Diccionario etimológico de las voces chilenas derivadas de lenguas indígenas americanas/Advertencia
ADVERTENCIA
En Setiembre de 1905 se entregó a la circulacion privada i al reparto oficial la primera parte de este libro (pájs. 1 a 448), cuya impresion habia demorado mas de un año. Prometí entónces que el tomo estaria concluido dentro del año de 1906.
Desgraciadamente el mal estado de mi salud, quebrantada por el exceso de trabajo que me habia costado la preparacion del libro, junto con una acumulacion estraordinaria de tareas, a la que me obligaban mis cátedras i una suplencia en el Instituto Pedagójico, no me permitieron seguir copiando i ordenando para la imprenta mis papeletas. Sólo en Mayo de 1908 un tanto aliviado i mas libre de obligaciones estraordinarias pude volver a este trabajo. En Agosto del mismo año comenzó la impresion de la segunda mitad (páj. 449 i sig.) i desde entónces nunca ha faltado manuscrito en la imprenta. Por desgracia, i mui a pesar mio, la impresion sólo se hizo mui despacio, de modo que mis esperanzas de ver el libro concluido en Setiembre o en último caso en Diciembre de 1909, como lo habia anunciado; quedaron nuevamente frustradas.
La demora involuntaria en la aparicion de la segunda parte me hizo posible agregar los varios suplementos siguientes. Ruego a los lectores me perdonen la molestia i los tomen en cuenta.
Suplemento I. Nuevas voces, que faltaban en el cuerpo del libro; (con numeracion continuada).
Suplemento II. Correcciones i adiciones a las voces enumeradas en el Diccionario Etimolójico. (La numeracion corresponde a la de los mismos artículos correjidos.)
Suplemento III. Correcciones i adiciones al Prólogo i a la Introduccion, con fé de erratas.
He creido necesario ademas agregar una lista estrictamente alfabética de todas las voces chilenas, americanas i, en jeneral, castellanas que se tratan en el libro. Esta lista aparecerá por separado i contendrá a la vez las etimolojías indias del mapuche en escritura fonetica.
De este modo se ganará una base segura i cómoda para la consulta durante la prosecucion de los estudios lingüísticos i etnolójicos con que espero continuar este trabajo conforme a lo espuesto en el Prólogo.
No se me escapa que unas cuantas de las etimolojías propuestas como posibles (¡no como seguras!), sobre todo en la primera parte, parecerán a los filólogos competentes un tanto atrevidas. En algunos casos el afan de proponer algo me ha seducido mas allá talvez de lo permitido. Ruego, sin embargo, a los críticos que se fijen bien, si doi una etimolojía con el carácter de categórica o como mera insinuacion. A veces descubrimientos posteriores de otros significados de alguna palabra han confrmado a posteriori lo que en un principio parecia difícil. Ademas, ántes de haber recojido i comparado todo el material segura para la para cada fenómeno fonético, yo mismo carecia de base segura. Mi criterio inicial para la aceptacion de las palabras ha sido negativo: "esta palabra, en cuanto sepamos, no es palabra que se haya usado en España, de consiguiente es de suponer que sea formada en América i probablemente tomada de alguna lengua indíjena." El número de las voces que no figuran en el Diccionario oficial i sin embargo parecen ser antigua propiedad castellana es bastante elevado. Por desgracia no existe, por ahora, un diccionario de todas las voces conservadas en los documentos del castellano antiguo i anteclásico (¡hace falta un Godefroy!). Por este motivo, en muchos casos, no es posible solucionar con todo acierto las cuestiones dudosas. Pero sucede tambien que a la primera lectura una etimolojía parece fonéticamente imposible, porque el lector no se da cuenta del valor fonético de los signos usados por los lexicógrafos de las lenguas indíjenas. Si se lee por ejemplo que nitrohue (paj. 825) se deriva de una palabra mapuche escrita gùton, eso parecera estraño a primera vista i, sin embargo, es absolutamente seguro i normal. g es en la escritura de Febrés una n velar (ņ), que a menudo pasa en chileno a n; ù es una vocal parecida a la y del polaco i se trasforma en boca española de preferencia en i; t i th (de Febrés) son a menudo sonidos que se pueden sustituir; es decir que la misma palabra se dice en mapuche ya con t, ya con t' (ts apico-prepalatal); la n es terminacion verbal que se suprime cuando se agrega la terminacion sustantiva hue.
