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Gramática de la lengua castellana destinada al uso de los americanos: Capítulo X

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Gramática de la lengua castellana destinada al uso de los americanos
Capítulo X: Género de los sustantivos

de Andrés Bello

160 (86). Para determinar el género de los sustantivos debe atenderse ya al significado, ya a la terminación.

(87). Por razón del significado son masculinos:

161. 1.º Los sustantivos que significan varón o macho o seres que nos representamos como de este sexo, verbigracia: Dios, ángel, duende, hombre, patriarca, tetrarca, monarca, león, centauro, Calígula, Rocinante, Babieca. Y no es excepción haca o jaca, caballo pequeño, porque este sustantivo es epiceno, como zebra, marmota, hacanea, y sigue el género de su terminación.

162. 2.º Los nombres propios de ríos, como el Magdalena, el Sena, y los de montes y cordilleras, verbigracia el Etna, los Alpes, el Himalaya; se exceptúan la Alpujarra, y los que han sido originalmente apelativos femeninos, como Sierramorena, la Silla (en Venezuela).

163. 3.º Toda palabra o expresión que sirve de nombre a sí misma; por ejemplo, analizando esta frase las leyes de la naturaleza, diríamos que la naturaleza está empleado como término de la preposición de. Lo cual no quita que se diga la en, la por, la pero, subentendiendo preposición o conjunción.

(88). Por razón del significado son femeninos:

164. 1.º Los sustantivos que significan mujer o hembra, o seres que nos representamos como de este sexo, verbigracia diosa, ninfa, hada, leona, Safo, Juno, Dulcinea, Zapaquilda.

165. 2.º Los nombres propios de ciudades, villas, aldeas; bien que siguen a veces el género de la terminación. Por ejemplo, Sevilla es necesariamente femenino, porque concurren el significado y la terminación. Toledo, al contrario, es ambiguo, siguiendo unas veces el género de la terminación, como en «Pasado Toledo, a la ribera del mismo río (Tajo), está asentada Talavera» (Mariana); «Toledo permaneció libre hasta el 19 de diciembre, día en que le ocuparon los franceses» (Alcalá Galiano); otras el género de su significado, como en:

«Toda júbilo es hoy la gran Toledo».

(Huerta)

166 (a). Corinto, Sagunto, y otros nombres de ciudades antiguas, se usan casi invariablemente como femeninos, no obstante su terminación.

167. 3.º Los nombres de las letras de cualquier alfabeto, como la b, la o, la x, la delta, la ómicron. Sin embargo, algunos hacen masculinos los nombres de las letras griegas y hebreas, y delta, cuando significa la isla triangular que forman algunos ríos en su desembocadura, es masculino según la Academia.

(89). Atendiendo a la terminación:

168. 1.º Son comúnmente femeninos los en a no aguda, como alma, lágrima.

No son excepciones los sustantivos que su significado de varón hace masculinos, como atalaya y vigía (por las personas que atalayan), atleta, argonauta, barba (por el actor que hace papeles de viejo), consuela (por apuntador de teatro), cura (por el párroco), vista (por el de la aduana); pero sí debemos mirar como irregulares en esta parte a los ambiguos, que siguen ya el género del significado, ya el de la terminación, como espía (el que acecha), guía (el que muestra el camino), lengua (el que interpreta de viva voz), maula (el hombre artificioso o petardista); bien que indudablemente prevalece aun en éstos el género que corresponde al sexo. La sota de los naipes es siempre femenino, aunque tiene figura de hombre.

Son también masculinos: cólera (por cólera-morbo), contra (por la opinión contraria), día, hermafrodita, mapa (por carta geográfica), planeta y cometa (astros), y gran número de los acabados en ma, que son sustantivos de la misma terminación en griego, como emblema, epigrama, poema, síntoma. De manera que no debemos vacilar en hacer masculino todo nuevo sustantivo de esta terminación y origen, como empireuma, panorama, cosmorama, diorama. El uso, sin embargo, ha hecho ambiguos a anatema, neuma, reuma, y femeninos a apostema, asma, broma, diadema, estratagema, fantasma (cuando significa un espantajo artificial), flema, tema (por obstinación o porfía), y algunos otros. Llama, cuadrúpedo americano, es ambiguo, pero más frecuentemente masculino.

169. 2.º Son asimismo femeninos los en d, como vanidad, merced, red, sed, virtud; menos césped, ardid, almud, alud, laúd, ataúd, sud, talmud.

170. 3.º Son masculinos los que terminan en cualquiera vocal, menos a no aguda, o en cualquiera consonante, menos d; pero las excepciones son numerosas.

Nos contraeremos a indicar las más notables, siguiendo el orden de las terminaciones.

