Diccionario etimológico de las voces chilenas derivadas de lenguas indígenas americanas/Bibliografía crítica

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BIBLIOGRAFIA CRITICA DE LAS OBRAS SOBRE AMERICANISMOS

I.—CHILE

§ 67. En todos los cronistas i en los documentos de la conquista se encuentran voces de las lenguas indias que se habian ya incorporado en el lenguaje de los castellanos. Sin embargo, estando estas crónicas i cartas destinadas a la circulacion en España, es comprensible que sus autores solo usen las palabras americanas indispensables i que a menudo espliquen su significado, no para los chilenos sino para los peninsulares. No es raro que se quejen de la pronunciacion difícil de estas voces i algunos las evitan intencionalmente o indican al hablar de objetos naturales del Nuevo Continente que han olvidado el nombre particular [1]. Fuera de los objetos de historia natural i palabras que se refieren a los indios mismos, como a sus instituciones, armas, etc., se encuentran mui pocas palabras en los cronistas.

Solo Molina tiene una posicion especial. Parece que este autor no conoció la lengua mapuche por contacto directo con indios, sino solo por el estudio de la obra de Febres.

§ 68. El primer trabajo en que se rejistran de una manera sistemática las palabras chilenas de oríjen araucano se encuentra en la "Gramática Elemental de la Lengua Española escrita por el presbítero José Ramón Saavedra. Santiago de Chile, 1859." Las pájinas 173 a 195 contienen el "Apéndice. Diccionario de algunas voces araucanas usadas entre nosotros." El autor confeccionó su lista en gran parte segun el Diccionario de Febres, hizo entrar un número considerable de nombres de plantas i animales. Las esplicaciones del significado son mui cortas i a menudo insuficientes para nosotros. Sin embargo, el trabajo es para su época bastante notable i no pocas de las palabras de oríjen indio solo se hallan esplicadas en este libro poco conocido i raro. Tambien entran nombres jeográficos en número crecido [2].

§ 69. Uno de los trabajos mas importantes de la lexicografía americana es el Diccionario de Chilenismos por Zorobabel Rodriguez. Santiago 1875. XII + 487 pájs.

Escrito con el propósito de mejorar el uso de la lengua castellana en el pais, la critica literaria en jeneral queda dentro de límites razonables. Empero algunas veces sucede que el autor al discurrir sobre la correccion o incorreccion de algun término olvida indicar el significado (véase p. ej. chancaca, páj. 145, curcuncho, páj. 136). El estilo del libro es un poco locuaz i la charla periodística que deberia hacer la lectura mas amena, daña a veces a la claridad.

Es evidente que el modelo de Rodriguez está en los Apuntes para un diccionario de peruanismos que don Pedro Paz Soldan i Unánue publicó en 1871 i 1872 en el Correo del Perú (véase mas abajo: Perú).

Rodriguez escluyó de su Diccionario los nombres referentes a historia natural i los jeográficos, pensando publicar mas tarde una lista completa con etimolojías, tarea que no alcanzó a realizar el benemérito autor que acaba de morir hace algunos meses.

Prescindiendo de las voces de oríjen castellano que ocupan mayor parte de las pájinas de Rodriguez, hai en el libro un número mui considerable de voces de oríjen indio. Entre simples i principales derivados he contado unos 250, la mayor parte de ellas con etimolojías que en gran parte son exactas. Las que se derivan del quechua son jeneralmente las mismas que da Arona.

De todos modos el trabajo orijinal de Rodriguez es mui considerable i en voces indias Ortúzar i Echeverría dan mui poco mas que su antecesor, en etimolojías ningun trabajo posterior ha aumentado nuestro conocimiento hasta la publicacion reciente de Cañas.

§ 70. La crítica que recibió el libro de Rodriguez de parte del señor Fidelis P. del Solar [3], aunque justificada en muchos detalles ortográficos, no era merecida en jeneral. La obra de Rodriguez no era prematura i si habia omisiones, solo se necesitaba completarla.

Que esto no era tan fácil con respecto a voces indíjenas, prescindiendo de la historia natural, lo prueba la obra del mismo señor Solar que solo da como media docena de voces indias nuevas. De la cuestion ortográfica sobre ll o y, hu o gu hablaré mas abajo.

§ 71. El sacerdote salesiano Camilo Ortúzar publicó en 1893 en Italia un Diccionario Manual de Locuciones viciosas i de correcciones de lenguaje, con indicacion del valor de algunas palabras i ciertas nociones gramaticales [4]. Este libro da cabida "a gran número de dicciones mejicanas, colombianas, arjentinas, uruguayas i peruanas i mayor todavía a las chilenas". Copia todas las anotadas por Rodriguez.

Como el autor trata de distinguir entre americanismos jenerales i provincialismos de las distintas repúblicas, su libro es un complemento jeneral del Diccionario de la Academia.

Por el tipo se distinguen las palabras que el autor estima castizas de las que cree incorrectas. Como tales aparecen todos los americanismos indios.

El criterio del autor es ultra-académico, pero la coleccion está hecha con mucho cuidado i encierra muchas voces castellanas no rejistradas en los antecesores, pero pocos indianismos nuevos.

Ademas es un inconveniente que muchas particularidades vulgares de pronunciacion, acentuaciones falsas, disparates de jente sin cultura en voces doctas entren al lado de verdaderos provincialismos. Se confunde así la tarea del diccionario con la crítica gramatical i literaria. En todo, el libro está escrito en tono serio de diccionario, sin charla periodística: solo contiene pocas citas de autores. En etimolojías da ménos que Rodríguez citando solo algunas de las que trae este autor.

§ 72. El libro del señor Aníbal Echeverría i Reyes, intitulado Voces usadas en Chile [5] sin contener un material esencialmente distinto del libro de Ortúzar, es un notable progreso por el arreglo mas científico i la separacion limpia entre la crítica gramatical i la lexicolójica. El número de palabras indias no rejistradas con anterioridad en otros libros es insignificante, pues el autor no se ha empeñado en hacer entrar términos de historia natural, aunque tampoco los escluye rigurosamente.

El libro contiene una bibliografía completa sobre americanismos e incorrecciones de lenguaje que es de gran utilidad. Es de sentir que el autor no haya citado sus fuentes con exactitud en las voces que llama "americanismos"; se habria visto que las mas de las palabras indias de esta categoría no están en uso fuera del dominio de los incas.

Por lo demas la clasificacion en chilenismos, americanismos, neolojismos, estranjerismos, galicismos i barbarismos podria aceptarse si el autor los hubiera distinguido de una manera mas precisa. Pero seria difícil encontrar razones por qué desbarrancarse es barbarismo, deschapar neolojismo i descachar americanismo. Los términos dados no obedecen a un mismo principio de division; chilenismo i americanismo se refieren a la estension jeográfica, neolojismo a la antigüedad, estranjerismo a la procedencia i barbarismo a la correccion lingüística o a la apreciacion literaria.

Los llamados estranjerismos son en gran parte palabras puramente estranjeras, especialmente inglesas i francesas, que apénas tienen el derecho de figurar en el libro. Así, por ejemplo, las numerosas voces referentes al "foot-ball", no las conoce nadie fuera de los pocos individuos que cultivan este juego, introducido hace poco por los ingleses.

En jeneral, hai que decir que la clasificacion de los vocablos, así como la da Echeverría, tiene poco valor.

Las esplicaciones a menudo son demasiado lacónicas. El criterio literario es demasiado riguroso, como en casi todas las obras de la índole; piedra de esquina i piedra de moler se tildan de barbarismos i se traducen por recanton, trascanton aquélla, por metate, silleta ésta. Ninguna de estas palabras es comprensible para un chileno educado de término medio. De tal manera en los detalles habria bastante que criticar; sin embargo la obra sigue siendo por ahora el mejor i mas ordenado diccionario de provincialismos que hai de pais alguno en América. Los dos capítulos sobre cambios fonéticos i morfolojía, cuyos materiales recojidos por el señor Echeverría recibieron su arreglo definitivo por el señor don Julio Pihilippi i la lista de los derivados con terminaciones corrientes castellanas, que no están en el Diccionario, dan una idea bastante clara de lo que es el lenguaje de Chile.

