Las rosas de la tarde
Las rosas de los cielos, las hijas del crepúsculo... las rosas de la tarde, huérfanas del sol...
Las rosas que agonizan más blancas que un sepulcro Las rosas que se mueren más tristes que el dolor
El valle pensativo dormido en la penumbra...
El sueño de la Vida brillante en su fulgor
Las rosas matinales más blancas que la nieve
Las almas virginales soñando en el Amor
Los gritos del Deseo, lebrel encadenado...
Visiones pavorosas y grito de ambición...
Corolas venenosas y pájaros salvajes.
Los cantos de la alondra, las garras del alción.
Tristezas silenciosas, como aves taciturnas...
Crepúsculos de Otoño, celajes de arrebol
Angustias dolorosas y nunca confesadas...
Carmíneos horizontes de sangre y destrucción.
La noche de la Muerte, Imperio ilimitado.
El alba de la Vida, radiante de esplendor.
Las tardes y las almas hundiéndose en las sombras.
Las almas doloridas volando hacia su Dios.
Y voces de naufragio, y cosas que se mueren...
Tristezas vesperales, nostálgicas de luz
Los corazones tristes en el sagrado huerto...