externo mas característico es la presencia de un caparazon dorsal, mas ó menos huesoso, que cubre el cuerpo, y cuyas pequeñas placas se hallan revestidas de sustancia córnea, las cuales corresponden ó nó en su escultura á las de la placa subyacente. La forma de dicho caparazon no presenta, en su conjunto, anomalía alguna en lo que se refiere á su forma comparada con la del tronco, pero muestra, eso sí, una diversidad extrema en su construccion, no sólo considerándola dentro de los límites de los géneros, sino tambien de las especies.

Compuesto, en el mayor número de casos, de bandas transversales de tales placas, dichas bandas se presentan movibles en mayor ó menor número, Llegando al mínimo en el Mataco ó Quirquincho-bola, que sólo tiene tres, en la parte media. Por otra parte, las placas no cubren solamente el caparazon que constituyen, pues se encuentran tambien en la cabeza, en los miembros y en la cola.

En todos los animales de este grupo, el caparazon (vulg. cáscara) está completamente adherido á los tejidos blandos, pero se exceptúa el Pichiciego, en el cual sólo se une en los bordes anterior y posterior, y en la línea media ó espinal, quedando el resto simplemente adosado á la piel oculta y cubierta de pelos. En este tipo, muestra tambien una particularidad, y es un escudo semicircular, posterior, pelviano, convexo, en parte despegado, y adherido por su porcion superior casi recta al caparazon dorsal.

La cabeza es por lo comun corta, cónica, mas ó menos deprimida, las orejas de longitud variable, y mediana la abertura de la boca.

El tronco es robusto, ovalado, cilindróideo, bastante deprimido y ancho en algunos, como el Peludo, y áun susceptible de formar bola, como lo hace el Mataco.

Los miembros son cortos y muy robustos, armados, en particular los anteriores, de uñas fuertes y poderosas, que utilizan en la excavacion de la tierra para formar sus cuevas ó para esconderse. En el Pichiciego, tomando en cuenta el tamaño del animal, puede decirse que son enormes.

La cola, completamente cubierta de placas unidas, y que á veces forman anillos, y constituida siempre como estuche, es de longitud variable: larga en la Mulita, y muy corta en el Mataco. Su forma es cónica, mas ó menos regularmente afilada hácia la punta; pero en el Pichiciego tiene forma de un vástago corto, terminando en una maza ó clava deprimida.

En su mayor parte tienen hábitos nocturnos, ó crepusculares; pero la Mulita es diurna. El Mataco suele salir tambien de dia de su cueva; por lo menos yo he visto Matacos á medio dia en las colinas próximas á Cármen de Patagones.

Su régimen es animal; pero en muchos casos no desdeñan el vegetal; en cuanto al Peludo, come cuanto se le dá; prefiere sin embargo la carne.

La grasa de Peludo tiene fama de ser remedio excelente contra el reumatismo articular, y he visto vender á buenos precios cáscaras de Mataco para aplicarlas como casquetes en las rodillas de reumáticos.

Pero, ¿qué es lo que no se ha aplicado contra el reumatismo?

Los caparazones de algunas especies, arqueados hasta aproximarse el borde anterior al posterior, cosiendo los laterales, sirven á los Indios Tobas y áun á otros, como de canastillas para guardar objetos pequeños.

Los paisanos fabrican yesqueros con el estuche de las colas.

No conozco otras aplicaciones de las especies de Dasipódidos, cuyos representantes habitan desde Méjico hasta el extremo austral de Sud-América.

La manera de cazarlos es bien simple. En las noches de luna, los habitantes de la campaña suelen salir á peludear, argentinismo que expresa la cacería del Peludo. Ella se ejecuta por medio de perros, ó dando al animal un golpe con el mango del rebenque ó con un palo.

La Mulita se caza de dia.

En esta familia se conocen tres grupos ó subfamilias actuales, que habitan la República Argentina:


I. Caparazon compuesto de fajas movibles transversales, no unido á la piel sino en la línea media ó espinal y en los bordes anterior y posterior; un escudo pelviano posterior casi perpendicular al dorso; cola corta en forma de maza.

