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Poderes/1 (DFV)

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Nota: En esta transcripción se ha mantenido la ortografía original.

Los dos Poderes

SECCION I.

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El que tiene el cetro y el incensario, tiene las dos manos bien ocupadas. A este se le puede considerar como un hombre muy hábil, si manda á pueblos que tienen la luz natural; pero si las ha solamente con necios, ó con ciertas especies de salvages, se le puede comparar al cochero de Bernier, al que encontró su amo un dia en una encrucijada de Delhi, arengando al populacho, y vendiendo antídotos contra los venenos. ¡Qué, Lapierre! le dijo Bernier, ¿te has hecho médico? Si señor, le contestó el cochero, á tal pueblo, tal charlatan.

El dairi de los Japones y el dalai-lama del Thibet hubieran podido decir otro tanto. Numa Pomilio con su Egeria hubiera dado tambien la misma respuesta á Bernier. Melquisedech estaba probablemente en el mismo caso, como el Anio de que habla Virgilio en el tercer canto de su Eneida.

Rex Anius; rex idem hominum Phæbique sacerdos,
Vittis et sacrâ redimitus tempora láuro.

Yo no sé qué intérprete del siglo XVI ha trasladado así estos versos de Virgilio:

El trono ocupa Anio
Y es tambien sacerdote,
Señor es por dos veces
Y á dos carrillos come.

Este charlatan Anio no era rey mas que de la isla de Délos, muy ruin reino, que despues del de Melquisedech y el de Yvetot, era uno de los ménos considerables de la tierra: pero el culto de Apolo le habia dado una grande consideracion; pues un santo basta para dar influencia á todo un pais.

Tres electores alemanes son mas poderosos que Anio, y tienen como él el derecho de mitra y de corona, aunque subordinado por lo menos en apariencia al emperador romano que no es mas que el emperador de Alemania. Pero de todos los paises donde la plenitud del sacerdocio y de la magestad real constituyen el poder, Roma moderna ha llegado al grado mayor que pueda imaginarse.

En la parte católica de la Europa está considerado el papa como el primero de los reyes y el primero de los sacerdotes. Lo mismo sucedió en la Roma que se llama pagana: Julio César era al mismo tiempo gran pontífice, dictador, guerrero, vencedor, muy elocuente, muy cortés, y en todo el primero de los hombres, y al que ningun moderno ha podido ser comparado, escepto en una dedicatoria.

El rey de Inglaterra posee sobre poco mas ó ménos las mismas dignidades que el papa, como gefe de la Iglesia.

La emperatriz de Rusia es tambien señora absoluta de su clero en el imperio mayor que hay sobre la tierra. La idea de que puedan existir dos poderes opuestos en un mismo estado, se considera allí aun por el clero, como una quimera tan absurda como peligrosa.

Con este motivo debo referir una carta que la emperatriz de Rusia, Catalina II, se dignó escribir al monte Krapac en 22 de agosto de 1765, y de la que me ha permitido hacer uso en la ocasion.

Entre otras cosas dice: "Los capuchinos que se han tolerado en Moscow (porque la tolerancia es general en este imperio, sin tener mas escepcion que los jesuitas), se obstinaron el invierno pasado en no querer enterrar á un Frances que había muerto de repente, bajo pretesto de que no habia recibido los sacramentos: Abraham Chaumeix hizo un alegato contra ellos para probarles que debian enterrar á un muerto; pero ni este alegato, ni dos requerimientos del gobierno pudieron decidir á estos padres á obedecer. Al fin se les propuso que elijieran entre salir del imperio ó enterrar el muerto: ellos salieron y yo envié de aquí unos agustinos mas dóciles, que viendo que no se chanceaba, hicieron todo lo que se quiso."

"He aquí pues á Abraham Chaumeix en Rusia, " que se vuelve razonable, y se opone á la persecucion. Si siguiera así, haria creer los milagros á los mas incrédulos; pero todos los milagros del mundo no borrarán la deshonra de haber sido el delator de la Enciclopedia."

