Michel Ney (Juicios)

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Juicios de Napoleón de Anónimo
Nota: En esta transcripción se ha mantenido la ortografía original.

NEY, Duque de Elchingen, Príncipe de Moscozza, Mariscal. [1]


Este era el valiente de los valientes. Que hombre! que soldado! que vigoroso valiente, dijo Napoleón después de la jornada de Smolensk. Y creyéndolo perdido añadió: tengo trescientos millones en las Tullerías, muy bien, yo los daría a fin de que me lo volviesen; tiene una vista tan justa, tan segura, un valor a toda prueba, en fin todo lo que da a uno talento brillo en el campo de batalla.... En cuanto a la proclama que Ney ha pretendido haber recibido de mí (en 1815) es una falsedad.... Cuando el prometió al Rey llevarme en una jaula de hierro hablaba en la sinceridad de su corazón; y sus intenciones eran conformes a sus discursos; en esto persistió durante dos días, después de los cuales se me juntó. El habría debido hacer lo que Oudinot, que preguntó a sus tropas que si podía contar con su fidelidad, ellas les respondieron unanimemente: "nosotros no queremos batirnos contra Napoleón...." En Waterloo, Ney estaba todo fuera de sí; se podían leer en su frente confundidos los remordimientos de Fontainebleau con los de Lons-le-Saulnier. Sin las hesitaciones acostumbradas de Ney, yo aniquilaba el ejército inglés.... La defensa política de Ney parecía toda delineada: él había sido arrastrado por un movimiento general que le había parecido la voluntad y el bien de la patria, en esto lo había obedecido sin premeditación, sin traición. Habían seguido reveses, se encontraba citado ante un tribunal; ya no le quedaba nada que responder sobre este grande acontecimiento. En cuanto a la defensa de su vida nada tenía que responder tampoco, sino que él estaba al abrigo de una capitulación sagrada, que a cada uno garantía con el silencio y el olvido sobre todos los actos, sobre todas las opiniones políticas. Si en este sistema sucumbía, esto sería al menos a la faz de los pueblos, en violación de las leyes más santas, dejando la memoria de un gran carácter, llevando el interes de las almas generosas. Pero este celo es superior tal vez a sus facultades morales; Ney es el más valiente de los hombres: aquí se limitan todas sus facultades. Si su conducta el 20 de Marzo no es honrosa es al menos explicable, y bajo ciertos respectos excusable... En Ney y Murat, la bravura prodigiosa, el valor sobresalía tanto a la razón que tal vez habrían sido capaces de simplezas, si es permitido creerlo posible, en el caso en que hubieran mirado bien el peligro. Tal es el enigma en ciertas gentes; la desigualdad entre el caracter y el espíritu indican todo. L. C. — R. — O.


  1. Había nacido en 1769; juzgado por la Cámara de los Pares por crimen de alta traición fue pasado por las armas el 7 de Diciembre de 1815.