Primera Gramática de la lengua Castellana: 1.02
Entre todas las cosas que por experiencia los ombres hallaron, o por revelación divina nos fueron demostradas para polir et adornar la vida umana, ninguna otra fue tan necessaria, ni que maiores provechos nos acarreasse, que la invención de las letras. Las cuales, assí como por un consentimiento et callada conspiración de todas las naciones fueron recebidas, assí la invención de aquellas todos los que escrivieron de las antigüedades dan a los assirios, sacando Gelio, el cual haze inventor de las letras a Mercurio en Egipto; et en aquella mesma tierra, Anticlides a Menón, quinze años antes que Foroneo reinasse en Argos, el cual tiempo concurre con el año ciento et veinte después de la repromissión hecha al patriarca Abraham. Entre los que dan la invención de las letras a los assirios ai mucha diversidad. Epigenes, el autor más grave de los griegos, et con él Critodemo et Beroso, hazen inventores de las letras a los babilonios, et segund el tiempo que ellos escriven, mucho antes del nacimiento de Abraham. Los nuestros, en favor de nuestra religión, dan esta onra a los judíos; como quiera que la maior antigüedad de letras entre ellos es en la edad de Moisén, en el cual tiempo, ia las letras florecían en Egipto, no por figuras de animales, como de primero, más por líneas et traços. Todos los otros autores dan la invención de las letras a los fenices, los cuales no menos fueron inventores de otras muchas cosas, como de cuadrar piedras, de hazer torres, de fundir metales, de formar vasos de vidro, de navegar al tino de las estrellas, de teñir el carmeso con la flor et sangre de las púrpuras, de trabucos et hondas, no, como dixo Juan de Mena, los mallorqueses. Assí que los judíos las pudieron recebir de aquéstos, por ser tan vezinos et comarcanos, que deslindavan et partían término con ellos; o de los egipcios, después que Jacob decendió con sus hijos en Egipto, a causa de aquella hambre que leemos en el libro de la Generación del ciclo et de la tierra; lo cual se me haze más provable, por lo que entre los griegos escrive Eródoto, padre de las istorias, et entre los latinos Pomponio Mela: que los egipcios usan de sus letras al revés, como agora vemos que los judíos lo hazen. et si verdad es lo que escriven Epigenes, Critodemo et Beroso, la inventora de las letras fue Babilonia; considerando el tiempo que ellos escriven, pudo las traer Abraham, cuando por mandado de Dios salió de tierra de los caldeos, que propria mente son babilonios, et vino en tierra de Canaán; o, después, cuando Jacob bolvió en Mesopotamia et sirvió a Laban, su suegro.
Mas, assí como no es cosa mui cierta quién fue el primero inventor de las letras, assí entre todos los autores es cosa mui constante que de Fenicia las traxo a Grecia, Cadmo, hijo de Agenor, cuando por la forçosa condición que su padre le puso de buscar a Europa, su ermana, la cual Júpiter avía robado, vino a Boecia, donde pobló la ciudad de Thebas. Pues ia ninguno dubda que de Grecia las traxo a Italia, Nicostrata, que los latinos llamaron Carmenta, la cual siguiendo el voluntario destierro de su hijo Evandro, vino de Arcadia en aquel lugar donde agora Roma está fundada, et pobló una ciudad en el monte Palatino, donde después fue el palacio de los reies et emperadores romanos. Muchos podrían venir en esta duda: ¿quién traxo primero las letras a nuestra España, o de dónde las pudieron recebir los ombres de nuestra nación? E aun, que es cosa mui semejante a la verdad, que las pudo traer de Thebas las de Boecia, Bacco, hijo de Júpiter et Semele, hija de Cadmo, cuando vino a España, quasi dozientos años ante de la guerra de Troia, donde perdió un amigo et compañero suio, Lisias, de cuio nombre se llamó Lisitania, et después Lusitania, todo aquel trecho de tierra que está entre Duero et Guadiana; et pobló a Nebrissa, que por otro nombre se llamó Veneria, puesta, según cuenta Plinio en el tercero libro de la Natural Istoria, entre los esteros et albinas de Guadalquevir; la cual llamó Nebrissa, de las nebrides, que eran pellejas de gamas de que usavan en sus sacrificios, los cuales él instituió allí, según escrive Silio Itálico en el tercero libro de la Segunda Guerra Púnica. Assí que si queremos creer a las istorias de aquellos que tienen autoridad, ninguno me puede dar en España cosa más antigua, que la población de mi tierra et naturaleza; por que la venida de los griegos de la isla Zacinto et la población de Sagunto, que agora es Monviedro, o fue en este mesmo tiempo o poco después, según escriven Bocco et Plinio en el Libro XVI de la Natural Istoria. Pudo las esso mesmo traer, poco antes de la guerra de Troia, Ércules el Thebano, cuando vino contra Geriones, rei de Lusitania, el cual los poetas fingieron que tenía tres cabeças; o poco después de Troia tomada, Ulisses, de cuio nombre se llamó Olissipo, la que agora es Lisbona; o Astur, compañero i regidor del carro de Menón, hijo del Alva, el cual, tan bien después de Troia destruida, vino en España, et dio nombre a las Asturias; o en el mesmo tiempo, Teucro, hijo de Telamón, el cual vino en aquella parte de España donde agora es Carthagena, et se passó después a reinar en Galizia; o los moradores del monte Parnasso, los cuales poblaron a Cazlona, nombre sacado del nombre de su fuente Castalia; o los mesmos fenices, inventores de las letras, los cuales poblaron la ciudad de Calez, no Ércules ni Espán, como cuenta la General Istoria; o, después, los cartagineses, cuia possessión por muchos tiempos fue España. Mas io creería que de ninguna otra nación las recebimos primero, que de los romanos, cuando se hizieron señores della, cuasi dozientos años antes del nacimiento de nuestro Salvador: por que, si alguno de los que arriba diximos traxera las letras a España, oi se hallarían algunos momos, a lo menos de oro et de plata, o piedras cavadas de letras griegas et púnicas, como agora las vemos de letras romanas, en que se contienen las memorias de muchos varones illustres que la regieron et governaron, desde aquel tiempo hasta quinientos et setenta años después del nacimiento de nuestro Salvador, cuando la ocuparon los godos. Los cuales, no sola mente acabaron de corromper el latín et lengua romana, que ia con las muchas guerras avía començado a desfallecer, mas aun torcieron las figuras et traços de las letras antiguas, introduziendo et mezclando las suias, cuales las vemos escriptas en los libros que se escrivieron en aquellos ciento et veinte años que España estuvo debaxo de los reies godos; la cual forma de letras duró después en tiempo de los juezes et reies de Castilla et de León, hasta que después, poco a poco, se començaron a concertar nuestras letras con las romanas et antiguas, lo cual en nuestros días et por nuestra industria en gran parte se a hecho. et esto abasta para la invención de las letras, et de dónde pudieron venir a nuestra España.