§ 73. En el mismo año en que salió a luz el libro de Echeverría, aunque algunos meses mas tarde se publicó un modesto pero mui laudable folleto: Nuevos chilenismos o Catálogo de las voces no rejistradas en los Diccionarios de Rodriguez i Ortúzar, recopiladas i definidas por Abraham Fernández [6].

Las voces a menudo se dan con citas de párrafos de novelas de costumbre i de diarios, especialmente diarios de provincia, en que se encuentran comprobadas, procedimiento mui recomendable para tales suplementos de los diccionarios grandes: otras veces se da solo el equivalente "castizo".

El número de palabras de oríjen indio no rejistradas con anterioridad es bastante considerable, como se verá en las citas de mi diccionario. Ojalá que en adelante solo se publiquen tales suplementos a los diccionarios ya existentes i que no vuelva cada nuevo lexicógrafo a perder tiempo esponiendo su modo especial de condenar i correjir supuestos americanismos como acápite, abalear etc. Seria sin embargo deseable agregar con cuidado el jénero de los sustantivos, la esfera social i la determinacion jeográfica de cada término.

§ 74. Don Miguel Luis Amunátegui Reyes coleccionó en 1894 i 1895 unos cuantos artículos sobre gramática i diccionario castellanos que se habian publicado con anterioridad en la prensa diaria, bajo el titulo de Borrones gramaticales [7] i Al traves del Diccionario i la Gramática [8].

Al fin de cada tomo se la una lista alfabética de las palabras tratadas. Solo en el segundo tomo se mencionan con cierta frecuencia voces de oríjen indio (poco mas de dos docenas), en parte con cita de autores chilenos que han usado las voces; a menudo oponiendo autores castellanos que usan palabras distintas. El autor considera como castellanas solamente las voces rejistradas en el Diccionario de la Real Academia, i está inclinado a criticar las que no están. Ahora figura, por ejemplo, en el Dicc. Ac. la voz lloíca como equivalente de pardillo o pechicolorado.

En Chile hoi se dice comunmente lóica o llóica, forma que el autor considera como "corrupcion" de lloíca. Pero es indudable que la palabra lloica solo figura en el Dicc. Ac. por encontrarse en Alonso de Ovalle.

Amunátegui mismo cita el párrafo correspondiente: "Los pájaros que llaman los indios lloicas... llaman los españoles estos pájaros pechicolorados, porque no hai grana ni escarlata que llegue a la fineza del rojo de su pecho."

No me cabe la menor duda que el nombre lloíca realmente es desconocido en España; la descripcion académica dada bajo la voz pardillo es, o deberia ser, la del pajarito europeo Erythacus rubecula, que es bastante diferente de la loica chilena (Leistes americanus, segun Gay, Zool. I, 350, véase la descripcion). Segun Febrés loyca o lloyca, son nombres araucanos. El acento lloíca será simplemente una invencion académica de 1884, como quechúa.

Baste este ejemplo para probar que en cuanto a denominacion de objetos de historia natural no hai que fiarse de la Academia, ni ménos cambiar voces chilenas lejítimas por castellanas que significan objetos diversos. Tambien en la voz cachanlahua llega el autor a la conclusion de que la forma estropeada que está en el Diccionario Académico es preferible a la lejítima chilena.

De tal manera, si bien no podemos aceptar las conclusiones a que llega el autor en estos i algunos otros casos, las numerosas citas de su libro traen un material útil e interesante. Por lo demas, no hai que decir que la parte principal de los libros se ocupa en voces de oríjen castellano i cuestiones de gramática

§ 75. Materiales mui importantes para nuestro propósito se encuentran en la Historia de la Civilizacion de Araucania, por Tomas Guevara [9], cuyo primer tomo es el compendio mas moderno i completo de lo que sabemos sobre los indios chilenos. Particularmente la lista de 134 voces derivadas del mapuche que se usan en la frontera entre chilenos, enumeradas en las pájs. 163 a 168, con significado i a menudo con etimolojía, es para unas cuantas voces mi única fuente.

El mismo autor ha publicado una lista de chilenismos, en su libro Incorrecciones del Castellano, Santiago de Chile 1894, pájs. 245 a 260, fundada esencialmente en Rodriguez.

§ 76. El 30 de Mayo de 1902 se publicó en el número 5,658 del diario El Chileno (año XXI) un artículo de un hombre sin estudios científicos, un simple tipógrafo, de nombre Pedro N. Vásquez Ciudad, oriundo de la provincia de Maule, bajo el título Voces de mi tierra. El artículo contiene unas setenta voces, casi todas de oríjen indio, de las cuales con mucho la mayor parte no se habian publicado en ningun libro; unas quince de ellas no figuraban todavía en mi coleccion i en muchas otras se mencionan acepciones o detalles interesantes que he tenido que incorporar en mi obra.

Escrito el artículo sin pretensiones literarias, pero con admirable espíritu de observacion, puede recomendarse como verdadero modelo en su especie, Ojalá que otros intelijentes hijos del pueblo tuvieran la idea de hablarnos así del lenguaje de "su tierra"". Con tales trabajitos la filolojía i el folklore chilenos ganarían mas que con muchos estudios literarios i gramaticales de la antigua escuela.

El autor no habla de etimolojías ni tiene conocimientos de mapuche, pero su tino natural lo ha guiado perfectamente.

§ 77. En Agosto del mismo año 1902 apareció el primer trabajo científico sobre el tema de mi libro: Estudios etimolójicos de las palabras de oríjen indijena usadas en el lenguaje vulgar que se habla en Chile, por A. Cañas Pinochet, Actes de la Société Scientifique du Chili, tome XII (1902, première livraison) Santiago, 69 pájs.

Celebro tanto mas que la publicacion de este trabajo haya precedido a la mia porque su autor ya hace varios años me habia presentado su coleccion de voces de oríjen indíjena i figuraban en mis apuntes unas cuantas palabras con la sola autoridad del señor Cañas; ahora me es mas fácil asignarle honradamente lo suyo. Anotaré en cada palabra i etimolojía si se encuentra en los Estudios etimolójicos a no ser que aparezcan en forma igual en otras publicaciones anteriores, i marcaré especialmente aquellas cuya existencia no he podido comprobar personalmente.

El señor Cañas que durante muchos años ha viajado por todas partes de la República i conoce a los indios i sus lenguas por contacto, ha recojido unas 450 palabras, fuera de unas cuantas incorporadas a última hora sobre la base del artículo del señor Vásquez; de unas 380 mas o ménos se dan las etimolojías, las que en jeneral son correctas.

Es sensible solo que el señor Cañas no indique la comprobacion de la voz indíjena. A veces se contenta con decir "es palabra mapuche" o "del quichua" sin que me sea posible encontrar la voz en los diccionarios correspondientes. Algunas voces mencionadas son de oríjen castellano. Las trataré en su lugar rectificando la etimolojía.

La lista comprende un número considerable de voces de historia natural, sin aspirar a darlas todas sobre la base de los nombres vulgares apuntados por Gay. No se agregan citas de autores que han usado las palabras. Las pájs. 5 a 10 contienen "antecedentes históricos", observaciones juiciosas, en jeneral, aunque no bastante completas. En las pájs. 56 a 57 se encuentran algunas anotaciones sobre los cambios fonéticos sufridos por las palabras que pasaron del idioma indio al castellano, debidas al profesor de Estado, don Leonidas Banderas Lebrun, antiguo alumno mio, que muestran buen método.

Los Estudios etimolójicos del señor Cañas son un trahajo serio, científico, que si bien encierra algunos errores, no contiene ninguno de los absurdos que encontramos en los quicheismos del señor Barberena, o los nahuatlismos del señor Ferraz. Podríamos felicitarnos si de todas las repúblicas hispanoamericanas tuviéramos estudios parecidos.

II.—SUD-AMERICA FUERA DE CHILE

§ 78. Para comprobar la existencia de voces usadas en Chile fuera del recinto de la república, solo he acudido a los diccionarios de provincialismos. Para la mayor parte de los paises americanos casi no tengo otras fuentes. Existen actualmente, en cuanto yo sepa, tales diccionarios para todos los paises ménos el Paraguai, Bolivia i Nicaragua. El Uruguai está incluido en el vocabulario Rioplatense.

