Ecos de las montañas: 42
Apariencia
VII
[editar]Al despertar el rey al día siguiente,
buscó en vano al bastardo: había partido
del convento en la noche con su gente.
De la llave del cuarto en que tendido
yacía el conde aún, halló pendiente
un paquete sellado a él dirigido:
era un rollo de cartas: la primera
decía, para él, de esta manera:
«Desde esta estancia donde yace yerto
sin cabeza por ti y sin sepultura,
tu padre te maldice: ve si es cierto:
tu madre en esas cartas asegura
que eres hijo del conde, y tú le has muerto,
mintiendo a Dios y a él tu fe perjura.
Yo, de mi raza vengador, te he abierto
tal porvenir de infamia y desventura.
Mas libre ya de ti cuando esto leas,
parricida sin fe, ¡maldito seas!»