Razón (DFV)

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Diccionario Filosófico - Tomo IX de Voltaire
Nota: En esta transcripción se ha mantenido la ortografía original.

Razón.

En el tiempo en que la Francia estaba loca con el sistema de Lass, y cuando este era contralor general, un hombre que siempre había tenido razon, le dijo en presencia de una gran reunion:

Señor, usted es el mayor loco, el mayor tonto Y el mayor bribon, que se ha presentado entre nosotros, lo que es mucho decir; y voy á probarlo. Usted ha pensado que se puede decuplicarla riqueza de un Estado con el papel ; pero no pudiendo representar este papel mas que el dinero representativo de las verdaderas riquezas que son los productos de la tierra y de las manufacturas, seria necesario haber principiado dándonos diez veces mas trigo, vino, paños, telas, &c: y aun esto no seria bastante sin la seguridad de la venta.

Ahora bien, como usted hace una cantidad de billetes diez veces mayor que la que importa nuestro dinero y nuestros géneros; luego usted es diez veces mas estravagante, ó mas inepto, ó mas bribon que todos los contralores y todos los super-intendentes que lo han precedido. Voy pues primeramente á probar la mayor:

Apénas habia principiado, cuando lo llevaron preso á san Lázaro.

Cuando salió de san Lázaro donde habia estudiado mucho, y fortificado su razon, fué á Roma, y pidió al papa una audiencia pública con la condicion que no se le interrumpiria en su arenga; y le habló en estos términos:

Beatísimo Padre: Vuestra Santidad es antiCristo, como voy á probarlo al instante. Llamo anti-Cristo, segun todo el valor de la palabra, al que hace todo lo contrario de lo que Cristo ha hecho y mandado. Ahora bien, Cristo fué pobre, y Vuestra Santidad es riquísimo; él pagó el tributo, y Vuestra Santidad los exije; él estuvo sometido á las potencias, y Vuestra Santidad es una potencia; él andaba á pie, y Vuestra Santidad va á Gastelo Gandolfo en una carroza suntuosa; él comia lo que querian darte, y Vuestra Santidad quien; que nosotros comamos pescado los viérnes y vigilias aunque habitemos léjos del mar y de los rios; él prohibió á Simon Baryona que hiciera uso de su espada, y Vuestra Santidad las tiene ocupadas en su servicio, &c. &c. &c: luego Vuestra Santidad es un anti-Cristo en este sentido. En cualquiera otro yo reverencio profundamente á Vuestra Santidad, y le pido una indulgencia in articulo mortis. Mi hombre fué conducido al castillo de san Angelo.

Cuando salio de este castillo pasó á Venceia y solicitó hablar con el Dux. Preciso ea, le dijo, que Vuestra Serenidad sea un gran estravagante pues se casa todos los aüos con la mar; porque primeramente nadie se casa no mas que una vez con la misma muger; en segundo lugar, vuestro matrimonio se parece al de Arlequin del que estaba hecha la mitad en atencion á que no faltaba mas que que el consentimiento de la novia; y en tercer lugar, ¿quien os ha dicho que algun dia no vendrán otras potencias marítimas á declararos inhábil para consumar el matrimonio? Dijo, y lo encerraron en la torre de san Márcos.

Cuando salió de esta torre, fué á Constantinopla, y obtuvo una audencia del muftí, al que habló de esta manera. Aunque vuestra religion tiene algunas cosas buenas como la adoracion del Gran Ser, y la necesidad de ser justo y caritativo, no es por lo demas sino un recocido del judaismo y un conjunto fastidioso de cuentos de viejas. Si el arcángel Gabriel hubiera traido de algun planeta las hojas del Koran á Mahoma, toda la Arabia hubiera visto bajar á Gabriel: es así que nadie la vió; luego Mahoma no fué mas que un impostor desvergonzado que engañó á los imbéciles.

Apénas habia pronunciado estas palabras cuando lo hicieron empalar. No obstante siempre habia tenido razon.