El valor de estos libros, cuya lista completa, o poco ménos, se puede ver en la bibliografia de Echeverría, es mui desigual; omito aquellos trabajos que no me dieron motivo para citarlos. En cambio, he rejistrado con todo cuidado los libros enumerados en las pájinas que siguen, de modo que apénas se me habrán escapado palabras. Desgraciadamente, ninguna de estas obras comprende todo el vocabuiario vulgar de su pais, de modo que si no puedo comprobar una palabra fuera de Chile, esto no significa que no exista. Al contrario, en muchos casos de quechuismos es indudable que han de usarse en el norte de la Arjentina, en el Perú, el Ecuador i Bolivia o al ménos en uno que otro de estos paises.

Si no doi nada mas que la cita del autor con la pájina del libro, ha de entenderse que la misma voz que cito de Chile se usa mas o ménos en el mismo significado. Si la forma o la significacion de una palabra en el pais estranjero es diferente, lo agrego en paréntesis o de una manera esplicita.

a.—Arjentina i Uruguai

§ 79. Vocabulario Rioplatense Razonado por don Daniel Granada, Segunda edicion correjida i considerablemente aumentada. Montevideo, 1890, 411 pájs.

El libro, cuyo autor es español de nacimiento pero que ha sido secretario de la Universidad i catedrático en Montevideo, es uno de los mejores diccionarios de americanismos. El Prólogo (hasta la páj. 63) da cuenta de la intencion del autor de rejistrar los provincialismos i enumera la bibliografía de las obras de antecesores que le han servido. El tono del libro es serio, las definiciones en jeneral razonables, aunque en los numerosos objetos de historia natural, segun ya lo observó Juan Valera, cuyo juicio critico precede a la obra, se echan de ménos los equivalentes científicos. Los nombres de oríjen indio son mui numerosos i especialmente en los derivados del guaraní, se da a menudo la etimolojía. Se han admitido muchas denominaciones jeográficas, que si bien son de cierta utilidad para el lector estranjero, abultan un tanto el libro, lo mismo que las citas de autores que a veces son demasiado largas. Pero estos son mas bien pequeños inconvenientes que defectos. El libro revela concienzudos estudios i un criterio sano. Aunque el autor tiene tendencias académicas no critica las palabras sino rejistra i define.

La clasificacion de los artículos segun la idea espresada (pájinas 403 a 409) solo se divide en siete grupos demasiado vagos, pero al ménos permite ver con claridad cuántos nombres de plantas, cuántos de animales i cuántos términos i nombres propios jeográficos se han incorporado.

Es de sentir solo que el autor haya omitido muchas palabras vulgares que talvez no se oyen entre la jente educada pero que sin embargo forman parte integrante del vocabułario arjentino.

Cito simplemente Arjentina, Granada, con indicacion de la pájina. Se entiende que la mayor parte de las voces se usan tambien en el Uruguai.

§ 80. Tesoro de catamarqueñismos: nombres de lugar i apellidos indios con etimolojías i eslabones aislados de la lengua cacana por Samuel A. Lafone Quevedo. Buenos Aires, 1898.

El autor es conocido por sus numerosas publicaciones acerca de los idiomas primitivos del noroeste i norte de la Arjentina. A estos intereses lingüísticos se debe tambien el Tesoro de voces i nombres de la provincia de Catamarca, parte de la antigua provincia de Tucuman, limítrofe con la provincia chilena de Atacama. El autor busca en el lenguaje corriente i vulgar de esa rejion elementos de la lengua cacana, de la cual se sabe mui poco por testimonios directos. Atribuye por esto gran importancia a las esplicaciones etimolójicas, que naturalmente, en condiciones tan difíciles, dejan a menudo lugar a duda; pero en las etimolojías del quechua jeneralmente he podido aprobar su opinion. La rejion es de mui particular interes para mí asunto, no solo porque la provincia de Tucuman, como la de Cuyo (Mendoza, San Juan i San Luis) ha sido conquistada i colonizada desde Chile a cuyo dominio primitivo pertenecia, sino tambien porque supongo que ella es el eslabon que une a los mapuches con los demas pueblos sudamericanos. Arriesgo la hipótesis, i la espreso aquí por primera vez, de que los llamados araucanos en época prehistórica han entrado a Chile por ese camino que tomó tambien el primer conquistador castellano, Almagro. Se verá que unas cuantas palabras chilenas de oríjen mapuche, que por lo demas no puedo comprobar fuera de Chile, se hallan en el diccionario de Lafone.

El Tesoro de Catamarqueñismos contiene materiales mui valiosos. Solo es de sentir que a veces parece que falta la última mano al trabajo, que se publicó en circunstancias difíciles para el autor en parte ya en 1894, pero solo cuatro años mas tarde íntegro. En este tiempo el autor habrá a veces agregado notas i cambiado otras. Así se comprende que algunas voces quedan sin la debida esplicacion.

A veces añade el autor mui interesantes observaciones sobre las diferencias dialécticas entre las distintas provincias de la Arjentina. Ojalá que encuentre oportunidad para decir mas sobre la fonética i morfolojía del lenguaje vulgar de aquellas rejiones, que, segun las muestras, han de ser mui interesantes.

Cito Lafone con indicacion de la pájina; jeneraimente sin ahadir espresamente que la voz es de Catamarca, si tambien se encuentra en Granada [10].

b.—Perú

§ 81. Diccionario de Peruanismos. Ensayo filolójico. Por Juan de Arona (seudónimo por Pedro Paz Soldan i Unánue). Lima, 1883. LXV + 529 pájs.

Iniciado en 1861, continuado en periódicos limeños en 1871 i 1872, este trabajo solo salió en forma de libro en 1883. La introduccion contiene una bibliografía i observaciones jenerales. Siendo el autor distinguido literato de vastos conocimientos, especialmente versado en los historiadores de América, abundan las citas interesantes i etimolojías correctas del quechua; en otros artículos se estiende en amena charla, no siempre en favor de la claridad i precision de lo esplicado.

Así sucede que en las 518 pájinas del diccionario solo se rejistran 921 artículos que corresponden al objeto de la obra, segun el autor mismo lo dice en la mui interesante "clasificacion" dada en las últimas pájinas.

De la misma se desprende que las voces derivadas del quechua i aimará tratadas en la obra son 168, de otras lenguas americanas vienen 23 voces; los términos que llama el autor (hispanismos de América) son 14, los provincialismos criollos 331; voces adulteradas por los criollos en el sentido o la ortografía 220, arcaismos, provincialismos o neolojismos de España 85, etc. Esta clasificacion, en jeneral mui bien hecha, prueba con cuánta detencion el autor estudió sus propios materiales. Es lástima que no haya añadido tambien una clasificacion ideolójica.

Acerca de los quechuismos observa el autor que se habrian tal vez triplicado si hubiera podido rejistrar todos los que se usan en el interior del Perú. Muchos de los mencionados no se usan en Lima sino solo en Arequipa.

Cito Arona con indicacion de la pájina.

§ 82. Un folleto mui interesante i característico para la cuestion de la admision de voces americanas por parte de la Real Academia Española es el que publicó en 1896 el distinguido literato peruano D. Ricardo Palma bajo el título Neolojismos i americanismos. El autor pocos años ántes, siendo miembro correspondiente de la Academia, habia tenido oportunidad de asistir a algunas sesiones de la "docta corporacion" i habia llevado una lista de unas 300 palabras por cuya admision en el "léxico" queria empeñarse.

Luego tuvo que desistir de su propósito porque casi en todos los miembros encontró dura oposicion. Un tanto agriado, i con razon, publicó su lista, con añadidura de mas de cuarenta voces nuevas entresacadas de las obras lexicográficas americanas. Así resultaban unas cuatrocientas palabras usadas en varias repúblicas americanas que faltaban en el diccionario académico. Al fin se añadió otra lista de 36 voces que tambien faltaban en la duodécima edicion.

