Política Exterior (DFV)

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Diccionario Filosófico - Tomo IX de Voltaire
Nota: En esta transcripción se ha mantenido la ortografía original.

POLITICA EXTERIOR.

Cuando una nacion encontró la metalurgia, es indudable que venció á sus vecinos y que los hizo esclavos.

Vosotros teneis flechas y sables, y habeis nacido en un clima que os hace robustos: y nosotros somos débiles y no tenemos mas que mazas y piedras; luego vosotros nos mataréis, ó si nos dejais la vida, será para labrar vuestros campos, para construir vuestras casas, para cantaros algunas arias groseras cuando os aburrais, si tenemos voz, ó para soplar algunos cañutos para conseguir de vosotros el vestido y el pan. Si nuestras mugeres y nuestras hijas son bonitas, las tomais para vosotros: Monseñor, vuestro hijo se aprovecha de esta política establecida, y añade nuevos descubrimientos al arte que está en su infancia: sus criados cortan los testículos á mis hijos; y Monseñor los honra con la guardia de sus esposas y de sus queridas. Esta ha sido, y esta es todavía la política, el gran arte de hacer servir á los hombres para su bien estar en la mayor parte del Asia.

Habiendo algunas poblaciones esclavizado así á otras muchas, se baten las victoriosas con el hierro para repartir los despojos. Cada pequeña nacion mantiene y paga sus soldados: para animar á estos y para contenerlos cada una tiene sus dioses, sus oráculos y sus predicciones; y mantiene y paga sus adivinos y sus sacrificadores carniceros. Estos adivinos principian adivinando en favor del gefe de la nacion, en seguida adivinan para ellos mismos, y toman parte en el gobierno: y por último el mas fuerte y el mas hábil subyuga á los demás, despues de siglos de carnicería que hacen estremecer, y de bribonería que hacen reir. Y este es el complemento de la política.

Interin que en una parte del globo pasan estas escenas de latrocinio y de fraudes, se defienden contra los tiranos del continente otras pequeñas poblaciones retiradas en las cavernas de las montañas, ó en cantones rodeados de pantanos inaccesibles, ó en algunos sitios habitables en medio de desiertos de arena, ó en algunas islas. Y en fin, cuando todos los hombres tienen las mismas armas sohre poco mas ó ménos, corre la sangre de un estremo al otro del mundo.

Como no siempre se pude estar matando, se hace la paz con el vecino, hasta que uno de los dos se cree bastante fuerte para volver á principiar la guerra. Los que saben escribir redactan estos tratados de paz. Los gefes de cada pueblo para engañar mejor á sus enemigos ponen por testigos á los dioses que ellos mismos se han hecho, y se inventan los juramentos: uno promete en el nombre de Sommona-Codon, y el otro en el de Júpiter, que vivirán siempre en la mejor harmonía: y á la primera ocasion se degüellan en nombre de Sommona-Codon, y de Júpiter.

En los tiempos mas refinados hace un tratado el leon de Esopo con tres animales de sus vecinos. Se trataba de repartir una presa en cuatro partes iguales; y el leon, por buenas razones que espondrá en su tiempo y lugar, toma primero las tres partes para él solo, y amenaza con sus garras al que tenga la osadia de tocar á la cuarta. Esto es lo sublime de la política.