I así todo queda esclarecido.
Todas estas leyes de fonética tendré que esponerlas en el segundo tomo de mi libro, i entónces se hará una revision minuciosa de las etimolojías. Suspéndase, pues, el juicio sobre tales etimolojías hasta que yo haya espuesto los antecedentes, En la lista alfabética de todas las palabras convendrá por eso escribir las etimolojías en trascripcion fonética, en cuanto sea posible en vista de la falta de tipos en la imprenta, o, al menos, de un modo uniforme.
Réstame espresar mi gratitud a todas las personas que me han ayudado en este trabajo, cuya elaboracion me ha ocupado durante mas de diez años, i a los críticos, que han juzgado favorablemente mi libro, aunque era sólo un trozo incompleto. El venerable Nestor de la ciencia chilena, don Diego Barros Arana, fué quien le dió la bienvenida en un artículo publicado en El Ferrocarril, el 28 de Octubre de 1905. La prematura muerte del sabio me impidió ofrecerle la dedicatoria del libro entero, como lo habria deseado, en señal de gratitud por la benevolencia con que él siempre me ha alentado en mis estudios de la lengua i cultura primitivas de Chile, desde el dia en que se dignó pedir mi colaboracion para el articulo sobre Lingüística Americana que publicamos en Los Anales de la Universidad en 1893. Don Tomas Guevara publicó dos artículos, uno en La Lei, de Santiago, el 2 de Noviembre i el otro en El Sur, de Concepcion, el 6 de Noviembre del mismo año. Críticas nutridas como esas, las habria deseado por docenas, pues me trajeron fuera de otros detalles unas veinticinco palabras nuevas que faltaban en mis apuntes i que ahora aparecen con su nombre en el Suplemento I.
En cambio, de la lista de palabras que se me ofreció en un artículo de La Lei, del 5 de Noviembre del mismo año, con la firma Juan Fernandez, apénas resultó una media docena de anotaciones nuevas, pues unas cuantas de las voces propuestas ya estaban impresas en el libro, i la mayor parte de las demas eran palabras de oríjen español como alcance, broceo, aparta i otros términos mineros. Voces puramente doctas i derivadas de nombres jeográficos chilenos como atacamita, huantajayita, que, con la Mineralojía de Domeyko o cualquier testo moderno en la mano, se podrian aumentar fácilmente, no las he juzgado dignas de figurar en mi libro, porque no encierran ninguna enseñanza lingüística ni etnolójica, miéntras que los términos, doctos tambien, como boldina, huevilina, que han encontrado cabida, comprueban siquiera el valor de las esperiencias de la medicina popular indíjena.
En España don Julio Cejador dió cuenta de mi libro en La España Moderna, del 1.° de Agosto de 1907: lo mismo hicieron en Alemania los profesores H. Morf, de la Universidap de Berlin (en el Archiv für das Studium der neueren Sprachen und Litteraturen, tomo 17, páj. 240), Adolfo Zauner de la Universidad de Viena (en Behaghiel und Neumann's, Literaturblatt für germanische und romanische Philologie, tomo 1908. N. 1, páj. 25 a 28), i el Dr. W. Lehmann, etnólogo de Berlin (en Zentralblatt für Anthropologie XI páj. 195). De la única crítica discordante, que apareció en la Revista Católica (N. 103 del 4 de Nov. de 1905) me ocupo en el Suplemento III.
Ruego a todos los lectores chilenos e hispano americanos en jeneral, se sirvan mandarme directamente todas las observaciones acerca del uso de los indianismos castellanos que puedan contribuir a completar i rectificar mi trabajo. Así mismo, quedaria mui agradecido a los críticos i a los editores de revistas en que se publiquen observaciones acerca de mi libro si quisieran hacerme llegar un ejemplar de sus artículos, para poder tomarlos en cuenta para la continuacion del trabajo.
Casilla 814. Santiago de Chile.
Febrero de 1910.