1. Clamidoforinos.


II. Caparazon unido á la piel; fajas medias movibles en número variable; las placas son fijas en las secciones anterior y posterior, cola mas ó ménos cónica. Los escudos córneos que cubren las placas tienen la misma forma que éstas.

2. Dasipinos.


III. Los escudos córneos que cubren las placas tienen distinta forma que éstas. El caparazon con los mismos caracteres generales de los Dasipinos.

3. Praopinos.


1ª Clamidoforinos. [6]


Piche-ciego ó Pichi ciegoClamydophorus truncatus, Harlan) —Este curioso animalito figura en el Jardin Zoológico de Buenos Ayres, regalado por el señor Eduardo Keller, con quien me empeñé para que lo solicitase de la persona á quien antes lo regalara, y no deja de ser una satisfaccion el presentar viva, por primera vez, tan interesante especie, en un establecimiento del género de aquel.

Habita la region cuyana, hasta cerca de Bahía Blanca; pero rara vez se consigue.

El donante lo compró en San Luis, al pasar por una estacion del Ferro-Carril y lo alimentó con biscotelas mojadas en leche y áun con ésta. Tuvo la bondad de llevarlo en una canastita llena de algodon. Dile al instante el alimento que había recibido en cautividad. Comía la biscotela bien reblandecida en la leche, alzándola con la larga lengua que doblaba como hacen los perros para beber, operacion que practicaba con rapidez, tanto que se podría haber dicho que bebía. Una vez que hubo consumido como un centímetro cúbico de la parte reblandecida, bebió algo más de leche y del mismo modo. Coloquélo entónces entre sus algodones y quedó quieto. A las dos de la mañana, volví á ofrecerle alimento, y lo tomó del mismo modo.

Al dia siguiente, poco antes de las nueve de la mañana, volví á ofrecerle su racion, pero no aceptó. Díle entonces una miga de pan mojada en té con leche y tomó muy poco, pero con gusto. Lo traje al Jardin Zoológico y lo entregué al Guardian que cuida los Mamíferos pequeños, ordenando al mismo tiempo que se le construyera una casilla de madera con paredes de vidrio y forrada por fuera con alambre tejido. Indiqué al cuidador que siguiera dándole el mismo alimento, esto es, biscotelas ó plantillas en leche, pero que probara algo mas.

Comió algunos pedacitos de carne cruda raspada, y, como manifestase gusto en ello, dije al Guardian que procurase darle, como ensayo, algunos gusanitos.

Comió bien orugas del Bicho de cesto (Oiketicus) y tambien larvas pequeñas del gusano de la harina (Tenebrio molitor), al tercer dia, su apetito era escaso y se hallaba descompuesto, lo que atribuí á la carne cruda, que hice suspender. Desde entónces no ha tenido novedad.

Tiene el Pichi-ciego una figura extraña en la cual se reconoce inmediatamente la familia á que pertenece, pero tambien con caracteres propios, de los cuales ya he señalado algunos. Su nombre griego de Clamydophorus alude á la clámide ó esclavina ó palio que cubre su cuerpo, esto es, á su coraza ó caparazon.

El específico latino truncatus se refiere á la truncatura posterior, determinada por el escudo pelviano. La cabeza es un tanto acarnerada y bastante convexa en lo anterior, con escudo cartilaginoso mal indicado, muy blando y delgado, en el que las placas son poco definidas. Cuando camina ó reposa, hace uso de la cola como de un quinto miembro, pues apoya fuertemente en ella, como lo hace el Cangurú entre los Marsupiales (y tambien el Mataco), y los Carpinteros ó Pícidos entre las Aves, y, hasta cierto punto, las Poduras entre los Insectos.

Toda su piel visible es rosada pálida; sus pelos, bastante abundantes y delicados, son blancos de nieve, y así tambien los penachitos ó pestañas que sobresalen de cada lado del caparazon en todas las fajas. Las placas son parduscas, pero todas las articulaciones de las mismas son rosadas, como la mayor parte del escudo posterior y la cola. El escudo anterior de la cabeza es rosado con indicaciones parduscas leves en las placas. Las grandes uñas son blanquecinas, con bastante rosado por transparencia. Los ojitos son negros, pequeños y situados muy arriba; los abre poco y de aquí el nombre de Pichi-ciego.