Cuánta razon tenia Palma en no estar contento con la Academia, lo prueba con claridad la última edicion del diccionario académico del año 1889. He revisado las letras a, b, c, ch, comparando la lista de Palma. Resulta que de 164 palabras propuestas se han aceptado 32. De la lista final se admitió la mitad de las voces. Pero éstas por la mayor parte no son americanismos sino neolojismos como cocaina, colectividad, bienintencionado, etc., o voces antiguas castellanas. De tal manera faltan todavía en el léxico que quiere ser la norma del lenguaje el charqui i el choclo, el cablegrama i el comité, ciclismo, educacionista, rudimentario, iniciativa, locatario i centenares, si no millares, de otras palabras corrientes en la boca de mas hombres de lengua castellana que los que hai en España. Seria humorístico el criterio o mas bien la falta de criterio de la Academia—si humorístico fuera "castellano", i ya que no lo es, digamos que es cómico... o ¡triste!

Las palabras de oríjen indio que cita Palma no son nunca esclusivamente peruanas como las cita la Academia en chúcaro, chuquisa, guagua i otras aceptadas a última hora en el suplemento.

Cito Palma con indicacion de la pájina.

c.—Ecuador

§ 83. Breve catálogo de errores en órden a la lengua i al lenguaje castellanos por P. F. Cevallos, académico correspondiente de la Real Academia Española. Quinta edicion. Ambato 1880; 27 pájs. Introduccion; 28-128 Breve catálogo de errores; 129-207 algo sobre galicismos i breve catálogo de galicismos.

El mismo título de la obra demuestra que el autor, estimado como historiador, es mui pedantesco "en órden a la lengua i al lenguaje castellanos". Su libro contiene muchos materiales interesantes, pero con las voces provinciales ecuatorianas, por la mayor parte de oríjen quechua, se encuentran continuamente mezcladas especialidades de pronunciacion vulgar que en gran parte se podrian mui bien esponer en observaciones jenerales i muchas correcciones de supuestas faltas como el jiste que tamos en el Prólogo. El criterio lingüístico es ultra académico i mui a menudo enteramente falso como cuando se dice: Brasilero. Si tal se saca de Brasil ¿por qué no se saca tambien guayaquilero de Guayaquil?Brasileño.

En todos los paises sud-americanos se dice brasilero, sin duda en imitacion del nombre que el pueblo mismo se da en portugues Brasileiro. Con el criterio de Cevallos tambien los chilenos deberian llamarse chileños, porque esta forma, que nunca se usa ni se ha usado en Chile, es la que prefiere la Academia. En materia de tales denominaciones jeográficas no hai mas reglas que el uso, los santiagueses viven en Santiago de Compostela, los santiagueños en Santiago del Estero en la Arjentina, pero los habitantes de Santiago de Chile se llaman santiaguinos, i desde 1899 tienen "el honor" de figurar así en el Diccionario Académico.

En suma, el libro es valioso para quien sepa leerlo, pero para el propósito que tenia el autor no servia. Una gran parte de las incorrecciones correjidas son tan graves para jente de mediana cultura que no las cometerán sino los que tampoco son capaces de consultar un libro: ademas la espresion que se da a las rectificaciones es a menudo poco clara, sobre todo a causa de las bromas de gusto dudoso con que el autor se burla de los ignorantes. Los quechuismos del Ecuador son a menudo los mismos que encontramos tambien en Chile, pero cuya existencia en el Perú no se puede comprobar con los libros existentes o que realmente allí no se usan.

Cito Cevallos, con indicacion de la pájina,

§ 84. Consultas al Diccionario de la Lengua. (Lo que falta en el Vocabulario académico i que sobra en el de los ecuatorianismos, quichuismos, barbarismos, etc.) Por Cárlos R. Tobar. Quito 1900. XV + 493 pájinas + una lista de erratas.

Este diccionario de quiteñismos fué preparado i principió a salir ya hace unos diez años. Su autor, distinguido literato i diplomático ecuatoriano peca por cierto exceso de escrupulosidad; pues dice que ha ido suprimiendo artículos a medida que descubrió la misma crítica en Cuervo i otros autores.

Mejor hubiera sido no suprimir nada sino que solo hubiera añadi lo que la misma palabra se halla criticada tambien en tal otro libro.

En jeneral, segun mi modo de ver, habria sido mejor no criticar tanto, sino esponer el uso con claridad.

En vez de las citas de autores españoles que solo comprueban los signicados que están en el Diccionario Académico el filólogo preferiria la cita de un pasaje que mostrara el uso dialéctico de Quito. A causa de numerosas digresiones (p. ej. bajo la voz chaquiñan-sendero, se ocupa una pájina entera en quejas sobre la falta de ferrocarriles i la abundancia de revoluciones en el Ecuador) el libro salió bastante abultado aunque, segun el índice alfabético agregado en las últimas pájinas, solo se tratan unas mil voces i variantes.

El criterio del autor es académico; voces bajas faltan por completo.

Con todo, el libro, que tambien da cabida a voces pertenecientes a la historia natural, está hecho con mucho cuidado i contiene útiles materiales para el estudio filolójico del lenjuaje de Quito, Las etimolojías del quechua son mui importantes porque el autor conoce esta lengua por el uso en el dialecto de Pichincha (es decir, la rejion en que está la ciudad de Quito).

Cito Tobar, con indicacion de la pájina.

d.—Colombia.

§ 85. Apuntaciones Críticas sobre el Lenguaje Bogotano por Rufino Jose Cuervo, cuarta edicion notablemente aumentada. Chartres 1885, XXXIX + 570 pájinas.

No necesito decir nada sobre la obra del único filólogo hispano-americano que es reconocido i citado como autoridad no solo por los literatos españoles i americanos sino por todos los romanistas europeos entre quienes ha sentado plaza. Su fama justamente fundada desde la aparicion del libro que nos ocupa se ha acrecentado con cada nueva publicacion, entre las que no solo está el grandioso torso del Diccionario de Réjimen, sus Notas a la gramática de Bello, sino tambien sus espléndidas Disquisiciones sobre antigua ortografía i pronunciacion castellanas [11] i sus nutridos artículos sobre Los casos enclíticos i proclíticos del pronombre de tercera persona en castellano [12]; Las segundas personas de plural en la conjugacion castellana [13] i el ya citado artículo sobre El castellano en América [14]. Este último es, segun comunicaciones privadas del autor, en su fondo parte de la introduccion de la nueva edicion de las Apuntaciones que el autor está preparando i que será "libro del todo diferente, destinado a representar la evolucion del habla popular en España i en América i sus relaciones con el lenguaje literario". Cuando aparezca este trabajo se cambiará de un dia para otro el aspecto de la filolojía hispano-americana. La ciencia estará de plácemes, pero cierta clase de literatos i gramáticos verán con desagrado que irremisiblemente han perdido el mejor de los suyos.

Pues, para quien conozca todas las obras arriba mencionadas de Cuervo, no es un misterio que en los años trascurridos desde 1885 el autor ha pasado por una evolucion completa.

Ya con la segunda edicion (de 1876) en la mano decia Juan de Arona en la Bibliografía del "Diccionario de Peruanismos" que en las (Apuntaciones) materiam superat opus, es decir que para solo hacer la crítica literaria del lenguaje bogotano habria en el libro una abundancia sorprendente de verdadera filolojía.

En efecto, si el literato que gusta disputar sobre si tal término es castizo o no (lo que suele equivaler a si está en el Diccionario de la Academia) estrañaba las citas de tantos autores alemanes como Diez, Schleicher, Bopp, Schuchardt, Pott etc., de cuyas obras no alcanzaba a descifrar siquiera los títulos, el filólogo estrañaba del mismo modo las citas tan frecuentes de autores clásicos castellanos hechas para comprobar el uso reconocido por todos los literatos, la importancia atribuida al diccionario "oficial" i quizas a veces el tono burlon con que se criticaban palabras i jiros que segun la esposicion filolójica que seguia en nota ya no consideraba el autor como simples disparates dela "plebe indocta" i "vicios de lenguaje" sino formas correctas del castellano anteclásico o desarrollos especiales de la misma base que por otro camino dió la forma "castiza".

