Compendio de la filosofía: 04

PARTE PRIMERA. - DE LA FELICIDAD.

CAPITULO PRIMERO.

En que sentido se dice ser la felicidad el fin último.

Para explicar como se diga que la felicidad es el fin último de las acciones, notarémos lo primero lo siguiente. Las acciones que hace el hombre son de dos maneras: porque unas se hacen sin deliberacion y sin advertencia, como la palpitacion del corazon, la circulacion de la sangre, la digestion de la comida, y estas se llaman acciones del hombre; y otras con advertencia y deliberacion, como quando uno ayuda al amigo, ó mantiene fidelidad en el trato, y estas se llaman acciones humanas. De las primeras trata la Física,y de las segundas la Filosofía Moral.

Ciñéndonos, pues, á las segundas, discurro así. Toda accion humana, haciéndose con deliberacion y advertencia, se hace por algun fin, el qual se quiere para otro fin distinto, y este para otro, hasta tanto que se llegue á uno, el qual se quiera no por otro, sino por sí mismo, y es el que se llama último fin. En esta forma el que quiere el Médico, si se le pregunta por que le quiere, responderá que por la medicina: y si se le pregunta por que quiere la medicina, responderá que la quiere por la salud: y si de nuevo se le pregunta por que quiere la salud, se reirá de la pregunta, porque la salud no se quiere por otra cosa sino por sí misma, y tiene lugar de último fin. Y si no tuviere gana de reir, y quisiere responder alguna cosa, no sabrá decir mas, sino que quiere la salud, porque ella le acomoda, y le conviene, y en suma porque le hace feliz en cierta manera. De este modo todo aquello que el hombre se propone como último fin en alguna accion, va á colocarse baxo el nombre de felicidad: del qual nombre se muestran tan ansiosos los hombres, que no les parece estar bien, si no pueden llamarse felices. Luego la felicidad consiste en el último fin de las acciones y de los deseos de los hombres.

Y aunque todavía no hemos declarado qué cosa sea este fin último de las acciones, y por consiguiente no se sepa aún en qué consista la felicidad; se puede sin embargo colegir fácilmente por las cosas dichas hasta aquí, que la felicidad hace al hombre tan cabal y perfecto, que obtenida esta no le queda mas que desear; y asimismo que la felicidad se ha de anteponer á todas las cosas, y es el mayor de todos los bienes. Porque queriéndose por sí misma, manifiesta claramente, que en sí misma tiene el mérito de ser querida. No sucede así en las otras cosas, las quales solamente las queremos, porque sirven á la felicidad, ni las querríamos, si la felicidad, por decirlo así, no nos las hubiera recomendado.