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Página:ECH 518 02 - Bebidas y Comidas.djvu/11

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la que nos ocupa, llamándola cola de Montt, tanto por el resultado electoral del vencido, - tener cola: salir perdidoso, en una acepción muy chilena - como por la semejanza de su color con el de la morena tez del político. Y seguramente a corto plazo, las inclinaciones fonéticas del español de Chile producirían la forma que hoy empleamos, y que tiende cada vez más a la simplificación que la reduce a colemono.

El arrollado de chancho, hecho con la carne picada de este animal, huevos cocidos en torrejas, trozos de zanahoria, ají y aliños varios, todos envueltos cilíndricamente en el cuerpo del mismo cerdo, se come con fruición durante la temporada invernal, en cualquier circunstancia, frío o caliente, solo o con acompañamiento de ensalada, y frecuentemente de papas. No obstante, es con motivo de las nocturnas y clandestinas reuniones de chancho muerto, con o sin rifa de su cabeza y costillares, que su consumo se convierte en obligado y de estimables efectos comunitarios.

El conjunto de provisiones alimenticias que se lleva en un viaje es designado genéricamente cocaví. Aunque constituye un atributo de todos los estratos socioeconómicos, demuestra su carácter tradicional con mayor fuerza y pureza en las zonas rurales y en relación con quienes deben recurrir a él a causa de jornadas extensas, hechas mediante una cabalgadura, un vehículo de tracción animal, o, simplemente, a pie, como sucede con el arriero, el baquiano, el abastero, el falte.

Los componentes que más a menudo configuran el cocaví son: pan, amasado o como tortilla de rescoldo; fiambre, sea de ave, arrollado de chancho, queso de cabeza, carne asada; charqui, humitas, huevos cocidos, harina tostada, queso, cebollas, tomate; aparte de los infaltables ají y sal, y de los complementos del vino y del aguardiente. La elección de unos u otros depende de la duración del viaje, de los recursos disponibles y de la existencia de las viandas según la época del año, sin olvidar los gustos y capacidades de consumo personales, que suelen abultar desmesuradamente las maletas de los campesinos, que han sabido reunir empíricamente características hispánicas e indígenas americanas en torno a la voz quechua kokau.

El