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"Los súbditos de la Iglesia, que sufrían vejacionos muchas veces tiránicas, á las que contribuian mucho las frecuentes variaciones de señor se revolucionaron hácia el fin del reinado de la emperatriz Isabel, y á mi advenimiento eran mas de cien mil los revoltosos armados. Esto hizo que en 1762 ejecuté el proyecto de cambiar enteramente la administracion de los bienes del clero, y de señalarles sus rentas. Arsenio, obispo de Roston, se opuso á ello, instigado por algunos de sus hermanos que no juzgaron á propósito dar la cara. El envió dos memorias, en las que queria establecer el absurdo principio de dos poderes: ya habia hecho esta tentativa en tiempo de la emperatriz Isabel, y se habian contentado con imponerle silencio; pero su insolencia y su locura redoblaron, y fué juzgado por el metropolitano de Novogorod y por todo el sínodo, y condenado como fanático, culpable de una empresa contraria á la fe ortodoxa, tanto como al poder soberano, fué depuesto de su dignidad y del sacerdocio, y entregado al brazo secular. Yo lo perdoné contentándome con reducirio á la condicion de fraile."

Estas son sus propias palabras, de las que resulta que esta emperatriz sabe sostener la Iglesia y contenerla; que respeta la humanidad tanto como la religion; que proteje al labrador como al sacerdote; y que todos los órdenes del Estado deben bendecirla.

Tambien voy á tener la indiscrecion de copiar un pasage de otra de sus cartas:

"La tolerancia está establecida entre nosotros, y forma una ley del Estado que prohibe la persecucion. A la verdad hay fanáticos entre nosotros, los que á falta de persecucion, se queman á sí mismos: pero si los de otros países hicieran otro tanto, no sería un gran mal; el mundo estaria mas tranquilo, y Calas no hubiera sido enrodado."

No creais que escribe así por un entusiasmo pasagero y vano, que se desdice en seguida en la práctica, ni por el deseo laudable de obtener en Europa los sufragios de los hombres que piensan y que enseñan á pensar. Ella sienta estos principios por base de un gobierno, y ha escrito por su misma mano en el consejo de legislacion las palabras siguientes, que es necesario gravar en las puertas de todas las cuidades:

"En un grande imperio que estiende su dominacion sobre tantos pueblos diversos como son diferentes las creencias entre los hombres, la falta mas perjudicial sería la intolerancia."

Observad que no vacila en poner la intolerancia entre el número de las faltas, yo casi he dicho de los delitos. De esta manera una emperatriz despótica destruye la persecucion y la esclavitud en el fondo del Norte: ínterin que en el Mediodia.......

Juzgad por último si se encontrará un hombre de bien en toda la Europa que no esté pronto á firmar el panegírico de esta emperatriz; la que no solamente, es tolerante, si no que quiere que lo sean tambien sus vecinos. Esta es la primera vez que se ha empleado el poder supremo en establecer la libertad de conciencia; y es la época mas grande que yo conozco en la historia moderna.

De la misma manera sobre poco mas ó ménos prohibieron los antiguos Persas á los Cartagineses que inmolasen los hombres.

¡Ojalá que en lugar de los Bárbaros que salieron antiguamente de la Escitia y de las montañas del Imaus y del Caucase, y corrieron como un torrente hácia los Alpes y los Pirineos para asolarlo todo, viésemos venir en el dia ejércitos enteros para derrivar el tribunal de la inquisicion, tribunal mas terrible que los sacrificios de sangre humana tan vituperados á nuestros padres!

En fin este genio superior quiere hacer entender á sus vécinos lo que se principia á comprender en Europa, que las opiniones metafísicas incomprehensibles, que son las hijas de la necedad, son tambien las madres de la discordia; y que la Iglesia, en lugar de decir: Vengo á traer la cuchilla y no la paz, debe decir públicamente: Traigo la paz y no la cuchilla. Y asi es que la emperatriz no quiere desenvainar la espada, sino contra los que quieren oprimir á sus disidentes.