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Pierre Dupont (Juicios)

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Juicios de Napoleón
de Anónimo
Nota: En esta transcripción se ha mantenido la ortografía original.

DUPONT DU CHAMBÓN.


Napoleón, viendo un grabado en que se le representa metiendo su espada en un globo porque el areonauta no había querido dejarlo subir a él, continuó diciendo: algunos creen que el rasgo representado aquí, es realmente mío, y yo lo he oído afirmar por hombres que me conocian muy bien; pero es falso. Este hecho ha sucedido realmente [1], pero el actor era miembro de la comisión.

Este era un joven de un gran valor, cuyo aire y maneras eran las más raras; caminaba siempre en punta de pie y le gustaba pasearse a los bordes de los precipicios. O.


  1. Al momento que el globo iba a desembarazarse de sus lazos y a elevarse en los aires, Dupont du Chambon, entonces alumno de la escuela militar, se abalanza por encima de la multitud, y tomando las espaldas de sus vecinos por taramillas, se esfuerza con la espada en la mano por llegar a la navecilla, y llega no teniendo ya sino el pomo de su espada, con el cual le pega al duque de Orleans, que parecía ambicioso del mismo género de gloria. El fue puesto en el calabozo durante muchas semanas, por orden expresa del rey, a quien profesó despues un odio eterno, pretendiendo que se le debía una recompensa. Varios coroneles instruidos, por la gaceta, de este acontecimiento, le ofrecieron su regimiento, como aprobando una acción que el rey acababa de castigar. Dupont eligió el regimiento de Turena, cuyo coronel era el visconde de Mirabeau. A su llegada al cuerpo previno las pruebas que le reservaban sus camaradas, colocando una mecha encendida en cada extremo de un barril de pólvora que compró, y poniéndose a caballo sobre el barril, ahí fumó su pipa en esta posición. En tiempo de la emigración dejo el servicio, y como se hallaba sin fortuna, recorrió la Francia y la España con un perro y una guitarra que tocaba tan bien como mal. Le gustaban los combates del toro, hasta el extremo de pagar por reemplazar al que combatía contra este animal. Cuando estaba en peligro, ponía el pie entre los dos cuernos y saltaba diestramente por encima. Dupont du Chambon no hacía consistir su gloria sino en acciones de este género.