El largo del ejemplar, desde él hocico hasta la truncatura posterior, es de 13 cent., y el escudo dorsal, en la parte posterior, 7 cent. de ancho.

En el dia de la fecha, nuestro Pichi-ciego tiene ya mas de un mes de cautividad, y se encuentra bien, sano y gordo. Falta la hembra, que se solicita, de regalo, en cange ó compra.


2. Dasipinos [7]

En un trabajo anterior, con el mismo título que el de éste, señalé los caracteres de las tres tribus que constituyen la familia de los Armadillos actuales y que habitan la República Argentina, ocupándome particularmente, entonces, del Pichiciego ó Clamydophorus truncatus, único miembro de nuestra Fauna que represente aquí su tribu, ya que el Cl. retusus es de Bolivia, pero que tal vez se encuentre en Jujuy ó en el Chaco inmediato, segun indicios vagos de algunas personas que han recorrido aquellas comarcas.

En cuanto á los Dasipinos, cuyo tipo puede reconocerse en el Peludo comun, debo lamentar una falta casi completa de materiales, y que no he podido conseguir, á pesar de los esfuerzos realizados en tal sentido.

No pierdo la esperanza de enriquecer con ellos el Jardin Zoológico, mucho menos ahora que se prepara en el nuevo local un departamento apropiado para todos los Armadillos. Y es tanto mayor mi empeño, cuanto que el único órden de Mamíferos, que caracteriza esencialmente la República Argentina, es éste, y si es verdad, como debemos desearlo todos, que el Jardin Zoológico haya de ser un centro de estudio, nadie puede negar que los animales de la tierra serán su base mas interesante.

Tatú gigante (Priodon gigas (Cuv.) Owen)—Este gigante del Órden, pues mide cerca de un metro del hocico á la punta de la cola, habita los territorios del Norte de la República, como el Chaco y Misiones, y áun se extiende al Paraguay y al Brasil, habiendo sido hallado, no hace muchos años, cerca de Córdova, En el Museo Público existen dos ejemplares. Es muy raro, tanto que sólo una casualidad puede proporcionárnoslo.
Tatú de doce bandas (Xenurus unicinctus (L.) Wagl.)—No conozco este animal que Ameghino señala de Misiones, y los otros autores, que de él se han ocupado, del Brasil.
Mataco, Quirquincho bola (Tolypeutes conurus (Is. Geoff.) Burm.—A pesar de hallarse esta especie por casi todo el país, no la tiene aun el Jardin Zoológico. Uno de sus caracteres distintivos es la presencia de tres bandas movibles en la region central de la coraza. La cabeza y la cola corta tienen casi el mismo largo, y cuando el animal se enrozca formando bola, aquellas partes tapan la abertura casi circular generada por la union de las escotaduras anterior y posterior aproximadas. Lo he visto en libertad en las barrancas del Rio Negro, cerca de Patagones; me aseguran que lo hay mas al Sur; pero hace algunos años se traían en abundancia sus corazas del pueblo indicado, porque gozan de cierta fama como remedio contra el reumatismo. Lo señalé de Salta en 1878. (Se obtuvo, 1893.)
Mulita enana, Pichly de Azara (Zaedyus minutus Desm.) Amegh.) El más pequeño de los Armadillos de este grupo, apenas mayor que el Pichiciego. La seccion central de la coraza tiene ocho ó nueve bandas movibles. Habita la region Andina, y siguiendo por la Pampa y la Patagonia, se extiende hasta el Sur de Buenos Ayres, No la he visto nunca viva.
Piche (Dasipus sexcinctus L.)—Este Peludo, mayor que el comun, habita la region Oriental del país, desde la parte norte de Buenos Ayres por Santa Fé y Entre Ríos, hácia el Trópico, pero se extiende á las provincias Andinas del Norte. En mi trabajo «Contribuciones para el conocimiento de la Fauna de Salta» (en el Naturalista Argentino, 1878, página 47, núm, 28.), lo señalé como Dasypus setosus Max. Z. Wied. y como sinónimos D. sexcinctus, L., Gray. Compré uno vivo cerca del Rio de los Horcones. No lo tenemos en el Jardin Zoológico. (Ahora si—1893.)