Se veia todavía con toda claridad que R. J. Cuervo habia principiado su carrera filolójica lo mismo que todos los demas literatos i gramáticos hispano-americanos incluyendo al mismo Andres Bello, como simples aficionados i autodidactos, cosa que no podia sorprender a nadie, ya que no habia ni hai hasta hoi, en cuanto yo sepa, ninguna Universidad ni establecimiento parecido en la América Latina en que se enseñara filolojía romanica, con escepcion del Instituto Pedagójico de Chile [15]. La diferencia característica era solamente que miéntras los demas autores hispano-americanos que hemos de citar en esta bibliografía, ni siquiera todos saben latin ni ménos griego, Cuervo no solo desde la niñez habia adquirido serias nociones en las lenguas clásicas, sino entre otros conocimientos mas o ménos útiles para la filolojía romance poseía el de la lengua alemana, requisito hoi en dia casi indispensable para los estudios filolójicos.

Con estos antecedentes i su infatigable laboriosidad, ya no hubo dificultades para don Rufino José Cuervo i sus últimos trabajos lo muestran como colaborador de la Romania i otras revistas científicas accesibles solo a los filólogos de profesion. En el dia no es arriesgado decir que no habrá persona viva que conozca como Cuervo el castellano de España al traves de los siglos i el de América en todas las dilatadas rejiones del Nuevo Continente. Bien se comprenderá despues de lo dicho que la nueva edicion de las Apuntaciones será para los romanistas europeos la revelacion de un nuevo mundo científico. Hagamos votos porque el benemérito autor, la mas alta gloria filolójica de la América Latina, goce de buena salud para terminar cuanto ántes su grande obra.

Las Apuntaciones críticas tratan en ocho capítulos del desarrollo de la fonética, morfolojía i sintáxis del castellano de Bogotá: el noveno se ocupa en la semasiolojía (el desarrollo de los significados), el décimo en las alteraciones i creaciones nuevas de los elementos castellanos i solo el undécimo capítulo trata en 18 pájinas de las voces indíjenas o arbitrarias. Cito simplemente Cuervo con indicacion de la pájina (segun la edicion de 1885).

§ 86. Diccionario Abreviado de Galicismos, Provincialismos i correcciones del lenguaje, con trescientas notas esplicativas por Rafael Uribe U. Medellin 1887. LXIV + 310 pájs. a dos columnas diccionario + 68 pájs. notas.

El objeto del autor ha sido hacer accesible en un libro cómodo, todo lo que sobre correccion del lenguaje se encuentra en los libros mas famosos que tratan de la materia, como Capmany, Arte de traducir, Baralt, Diccionario de Galicismos, Cuervo, Apuntaciones, ORELLANA, Cizaña del lenguaje, Bello, Gramática, etc. Hai que confesar que el autor logró su propósito de una manera bastante completa. La introduccion trata de cuestiones jenerales i de los principales "vicios de lenguaje" en fonética i morfolojía, breve pero razonablemente. El Diccionario es uno de los mas completos, pero contiene como el de Ortúzar gran número de correcciones que solo se refieren a la fonética. Citado Uribe con indicacion de la pájina.

e. Venezuela

§ 87. El castellano en Venezuela. Estudio crítico por Julio Calcaño. Caracas, 1897. XVIII + 707 pájs.

El libro es un pobre remedo de la obra de Cuervo; el autor se confunde a cada paso con su sabiduría postiza i con sus latines que solo a otros que saben aun ménos de filolojía pueden hacer impresion. Seria ménos desagradable la lectura del libro si no se viera que el autor esta mui convencido de su valor propio. Como varios otros lexicógrafos i gramáticos aprendió en Cuervo el tono burlon para con los que hablan "mal" olvidando aquel adajio latino que reza quod licet Jovi, etc.. El respeto para con la Real Academia se convierte en abierta adulacion.

Con motivo de etimolojías dice (páj. 398):

"Nada tan acertado i digno de alabanza como el sabio intento de la Real Academia Española"... i páj. 399: "Aventurado e injusto es hacer responsable al ilustre senado español de los errores etimolójicos que contenga el Diccionario de la Lengua, porque en labor tan ardua, i en que a las veces es no solo difícil sino imposible, por falta de comprobacion, la seguridad del acierto, los académicos españoles se han limitado con prudente sabiduría, en todos los casos no comprobados, a dar las etimolojías aceptadas por los mas calificados etimólogos europeos i americanos". Si fuera verdad lo que dice el Sr. Calcaño, en realidad no habria que criticar con demasiada severidad a la Academia. Cuando en 1876 la Academia resolvió incluir en la duodécima edicion, que solo salió a luz en 1885, "las etimolojías que no diesen lugar a duda o controversia," tenia el deber de informarse sobre los estudios etimolójicos que ya existian. Ahí estaba desde 1853 la primera edicion del fundamental Diccionario etimolójico de las Lenguas románicas por Federico Diez [16], desde 1869 la tercera edicion de la misma obra; al fin, si no hubiera habido ningun académico que supiera leer la obra del aleman Diez, ahí estaba desde 1881 la segunda edicion del Diccionario etimolójico de la lengua castellana del académico Pedro Felipe Monlau, mui enmendada por su hijo José Monlau quien aun habia estractado a Diez, Dozy-engelmann, Littré, Scheler i otros. Esta obra aunque todavia a menudo deficiente al ménos ya estaba a mucho mayor altura que las etimolojías que vieron la luz en el Diccionario de la Academia.

La ignorancia de los principios científicos en este libro es tan completa que cualquier estudiante de filolojía románica puede correjir centenares de disparates.

En la advertencia de la edicion 12.ª se decia "si filólogos españoles o estranjeros hicieran acerca de esta peligrosa labor útiles observaciones, la Academia se complaceria en aprovecharlas".

Pero la última edicion muestra solo pocas de las gravísimas faltas de la anterior correjidas i a veces es peor que ésa. Es evidente que el padre Fidel Fita, a quien en la última advertencia se dan las gracias por su "constante i fructuosa labor en la Comision de Etimolojías" no está mui enterado de la filolojía. En toda otra ciencia seria manifiesta la ridiculez de una publicacion que simplemente ignorara los adelantos científicos de medio siglo. No sé por qué habria de tener una posicion escepcional la filolojía castellana.

El capítulo VII del libro de Calcaño se ocupa en criticar algunas etimolojías que el autor cree desacertadas "i entre las cuales las hai que son erróneamente aceptadas como americanas". En verdad, algunas de las etimolojías atacadas son falsas, pero mas desacertadas son las que propone Calcaño.

Las lenguas del orbe entero, no solo el latin, griego, árabe, sánscrito i algunas lenguas americanas, sino malayo, kawi, dayak, malgacho, mongol, gótico, céltico, vascuence aparecen en sabrosa mazamorra.

Así macana, que la Academia equivocadamente deriva del mej. macuahuitl, segun Calcaño viene del latin machina; cacique, Ac. "voz caribe", correcto, Calcaño: árabe xeque (= cast. jeque < ár. sheikh); pirahua, Ac. "voz caribe", correcto; Calcaño: < javanes práhu; ají, voz caribe; Ac. sin etimolojía; Calcaño relaciona con una palabra malaya axich, especie de sanguijuela, i cast. antiguo haxixa, hierba inebriativa, i una frutilla roja del África llamada haaxi que "sin duda" es la misma planta! [17] Por este estilo sigue otra media docena de etimolojías absurdas de voces americanas.

Despues de declarar en el § 588 que "no solo en las etimolojías indíjenas de América, sino en las del propio castellano cometen grandes errores los mas sabios etimólogos" siguen mas de 40 pájinas con suspuestas correcciones a la Academia. En ellas lo nuevo no es bueno i lo bueno no es nuevo.

Aparece a menudo una lengua llamada "gótica", cuyas palabras por desgracia no conoció el venerable Ulfilas. Así segun Calcaño bosque < gótico boschen (!); arnes < gótico (!) harnisch; balcon no del persa, como decia: Dicc. Ac. ¹² sino del gótico (!) balken. En efecto, es como lo corrije Dicc. Ac. introducido del italiano balcone i este viene del jermánico balko. Albergue del gótico (!) herberghe (!), hosteria del gótico (!) haus. Así sigue adelante.

