Religión/1 (DFV)

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Nota: En esta transcripción se ha mantenido la ortografía original.

Religión. Sección I.

Los epicureos, que no tenian ninguna religion, recomendaban la separacion de los negocios públicos, el estudio y la concordia. Esta secta era una sociedad de amigos, porque su principal dogma era la amistad. Atico, Lucrecio, Memmio y algunos hombres de este temple podrian vivir muy honradamente juntos, como se ve en todos los países, y podrian filosofar cuanto quisieran entre sí: me perece que oigo á unos aficionados que se dan un concierto de música escojida y refinada; pero que se guarden de ejecutar este concierto en presencia del vulgo ignorante y brutal, porque se esponen á que les rompan los instrumentos en la cabeza. Cuando se llega á tener una aldea que gobernar, es indispensable que esta tenga una religion.

No hablaré de la nuestra, que es la única buena, la única necesaria, la única probada, y la segunda revelada.

Mas ¿seria posible al espíritu humano, no digo admitir una religion que se aproxime á la nuestra, sino que fuese ménos mala que todas las demas religiones del universo juntas? ¿Y cual seria esta religion?

¿No seria la que nos propusiera la adoracion del Ser supremo, único, infinito, eterno formador del mundo, que lo mueve y lo vivifica, cui nec simile, nec secundum; la que nos reuniera á este Ser de los seres en premio de nuestras virtudes y que nos separara de él en castigo de nuestros crímenes?

¿La que admitiera muy pocos dogmas inventados por la orgullosa demencia, motivos eternos de disputas; la que enseñara una moral pura sobre la que no se disputase jamas?

¿La que no hiciera consistiría esencia del culto en vanas ceremonias, como en escupirnos en la boca ó en cortarnos un pedazo del prepucio, ó un testículo, con tal que se puedan llenar todos los deberes de la sociedad con los dos testículos, con el prepucio entero y sin que se nos escupa en la boca?

¿La que enseñara á servir al prójimo por amor de Dios, en lugar de perseguirlo y de degollarlo en el nombre de Dios; la que tolerara á todas las demas, y que mereciendo así el afecto de todas fuera la única capaz de hacer de todos los hombres un pueblo de hermanos?

¿La que tuviera ceremonias augustas que hiciesen impresion en el vulgo, sin tener misterios que pudiesen indignar á los sabios, é irritar á los incrédulos?

¿La que animara á los hombres á las virtudes sociales, mas bies que á las espaciones de sus crímenes?

¿La que asegurara á sus ministros una renta decorosa para que subsistan con decencia, sin dejarlos jamas usurpar las dignidades el poder que pueden hacer de ellos otros tantos tiranos?

¿La que estableciera retiros cómodos para la vejez y para las enfermedades, y jamas para la holgazanería?

Una gran parte de esta religion está ya en el corazon de muchos príncipes, y será la dominante cuando todos los potentados firmen los artículos de paz perpetua, que ha propuesto el abate Saint-Pierre.