Peludo ó Peludo comun (Dasypus villosus, Desm.)—Abundante en casi toda la República, siendo quizá el que llega más al Sur, pues he visto ejemplares preparados que venian de Santa Cruz; aunque—debo recordarlo—parecían mas pequeños que los comunes y algo mas claros, habiendo sido determinados como D. villosus por descripcion. En el Jardin Zoológico existen diversos individuos, todos procedentes de la provincia de Buenos Ayres (Chacabuco, Dolores, etc.).

Cuando pasé por el Rosario de la Frontera en 1877 me dijeron que los Peludos escarbaban mucho el cementerio para devorar los cadáveres y lo consigné en Rápida ojeada sobre la Fauna de Salta (en El Naturalista Argentino, 1878, p. 47, n. 27). Dije con ese motivo: «No se trata de otro que del que cito, pues he visto una cáscara con cabeza en el mismo Rosario».

Los Peludos del Jardin Zoológico comen lo que se les dá, pero prefieren la carne picada. Durante la mayor parte del día lo pasan ocultos en sus cajas, ó entre la arena de las jaulas, pero salen de sus escondrijos cuando hay sol. Pasan la noche en movimiento, rascando los alambres ó escarbando, y á veces no se esconden sinó cuando el día está avanzado.


3. Praopinos.

Mulita—(Tatusia hybrida (Desm.) Lesson).—Tanto cuanto ha sido fácil conservar los Peludos en el Jardin Zoológico, ha habido dificultad para la Mulita, y hemos perdido varios ejemplares. Ultimamente conseguimos una hembra y dos machos que vivieron algunos meses y á los cuales se les variaba el alimento, dándoseles tambien habitacion abrigada. Pero no hace mucho, en una noche de frío, murieron los tres. Ahora existe otro ejemplar (regalado) que quizá pueda conservarse mejor. A fines del último Invierno, compré una hembra en extremo salvaje y cuya temperatura me pareció febril cuando conseguí examinarla. Durante la noche dió á luz once piezas que nacieron muertas, y murió pocas horas despues. Cuando haya departamento espacioso y apropiado para los Armadillos en el nuevo local, es casi seguro que la especie podrá reproducirse con facilidad. Algunas personas me han asegurado haber obtenido crias, teniendo los ejemplares simplemente en barricas.

La Mulita es diurna en sus hábitos, y de aquí la facilidad para cazarla. Si no fuera por su abundante prole, ya se habría extinguido. Es de lamentar que no se hagan efectivas las disposiciones referentes á su cacería. La época en que más se la persigue es cuando está para reproducirse.

Habita las Provincias del litoral y la Pampa. En el Chaco abunda, y áun en Salta (en la ciudad) «he visto cáscaras de este animal» (Contrib. 4, p. 48, n. 30).

Mulita gigante, ó Peba (Tatusia novemcincta (L.) Lid.)—Hace un año me regaló el señor Ismael Gómez una cáscara de este animal, con la cabeza, ménos la mandíbula inferior. Había sido cazado vivo cerca de San Nicolás de los Arroyos donde no lo conocían y procuraba obtenerlo para el Jardin Zoológico, cuando recibió la donacion citada como anuncio fatal de una muerte violenta. Es mucho más grande que la Mulita comun y, al ver aquella cáscara, que por primera vez examinaba, me expliqué lo que podría ser el Tatú «muy grande que abunda en Santa Fé cerca del Chaco y que á veces llevan á la ciudad»—segun me había comunicado Solari. Creyendo que se tratase del Priodon, hice cuanto pude para obtenerlo, pero ahora se me ocurre que debe ser esta Mulita, la cual habita el Chaco, Misiones, Paraguay y Brasil.
En Misiones he visto un caparazon en forma de canastilla. En el capítulo XVI p. 256 del Viaje á Misiones, y al referirme á los enemigos de las Abejas sociales he estampado lo siguiente: «No he visto ningun Dasypus (Peludo) pero sí una coraza con 9 bandas movibles». Seguramente pertenecía, por su tamaño, á esta Tatusia. En Buenos Ayres he visto algunas canastillas semejantes traídas del Chaco, y fabricadas por los Tobas y Matacos. Ahora puedo reconocer la especie de que proceden. Sea como fuere, esta Mulita es un desiderátum en el Jardin Zoológico. (Se consiguió—1893).

