El general Don Pedro Santana y la anexión de Santo Domingo a España/07

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VII[editar]

El folletista obedece, no ya a la pasión de partido sino a un sentimiento ciego de venganza. ¿Qué porvenir le estaba reservado a Santo Domingo siguiendo sus consejos?

Veámoslo: ¿Cuáles eran los elementos de vida material del pueblo dominicano? El folletista lo ha dicho: una agricultura calificada por él de insignificante y mezquina. La industria y el comercio suponen capitales cuantiosos, capitales que, puestos en circulación entre un pueblo eminentemente agrícola como puede serlo el dominicano, debían también suponer un progreso importante en la agricultura, madre primogénita del comercio y de la industria. Tenemos pues, que le faltaban los elementos principales de su vida material y esa falta que necesariamente había de ir en aumento, debido a la situación política del país, hubiera concluido por sumirlo en una perpetua calamidad.

Inglaterra, la primera nación comercial é industrial del mundo, se dedica con mas afán que otra alguna al progreso de la agricultura a pesar de la aridez natural de su suelo.

¿Cuáles eran los elementos de vida moral y política de Santo Domingo antes de la anexión? Solo la influencia del general Santana era suficiente a contener al pueblo dentro de los límites que hasta entonces reconociera y aceptara; y esto era efecto de las luchas civiles que ensangrentaban el país y de las constantes amenazas de Haití. Además, administraciones como las de Jiménez y Baez dejaron al país exhausto de recursos después de haber hecho pública irrisión de las leyes y burlándose de la moral pública. Oh, si, a los dominicanos les tenia mas ventaja disolverse a continuar sosteniéndose en pie de guerra, cerradas todas las fuentes de una prosperidad racional y a la vista de calamidades que después de hacerles arrostrar todas las inquietudes, todos los disgustos y sinsabores de una vida agitada, en medio de su genio vivo y de su carácter independiente, noble y altivo, hubiera concluido por hacerles morir de inanición. ¿Y cree esto justo, humanitario, patriótico el autor del libelo? La anexión debía de conjurar esa serie de peligros, poniendo a salvo la antigua nacionalidad de la primada de las Antillas. ¿Ha llenado su objeto, si o no? Los hechos, mejor que nosotros, contestan afirmativamente y del modo mas satisfactorio a esta pregunta. La mas completa calma, la mayor tranquilidad ha reemplazado a la inquietud, al malestar que hace poco se sentía de un extremo a otro del territorio dominicano: la afluencia de capitales revela claramente la consolidación de una paz duradera, el entusiasta desarme de las fuerzas del país es un indicio seguro de trabajo y prosperidad, y la presencia de un brazo fuerte, de un gobierno estable y prudente una señal inequívoca de que los partidos rivales cesarán de hostilizarse en adelante. En el interés de los mismos partidos está el no turbar el orden, cediendo a un sentimiento de ambición o de venganza.

De lo expuesto deducimos algunas consecuencias generales: 1ª El cambio operado el 13 de Marzo por la ex-República Dominicana, pone a salvo sus intereses materiales y morales; 2ª Como medida política, la anexión es un gran acontecimiento, que no vacilamos en afirmar ha librado a los dominicanos de un gran naufragio; 3ª Ha recobrado su primitiva nacionalidad, tornando de nuevo a participar de las glorias de su antigua patria.

Si el gran suceso que ha dado tales resultados, consumado por el pueblo dominicano, merece el nombre de error; si a Santana, como iniciador del pensamiento se le da la calificación de reo de lesa— Patria, confesamos francamente que no sabemos para que actos reserva el Diccionario universal las palabras lealtad, fidelidad y abnegación. "Las naciones, -ha dicho Chateaubriand,— no se despojan de sus tradicionales costumbres como de un antiguo velo." Y así es la verdad. Al llamar, pues, el folletista a sus conciudadanos en nombre de un patriotismo que tal vez nunca ha sentido, no ha hecho sino proclamar la ruina meditada y alevosa de su infortunado país. Sus palabras, como era de esperar, no han surtido efecto alguno.