171 (a). De los en e son femeninos los de tropos y figuras gramaticales o retóricas, verbigracia apócope, sinécdoque (excepto hipérbole, ambiguo); los nombres de líneas matemáticas, como elipse, cicloide, tangente, secante; los sustantivos esdrújulos en ide, tomados del griego, como pirámide, clámide; los en ie acentuados en vocal anterior a esta terminación, como carie, sanie, temperie, superficie; los terminados en umbre, como lumbre, muchedumbre, pesadumbre, costumbre (menos alumbre), y además:

Alsine.
Ave.
Base.
Breve y semibreve (notas de música).
Calle.
Carne.
Catástrofe.
Clase.
Clave (que sólo es masculino cuando significa un instrumento de música).
Cohorte.
Compage.
Consonante y licuante (letras).
Corambre.
Corriente.
Corte (por residencia del gobierno supremo, tribunal, comitiva o séquito).
Chinche.
Egílope.
Elatine.
Eringe.
Escorpioide.
Estacte.
Estirpe.
Estrige.
Extravagante (constitución soberana que anda fuera del código o recopilación a que corresponde).
Falange.
Falce.
Faringe.
Fase.
Fe.
Fiebre.
Frase.
Frente (facción de la cara).
Fuente.
Gente.
Hambre.
Hélice.
Hipocrene.
Hojaldre.
Hueste.
Índole.
Ingle.
Jíride.
Labe.
Landre.
Lápade.
Laringe.
Laude.
Leche.
Liebre.
Liendre.
Lite.
Llave.
Madre.
Mente.
Mole.
Muerte.
Mugre.
Nave.
Nieve.
Noche.
Nube.
Paraselene.
Parte (que sólo es masculino cuando significa aviso).
Patente (por cédula, título o pacho).
Pelitre.
Pendiente (masculino, cuando significa adorno de las orejas).
Peste.
Plebe.
Pléyade.
Podre.
Prole.
Raigambre.
Salve.
Sangre.
Sede.
Serpiente.
Sierpe.
Simiente.
Sirte.
Suerte.
Tarde.
Tingle.
Torce.
Torre.
Trabe.
Troje.
Ubre.
Urdiembre o urdimbre.
Vacante.
Variante.
Várice.
Veste y sobreveste.
Vorágine.

172 (b). Ceraste, dote, estambre, lente, pringue, puente, tilde, tizne y trípodebis, son ambiguos; pero dote, significando cierta parte del caudal de la mujer casada, es más comúnmente femenino; en estambre, al contrario, el género masculino es el que hoy predomina, y lo mismo en puente cuando significa el de un río. Tilde, por la virgulilla que se pone sobre una letra, es ambiguo; y cuando denota en general una cosa mínima, femenino.

173 (c). Arte se usa generalmente como masculino en singular, y como femenino en plural: «La naturaleza con sus nativas gracias vale más que ese arte metódico y amanerado»; «La inmensa variedad de artes subalternas y auxiliares del grande arte de la agricultura» (Jovellanos); «las artes liberales», «las bellas artes», «las artes mecánicas»; «Se valió de malas artes para alcanzar lo que deseaba». Pero si se trata de un arte liberal o mecánico, admite el género femenino en singular: «La escritura fue arte poco vulgarizado o vulgarizada en la media edad».

174 (d). De los en i (o y) son femeninos graciadey, palmacristi, grey, ley, y todos los esdrújulos originados del griego, donde terminan en is, como metrópoli.

175 (e). De los en j no hay más femeninos que troj.

176 (f). De los en l son femeninos cal, capital (ciudad), cárcel, col, cordal, credencial, hiel, miel, pastoral, piel, señal, vocal (letra). Canal no es masculino sino significando un estrecho de mar, los caudalosos de navegación o riego, ciertos conductos naturales del cuerpo humano, y figuradamente una vía o conducto de comunicación; verbigracia el canal de la Mancha, el canal de Langüedoc, el de Maipo, el canal intestinal, el canal por donde se recibió la noticia. Moral es masculino como nombre de árbol, y femenino significando la regla de vida y costumbres según la cual las acciones humanas se califican de rectas o depravadas. Sal, significando la de comer, es invariablemente femenino; significando ciertos compuestos químicos, hay escritores que lo hacen masculino; pero esto es cada día más raro. Amoníaco es sustantivo masculino, y se usa también como adjetivo de dos terminaciones, amoníaco, amoníaca; de manera que podemos decir sal amoníaco por aposición de dos sustantivos de diverso género, y sal amoníaca por concordancia de sustantivo y adjetivo.