Total: de las nueve especies seguras de Armadillos Argentinos, el Jardin Zoológico de Buenos Ayres sólo posée tres: el Pichiciego, el Peludo, y la Mulita.

Reclamo, pues, el cumplimiento de palabras amistosas y caballerezcamente empeñadas, y que obligan tanto más cuanto que fueron espontáneas, á todos aquellos que se han interesado en el desarrollo del Jardin, ofreciendo remitir muchas piezas que faltan en su cuadro, y más interesantes que otras por lo mismo que es necesario, ante todo, presentar en debida forma las especies Argentinas.

Ungulados [8]

La denominacion general de ungulado comprende un grupo de Mamíferos provistos de cascos en los dedos, en vez de uñas, ó sea uno ó más envoltorios córneos de las últimas falanges de los dedos, comparables á dedales de cada uno; mientras que en los Unguiculados, ó animales de uña, dicha sustancia córnea sólo cubre una parte de las mencionadas falanges.

Así considerados, los ungulados abarcan los antiguos Paquidermos y rumiantes; pero hoy, tomándose en cuenta diversas consideraciones de estructura y de evolucion, ellos han sido divididos en grupos que, si bien concordantes con aquellos en su amplitud mayor, discrepan á lo menos en parte. Son, en todo caso, mamíferos de dientes variados en su forma, con los molares á lo menos de dos raíces. Ellos incluyen, aparte de especies medianas y áun pequeñas, algunos de los gigantes terrestres.

Prescindiendo de los grupos extinguidos, y tomando en cuenta solamente los actuales terrestres, pueden caracterizarse del siguiente modo:

I—Dedos impares, de 1 á 3, el del medio muy grande: Perisodáctilos.
II—Dedos pares, de 2 á 4, los dos del medio iguales: Artiodáctilos.
III—Dedos 5, todos igualmente desarrollados: Paquiterios.


PERISODÁCTILOS.


Equinos ó Caballos.


Caballo comun. (Equus caballus L.)—Los hay criollos en el Jardin Zoológico para el servicio.


Caballo-Ruso-gigante.—Este ejemplar no es seguramente el caballo de formas mas correctas, entre los preciosos ejemplares que hoy tiene la República Argentina, teniendo en cuenta no sólo las piezas nacidas en el país, sino tambien importadas. Los entendidos en la materia (y no me cuento entre ellos), afirman que no es un Orloff.[9] Otros aseguran que tiene algo de Trackenen en la cabeza, en lo cual estoy de acuerdo, sin dejar de reconocer que un Trackenen no lo es solamente por la cabeza. Mas de uno ha observado que tiene un defecto, por exceso de desarrollo, en los maleolos, lo cual es cierto, aun cuando se prescinda del certificado del doctor en veterinaria hamburgués que lo acompañaba y por el cual se asegura que ello no implica un peligro para la vida del animal. Segun el mismo, tiene de altura 2m10; yo lo he medido y le he hallado 1.98 en la cruz. No es negro retinto, porque, con cierta luz, muestra algunos reflejos rojizos en lo inferior del tronco; pero es perfectamente tapado. Su andar en libertad es elegante y de lucimiento en un trotadero.

Los que hemos andado en él, ginetes algunos, y no mas de diez minutos, hemos sufrido durante tres días de un malestar insólito en los músculos femorales.