Como se ve, el gótico de Calcaño, si no lo ha inventado, viene de fuente mui turbia; son formas de aleman moderno i de dialectos jermánicos. No vale la pena disputar mas. Calcaño es digno émulo del "sabio" salvadoreño Barberena de quien hablaremos mas abajo.

El capitulo IX del libro trata de un centenar de voces de oríjen americano, entre ellas garúa i jaguar derivadas del quechua!

Repito: la obra de Calcaño es un libro peligroso, especialmente en la parte etimolójica, porque las palabras que cita a menudo no tienen existencia real i el autor no tiene idea de métodos filolójicos.

Un índice alfabético de las palabras tratadas se encuentra al fin del libro i es de utilidad.

Citado Calcaño con indicacion de la pájina.

§ 88. Voces nuevas en la lengua castellana. Glosario de voces, frases i acepciones usuales i que no constan en el Diccionario de la Academia, edicion duodécima. Admision de estranjeras. Rehabilitacion de anticuadas. Rectificaciones. Acentuacion prosódica, Venezolanismos. Por Baldomero Rivodó. Paris 1889, XII + 299 pájs.

El libro es recomendable i contiene fuera de las observaciones que se refieren al castellano literario en jeneral unas sesenta pájinas que tratan de venezolanismos. Desgraciadamente el autor no enumera las voces indíjenas "que se cuentan por millares" porque su compatriota Arístides Rojas está ocupado en la tarea de coleccionarlas.

Es de lamentar que falte un índice alfabético. Es mui difícil averiguar si una palabra se encuentra en el libro o nó. Apénas si tendré ocasion de citar el libro.

§ 89. Arístides Rojas imprimió primero en un periódico, despues aparte, una Muestra de una obra inédita. Ensayo de un Diccionario de vocablos indíjenas de uso frecuente en Venezuela. Caracas, 1887, 52 pájs.

El autor dice que se propone publicar un libro que contendrá mas de mil vocablos indíjenas cuando se termine la impresion del Diccionario de Roque Barcia, cuyas etimolojías americanas juzga insuficientes. La muestra, 24 palabras de las tres primeras letras del alfabeto, revela muchos conocimientos de los cronistas. El tono es serio i bastante científico. Es lástima que el libro no se haya publicado, i probablemente ya no se publicará [18].

III. CENTRO-AMÉRICA

a.—Costa Rica

§ 90 Nahuatlismos de Costa Rica.—Ensayo lexicográfico acerca de las voces mejicanas que se hallan en el habla corriente de los costarricenses por Juan Fernández Ferráz. San José de Costa Rica 1892. LXXV + 148 pájs.

El autor, español de nacimiento, ha tenido la idea de estudiar las palabras de Costa Rica que se derivan del nahuatl. Desgraciadamente, si en Calcaño teniamos que quejarnos de la falta de todo método científico aquí vemos la locura convertida en método. En la páj VII de la Introduccion se lee:

"El Dictionnaire de la langue Nahuatl, de Rémi Siméon, es la autoridad que me ha guiado en la etimolojía; mas ese monumento de lingüística no me daba las raices primarias, meramente fonéticas, silábicas o conceptivas, de las voces mejicanas, i he tenido entónces que hacer, sin obra ni persona que en ello pudieran auxiliarme, un trabajo de análisis que conceptúo nuevo i casi orijinal mio".

Esta descomposicion de la lengua mejicana la espone el autor en su Introduccion, mezclando elementos efectivos de la gramática nahua con sílabas arregladas por el autor de una manera que se escapa a toda crítica; en fin establece un sistema de raices imajinarias con significados caprichosos. Con estos elementos analiza las palabras que le parecen mejicanas i que en gran parte realmente lo son, pero muchas son derivadas de otras lenguas americanas o buenas castellanas. Aquí algunos ejemplos:

"Chácara o chacra-especie de injenio pequeño, donde la familia del agricultor va a pasar solo la época de la molienda. Nos parece compuesto de tzayaui-romperse, henderse una cosa + calli = cara (errata por casa) i este es el sentido que la Academia le da". La voz es quechua; véala en este diccionario.

"Tamal-pasta cocida de harina de maiz que se hace de mui diversas maneras... Esta es una palabra de análisis sumamente difícil, pero que creemos formada así: to, pronominal jenérico + atl, agua + malli—prisionero (de maitl—mano+ iloa volver, tomar), pues el tamal se envuelve en tusas o en hojas de plátano, se ata en cruz con pita o fibra, i se echa asi a cocer en la olla".

La etimolojía estaria dada perfectamente citando a Molina: tamalli pan de maiz envuelto en hojas i cocido en olla.—Sapienti sat!

Cito el libro solo por el significado de las voces: Ferraz, con indicacion de la pájina.

§ 91. Diccionario de Barbarismos i Provincialismos de Costa Rica por Cárlos Gagini. San José de Costa Rica 1893. VI + 604 + 12 pájs. suplemento.

Segun se ve en el título, el libro sirve a propagar el lenguaje correcto, lo que en cuanto al Diccionario significa la crítica de las voces i significaciones que faltan en el Diccionario de la Academia. Sin embargo el autor no sufre de la estrechez de miras que es tan frecuente en estos libros. Ha tratado de incorporar el mayor número posible de voces de historia natural. Los barbarismos a menudo están correjidos con citas de autores clásicos. Son numerosas las palabras en que solo se trata de cambios fonéticos, ya arcaismos castellanos, ya provincialismos americanos; tambien se tratan algunas cuestiones gramaticales bajo capítulos como conjugacion, superlativos, etc. Aunque naturalmente tambien se copian con frecuencia párrafos de libros análogos, especialmente de Cuervo el trabajo orijinal del autor es mui considerable. Es uno de los mejores libros de su clase.

Cito Gagini con indicacion de la pájina.

b.—San Salvador

§ 92. Quicheísmos.—Contribucion al estudio del Folklore Americano, por el Dr. Santiago I. Barberena.—Primera serie. San Salvador 1894. 323 pájs.

El autor, abogado e injeniero, se ocupa desde algunos años en estudios lingüísticos americanos en particular en el quiché (un dialecto del maya) i el náhuatl. Los 359 artículos del libro en parte ya habian salido a luz en periódicos i sus estrafalarias teorías ya han inspirado los nahuatlismos del Sr. Ferraz. El autor, cuyo retrato adorna la segunda hoja de libro, termina su corto prólogo, "No pido induljencia, sino justicia, al que se tome el trabajo de analizar este libro, porque léjos de arredrarme la critica imparcial, la deseo, porque así podré correjir en ulterior edicion los defectos de que este libro adolezca". Siento decir que me parece difícil correjir los defectos del libro, porque siendo absurdo el procedimiento etimolójico del autor, absurdo es todo el libro. Aunque no se espone estensamente cómo fabricó el autor sus raices quichés con sus significados abstractos, se ve que en el fondo algun trabajo sobre las raices del sánscrito [19] le ha pervertido el criterio. Pero si Ferraz al ménos en jeneral solo analiza voces del nahuatl con sus raices artificiales, Barberena lo analiza todo i todo lo deriva del quiché. Aquí algunos ejemplos:

Abur o agur (el antiguo saludo español, probablemente derivado de augurium=agüero). "Creo que la voz agur se compone de estas dos raices quichés: ah (fuertemente aspirada la h) = "desear", i ur="andar, venir presto"; así es que ah + ur = ajur, i despues agur significa literalmente "deseo vengas presto", es decir "deseo volver a verte pronto" (páj. 8).

Agua: "La palabra agua se deriva del latin aqua, que no es mas que un compuesto de dos raices quichés: a = "agua", i qua "fuente, manantial"; así es que a + qua = "manantial de agua" i por metonimia el líquido mismo que mana de la fuente (páj. 11).

Palta del quechua (véase la palabra en este diccionario) una fruta, Persea gratissima, en Centro-américa aguacate "El vocablo palto o palta, empleado en el Perú i en Chile para designar el aguacate, alude tambien a las virtudes eréctiles del fruto antedicho: se compone de estas dos raices quichés: pal, raiz de paleh = "levantar", i to = "ayudar, servir"; así es que palto = sirve para levantar..."(páj. 13, nota).