177 (g). De los acabados en n son femeninos los en ión, derivados de verbos castellanos o latinos, como oración, devoción, provisión, precisión, gestión, reflexión, religión, rebelión; si no es uno u otro que se forma añadiendo ón a la raíz del verbo castellano terminada en i, como limpión de yo limpio, por la misma analogía que resbalón de resbalo, empujón de empujo. Son también femeninos los en zón, derivados de nombre o verbo castellanos, como ramazón, palazón, armazón, cargazón; excepto los aumentativos, como lanzón. Son, en fin, femeninos ación, clin o crin, diasén, imagen, razón, sartén, sazón, sien. Margen es ambiguo en singular, y comúnmente femenino en plural. Orden, significando serie, sucesión, regularidad, disposición de las partes de un todo, es masculino, como en las frases el orden de los asientos, el orden natural, el orden público. Es igualmente masculino significando una división de las clases en las nomenclaturas científicas, como el orden de los carnívoros en la clase de los mamíferos. Pero es femenino cuando significa el sacramento de ese nombre y cualquiera de sus diferentes grados, y así se dice la orden del subdiaconado, las órdenes mayores. Es asimismo femenino en la significación de precepto: una real orden, las órdenes del ministro; y lo mismo cuando se toma por la regla o instituto de alguna comunidad o corporación, y por las mismas corporaciones, como la orden de San Francisco, las órdenes mendicantes, las órdenes militares. Desorden, fin, son hoy constantemente masculinos.

178 (h). De los en o son femeninos mano, nao, testudo. Algunos usan como del género femenino a sínodo; pero ya es rara esa práctica. Quersoneso (nombre general que daban los griegos a las penínsulas) me parece que debe tenerse por femenino: la Quersoneso Címbrica, Táurica, etc., y ese género le ha dado el poeta Valbuena. Pro es masculino en el pro y el contra, y en la locución familiar buen pro te haga; femenino en la pro común, la pro comuna.

179 (i). De los en r son femeninos bezar, bezoar, flor, labor, segur, zoster. Mar es ambiguo, excepto cuando se le junta el sustantivo Océano o los adjetivos geográficos Adriático, Atlántico, Mediterráneo, Báltico, Caspio, Pacífico, Negro, Blanco, Rojo, Glacial, etc. Sus compuestos bajamar, pleamar, estrellamar, son femeninos. Azúcar es ambiguo. Calor, color y sabor no rechazan del todo el género femenino, especialmente en verso.

180 (j). De los en s hay muchísimos femeninos que terminan en sis, originados de sustantivos griegos de la misma terminación y género, como antítesis, crisis, diátesis, sintaxis, tesis. Hay empero excepciones, como Apocalipsis, Génesis, constantemente masculinos, énfasis y análisis, ambiguos. Es masculino iris cuando no es el nombre propio de una diosa. Son femeninos aguarrás, bilis, colapiscis, lis, litis, macis, monospastos y polispastos, mies, res, tos y venus; y ambiguo cutis.

181 (k). De los acabados en u es femenino tribu.

182 (l). De los en x son femeninos ónix y sardónix. Fénix, antes femenino, ha pasado ya al otro género.

183 (m). De los en z son femeninos cerviz, cicatriz, coz, cruz, faz, haz (por cara o superficie), hez, hoz, lombriz, luz, matriz, nariz, nuez, paz, perdiz, pez (significando una sustancia vegetal o mineral), pómez, raíz, sobrepelliz, tez, vez, voz, y todos los derivados abstractos, como altivez, niñez, sencillez. Doblez es femenino significando la cualidad abstracta de lo doble y masculino por pliegue. Prez es ambiguo.

184. 4.º Los plurales en as y des son generalmente femeninos; todos los otros masculinos.

185 (a). Exceptúanse por masculinos los afueras, los cercas (término de pintura); por femeninos cortes (cuerpo legislativo), creces, fauces, llares, pares (placenta), partes (prendas intelectuales y morales de una persona), preces, testimoniales y trébedes; y por ambiguos modales y puches. Fasces o haces, significando los haces de segur y varas que llevaban los lictores delante de ciertos magistrados romanos, son indisputablemente masculinos; yo a lo menos no alcanzo razón alguna para que la voz latina fasces, que no es de uso popular, varíe de género en castellano, ni para que un haz de varas sea femenino en manos de los lictores, siendo masculino en cualesquiera otras.

186. 5.º Los compuestos terminados en sustantivo singular que conserva su forma simple, siguen el género de éste, como aguamiel, contraveneno, contrapeste, desazón, disfavor, sinrazón, sinsabor, trasluz, trastienda.

187 (a). Exceptuánse aguachirle, aguapié, femeninos; guardacostas, guardavela y tapaboca masculinos; y a lo mismo se inclinan los otros compuestos de verbo y sustantivo, formados a la manera de estos tres, como guardamano, pasamano, mondadientes, cortaplumas; bien que chotacabras, guardapuerta, guardarropa, portabandera, portacarabina, sacafilásticas, tornaboda, tornaguía, tragaluz, son femeninos; portaalmizcle y portapaz, ambiguos.