Es un tanto duro de boca, sin mostrar tendencia á salir de un andar moderado, pero de difícil dominio. Brioso en extremo cuando se le lleva á cuatro manos tímidas de una parte á otra, es dócil cuando reconoce una voz imperativa, aunque cariñosa, y así, el nombre de «Goliath» le guía sin necesidad de brida ni de látigo.

Este animal es toruno, lo cual no lo inhabilita para la reproduccion, contra lo que opinan algunos, quizá mal intencionados, porque en este caso particular no se puede juzgar por las apariencias y aun cuando se pudiese, ningun fisiólogo admitiría que fuese aplicable la afirmacion de que puede suceder una vez pero no dos.

De todos modos, las ofertas complementarias para semejante resultado no se han cumplido, siendo así que se ha ofrecido dividir equitativamente los productos.

No ha faltado visitante que afirme que en la República Argentina existen caballos mas grandes que éste. Así será; pero el Director del Jardin Zoológico no ha visto, hasta ahora, ninguno mas alto, ni en Buenos Ayres, ni en la mayor parte de las otras Provincias ó Territorios Argentinos.


Asno, Borrico, Burro, Podenco, Pollino (Equus asinus L.)—Llamado tambien en estos últimos tiempos Asinus vulgaris, quizá en vista de la dificultad de referir sus variedades á los troncos hipotéticos, el Asno comun se representa en el Jardin Zoológico por una pareja del tipo vulgar, que le ha sido regalada, y que procede de crias de la region del Tandil.


Asno de Ceilan—Remitido de Hamburgo como Burrito enano de Ceilan, se encuentra lejos de realizar el calificativo de enano, pues tiene alrededor de tres pies de alto. Es una hembra gris con su banda negra de la paleta. No es arisca y el único daño que ha hecho hasta ahora ha sido pisar por descuido un avestruz jóven y matarlo. No traía nombre individual y uno de los cuidadores que había llegado al colmo de la inventiva, al acariciarle con el nombre masculino de «Johny», se convenció al fin de que perdía el tiempo.

Se encuentra en el corral de los Guanacos, Avestruces, etc.


Zebra de Burchell (Equus (Hippotigris) Burchellii).—Esta interesante especie figura como pareja en el nuevo local del Jardin Zoológico, traída de Hamburgo en Octubre de 1889. Procedente del Africa Austral, es menos escasa que la verdadera Zebra, de la cual se distingue (entre otros caracteres), por la presencia dé tiras ó fajas grises entre las negras del pelaje de fondo blanco sucio ó agrisado claro.

Son animales briosos, pero domados, y uno, á lo menos, adiestrado al circo. Ordené en cierta ocasion que uno de ellos fuera sacado á pastar á soga larga y mostró su juego. Ningun ginete criollo le tendría miedo. Bellaquea, pero hasta cierto punto. La única maña que le he notado es agacharse y cocear, á no ser que se lo hayan enseñado.

La cabalgan los Hotentotes; el Rey de Portugal (segun Brehm), tenía un casal que solía atar á su carroza, y nuestros ejemplares han tirado tambien, mas de una vez, carros de circo en Hamburgo.


Rinocerinos.
Rinoceronte unicorne, Rhinoceros unicornis L.—Se espera.


Tapirinos.

Anta, Danta, Gran Bestia, Tapir, Tapiro, (Tapirus americanus, Bríss.—De esta especie difundida por casi toda la América tropical y subtropical y que, segun los autores, llegaba más al Sur en otros tiempos, existen dos machos en el Jardin Zoológico. Ambos han sido heridos en cierta ocasion por un soldado; uno hubo de perder la trompa de un tajo de cuchillo, y el otro recibió una puñalada en el flanco derecho. Este mismo, algunos meses antes, había recibido ya otra en la garganta «de mano qué sabía degollar gente, pero no Tapiros», segun informe oportuno de la Direccion.

Poco despues de este último caso, murió envenenada una hembra adulta, segun diagnóstico sintomático de la Direccion, comprobado con la autopsia que luego practicó el doctor Wernicke, Director del Laboratorio bacteriológico de la Sociedad Rural Argentina, en presencia de sus ayudantes y de los empleados superiores del Jardin Zoológico. Los que han tenido interés en negar estos hechos no se equivocan, sino que mienten.

