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Primera Gramática de la lengua Castellana: 3.09

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Primera Gramática de la lengua Castellana
LIBRO TERCERO, QUE ES DE LA ETIMOLOGÍA ET DICIÓN
Capítulo IX, del artículo.

de Antonio de Nebrija

Todas las lenguas, cuantas e oído, tienen una parte de la oración, la cual no siente ni conoce la lengua latina. Los griegos llaman la 'arzrón'; los que la bolvieron de griego en latín llamaron le 'artículo', que en nuestra lengua quiere dezir artejo; el cual, en el castellano, no significa lo que algunos piensan, que es una coiuntura o ñudo de los dedos; antes se an de llamar artejos aquellos uessos de que se componen los dedos; los cuales son unos pequeños miembros a semejança de los cuales se llamaron aquellos artículos, que añadimos al nombre para demostrar de qué género es. E son los artículos tres: el, para el género masculino; la, para el género feminino; lo, para el género neutro, según que más larga mente lo declaramos en otro lugar, cuando tratávamos del género del nombre. I ninguno se maraville que el, la, lo, pusimos aquí por artículo, pues que lo pusimos en el capítulo passado por pronombre, por que la diversidad de las partes de la oración no está sino en la diversidad de la manera de significar; como diziendo es mi amo, amo es nombre; mas diziendo amo a Dios, amo es verbo. E assí, esta partezilla el, la, lo, es para demostrar alguna cosa de las que arriba diximos; como diziendo Pedro lee, et él enseña, él es pronombre demonstrativo o relativo; mas cuando añadimos esta partezilla a algún nombre para demostrar de qué género es, ia no es pronombre, sino otra parte mui diversa de la oración, que llamamos artículo. E assí lo hazen los griegos, que de una mesma parte o, e, to, usan por pronombre et por artículo; entre los cuales et los latinos tuvo nuestra lengua tal medio et templança que, siguiendo los griegos, puso artículos sola mente a los nombres comunes, comoquiera que ellos tan bien los pongan a los nombres proprios, diziendo el Pedro ama la María, et quitamos los artículos de los nombres proprios, a imitación et semejança de los latinos. Lo cual nuestros maiores hizieron con más prudencia que los unos ni los otros; por que, ni los griegos tuvieron causa de anteponer artículos a los nombres proprios, pues que en aquellos por sí mesmo el género se conoce; ni los latinos tuvieron razón de quitar los a los nombres comunes, especial mente aquéllos en que la naturaleza no demuestra diferencia entre machos et hembras por los miembros genitales, como el milano, la paloma, el cielo, la tierra, el entendimiento, la memoria. E por que, como diximos en el capítulo passado, el pronombre se pone en lugar de nombre proprio, tan bien quitamos el artículo al uno como al otro; assí que no diremos el ío, el tú. Mas, por que en los pronombres derivados siempre se entiende algún nombre común, podemos les añadir artículo, como diziendo el mío, entiéndese ombre; diziendo la mía, entiéndese muger; lo mío, entiéndese cosa mía. Mas, como dios sea común nombre, quitamos le el artículo, cuando se pone por el verdadero, que es uno; et por que la Sagrada Escriptura haze mención de muchos dioses no verdaderos, usamos deste nombre como de común, diziendo el dios de Abraham, el dios de los dioses, et entonces, assí le damos artículo, como lo añaderíamos a los nombres proprios, cuando los ponemos por comunes, como si dixiéssemos los Pedros son más que los Antonios.

Prólogo
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LIBRO IIII : I - II - III - IIII - V - VI - VII
LIBRO V : Pr - I - II - III - IIII - V - VI - VII - VIII - IX - X - XI
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