Ají, el pimiento Capsicum annuum, en Méjico i Salvador llamado chile.

"Al chile o pimiento americano se le da tambien el nombre de ají. Esta voz pertenece al estinguido idioma de los aboríjenes de Haití, que eran de la familia Maya-quiché (i-?) i significa "los apetecidos o deseados pimientos".

"La palabra ají se compone de estas dos raices quichés: ah (aj) = "desear, querer", e i = "chile" (p. 15).

Así sigue todo el libro. No hai lengua ni palabra que no se componga de raices quichés, así se analizan las voces castellanas (vea Dicc. Ac.) coche = cochino, coco, cigarro, cacho, baquiano, cuja, chapeton, chapin, garúa, etc., i los vocablos de fuente americana (véase este diccionario) cóndor, coca, canoa, cancha, camote, cachimba, chácara, chancaca, chicha, chúcaro, guanaco, guano, etc., etc. En fin, todo lo ataca con su escalpelo etimolójico, i lo corta en unas cuantas raices quichés, aun la Loreley famosa por la poesía de Heine. "El idioma quiché, que tantas analojías tiene con el antiguo jermano, suministra, en mi concepto, mejor interpretacion de ese vocablo: de lor = "adormecer", i de eleg = "dar fin, acabar"; así es que lor + eleg o Loreley, equivale a "adormece (con sus cantos) para dar muerte (a los navegantes)" páj. 188. ¡Ojalá que el autor no siga con otras series!

Del folklore americano no se aprende nada en el libro; ni siquiera las palabras que analiza se usan todas en San Salvador, sino, segun se ve en las citas, el autor ha estractado la literatura de americanismos para analizar todo lo que le parece bien. Sin embargo aprendemos algunos hechos sobre el lenguaje de su patria. Citado: Salvador, Barberena, con indicacion de la pájina.

c.—Honduras

§ 93. Hondureñismos.—Vocabulario de los Provincialismos de Honduras por Alberto Membreño.—Segunda edicion correjida i aumentada, i con un apéndice que contiene vocabularios de los idiomas indíjenas de Honduras. Tegueigalpa 1897. XIV + 269 pájs. (de ellas 189 corresponden a los Hondureñismos, las demas al apéndice).

Uno de los mejor concebidos trabajos de la especie.

El autor, aunque en el fondo de tendencias académicas, no critica sino traduce los provincialismos.

Plan i objeto de la obra están claramente espuestos i merecen entera aprobacion. El autor ha dado cabida a los nombres de historia natural en cuanto le ha sido posible esplicarlos i determinarlos. Las etimolojías del nahuatl se acompañan solo en los casos mas o ménos seguros, las esplicaciones se dan en forma concisa, sin charla inútil. Simples formas dialécticas i acentuaciones falsas se han escluido como es debido; pero sería deseable darlas a parte al ménos en una forma parecida a la del libro de Echeverría.

El apéndice contiene vocabularios i otras noticias de siete lenguas indijenas de Honduras, algunas de las cuales eran casi desconocidas ántes. Así este apéndice es una mui valiosa contribucion a la filolojia americana.

Cito: Honduras, Membreño, con indicacion de pájina.

d.—Guatemala

§ 94. Vicios de Lenguaje.—Provincialismos de Guatemala. Estudio filolójico por Antonio Bátres Jáuregui. Guatemala, 1892, 560 pájs.

En oposicion al sobrio libro de Membreño en Bátres florecen las críticas burlonas i las citas literarias i estractos de la literatura de americanismos, pero, desgraciadamente, sin indicar con claridad a qué autor se debe tal o cual observacion.

Solo quien haya comparado, como yo lo he hecho, todas las obras citadas en las pájinas que preceden, sabe cuántas veces se trata de párrafos copiados.

Con frecuencia en medio de las críticas olvida el autor la definicion clara del significado i aun el órden alfabético de los artículos está arreglado con poco cuidado. Correcciones fonéticas i gramaticales son frecuentes en medio del diccionario. Sin embargo el libro contiene materiales valiosos para el conocimiento del castellano americano i particularmente guatemalteco, aunque no son tantos como podria esperarse en vista de la estension del trabajo.

Cito: Guatemala, Bátres, con indicacion de pájina.

e.—Méjico

§ 95. Eufemio MendozaApuntes para un Catálogo Razonado de las palabras mejicanas introducidas al castellano. Méjico, Imprenta del Gobierno, 1872. 55 pájs. [20]

En una introduccion el autor trata brevemente, pero con mucho tino i serios conocimientos las relaciones lingüísticas entre mejicanos i castellanos desde la conquista; espone el sistema ortográfico empleado por los misioneros especialmente Molina: revela buenos conocimientos de la ortografia i fonética antigua castellana i hace juiciosas observaciones acerca de la pronunciacion actual del castellano en Méjico. Fuera de las palabras del vocabulario literario i vulgar, que son unas trescientas, trata un gran número de nombres jeográficos, mitolójicos e históricos. Es lastima que autor tan bien preparado no haya, en cuanto yo sepa, podido continuar i ampliar sus estudios: pues éste es el único libro de provincialismos americanos derivados de una lengua determinada que cumple lo que promete i en las pocas pájinas contiene materiales mucho mas ricos i completos de lo que se esperaria. Citado: Mendoza, con indicacion de la pájina.

§ 96. Diccionario de Mejicanismos.—Coleccion de locuciones i frases viciosas, con sus correspondientes criticas i correcciones fundadas en autoridades de la lengua: máximas, refranes, provincialismos i remoques populares de todos los Estados de la República Mejicana, por Félix Ramos i Duarte, segunda edicion, aumentada con un prólogo del distinguido filólogo don Ricardo Gómez, i con un tercer suplemento de mas de 650 voces, en las que el autor hace importantes aclaraciones i correcciones, i presenta etimolojías de sumo interes para la Lingüística Nacional. Méjico. Herrero Hermanos, Editores, 1898. 584 pájs.

Segun la nota de la pájina 544 la segunda edicion es solo nominal; es la primera con el Suplemento III que abarca las pájinas 545 a 584.

El libro entero contiene unos 6,700 artículos de materia, valor i estension mui variables. Miéntras los unos solo contienen supuestas rectificaciones académicas de voces i jiros corrientes en todas partes, i disertaciones etimolójicas sobre palabras pancastellanas como amarrar (¡con largas citas de Covarrúbias!) los otros abarcan materiales mui abundantes sobre el lenguaje literario, familiar i aun vulgar de todos los Estados mejicanos que se refieren ya a la fonética, morfolojía i aun sintáxis, ya al diccionario. Merece especial alabanza que el autor agregue a cada voz o frase la rejion del pais en que la observó i que tambien aclare con ejemplos i citas el uso criticado, i no solo la correccion. En las etimolojías mejicanas que en jeneral hacen buena impresion, falta casi siempre la conprobacion de la voz india. Con todo, aunque el criterio literario i filolójico del autor no es mui elevado, el libro de Ramos es una de las contribuciones mas valiosas al conocimiento del castellano americano i para el filólogo es una de las fuentes mas ricas. Citado: Méjico, Ramos, con indicacion de pájina.

f.—Cuba

§ 97. Diccionario Provincial casi razonado de voces cubanas por don Estéban Pichardo, tercera edicion, notablemente aumentada i correjida. Habana, 1862. XX + 281 pájs. a dos columnas.

