Compendio de la filosofía: 06
CAPÍTULO III.
[editar]Fuera de que, si la felicidad consistiese solamente en el placer, así como todas las acciones se hacen por amor de la felicidad, todas se harían igualmente por el deleyte; lo qual es falso, haciéndose muchas no por amor del placer, sino por otra causa; y ciertamente aquel que se ofrece á la muerte, ó por la patria, ó por el amigo, no parece que busque deleyte alguno para sí mismo; luego no es creíble que consista en el placer toda la felicidad; y de consiguiente Epicuro y Aristipo, que la pusieron en el deleyte, se engañaron.
Mas dirá alguno: las mismas acciones virtuosas no se hacen por otra cosa sino por aquel placer que nace de la virtud; luego parece que todas las acciones se hacen por el placer. Y yo respondo, que los hombres caballerosos, y de buena crianza hacen sí las acciones virtuosas con placer, mas no por el placer. Aquel que hace beneficio al amigo, lo hace ciertamente con gusto, con placer; mas él no mira precisamente á esto, sino antes bien á la comodidad del amigo: de otro modo no haria servicio al amigo, sino á sí mismo. Ademas que si el virtuoso hubiese de dirigir sus acciones al placer, debería alguna vez seguir el vicio, y abandonar la virtud, porque menos placer parece que se saca de esta que de aquel. ¿Que gran deleyte podia prometerse Scévola quando extendió la mano sobre el fuego para que se le abrasase?
Esto no obstante dirán los Epicureos, que se quiere el placer no por otro fin sino por sí mismo; luego en él se contiene la felicidad. A lo qual respondo, que lo propio podria decirse de la virtud, la qual se quiere no por otro fin sino por sí misma. Por tanto así como nosotros les concedemos, que la felicidad no consiste en sola la virtud; así tambien deberian ellos concedernos, que no consiste en solo el placer.