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Mahometanos (DFV)

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Nota: En esta transcripción se ha mantenido la ortografía original.

Mahometanos

NADA tiene la religión mahometana de voluptuosa y sensual: debo repetíroslo, ignorantes, e imbéciles, a quienes otros ignorantes han engañado haciéndoos creer este y otros muchos disparates.

Decidme, canónigos, frailes, y aun curas, si se os impusiera la ley de no comer ni beber desde las cuatro de la mañana hasta las diez de la noche durante el mes de Julio, cuando cayera la cuaresma en este tiempo; si se os prohibiera jugar a ningún juego de suerte bajo pena de condenación; si el vino os estuviera vedado bajo la misma pena; si se os obligase a hacer una peregrinación por desiertos abrasadores; si se os hubiera mandado dar a los pobres a lo menos dos y medio por ciento de vuestras rentas; si acostumbrados a gozar de catorce mujeres, se os hubieran cercenado de repente: decidme de buena fe, ¿osaríais llamar sensual a esta religión?

Tienen los cristianos latinos tantas ventajas sobre los musulmanes; no hablo en materia de guerra, sino respecto a la doctrina; y los cristianos griegos los han zurrado tanto en último lugar desde 1769 hasta 1773, que no merece la pena el prorrumpir en reconvenciones contra el islamismo.

Trátese en horabuena de recobrar todo lo que han invadido los mahometanos; pero es mas fácil calumniarlos.

Yo detesto tanto la calumnia, que no quiero ni aun que se imputen necedades a los Turcos, aunque los aborrezco como tiranos de las mujeres y enemigos de las artes.

No sé porqué supone el historiador del Bajo Imperio [1] que Mahoma habla en su Corán de su viaje al cielo: Mahoma no dice ni una palabra de esto, como lo hemos probado.

Es preciso estar siempre de combate; porque cuando se ha destruido un error, nunca falta alguno que lo resucite. Véase el artículo Arot y Marot, y Alcorán.




  1. Vol. II. pág. 209.