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La leyenda del Cid: 100

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La leyenda del Cid

XI

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VII

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Cuando el Rey al irla a ver
la brindó en Burgos a entrar
con él, la santa mujer
no quiso a Burgos volver,
ni en él su rango cobrar.

En vano con sutileza
la arguyó el Rey: sus razones
escuchó ella con tristeza
y desechó con firmeza
del Rey las proposiciones.

En vano la dió a entender,
que tenía que casar
dos hijas; y que, a su ver,
en la corte había de ser,
no en Cárdeña ni en Vivar.

«De eso, señor, aun no cuido:
es pronto — dijo ella — y ya
sabéis que, de Burgos ido
el Cid, su mujer no está
bien allí sin su marido.»

Discreto el Rey no insistió;
su escrúpulo mujeril,
o respetó o lo afectó;
y con largueza gentil
a sus hijas regaló.

La dejó servicio y oro
de su real casa, y tesoro
con que sostener su porte
de dama de alto decoro,
y dió la vuelta a su corte.

Y aquella mujer modelo
de amor y fe conyugal,
con sus hijas y su duelo,
siguió al amparo del cielo
en la soledad claustral.


Introducción: I - II - III - IV - V - VI - VII - VIII; Capítulo I: I - II - III - IV - V - VI; Capítulo II: I - II - III - IV - V - VI - VII - VIII - IX; Capítulo III: I - II - III - IV - V - VI - VII VIII; Capítulo IV: I - II - III - IV - V - VI - VII - VIII - IX - X - XI - XII - XIII; Capítulo V: I - II - III - IV - V - VI - VII; Capítulo VI: I - II - III - IV - V - VI - VII - VIII; Capítulo VII: I - II - III - IV - V - VI - VII - VIII; Capítulo VIII: I - II - III - IV - V - VI - VII - VIII - IX; Capítulo IX: I - II - III - IV - V; Capítulo X: I - II - III - IV - V - VI - VII - VIII - IX - X - XI - XII; Capítulo XI: I - II - III - IV - V - VI - VII; Capítulo XII: I - II - III - IV - V - VI - VII; Capítulo XIII: I - II - III - IV; Capítulo XIV: I - II - III - IV; Capítulo XV: I - II - III - IV;