Animales en extremo dóciles y mansos, los Tapiros del Jardin Zoológico incitan de tal modo á la caricia, que, sin exajeracion, puede decirse que son los animales en cuya vecindad se necesita mayor vigilancia, porque si bien es cierto que el pasarles la mano de ningun modo puede dañarlos, no faltan imbéciles que les sacudan garrotazos, mas de una vez, y por suerte, rápidamente vengados por el Talion.

ARTIODÁCTILOS.


Suídeos.


Suinos.

Pecari, Pecari de collar, Taytetú (de Azara), Javalí americano (Dicotyles tajacu, L.)—De este animal de color gris oscuro moteado y con un collar negro incompleto, figura un ejemplar en el Jardin Zoológico procedente del Paraguay, pero se encuentra en casi toda Sud-América, y en cuanto á su dispersion en nuestro país puede repetirse lo que consigna Ameghino en su obra monumental Contribucion al conocimiento de los Mamíferos fósiles de la República Argentina: «Habitaba, antes de la conquista, todo el territorio de la República, al Norte del Chubut.»

En las diferentes enumeraciones publicadas de Mamíferos del país, figura como Dicotyles torquatus, nombre específico impuesto por Cuvier, que debe ceder al mas antiguo empleado por Lineo.


Pecari labiado. (D. labiatus, Cuv.)—Muy semejante al anterior, pero un poco mas corpulento cuando es adulto. Su color es algo mas claro, tirando tambien al amarillento el moteado del pelaje; el collar negro se marca muy poco, y los costados del hocico y aun de parte de los carrillos son blancos. ¿Es éste ó el anterior el «Chanco rosillo» de Tucuman y de Salta? Un ejemplar en el Jardin Zoológico. Habita el Norte de la República, pero vá más allá en la zona tropical.


Hipopotaminos.

Hipopótamo (Hippopotamus amphibius, L.)—Este voluminoso animal, que hoy se encuentra en Africa, pero que muy verosímilmente habitó el Asia en otro tiempo, se halla representado en el Jardin Zoológico por un ejemplar de unos catorce años de edad. Cazado muy jóven en la costa de Africa, probablemente cerca de Zanzibar, fue llevado á Hamburgo, donde se crió, y de donde ha venido.

Pesaba, cuando llegó, cerca de dos toneladas, y como ha engordado desde que se encuentra aquí, es evidente que su peso ha aumentado como media mas.

Numerosas personas han hecho observaciones respecto del régimen alimenticio á que está sometido, y todas tienen razon al afirmar que no es el natural en libertad. Se le da lechuga, coles, pan, afrecho, papas y pasto seco. Pero es el régimen individual; así se le ha criado y es necesario respetar sus gustos, porque cuando algo le falta, se recuesta, con las ancas ó con la cabeza.

La primera vez que se recostó, porque no se le había dado pan, abrió una pared de su departamento provisorio formada de gruesos tablones y tirantes de pino tea,—ésto con las ancas,—y hubo necesidad de puntales.

La segunda, porque no le habían dado papas, apoyó el hocico en un tirante, que rompió, y que fué menester arreglar con una barra de hierro.

No es pieza para ser contrariada.

Felizmente no se ha enojado todavía.

Es un animal muy manso, al que conviene, sin embargo, no llamarle mucho la atencion, porque podría recostarse.

Eduardo L. Holmberg.




  1. Se publicó en El Nacional en 21 de Octubre de 1889.
  2. El Nacional, Enero 17 de 1890.
  3. El Nacional, Febrero 10 de 1890.
  4. Algo sonaría por esos mundos cuando escribí esto.
  5. El Nacional. Abril 9 de 1890.
  6. El Nacional, Abril 10 de 1890.
  7. El Nacional. Mayo 16 de 1890.
  8. El Nacional, Julio 9 de 1890.
  9. Pero nadie lo ha presentado como Orloff.