Este libro se publicó por primera vez en 1836, i de consiguiente es el mas antiguo de los diccionarios de provincialismos americanos. La segunda edicion salió en 1849. Yo poseo la tercera, a ella se refieren mis citas. La cuarta, que habrá sido la última, vió la luz en 1875 i comprende unas cien pájinas mas que la tercera; solo la he conocido en la biblioteca del señor Echeverría. Al néstor de los lexicógrafos americanos le corresponde el título honorifico de haber dado a la filolojía hispanoamericana el trabajo que encierra el mayor caudal de observacion orijinal. Aunque la intencion del autor es tambien rectificar el castellano dialéctico de Cuba, sobre el cual hace mui interesantes observaciones en su Prólogo, nunca se pierde en criticas literarias ni confunde la tarea del lexicógrafo con la del profesor de gramática. Las variantes fonéticas se encuentran en un suplemento que sigue al fin de cada letra en el título de "Voces corrompidas". El reino natural de la isla está estudiado con mui particular esmero, dándose no solo las voces indíjenas sino tambien las castellanas con descripcion detallada del objeto i añadidura de los nombres científicos. A este respecto ningun trabajo posterior alcanza, ni con mucho, a Pichardo. Indicaciones acerca de las costumbres del pais son frecuentes i todo esto se da en una forma concisa que evita todo lo supérfluo i toda charla amena que tanto abulta otros libros parecidos. Tampoco ha cometido el error de tratar solo de palabras que no estuvieran en tal o cual diccionario, ni de perderse en la crítica de nimiedades como si es o no es castizo hablar de un terreno accidentado. En cambio Pichardo hace indicaciones como "familiar", "vulgar", "voz indíjena" i es exacto en la clasificacion gramatical, que en muchas obras falta por completo. En fin, de todos los diccionarios de americanismos, (prescindiendo de Beaurepaire-Rohan), es quizas el que deja la mas grata impresion al filólogo por su riqueza i precision.

Citado: Cuba, Pichardo, con indicacion de la pájina que se refiere a la tercera edicion, a no ser que se diga espresamente lo contrario [21].

Listas jenerales de americanismos

§ 98. En el quinto tomo del Diccionario jeográfico-histórico de las Indias Occidentales o América... por Antonio de Alcedo (Madrid 1789) se encuentra un "Vocabulario de las Voces provinciales de la América usadas en el Diccionario jeográfico-histórico de ella, i de los nombres propios de plantas, aves i animales" 186 pájinas con numeracion especial. Cito las palabras que se encuentran tratadas: Alcedo, con indicacion de la pájina.

Al fin del cuarto tomo de la Historia Jeneral i natural de las Indias, islas i tierra-firme del Mar Océano por Gonzalo Fernández de Oviedo i Valdes publicado por la Real Academia de la Historia (Madrid 1845) el editor don José Amador de los Rios agrega una lista de las "Voces americanas empleadas por Oviedo" (pájs. 593 a 607) Cito todas las voces mencionadas ahí que se usan en Chile, aunque no sean de oríjen indio. El editor da en paréntesis la lengua de la cual le parece que Oviedo deriva la palabra, pero por desgracia no indica las pájinas correspondientes, de manera que es difícil comprobar las definiciones i hai no pocos evidentes errores tanto en las definiciones como en la indicacion de las lenguas primitivas. Citado: Oviedo ap. (apéndice).


  1. Por ejemplo Olivares, paj 31, despues de enumerar nombres de peces como pejegallos, tollos, cóngrios..., pejerreyes, dice: «i otros de nombres indios que no escribimos, por no afear el papel con voces bárbaras i mal sonantes».
  2. Faltará la cita de Saavedra en algunos nombres de historia natural que tambien están en Febres i Gay.
  3. Reparos al Diccionario de Chilenismos del señor don Zorobabel Rodriguez por Fidelis P. del Solar. Santiago 1876, XIV + 190 pájs. Fueron contestados en: Reparos de Reparos, o sea, lijero exámen de los Reparos al Diccionario de Chilenismos de don Zorobabel Rodriguez por don Fidelis P. del Solar por don Fernando Paulsen. Santiago 1876. 35 pajs.
  4. S. Benigno Canavese, Imprenta Salesiana 1893. XXVI + 320 pájinas.
  5. Santiago, Imprenta Elzeviriana, 1900, XXII + 246 pájinas.
  6. Valparaiso. Talleres de San Vicente de Paul. 1900. 83 pájs.
  7. Santiago de Chile, Imprenta Cervantes, 1894. 312 pájs.
  8. Santiago de Chile, Imprenta Cervantes, 1895. 336 pájs.
  9. Obra premiada por la Facultad de Humanidades.

    Santiago, tomo I, Imprenta Cervantes 1898, 309 páj.: Antropolojía Araucana, tomo II, Imprenta Barcelona 1902, 672 páj.: Arauco Español, tomo III. ibid. 1903.

  10. En 1900, con motivo de la esposicion de Paris apareció un libro intitulado El idioma nacional de los arjentinos por el doctor L. Abeille. Paris Librairie Emile Bouillon, 434 pajinas. Es un libro del cual hai que precaverse no porque defienda una causa perdida—la cuestion de si habrá o no en América formacion de nuevos idiomas nacionales es mui delicada, pero de ningun modo puede resolverse de manera dogmática como lo hacen tanto Abeille como su adversario Ernesto Quezada—el libro no merece recomendarse por que, siendo escrito por un europeo, el autor es frances, está lleno de ciencia postiza. Llénanse largas pájinas con citas de fenómenos lingüísticos observados, por ejemplo, en latin i griego, que nada hacen al caso i que solo prueban la falta absoluta de criterio científico en el autor. En cambio éste parece desconocer el castellano antiguo i sabe mui poco del lenguaje de las demas repúblicas.

    El material está tomado esencialmente de las publicaciones gauchescas de la Arjentina. No he encontrado ninguna palabra de oríjen indio que no esté en Granada i Lafone.

  11. Publicado en la Revue Hispanique, tomos II i V (Paris 1895 i 98)
  12. Publicado en Romania, tomo XXIV (Paris 1895)
  13. Publicado en Romania, tomo XXII. Paris 1893.
  14. Bulletin Hispanique, III i V Cp. arriba páj. 19
  15. Aun en España solo desde unos pocos años existe una cátedra de filolojía castellana, la de Madrid, dignamente servida por el romanista don Ramon Menéndez Pidal.
  16. El apellido de este autor aleman se pronuncia dits, con i larga, i no tiene la menor relacion con el castellano Diez; ni ménos éste es descendiente de una familia española, como lo dice el Diccionario Jeneral de la lengua castellana, por Vélez de Aragon. 1891, páj. 2265.
  17. No sé cuál sea esta planta, pero seguramente no es el hashish, voz que se aplica a la planta seca de Canabis indica i la preparacion narcótica sacada de la misma. La Academia introdujo en la 13.ª ed. la voz haxix, la que naturalmente habria que leer haksiks; pero la x corresponde a la sh árabe, valor igual a la x antigua castellana. La palabra debe escribirse en cas:. hashish o hasis a lo sumo hajij.
  18. El sur del Brasil, especialmente Rio Grande, ha aceptado muchas palabras castellanas de los paises vecinos. Estas pueden consultarse en el Diccionario de Vocablos Brazileiros del vizconde de Beaurepaire Rohan (Rio de Janeiro 1889. XIX + 147 a dos columnas). Entre los diccionarios de americanismos este es el mas científico. No ha incluido todas las voces de historia natural; da solo las etimolojías que parecen razonables, i cita las fuentes de las palabras de guaraní o de oríjen africano que menciona (aunque sin indicar las pájinas). A menudo se menciona la rejion a que pertenece la voz. Observaciones de fonética i morfolojía están con razon escluidas.

    Entre las obras citadas por el autor la mas importante para voces que proceden de fuente hispano-americana es: Antonio Alvares Pereira Coruja; Collecçao de vocabulos e phrases usados na provincia de S. Pedro de Rio Grande do Sul.—Na Revista de Instituto Historico. 1851. Cito: Beaurepaire, con indicacion de la pajina.

  19. Vėase la interesante crítica de estas raices, que nunca han tenido existencia real, en Wilhlem Wundt, Volkerpsychologie I, Die Sprache I 547 i siguientes.
  20. Parece que el trabajo fué publicado en una Revista de la Sociedad Mejicana de Jeografia i Estadistica; no he podido consultar el libro sino en la biblioteca del señor Echeverria, quien me lo prestó por algun tiempo.
  21. Existe otro Diccioario Cubano moderno por José Miguel Macías, que segun las citas de Ramos parece ser bastante estenso. No he podido conseguir este libro.