Una perra de parto
Las caricias de los malos tienen mucho de asechanzas; y para que las evitemos nos sirven de aviso los versos siguientes.
Habiendo una perra, que estaba de parto, rogado á otra que le permitiese echar en su choza la cria, lo consiguió sin dificultad: despues, pidiendo la otra su choza, interpuso ruegos, solicitando un poco de tiempo mas, mientras sus cachorrillos cobraban fuerzas para seguirla. Pasado tambien este plazo, volvió á instar con mas fuerzas por su alberge. Pero le dijo: si te atreves conmigo y con mi tropa, me saldré de la choza.
Alteram. Justillo lib. 43, cap. 4, hace mencion de esta fábula, con la diferencia, de que en lugar de introducir una segunda perra, introduce un pastor. Pone Justino la fábula en boga de un regulo, que exhorta á Comano á no dejar crecer el poderío de Marsella.