Alta política (DCB)
ALTA POLÍTICA.
Sinónimo de lo que Bonaparte llama ma politique à moi. En España, desde el tiempo de nuestro político monarca Felipe II, y acaso antes, siempre se ha llamado razon de Estado, aun en las cosas que no son de razon ni de Estado, sino conveniencia propia. No debiera ser sino la suprema ley del bien de la república (lo que los romanos liberales llamaban salus populi); pero en boca de ciertos políticos, la alta-política no es mas que un comodin para saltar por lo mas alto de la razon y de la justicia, llevando las leyes do quieran reyes, para que estos ó sus ministros logren las mas chocantes pretensiones.
Los mismos galiparlistas que dicen alta-política, dicen tambien alta-policía: -locucion del mismo, cuño que estan empeñados en hacer moneda corriente. Hablando pues su gerigonza, dicen que tal ò tal medida se ha tomado por alta policía; como en tiempo de Godoy se decia que tal ó tal empleo se habia dado por alto. Aunque todo el mundo se halla á bastante altura de polo para alcanzar lo que esto quiere decir, sin embargo creo que perderémos poco en ejemplificarlo para mayor claridad. -Ejemplo.
La correspondencia epistolar que se fía á los correos ya se sabe que en España se ha mirado siempre como un sagrado á que no es licito tocar; como que es un depósito en que está sellada la fé pública. Se sabe asimismo cuan delicada y medida está la ordenanza en este punto.
Pero lo que en los tiempos que llamamos de despotismo se tenia por un sacrilegio, en los tiempos que llamamos de libertad, se ha tenido por un escrúpulo de monja. En consecuencia, y pésele que le pese á la Ordenanza, hemos visto al superintendente dar una órden general para que todos los correos, en todas las administraciones, abran todas las cartas todos los empleados de la Renta desde el jefe superior, hasta el último estafetero.
Algunos de los que se llaman patriotas han declamado furiosamente contra esta providencia, condenándola como un atentado escandaloso contra las leyes y la moral pública: providencia atroz (claman) que hace un espion de cada dependiente de correos, convirtiendo una de las mas nobles instituciones sociales en una odiosa inquisicion política.
Otros, de los que tienen el prurito de averiguar el porque de todas las cosas, se han empeñado en saber el porque de la tal órden general.¿Porque se abrirán ahora las cartas en los correos?, este fué el grande asunto, que agitó por algunos dias á los oradores de la Calle-ancha, y ocupó muchos mas á los de las Cortes. En las Cortes se trató solemnemente: hubo aquello de proposicion, admision discusion, votacion.... y aun no sé si hubo resolucion. (Entretanto las cartas se interceptaban, las cartas se abrian.) -Pero, señor, ¿para que, por que se abren las cartas? -¿Para que? para saber su contenido. ¿Por que? claro está: por alta-policía.
2.º Ejemplo.-Vive, supongamos, en la corte un escritor arrojado, de estos que ni temen ni deben; y se sabe que va á publicar verdades algo duras de pelar. Entónces entra la alta-policía me coge al autor, y me le arroja al Ponto, como César al otro poeta narigon: y allí que plaña, endeche ó invective como mas rabia te dé. -Otro ejemplo, y concluyo.
Hay alguna persona que, merced á algun manto de seda que rugió de por medio, da en facha á algun mandarin; como si dijéramos, á algun regente que fue. Aquí de la alta-policía. Venga acá el P. R....-«Padre, á Fulano que vive en tal parte.-Basta, señor, sé mi oficio.»
El P. R.... junta sus agarrantes toma su habano y su chafarote, y dice «¡Ha de mi gente! tantos á vanguardia, «cuantos á retaguardia. A él.»
Dicho y hecho: se da el golpe de mano: me pillan vivito a mi hombre, y me le llevan como un cristo: zámpanle en la trena, sin comunicacion, porque no se sepa. -Que se sabe luego. - Chillan los buenos: «¡Injusticia! ¡atentado! ¡despotismo!» Redimen al cautivo.
¿Por que estuvo preso el patriota tal?-No se sabe: por alta-policía.